•°~°Capítulo 14°~°•

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Por la tarde del siguiente día. Bennett mucho más animado, aunque un tanto cansado, después de una mañana completa de trabajo arduo y de, por supuesto, haber puesto un poco de orden a su agenda. Se decidió por ir a la plaza central con sus dos fieles compañeros que se mostraban muy contentos: sus perros solían amar mucho más los paseos con su dueño que aquellos programados a la semana cuando Bennett no podía estar allí para recrearlos.

Meditando sobre algunas cosas mientras acomodaba el abrigo gris mal puesto sobre una simple sudadera púrpura, dejaba que los mismos perros se liberen un poco frente a sus ojos, jugando entre si como si aún fuesen dos pequeños cachorritos energéticos.

Viéndolos de ese modo hacían sentir a Bennett mucho más relajado, mucho más libre y con un sentimiento profundo de agrado cuando sus bien portados Malloriquines regresaban a su lado a sentarse en la banca de concreto, a acompañarle a beber la bebida caliente que degustaba para combatir los heladores vientos preinvernales. Tratando de que su cabello suelto bajo un gran gorro de lana gris oscuro hiciera el resto del trabajo cubriendo su nuca.

—¡Hey, Bennett! ¡qué suerte tengo, te encontré muy rápido! —le llamó una familiar voz con acento latino y risueño, acompañada de unas pisadas rápidas que iban aumentando a medida que el dueño de aquella voz se acercaba.

Las manos del pelimorado temblaban sosteniendo entre estas la taza de chocolate caliente que por ahora usaba para calentar estas misma. Miraba hacia el pastizal pintado con una delgada capa de blanco por el helador tiempo que había, inhalando profundo a ratos y oyendo a un lado a sus dos perros alborotarse y volver a enroscarse a su lado.

Se encontraba bastante sumido en sus pensamientos, disfrutando de la tranquilidad del poco tránsito del área y de que sus dos perros Pastores se encontraban recuperando energías a su lado, uno sentado y el otro con su la cabeza recostada sobre sus piernas.

Bennett espabiló al momento en que escuchó un sonido de flash y luego vio la luz de este mismo casi encima de él, lo que, por acto reflejo le hizo ponerse a la defensiva y de paso le asustó. No sería la primera vez que pasaba por algo así, pero el susto y la sorpresa siempre terminaban inquietandolo por unos momentos.

—¡Hah! ¿Dis... disculpe?

—¡Hola, Bennett! Espera un momento... —. Y Bennett, aunque estaba un tanto inquieto, se quedó un par de segundos, quieto, tratando de familiarizarse con esa voz y la revoltosa cabellera cobriza ondulada—. Hah, mi amigo, sales guapísimo incluso vistiendo como un vago.

—¿Amigo? ¿pero qué...? —Bennett se sintió ligeramente ofendido por la confianza en el tono del contrario, así mismo por lo molesto que era que le tomaran fotos sin darse cuenta. Hasta que pronto pjdo ver unos ojos grandes y brillantes color marrón y una sonrisa implacable que indicaba la naturaleza juguetona de aquel sujeto— ¿Jeremy?

—¡Ah, si te acuerdas de mi! Creí que te habías olvidado de tu viejo amigo. —parloteó este, haciendo un gesto y sonriendo mientras dejaba reposar la cámara colgando desde su cuello.

—Sí... me acuerdo, por supuesto. —Bennett se relajó un momento, comprendiendo el porqué sus dos perros a un lado ni se movían al ver a aquel alto y carismático personaje frente a él— Es un gusto volver a verte.

—¡El gusto es mío, por volver a encontrarte! Pensé que debería buscarte por toda la localidad de la ciudad hah —rió Jeremy extendió sus brazos, indicando con este amigable gesto que esperaba un abrazo como saludo. A penas y dudosamente el pelimorado se levantó cuidando su vaso medio vacío sobre el asiento y luego respondiendo al gesto del mayor, suspirando antes de separarse— Ow ¿por qué me das un abrazo tan corto?

—Bueno, no lo sé, pero dime ¿qué haces por aquí, joven Jeremy? —le cuestionó llevando una de sus manos hasta su barbilla, mientras que con la otra regresaba a sostener aquella cálida taza con chocolate caliente— Creí que estarías... en Suiza aún por tus estudios.

—Estaba, no acabé mis estudios, pero... una cosa acabó en otra ¡y ahora sólo soy fotógrafo! —explicó breve, encogiendo los hombros pero sin dejar de mantener una animosa sonrisa— Había conseguido trabajo para una gran editorial de la localidad y entonces recordé que estás quedándote aquí en Bolton temporalmente también.

—Mmh, ya veo... no pensé que fueses a cambiar de carrera, pero es bueno volver a verte. Significa ¿qué estás quedándote por aquí cerca también?

—Más o menos, alquilo una habitación a una media hora de aquí.

—Oh entonces sería agradable vernos más seguido, bueno... si es que llego a tener el tiempo suficiente, he estado muy ocupado.

—Eso parece evidente, pero no sabes lo feliz que me hace notar que el pequeño Bennett no ha cambiado nada y que aún sales con tus guardaespaldas como siempre. —mencionó con cierto tono menos eufórico y tranquilo, consiguiendo un asentimiento por parte del contrario— Ya, ya, supongo qur tienes la tarde libre ¿no?

—Algo así ¿me harás... compañía?

—No vine en vano haha. Poco se sabe de ti en internet, pero sé que has estado trabajando y no te va mal. —Jeremy se acercó, haciéndose un espacio al lado del perro más tranquilo que se encontraba un tanto adormilado, para sentare junto a Bennett— Pongámonos al día. Mi celular murió hace uhhf así que no pude recuperar tu número tampoco, mi amigo.

—Mmh está bien, me haría muy bien un poco de charla. —le sonrió Bennett, dando un sorbo a su bebida caliente, mirando a un lado.

—¿Cuándo no? Eres alguien que disfruta de hablar hah.

—¡Hey!

•[▪]•

A penas eran las ocho y cuarto de la tarde del mismo intenso e inquietante día. Y Ben, que venía ingresando a la recepción del edificio con el pensamiento de que al llegar al departamento, este estaría hecho un desastre por su ausencia y por la libertad absoluta de aquella cachorra.

Aunque en cierto modo, ya sentía que podía acostumbrarse a estar limpiando cada burrada que causara la cachorra, aquello lo mantenía ocupado y distraído a pesar de estar un tanto cansado de lo mismo.

—Eh, no esperaba encontrarme contigo hoy... —dijo Ben de pronto, visualizando a cierto pelimora a unos pasos más adelante de él, tapado en ropa y cargando con dos correas, que sujetaban a dos grandes perros azabaches a cada lado suyo.

Bennett se erizó en cuanto la mano del moreno aterrizó en su hombro, haciendolo voltear con incertidumbre y sopresiva. Los perros sólo lo rodearon, olisqueando con cierta desconfianza el suelo cerca de los zapatos del moreno.

—Hola... —respondió Bennett en casi un suspiro. Carraspeó la garganta y se paró más derecho en su sitio— yo tampoco me esperaba p-poder verte hoy.

El menor mordió su labio ante la feroz mirada esmeralda del mayor, con un sentimiento nervioso en su pecho, apretó con más fuerza las correas que se sujetaban a los collares verdes de ambos perros. Suspiró, dedicándole una mirada tranquila al contrario. La reacción del mayor era una indiferencia obsoluta, a Bennett eso lo inquietaba aún más.

—Ya que estamos aquí ¿caminamos? —preguntó Ben con cierto toque amistoso y monótono a la vez, ignorando como siempre, que uno de los dos perros acompañantes del menor solía gruñirle a ratos. Y para antes de que Bennett contestase, este ya había emprendido caminata con el menor siguiéndole por mecánica junto a los dos caninos.

Subieron por el ascensor casi sin entablar mucha charla más que la misma trivialidad de cuando solían verse. Al llegar primero al departamento de Bennett, se detuvieron un momento preguntando qué tal habían estado los días de cada uno, aunque Ben a penas y contestaba de forma rápido, el menor sentía que se encontraba de buen humor.

—Bueno ¿estarás... ocupado más tarde?

—Mmh... sí, lo estaré.

•~•~•~•~•~•~•
Jskjsk Jeremy☆☆

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro