Capitulo 7: Rubias y Varitas

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Pronto se cumplieron dos semanas desde la llegada de Henrik a Hogwarts, dos semanas realmente tranquilas para el original y aliviadas para los maestros que sabían la verdad del chico.

Dumbledore siempre mantenía un ojo puesto en el chico al igual que Minerva pero está tenía razones diferentes a las del anciano para hacerlo puesto que su interés más que todo era conocer al chico realmente y buscar la forma de remediar sus errores pasados.

Para el resto de maestros el chico era un fenómeno sin igual, extremadamente hábil y talentoso en sus clases donde sobresalía perfectamente demostrando su conocimiento de los temas.

Filius era quien más fascinado estaba con el chico y su talento único en su materia siendo rápidamente su mejor estudiante tanto en teórico como práctico solo siendo seguido por la señorita Parkinson.

Aquello no era para nada del agrado de cierta castaña quien no a ocultado su molestia sobre el tema ante el pequeño profesor en más de una ocasión en privado puesto que se a quedado hasta el final de la clase expresando su inconformidad puesto que según ella le parecía injusto que alguien quien nunca había estado en Hogwarts antes estuviera en su mismo año.

El profesor como buen Ravenclaw dedujo que la chica solo se sentía celosa del azabache puesto que demostraba gran talento y con sus pocos aportes que daba a la clase en compañía de la señorita Parkinson dejaban ver lo gran equivocada o poco auto crítica que era.

Minerva pasaba por algo similar con la chica puesto que en varias ocasiones había llegado a donde ella quejándose del azabache diciendo líneas similares a las que Filius comentaba sobre la chica.

Ambos docentes habían tomado la decisión de simplemente ignorar sus quejas o evitar a la chica puesto que se estaba volviendo bastante irritante.

Por otro lado Severus no sabía que opinar sobre el chico puesto que si bien era detestable en algunas ocasiones el chico era talentoso en su clase para su desagrado pero no podía hacer nada realmente debido a su posición en Slytherin.

Hablando del azabache este se encontraba actualmente en la biblioteca del castillo en compañía de Pansy, Daphne y Blaise. Cada uno ocupándose de sus asuntos mientras compartían una mesa los 4 estando en silencio cómodo.

Pansy estaba terminando su ensayo de pociones para dentro de dos días, Blaise por otro lado terminaba su tarea de astronomía para continuar con la de runas Antiguas y Daphne completaba su ensayo de transformaciones.

Henrik por otro lado estaba leyendo uno de los libros de la biblioteca encontrándolo sumamente entretenido puesto que hablaba sobre algunas maldiciones bastante desagradables y a su vez fascinantes.

Últimamente era muy común ver a tal grupo junto sentando en clases o caminando por los terrenos del castillo en incluso en el gran comedor, aveces también se les incorporaba la Malfoy mayor pero al ser de años distintos era poco común verla junto a ellos debido a sus distintos horarios.

Siguiendo en la actualidad lamentablemente su concentración se vio interrumpida ante el escándalo de la mesa detrás de donde estaba sentado dándole la espalda a los alborotadores.

– ¡Ya te lo dije Ronald, no te voy a pasar mi tarea! – Grito cierta voz de cierta castaña llamando brevemente la atención de los 4 Slytherin siendo los únicos en voltear a ver las dos chicas y el moreno.

– ¡Oh vamos Hermione! – Suplico el pelirrojo algo molesto. – ¡Solo es una estúpida tarea! – Dijo tratando de arrebatarle el pergamino a la chica.

– ¡Que no Ronald, no insistas! – Grito la chica forcejeando con el pelirrojo para evitar que tomara su pergamino.Ambos se enfrascaron en un viene y va hasta que el pergamino cedió y se rompió.

El pelirrojo al ser quien más fuerza uso hacia atrás y que para desgracia del azabache estaba a su espalda este por la tercera ley de newton el chico salió disparado hacia atrás chocando con la espalda del azabache.

El original apenas y se movió mientras que el pelirrojo sintió como su se hubiera chocado contra una pared de hierro cayendo al suelo adolorido.

– ¡Ronald! – Chillo la castaña preocupada por su amigo. – ¿Te encuentras bien? – pregunto está llegando a su lado.

– ¿Con que me golpe? – pregunto el pelirrojo con voz adolorida.

– Con el tramposo – Dijo la castaña con molestia mirando de mala manera al azabache quien ni siquiera sé había dado la vuelta no encontrando interesante la discusión de los leones hasta ahora.

Una risa sarcástica se escapó de los labios del azabache al escuchar tal estupidez por parte de esa chica.

– ¿De que te estás riendo maldito traidor? – Cuestiono el pelirrojo levantándose molesto del suelo.

– De la estupidez de ambos por supuesto. – Respondio el azabache sin girar a ver a los leones. Para este punto toda la biblioteca los observaba atentamente pues los gritos no fueron muy silenciosos después de todo.

Por suerte para el show, la bibliotecaria había salido para hacer una diligencia dejando a cargo a una prefecta quien resulta ser una Slytherin.

– ¡¿Que dijiste?! – Chillo indignada la castaña ante las palabras del azabache.

– Tras de estúpida sorda – Comento el original con tranquilidad sin despegar su vista de la lectura.

– ¡¿A quien le dices estúpida serpiente rastrera?! – grito el pelirrojo con molestia.

– A la única estúpida y sorda que está detrás de mi a menos que te identifiques de igual forma lo que daría a dos estúpidas y sordas. – Comento el azabache indiferente.

Aquellas palabras hicieron reír a la gran mayoría de los que estaban presentes. El pelirrojo no entendió por un momento lo que el azabache quiso decir pero cuando lo hizo lleno de ira puso su mano con fuerza en el hombro del original.

Lo siguiente que vieron todos fue como en menos de un segundo el pelirrojo estaba con la cara contra la mesa y su brazo sostenido por el original retorciendo su muñeca con fuerza con una mano mientras la otra la tenía puesta en la nuca del pelirrojo.

– La próxima vez que intentes tocarme con tus asquerosas manos te las arranco. – Dijo el azabache en voz fría y venenosa mirando peligrosamente al pelirrojo quien se quejaba de dolor.

– ¡Suelta lo, lo lastimas! – Chillo la castaña a punto de dar un paso adelante pero se vio interceptada por dos varitas apuntando a su rostro.

– Un paso más Granger y no saldrás de la enfermería en un mes – Dijo Pansy con voz fría mirando de forma peligrosa a la castaña quien se congelo en su lugar.

– Tal vez debamos hacer que rompa su récord de segundo año. – Se burló Daphne con diversión. – ¿Recuerdas cuando estuvo convertida en gato por más de 3 semanas y luego petrificada otros 2 meses? – dijo la rubia.

– Claro que lo recuerdo, después de todo la muy tonta agrego pelo de gato a una poción multijugos solo para entrar en nuestra sala común. – Se burló la pelinegra.

Ninguna de las dos bajo su varita o quito la mirada de la castaña quien estaba pálida y temerosa ante las dos brujas frente a ella.

El azabache escuchaba aquel relato con diversión sin soltar al pelirrojo quien simplemente se quejaba de dolor bajo su agarre.

– Pobre gato al que le haya quitado el pelo debió sentirse ofendido por qué algo tan... Ni siquiera hay palabras para describir este intento de cerebrito haya tenido el descaro de intentar imitar su forma. – Se burló la pelinegra.

– ¡No soy un intento de cerebrito! – Chillo la castaña indignada ante aquel insulto.

– ¿Ah no? – Pregunto el azabache curioso. – ¿Entonces a qué le llamas recitar cada texto de un libro y creer que eso te hace inteligente? – Cuestino el original.

– ¡Soy inteligente! – Se defendió la castaña. – He memorizado cada libro de todos los años que he estado en Hogwarts, se toda la teoría que hay que saber. – Dijo esta con orgullo de sus acciones.

– Pero eso no te hace inteligente, simplemente una fotocopiadora de palabras. – Se burló el original. – No tienes la capacidad para analizar lo que lees y mucho menos expresarlo con tus propias palabras, simplemente te crees inteligente por saber algo que dice un libro. – Comento el original con indiferencia.

Ya cansado de sostener al pelirrojo soltó su agarre y lo tomo de la nuca para luego como si de un simple saco de plumas se tratase lanzarlo fuera de la biblioteca haciendo que chocará contra la pared del pasillo.

– Ahora ve por tu mascota y no vuelvas a molestarnos. – Sentenció el original con frialdad. La castaña y muchos otros estaban totalmente sorprendidos por la demostración de fuerza del azabache.

La castaña miro con horror al chico antes de salir detrás del pelirrojo quien había quedado inconciente y con al parecer un par de huesos rotos.

Después de aquello no hubo más interrupciones hasta que Minerva llegó preguntando si era verdad que había atacado sin razón a sus dos leones.

El azabache simplemente dijo lo que pasó y como pasó, la profesora simplemente asintió sin decir nada y se fue para sorpresa de muchos.

Esa misma noche en la cena una vieja lechuza que parecía estar más muerta que viva cayó de bruces en la mesa de Slytherin llevándose por delante muchos platos de comida y ensuciando a varios estudiantes incluído al original.

La lechuza dejo un sobre rojo que rápidamente se alzó en el aire y comenzó a gritarle al azabache blasfemias con una voz chillante y molesta.

¡Tu Harry Potter eres un traidor a la memoria de tus padres. Cómo osas quedar en la casa de esas asquerosas serpientes. Tus padres deberían estar muy decepcionados de ti.

Incluso tienes el descaro de llamarte por otro nombre Mansilla su memoria, deberías estar avergonzado niño malcriado. Y si no fuera poco te atreviste a lastimar a mi pequeño Ron. Eres una desgracia para los Potter. No creas que voy a dejar que te cases ahora con mi querida Ginny por qué no señor, primero muerta antes de que mi preciosa niña se case con una asquerosa y despreciable serpiente como tú! – Termino de gritar la carta antes de romperse en mil pedazos.

– ¿Quien se cree que es esa loca? – Se burló el azabache parpadeando soprendida ante lo que acababa de pasar.

– Molly Weasley – Respondio Valery con una mueca de asco en su rostro. – Una mujer búlgar a quien parece que nunca se le enseño que era una poción anticonceptiva por qué parió más hijos de los que puede sostener económicamente. – agrego

– Veamos cómo le irá cuando le llegue una demanda por acoso a un menor. – Se burló el azabache.

– Los Weasley no tienen ni donde caer muertos, una demanda los dejaría sin nada. – Dijo Pansy con diversión. – Aunque me da pena por los gemelos, ellos si me gustan. – Agrego esta.

El azabache la miro con una ceja levantada ante aquella afirmación pero no dijo nada.

El resto de la cena siguio normal después de que el azabache con un movimiento de muñeca arreglará el desastre y limpiara el mugre.

•••

Dos días después en la clase de pociones el grupo de cuatro estaban trabajando de forma tranquila en lo que le había encargado hacer Snape.

El azabache estaba vez estaba trabajando en compañía de Blaise mientras que las dos chicas trabajaban juntas en un caldero al lado del suyo.

El silencio de la clase se vio interrumpido cuando la puerta del aula fue tocada 3 veces. Algunos levantaron su mirada de su trabajo y luego vieron a la puerta para después mirar al profesor.

Snape agitó su varita con molestia y la puerta fue abierta para luego dejar ver a un chico de tercer año de Gryffindor.

– Disculpe Profesor Snape pero se solicita a Harry Potter – Dijo el chico con nerviosismo y más cuando dos miradas frías y mortales  lo vieron. Una era verde esmeralda y la otra negra como la noche, claro que ambas miradas por razones distintas.

– Es señor Mikaelson para ti. – Dijo el azabache con voz sería y el chico asintió rápidamente con nerviosismo.

– Si, lo siento señor Mikaelson. – dijo rápidamente el chico.

– El señor Mikaelson está en clase así que sea lo que sea que se necesite es mejor que se vaya antes de que comience a quitarle puntos a su casa por interrumpir sin una buena razón mi clase. – Dijo Snape con voz fría y su tono bajo como un susurro que se podía escuchar claramente.

– Lo siento profesor pero me dijeron que es urgente, es algo sobre el torneo y necesitan su presencia ahora mismo. – Dijo el chico con miedo.

– ¡Bien! – Dijo el maestro con molestia. – Mikaelson, ve rápido y vuelve antes de que termine la clase para entregar tu trabajo. – Exigió el hombre.

– Disculpe profesor pero pidieron que llevara sus cosas por qué dicen que se demorará por un par de horas. – Dijo el chico con temor en su voz.

El pelinegro gruñó con molestia. – Bien, toma tus cosas y sal. Espero un ensayo de 4 páginas sobre la pocion que estamos preparando para mañana a primera hora como compensación. – Exigió el pelinegro con molestia.

– Bien – Dijo el azabache de forma tranquila y con un movimiento de muñeca sus útiles desaparecieron.

La gran mayoría ya estaba acostumbrada a presenciar aquello por lo que no hicieron alguna exclamación.

– Nos vemos en la biblioteca – Les dijo a las dos chicas y el moreno.

– Nos vemos luego Galan – Dijo Pansy en respuesta guiñandole un ojo de forma coqueta.

El azabache sonrió de lado en respuesta para después salir del aula siendo seguido por el chico de 3er año.

– Señor Mikaelson – Llamo la atención el niño cuando estaban a unos pasillos de distancia del aula de pociones.

– ¿Que? – Dijo el azabache de forma seca mirando de reojo al niño quien trago saliva algo nervioso.

– Solo quería decirle que lo admiro mucho. Se todo sobre usted, el como derrotó a usted sabe quién cuando era solo un bebé y... – comenzó el niño con gran estusiasmo.

– Te voy a detener ahí niño – Dijo el azabache con seriedad. – Todo lo que creas saber de mí es simplemente una mentira, bueno tal vez el hecho de lo primero pero de resto olvídate de todo lo que has leído o escuchado de mi por qué créeme chico, no soy lo que piensas. No soy de admirar. – hablo el azabache mirando al niño quien abrió la boca algo soprendida para luego cerrarla.

– Yo... Yo lo siento señor – Murmuro el chico algo apenado y cabiz bajo.

– No te disculpes por algo que no es tu culpa – Dijo el azabache de forma un poco más tranquila. – Dejame darte un consejo niño. Jamás bajes la cabeza ante alguien, se firme y muestra seguridad y nunca confíes y creas ciegamente en tus heroes puesto que siempre van a hallar la forma de decepcionarte. – dijo el azabache.

Para el original aquel chico era un poco parecido a si mismo cuando estaba más joven, cuando idolatraba de sobremanera a su padre pero este le había dado el mismo consejo que le dio al chico. En ocasiones tus heroes te pueden fallar.

El niño alzó su cabeza un poco sorprendido por las palabras del azabache y le sonrió con alegría asintiendo ante el.

– Lo haré señor, seguiré su consejo. – Dijo este enérgicamente para luego ver una puerta. – Es ahí señor. Lo están esperando los demás campeones. – Agrego el niño.

– Gracias niño. – Dijo el azabache para tomar la perilla de la puerta pero antes de abrirla se giro hacia el chico. – Por cierto ¿Cómo te llamas? – Pregunto el azabache.

– Colin Creevey, señor – Dijo el niño con entusiasmo al saber que su héroes pregunto su nombre.

La mirada del azabache se oscureció en aquel momento. Creevey era el apellido de aquella mujer rubia a la cual Stefan Salvatore había asesinado brutalmente cuando él y su tío en compañía del azabache habían estado buscando manadas de hombres lobos hace un par de años.

La mujer había estado de vacaciones con su esposo y he hijos en Chicago. La mujer había salido a comprar unas cosas cuando fue interceptada por Stefan y luego brutalmente consumida y asesinada por el mismo y luego el vampiro destripador escribió su nombre con su propia sangre en la pared oculta de su apartamento secreto.

El azabache pronto reconoció al chico. El había sido la persona quién encontró el cadáver de su madre después de que el junto con Stefan y Klaus dejará el cuerpo mutilado y destrozado en el mismo lugar de donde habían raptado a la mujer.

Aquello fue una de las peores cosas que hizo en su vida debido a que había apagado su humanidad en aquel momento después de ciertos sucesos de los que se había enterado.

El azabache no dijo nada y entró al aula con una mirada fría. Al ingresar pudo observar como ya habían algunas personas en el lugar.

Se encontraban los demás campeones quienes lo observaban de forma calculadora en especial Fleur y Víctor. Por otro lado Cédric le dedicó una pequeña sonrisa, típico de hufflepuff. Pensó el azabache.

Además de los campeones también estaba un hombre regordete vestido con túnicas de mago verdes y extravagantes quien al ver al azabache se levantó de golpe de su lugar con bastante energía y una sonrisa radiante muy empalagosa.

– ¡Por las barbas de melir! – Dijo el hombre enérgicamente – ¡Harry Potter, es todo un honor conocerlo finalmente! – agrego este. – ¡Nuestro cuarto campeón que dicha, que dicha! – Termino el tomando la mano del azabache y estrellando la enérgicamente.

El azabache con una mirada fría apretó la mano del hombre quien pronto grito de dolor al sentir como el azabache casi que quebraba los huesos de su mano.

– Dejeme dejarle una cosa en claro intento de payaso verde. – Dijo el azabache con voz fría y venenosa. – Soy Henrik Mikaelson y espero que eso quede muy claro por qué no voy a repetirse lo nuevamente. ¿Me entendió? – las palabras del chico fueron fuertes y claras mientras seguía apretando la mano del hombre con dureza.

El regordete hombre gemía de dolor mientras asentía rápidamente.

– Eso no basta, dígame si lo entendió. – Dijo el azabache con frialdad, el sonido de un hueso romperse se escuchó por toda la habitación.

Aquel sonido sirvió para hacer llorar al hombre de agonía y provocar un escalofrío en los demás presentes en la habitación.

– ¡Sisi, lo entiendo. Porfavor se lo suplico suelte mi mano! – Chillo el hombre llorando de dolor.

– Así me gusta – Dijo el azabache soltando la mano del hombre quien cayó al suelo retorciéndose de dolor y llorando de agonía.

El azabache sonrió de lado viendo al hombre con burla en su mirada para después organizar su uniforme y pasar sobre el hombre pisando su cuerpo haciéndolo gemir más de dolor.

Los demás campeones pronto desviaron la mirada del chico un poco intimidados por su actuación. El azabache no les presto atención en absoluto, simplemente miro a cierta rubia vestida con túnicas verde esmeralda.

– Rita querida. ¿Cuanto tiempo? – Dijo el azabache hacia la mujer quien al verlo embozo una sonrisa en grande.

– Henrik Mikaelson, que placer verte nuevamente luego de tanto tiempo. – Dijo la mujer con una sonrisa ladeada caminando hacia el azabache meneando su esbelta figura.

Rita Skeeter era una mujer sensual y elegante con una figura y belleza envidiable. A pesar de tener 43 años parecia de 30 más o menos sin ningún rastro de arrugas o vejez en su rostro y figura.

Pero había algo que nadie sabía y es que la mujer era una vampira, la primera de su clase puesto que fue la primera en ser convertida por el azabache.

La mujer era una despiadada periódista muy temida puesto que sus artículos tenían el don de acabar con la reputación de las personas de forma permanente o poner al público en su contra de forma tan convincente que daba pavor.

El azabache la había encontrado hace casi 5 años atrás al borde de la muerte en una de sus visitas a Londres, al pecer la mujer se había metido con alguien quien no debia en ese momento y fue brutalmente atacada y abusada por sus atacantes.

Pero para suerte de la mujer el azabache pasaba por ahí y al verla solo pudo recordar como su padre lo había encontrado a el de forma similar.

El azabache no dudó en darle de su sangre pero lamentablemente sus heridas eran muy graves por lo que murió con sangre de vampiro en sus sistema y luego renació como la primera de su clase siendo una híbrida entre hechicera y vampira que a diferencia del azabache no poseía las habilidades de una bruja ancestral.

La mujer después de pasar por la transición estuvo en deuda de por vida con el azabache y junto a su ayuda habían acabado permanentemente con los atacantes de la mujer.

La rubia hoy en día seguía en deuda con el azabache y juro que nunca revelaría de su existencia puesto que ella siempre supo que él era Harry Potter ahora Henrik Mikaelson.

La mujer fue una de las hechiceras encargadas de su educación temprana en la magia siendo esta muy hábil en transformaciones no tanto como Minerva Mcgonagall o Albus Dumbledore pero si mucho más que el promedio.

– Te vez tan hermosa como siempre – Alabó el azabache con una sonrisa de lado.

– Y tu tan apuesto y don Juan como siempre – respondió la mujer. – Apuesto a que ya has roto un par de corazones. – Se burló la mujer.

– Ya me conoces amor, no soy hombre de una sola dama – Contesto el azabache guiñandole un ojo.

– Algún día te atraparan te lo digo yo. Si no fuera por qué aún tienes 14 años solo Morgana sabe lo que te haría. – Dijo la mujer sin ocultar el descaro en sus palabras.

– La edad es solo un número Rita. – Respondio el azabache en el mismo tono que la mujer.

El coqueteo acabo en el momento en que la puerta de la habitación fue abierta nuevamente salvando del incómodo momento a los otros 3 campeones quienes no sabían donde meterse ante tal conversación que tenían ambos vampiros.

Las miradas de todos se dirigieron al umbral por el que entraban los 3 directores y un hombre el cual el azabache no reconoció.

Los recién llegados dirigieron rápidamente su Atención al suelo donde un Ludo Bangman seguía chillando de dolor.

– ¡¿Señor Bangman que le a pasado?! – Pregunto Dumbledore alarmado sacando una varita de la manga de su túnica y rápidamente arreglando le la mano al hombre.

El azabache no pudo evitar sonreír de lado ante aquello puesto que después de todo el azabache le había robado su anterior posesión.

– El señor no me importa se resbaló dumblas, nada del otro mundo. – Se burló el azabache. La rubia a su lado soltó una leve carcajada ante las palabras del menor.

– ¿Señor Mikaelson a que se refiere con eso? – Pregunto el anciano seriamente.

– Lo que dije Dumblas,  quédate con eso – Dijo el azabache con una sonrisa de lado pero una mirada fría.

El anciano se estremeció un poco pero no dijo nada al respecto.

– Bien, ya que estamos todos presentes es hora que demos inicio a la ceremonia de pasaje de varitas. – Anuncio el anciano. – Para eso he traído a mi viejo amigo Garrick Ollivander. – Presento el anciano al hombre que había llegado junto con los directores.

– Muy buenos días a todos. – Dijo el viejo fabricante de varitas. – Como dijo Albus hoy revisaremos sus varitas para saber si están en condiciones para participar en el torneo. – Su voz era suave y amable pero para el azabache ocultaba cierto misterio.

– Empecemos con usted señorita Delacour. – Anuncio el anciano. La mencionada dio un paso al frente de forma elegante y entrego su varita al hombre.

– Oh que es lo que veo. – Murmuro el hombre escaneando la varita de arriba a abajo e incluso lamiendo la punta de la misma. – Palidandro, 9.5 pulgadas con... ¿Podrá ser? Si si, un núcleo de pelo de Veela – dijo el hombre impresionado.

– De una de mis abuelas – Dijo la chica con orgullo con su acento grandes bien marcado.

– Muy impresionante, una varita poderosa y temperamental. Avis – Dijo el anciano para luego conjurar una parvada de aves que revolotearon por la habitación antes de salir por la ventana abierta. – Aquí tiene señorita Delacour, una varita poderosa y en aptas condiciones. – dijo el anciano.

Después de aquello el hombre siguió examinando las demás varitas ante la atenta atención de todos los presentes a excepción del azabache quien miraba con aburrimiento pero soltó una sonora carcajada al escuchar al Hufflepuff afirma que pulió su varita la noche anterior.

Luego de eso vino el turno del azabache quien fue llamado por el anciano.

– Ah si, señor Potter o debería decir Mikaelson. Nunca hemos tenido el placer de conocernos y es una pena que no haya podido darle una varita de mi propia creación. – Dijo el anciano mirando al azabache fijamente.

– Si usted lo dice. – respondió el azabache con indiferencia mientras se cruzaba de brazos.

Aquello no pareció molestar en absoluto al anciano quien no dejaba de sonreír en grande.

– Señor Mikaelson porfavor dele su varita al señor Ollivander. – Pidio Dumbledore aún con molestia por recordar el destino de la varita de saúco.

– Lo haría dumblas si supiera donde esta. – Se burló el azabache. Ante sus palabras todos a excepción de Rita lo veían con consternación.

– ¿A que se refiere con si supiera donde esta? – cuestiono el anciano sobresaltado.

– Si, como no suelo usar varita ¿Para que tenerla estorbando en mi bolsillo? – Dijo este con indiferencia en su rostro y mirada pero por dentro estaba riendo a carcajadas al ver el horror en la mirada del anciano.

– ¡¿Me está diciendo que no sabe dónde está la varita de saúco?! – grito el anciano en shock y pronto se dio cuenta de su error al ver cómo todos lo miraban con sorpresa y luego al azabache.

No había mago o bruja que no supiera sobre la varita de saúco siendo una de las 3 reliquias de la muerte y la varita más poderosa que existe.

– Exactamente pero ahora que lo recuerdo al ser dueño de la varita puedo convocarla a voluntad. – Dijo el azabache con tranquilidad para luego agitar su muñeca y segundos después la varita aparecio en su mano.

Todos los presentes tenían los ojos abiertos incluso el viejo fabricante de varitas que miraba con sorpresa entre Dumbledore y la varita. Era la varita del anciano, todo este tiempo tuvo aquella varita bajo su poder y nunca supo que era la varita de saúco y ahora la tenía el azabache por lo que debio hacérsela quitado y ganado su lealtad.

Mientras tanto Dumbledore estaba en shock puesto que nunca pudo realizar aquella hazaña, lo intento miles de veces y jamás pudo hacerlo y aquí está ese chico haciéndolo como si fuera lo más normal del mundo y haciendo que por error divulgará la verdad de aquella varita.

– Ya que sabemos que mi varita funciona perfectamente. ¿Podemos acabar con esto? – Dijo el azabache con aburrimiento.

Después de unos momentos todos salieron de su estado de conmoción siendo la primera Rita quien simplemente soltó una sonora y melodiosa carcajada.

– Henrik Mikaelson, nunca dejas de sorprenderme. – Dijo la mujer con una sonrisa coqueta en su rostro.

– Ese es mi encanto, amor. – Dijo el azabache con su voz gruesa y coqueta guiñandole un ojo a la rubia quien simplemente rodó los ojos divertida.

– ¿Ustedes se conocen? – Cuestino el anciano saliendo de su sorpresa.

– ¿Recuerdas Dumblas lo que te dije el día que nos conocimos? – Pregunto el azabache con indiferencia mirando al anciano.

Aquellas palabras solo hicieron que el hombre palideciera ahora entendiendo la gravedad de aquella amenaza. Si el chico conocía a Rita y se llevaban tan bien como aparentaban no solo sería un duro golpe para su reputación, sería su ruina completa.

El silencio del anciano y su reacción confirmaron al azabache que lo recordaba lo que simplemente lo hizo sonreír con diversión.

– Ahora bien a los negocios. – Dijo la rubia periodista con una sonrisa depredadora. – Una sesión de fotos para la protada del profeta y una entrevista con cada uno de ustedes. – anuncio la mujer.

Al final de la tarde, muchas fotos y una entrevista después tanto campeones como directores salieron de aquella aula cada uno con cosas que pensar.

En la mente de los campeones y los directores invitados pasaba un pensamiento similar, Henrik Mikaelson era alguien de tener cuidado.

(•••)

Hasta aquí otro capítulo más, espero les haya gustado hasta ahora este fic.

En el siguiente capítulo tendremos la primera prueba del torneo donde todo Hogwarts sabes de qué está hecho Henrik Mikaelson y todo el mundo conocerá su verdadera naturaleza.

Espero que sea de su agrado el cambio que le hice a nuestra amada y odiada Rita Skeeter. En este fic será una parte clave para los planes de Henrik y quise darle un papel esencial en la vida de nuestro protagonista siendo así la primera persona a quien convirtió.

Quisiera explicar el por qué Harry puede convertir a hechiceros en vampiros. Al igual que Klaus su sangre convierte a brujas, brujos, hechiceros o hechiceras en híbridos además de no necesitar sangre Duppleganger para hacerlo como Klaus que necesita la sangre de Elena para que sus creaciones vivan. Esto debido a que de por si Henrik ya es un Doppleganger por lo que su sangre de hereje y Duppleganger se complementan para convertir a más de su linaje solo que no tan poderosos como el y con las mismas desventajas de un vampiro común como el morir por una estaca de madera.

Sin más que decir les dejo el Cast que usaré para Rita.

Rosie Huntington Whiteley

Is

Rita Skeeter.

“Creeme niña, tienes suerte de tenerlo. Si no fuera un chico de 14 años lo tendría en mi cama día y noche. ”

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