•°~°Capítulo 12°~°•

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

•[▪]•

—¿Sabes una cosa, Bonnie? —Ben capturó la atención del mencionado, quien se encontraba a un lado en el pasillo del estudio que daba a los camerinos— Eres un metiche, sin duda lo eres, pero... —suspiró, pasando su brazo por encima de los hombros del contrario, quien se sobresaltó ante eso— han pasado un par de días y no pensé tener tanta compañía y distracción. Te agradezco.

—Vaya, eso... —suspiró el de ojos rojos— se siente bonito heh —pensó a la vez que una que otra palabra de aquella frase se le escapaba de los labios. Llevó una de sus manos hasta su pecho con una sonrisa— De nada.

—Ha eres un niño, te emocionas casi por todo.

Para Ben, era extraña la forma en la que Bennett había hecho girar los engranajes de su persobalidad en tan solo... ¿un par de días? El tiempo le había pasado bastante rápido a pesar de sentir que pesaba lo suficiente luego de su ruptura amorosa. Pero la cuestión era que nunca le prestó atencion, a pesar de haber entablado una especie de amistad lejana con Bennett, y a pesar de que llevaba trabajando con el chico por más de dos años.

Podía tener por seguro que había apreciado sin duda la compañía del pelimorado, le habia hecho menos dificil de soportar y aceptar los primeros días de sentimientalismo tras todo lo ocurrido. Y ahora que su cabeza estaba más clara, Ben sentía que ya ni necesitaba ni debía de exigir del todo una explicación, tan solo... pensaba que cuanto menos una charla entre los dos debería dejar las cosas en claro, una parte de él estaba tan inquieta que no lograba quedarse tranquilo hasta al menos tener la certeza de que no todo había acabado así.

Porque en cierto modo, extrañaba abrazar y besar a Margaret, talvez era la costumbre y el largo tiempo que pasaron juntos, aunque había podido aceptar que tras no haber entablado una correcta conversación, no podría permitir que ambos terminasen sin hablar y sin dedicarse aunque sea algo de empatía. Quizá la distancia a Ben también le sirvió de algo, para poder darse cuenta de que necesitaba tiempo para muchas cosas, y para si mismo, a pesar de que no creyó que la soledad afectiva pudiese sentirse tan opresiva.

—Eh, no soy un niño, bueno, puede... que a veces me porte algo inmaduro, pero soy joven heh. —habló Bennett llevando sus dos manos hasta su cintura, sacando al un tanto ensimismado Ben de sus pensamientos.

—No tengo duda de eso. —Ben rodó los ojos, hizo una pausa para inspirar hondo— Y también eres ruidoso...

—Eso no cierto, a veces soy alguien con mucha energía, aunque... —el pelimorado suspiró. Dejando la frase incompleta antes de distraer su mirada hasta sus pies.

—Bien, como sea. Tenemos descanso... —la voz ronca de Ben resonó en los oídos ajenos haciendo que el de menor edad borrase esa sonrisa en sus labios— ¿Qué te pasa ahora?

—Heh es que... es raro que utilices plural para incluirme, es agradable. —Bonnie sonrió deslizando los dedos de su mano derecha por su frente, llevando así flequillo hasta atrás para dejar ver su rostro más completo— Pero si, hoy... n-no es un día tan ocupado, podemos tomarnos otro rato de descanso he.

—Cielos, qué tipo raro eres.

—¿Uh, lo soy?

—Sí, lo eres.

•[▪]•

Para Bennett no había mejor forma de acercarse a Ben fuera de su comportamiento natural, que el actuar y encarnar a un potente personaje que pudiera contar una historia con los gestos y tratar de decir otra con las palabras, mientras a su mismo modo, sentía y sacaba con ello toda su propia frustración y negatividad como persona.

Su «yo» como tal era alguien igualmente solitario, pesimista, pero tan amable que acababa sintiendo que eso le consumía al no saber como expresarse bien por fuera, aún si podía desenvolverse con vigor y convicción cuando se hallaba frente a montones de personas.

Podía verlo así también en Ben, podía notar su mirada y como a pesar de no tenerle tanto afecto a su papel como tal, él parecía mostrarse menos rígido que en otros papeles en los que Bennett lo había visto actuar.

Y cuando ambos se encontraban allí, sin ningún tema personal molestando. Desde su punto de vista, Bennett siempre sentía que estaban divirtiéndose mientras sus escenas avanzaban de crudas a opresivas y de enemistosas a empáticas con sólo un giro que ponía un ambiente tan diferente, sin hacerlo tenso ni pesado; donde ambos estaban tan cerca olvidando sus diferencias y donde Bennett tenía que resistir la cercanía ajena, cuando por dentro sabía lo mucho que le gustaba poder sentir ese fuerte perfume envolviendo la piel del moreno, en frente de él.

Incluso si terminaba siendo poco profesional debido a ello, Bennett solía dejar salir palabras nerviosas y miradas titubeantes fuera de libreto cuando se encontraba acorralado por la historia personal de su acompañante, cuando sentía que sus oídos y su vista se nublaban ignorando las líneas bien aprendidas de Ben que estaba frente a él, esperando por su reacción: por supuesto, la respuesta de su personaje, mientras el cuerpo de Ben lo mantenía preso entre su cuerpo y la entrada de la propia casa de Bonnie en la escenografía.

Tragó saliva, no la había olvidado, pero su respiración se había agitado ante los interminables segundos en que poco a poco la cercanía era menor. Al recuperar la compostura, apretando los labios, respirando hondo y empuñando las manos, habló, fuerte y claro, desafiando a su yo interno al repudiar la cercanía del contrario, mascullando con irá.

Sintió que pudo respirar mejor una vez hubo un descanso, y una vez esa animosa y embobada mirada verdosa pasó a ser la misma tosca que bien conocía, suspiró: ese era Ben, tan serio e indiferente, se había separado y se paseaba con un tanto de inquietud sus manos por su rostro, posiblemente buscando pepararse para lo que venía siendo lo siguiente. Era curioso, porque Bennett había estado más preparado para ello que para todo el disturbio escénico en que estaba su personaje.

Lo más cercano que Bennett había experimentado al tipo de sentimientos que guardaba su personaje, había sido cuando a penas salía de preparatoria y descubrió que sus ojos no lograban apartarse de un artista que admirada; cuando descubrió que en realidad era horrible rechazarse a si mismo al entender que había desarrollado un platónico amor por el mismo pelicían, siendo un hombre también, y cuando finalmente esa etapa acabó en donde estaba actualmente: odió no haber sido valiente en su momento, pero tuvo la certeza de que se había aceptado a si mismo, y que Ben era sin duda una excepción a todo lo que alguna vez le llamó la atención.

Entonces sintió la pausa escrita estar destrozando su estabilidad interna al estar a poco y nada de los labios del mayor. Lo sabía, él no debía acercarse, su personaje debía mostrar cierta inquietud, nervios, debía mantenerse firme y darse a entender que el contacto no podía agradarle. Creyó escuchar a Ben murmurar algo con cierto desagrado, antes de verlo suspirar y avanzar.

La mochila que sostenía cayó, Bennett por un segundo no se había sentido como él mismo cuando sus bocas estuvieron juntas, pero a la vez no se rozaban como tal. Y la lucha que a simple vista parecía una demostración de resistencia, para Bennett no era más que todo lo contrario: una parte suya estaba haciendo un esfuerzo por no temblar y por no acabar rodeando a Ben con los brazos y acercándolo lo más que podía, a pesar de que sabía sus labios no debían de rozarse lo suficiente.

Hasta que volvieron a tomar un descanso, pero casi sin despegarse, dando inicio a otra toma más cercana, una donde él por fin podía poner de su parte, el menor en verdad sentía que lo disfrutaba, si que lo hacía. Normalmente no podía corresponder a ningún beso delante de las cámaras, no era como si pudiera ir en contra de lo que su personaje quería.

Ben contaba mentalmente cada segundo removiendo sus labios sobre los de su compañero, esperando algún tipo de señal para el corte de escena nuevamente.

Los labios de Bennett eran distintos a los tantos que había probado a lo largo de su carrera, no siempre corría la suerte de que el acto fuese completamente falso, y era complicado que no hubiesen choques cercanos, cuando no había demasiado para escapar.

Una parte de él... era reacia, y le inquietaba, a pesar de que no era la primera vez que encarnaba tomas de este calibre y sobre todo, junto al tan recurrente Bennett.

Y vaya que su aceptación profesional podía más que su propio criterio, junto a los prejuicios que le indicaban lo denigrante que era para si mismo verse envuelto en una novela que a su parecer, a pesar de ser atrayente y divertida, era absurda.

•~•~•~•~•~•~•~•

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro