•°~°Capítulo 9°~°•

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

•[▪]•

—¡Mmh, dormí bien hoy! —musitó Bennett dando largas y energéticas pisadas por el corto pasillo que daba a la sala y la cocina estirando sus brazos al aire, mientras se desordenaba el cabello— ¡Día libre! —agregó para si mismo, con cierto cansancio en la voz.

Habían pasado unos días, Bennett a penas había tenido tiempo para llegar a atender a sus mascotas antes de sólo dormir como normalmente hacía. Y poder despertar una mañana estando el sol bien puesto en el cielo, se sentía como algo maravilloso que no podría hacerle sentir más contento y relajado.

Llevaba el teléfono en la mano, lo había puesto sobre la encimera de la cocina mientras rebuscaba algo para prepararse rápido y desayunar. Había silencio en el departamento, podía ver a sus dos perros dormidos en la sala y sentir a ratos el sonido de la vibración del teléfono chocando contra la superficie de la isla.

Recostó el pecho sobre la encimera, llevando a ratos un par de cucharadas de la ensalada preparada previamente a su boca, mientras deslizaba el dedo por la pantalla del móvil buscando algo interesante en qué distraerse unos momentos.

—Huh... ¿Cómo? —Bennett se exaltó bastante tras haber echado un vistazo al primer encabezado de una noticia que apretó por accidente, misma que de pronto enseñó un encabezado que llamó su atención al segundo.

Allí vio distintas cosas acerca de lo que venía siendo la relación pública de Ben y Margaret, algo no muy fuera de lo normal tomando en cuenta lo sobresalientes que eran. Sin embargo, siguió leyendo, tenía curiosidad.

En ese momento, el pelimora, abrió los ojos, mordiéndose el labio ¿qué hacía él metido en esto? Joder, ahora estaba nervioso. Esperaba no lo hayan capturado haciendo o diciendo algo tonto. Por suerte era sólo una noticia del diario de chismes del internet, generalmente más de la mitad de algunas cosas eran poco sostenibles.

Bennett quiso golpearse contra la encimera cuando revisó las pequeñas imagenes y archivos adjuntos, sintió algo de intriga: no era alguien muy pendiente de tendencias ni algún otro tipo similar, pero sentía que esta vez debió al menos de prestar atención a algunas cosas, porque él no lo había notado, ni tenía idea.

Ben y su novia habían finalizado su relación en serio, no cabía dudas, y no podía imaginar de qué forma se estaría sintiendo Ben, incluso cuando al parecer su separación se había hecho pública y finalizada.

Con esa misma sensación de inquietud y ansías, dejó el movil y todo lo que hacía al instante, se levantó y corrió hasta la alcoba, tomando lo primero que vió en el armario una vez se quitó la camisa y pantalón de pijama. Había luchado también un montón con los zapatos hasta que consiguió ponérselos sin desatar las agujetas.

No comprendía muy bien el porqué de la prisa que llevaba, pero entendía una cosa: debía aproximarse a la vivienda del moreno, quería acompañarle, pues sabía que con todo lo que estaba pasando él se habría de encontrar mal. Muy mal, estando seguramente solo luego de romper una relación.

Caminó deprisa al cuarto de baño y volvió a remojar su rostro, peinando de paso su cabello para luego atardo en una coleta baja, y fue a la sala principal a recoger un abrigo que dejo tirado de entre el suelo y el sillón. Antes de aproximarse a la entrada, se detuvo al oír dos ladridos sincronizados en un tono largo y bajo a sus espaldas, lo que le obligó a detenerse de inmediato asintiendo con la cabeza.

—Oh, cierto... —se dijo a si mismo, corriendo a la cocina y guiando a ambos perros hasta los cuencos de su comida, los cuales llenó por supuesto— Bien. Matthiew, Alan, iré a visitar a Ben. Espero no tardarme mucho ¿si? —les anunció, acariciando la cabeza de ambos perros que vivian con él— Pórtense bien, bebés.

Les sonrió obteniendo un ruidito y un par de mimos antes de salir. Ben vivía sólo dos plantas arriba, no era difícil hacerle una visita, aunque si que le era algo novedoso él ir solo y sin razones que tuvieran de por medio algo relacionado al trabajo. Inspiró hondo, cuando se encontró fuera llamando a la puerta. Había esperado por supuesto, que Ben siquiera abriese antes de mencionar que no le gustaban las visitas y que se fuera, no era algo diferente a lo habitual en realidad.

—¡Soy Bennett! Y-Yo... —aclaró el menor, aún de pie frente a la puerta, no hacía falta alzar la voz, aunque creía debía hacerlo si incluso a él le costaba oírse a si mismo— s-sólo vengo a... ver como estás ¿me abres?

No tardó demasiado en oír un bufido ligero mezclado com esa voz cansada y grave que tenía Ben a través del contestador, haciendo estremecer internamente al pelimorado que aún se encontraba parado con una mano apoyada en el buen material con el que estaba echa la bonita puerta, delineando con sus dedos el diseño de la misma buscando distraerse.

—¿Qué quieres? —inquirió Ben una vez abierta la puerta, sin mostrar interés alguno— Estaba ocupado. —agregó, con la voz apagada y la mirada pesada.

—Lo siento... —susurró el oji-rojo bajando leve la mirada— Digo, por interrumpir lo que sea que... hayas estado haciendo —se corrigió acariciando su brazo izquierdo de una forma nerviosa, y se tomó un respiro antes de hablar y verlo de frente—. Vine a verte, ¿cómo te... encuentras?

—¿Cómo crees? —contestó Ben apretando los labios y dando un paso hacia atrás, abriendo la puerta para seguido mirar con resigno y molestia al pelimorado que se encontraba jugando con sus dedos delante de él, sin decir nada más— Hey ¿quieres entrar o sólo viniste a pararte ahí?

—Eh, no. ¡digo, sí! Quiero entrar, entro... heh —aceptó Bennett con cierto nerviosismo ante la forma ruda y poco afectiva con que hablaba y miraba el peli-turquesa, aunque de cierto modo podía el poco interés que estaba mostrando Ben.

—De acuerdo, entonces entra. —Ben se hizo a un lado, para dejar pasar a Bennett, quién rápidamente no desaprovechó y entró antes de que se arrepintiese. Suspiró y cerró la puerta, observando detenidamente al contrario— No voy a preguntar porqué viniste, creo que es... obvio, de algún modo ya todos se enteraron.

Dijo el peli-turquesa, encogiéndose de hombros dedicando una lejana mirada a Bennett, que miraba con cuidado a su dirección antes de sentarse con más confianza en el sofá echando un vistazo a la televisión encendida en la sala.

—Lo sé, me enteré. Lamento... que se separaran, a mi... t-también me tomó por sorpresa. Y me preocupa como estés, ya sabes... somos compañeros y eso.

—Mmh sí...

Sin embargo, Ben parecía estar ensimismado en sus pensamientos el resto del rato que pasaron allí buscando algo con qué distraerse. Bennett sólo lo observaba sintiendo la misma extraña sensación al poder distinguir los grandes desanimos en las expresiones del otro. No supo como, pero era la primera vez que entablaban una conversación real, algo que no fuese guiado por las tantas ganas del pelimora por buscar charla o la evasión del moreno por deshacerse de su cercanía o llemar el hueco de silencio hablando únicamente de si mismo.

—Ella... había hablado conmigo hace varios días. Lamento... no habértelo mencionado, s-sentí que estuviera bien de mi parte meterme en su relación.

—Olvídate de eso... no importa ¿vas a quedarte un rato más? —.Por supuesto, la forma menos ruda y tranquila que cobró la voz de Ben, hicieron que Bennett se sobresaltara y preocupara a partes iguales, tragando saliva.

—Sí... si no te molesta, me quedaré. —el oji-rojo juntó sus dos manos propias entrelazando sus dedos.

—Bien... —Ben continuó mirando a Bennett con el ceño levemente fruncido, aunque con una expresión más serena que hace un momento.

Mientras el pelimorado hablaba para evitar que el silencio se esparciera entre los dos, y buscando de paso levantar un poco los ánimos de su acompañante, se distraía mirando a cualquier sitio sintiendo que si observaba al mayor a los ojos, diría algo estúpido o se trabaría al hablar. Fue en eso en que no notó lo que Ben hacía, hasta que sintió el peso de este sobre su cuerpo, como si se apoyase en él.

Fue poca su sorpresa al notar que aquel contacto en realidad había sido un soporte para el moreno, el cual se esforzaba por mostrarse menos inquieto de lo que ya. Se sentía lindo un abrazo así y bastaba esto para saber que el estado vulnerable del otro era notorio.

—No lo entiendo... —habló el de orbes verdes por fin después de más de un minuto en silencio, silencio que Bennett disfrutaba al estar todavía en medio de ese abrazo.

Bennett le oía mientras el contrario se desahogaba en sus brazos, algo increiblemente extraño para él, nunca había visto a Ben llorar, ni expresar como se sentía, y esto era algo prácticamente nuevo, como si hubiera descubierto una nueva faceta en el moreno. Sin embargo no le agradaba para nada oír un ella casi en cada frase que el peli-turquesa dejaba escapar con la voz temblorosa, era incómodo.

—Bon, las cosas sólo pasaron, no es tú culpa ¿de acuerdo? —el menor, ya sintiendo una opresión punzante en el pecho, simplemente no podía seguir escuchándole hablar de esa forma— Escucha... aún pueden conversar, y aclarar algunas cosas, pero sabes que primero... —cortó el abrazo, ahora tomando distancia con sus manos en los hombros de Ben— lo importante es que tú estés... bien... —suspiró— eso es... lo que más me importa.

Ben por unos cortos segundos se dignó a mirar y analizar de pies a cabeza al contrario respirando con profundidad. Ahora que lo pensaba, ese chico siempre le había animado en todo, era un tipo extraño, nunca le había agradado en serio, pero debía admitir que tenerle de compañía era gratificante en algún punto. Era un buen chico.

—Siéndote sincero, no creí... que fueses necesariamente tú quien me viera de esta forma y menos por una situación como esta... —habló Ben, volviendo a tomar la compostura y llevando su mano al hombro de Bennett.

—Está bien, no te preocupes. —Bennett imitó la acción del moreno e igualmente volvió a posicionar una mano en el hombro del contrario— Entiendo... p-para eso están los amigos ¿no?

—Eso creo... —Ben tomó una botella de vodka reposada en la mesa de centro, junto a un par de vasos— eres... un buen amigo.

—G-Gracias...

—¿Un poco? —ofreció una copa al otro.

—No, en realidad no bebo.

—Vaya, eres un chico correcto. —comentó el moreno, bebiendo todo el contenido del vaso a sorbos.

—Heh supongo... nunca he tolerado tanto el alcohol. —Bennett sonrió, tenía suerte de no beber, una vez lo hizo y no acabo muy bien, de cualquier tipo de bebida, siempre acababa de la misma forma y con el peli-turquesa cerca sería un peligro— Me quedaré un rato más ¿si no te molesta? Tengo el día libre y... no quiero pasarlo solo.

—Ya veo —comentó con normalidad, sirviendo otro poco de vodka en la vaso— Quédate si quieres, no me importa.

—¿Sabes? Creo que... deberías hacer algo más productivo que simplemente quedarte aquí a beber ese... lo que sea que estes tomando —sugirió Bennett poniendo una mano disimuladamente sobre la de Ben, y antes de que su nerviosismo y rubor se dieran a notar, le quitó el vaso para dejarlo al otro extremo de la mesita de cristal— ¿te apetece salir? D-Digo... para despejar tu mente.

—¿Tú crees que salir sería una buena idea? —el mayor levantó ambas cejas— No veo el caso.

—Uhm, bien... —el pelimorado llevó su mano hasta su barbilla— entonces ¿qué quieres hacer?

Habían pasado un par horas, a penas llegaba el mediodía, y como no hallaban nada bueno que hacer se decidieron por mirar la tele un rato más, Ben ya había consumido la botella completa por el aburrimiento y seguía igual o incluso se veía mejor que antes a pesar de que se encontraba menos lúcido de lo normal. Ben dormía placidamente sobre el sillón y Bennett estaba perfectamente cómodo en su hombro, el aburrimiento les había hecho cansarse más rápido, y al parecer el un buen momento hizo que la actitud cortante del moreno fuese menor, y era agradable.

—Basta, deja... de acomodarte tan cerca... —. La voz adormilada del peliturquesa hizo que Bennett se erizara en su sitio, moviéndose a un lado y sentándose correctamente casi al instante en que giró la vista y vio al mayor fruncir el ceño mientras se acomodaba el pelo y frotaba un poco su rostro.

—Lo siento ¿te molesta? —le miró directo a esos orbes verdes que expresaban nada más que cansancio, eran unos ojos hermosos, que le deslumbraban cada vez que miraba a su rostro. Suspiró sintiendo que el calor se le subía al rostro y volvió a atar su cabello para dejar el poco aire chocar contra su nuca.

—Si no lo hiciera no estaría protestando por eso. —Ben se acercó al menor para poner una mano en el hombros, empujándolo levemente para poder retomar la postura, tapando sus labios tras bostezar— Tampoco te tomes tantas confianzas.

—Sí, lo siento... discúlpame.

—Carajo, no es necesario que te disculpes tanto por todo, Bennett. —alegó el moreno, revolviéndose el cabello con una mano mientras inspiraba hondo— Eres muy extraño ¿sabes?

—Mmh, s-supongo...

—¿Qué te pasa ahora?

—No me digas Bennett, me gusta que me llames Bonnie, suena cercano.

—No lo es, lo hago por costumbre...

—Heh eso lo sé, pero es agradable. —sonrió el pelimora, encogiendo los hombros— Hey ¿qué tal si me abrazas? Digo... ah seguro eso te relaja un poco. D-Debes estar algo tenso...

—Puedes joderte, yo no doy abrazos. —espetó Ben cruzando los brazos, casi inclinándose un poco a un lado, al ver la mueca que había puesto Bennett una vez se negó— No estoy tenso... dormí en el maldito sofá, sólo es incómodo.

—Lo sé, pero me diste un abrazo antes... —protestó Bennett, deslizando su brazo por sobre los hombros de Ben, sonriendo con simpatía y reprimiendo los temblores en su cuerpo ante el contacto que con valentía se había atrevido a tomar con el mayor— S-Somos amigos ¿no?

—No te me pegues demasiado, es extraño. —se quejó Ben apartando la mano del pelimorado.

—No es extraño, no es raro... que dos amigos se abrazen ¿sabes? —Bennett rodó los ojos, mientras dejaba caer otra vez su brazo sobre los hombros del peli-turquesa.

—Amigo o no, no suelo tomarme ese tipo de confianzas casi con nadie, así que paso. —Ben le separó mostrando una ligera mueca de asco— Pero hagamos esto; si quieres un abrazo, ahí tengo un pequeño cactus al que puedes abrazar. —apuntó a la maceta que tenía sobre una mesilla de marmol cerca del rincón a un lado del sillón.

—¡Mmh! P-Por eso tus amigos no te vienen a visitar, deberías ser más amable y delicado. —comentó Bennett alzando un poco el tono de voz ya que el moreno había emprendido caminata hasta la cocina, eso pudo saberlo sin necesidad de mirar, ya que el oji-verde acostumbraba a hacer bastante ruido al rebuscar algo en cualquier sitio.

—¡Ha! Sólo consigues que se aprovechen de ti si eres tan permisivo. Y yo prefiero seguir siendo así, no necesito cambiar por otros. —respondió dando un mordisco a la manzana y bebiendo el refresco que había sacado.

—Y-Ya lo sé... —el de tez clara rodó los ojos.

—Pues si ya sabes, no me critiques ¡Agarra! —le lanzó una lata de refresco, la cual Bennett atrapó al momento con cierta torpeza—. Tú me conoce bastante bien para ser un hombre, siéntete afortunado de que seamos amigos.

—¿Hombre? ¿y eso que tiene que ver? —el pelimorado abrió la soda y volvió a sentarse en el sillón.

—Normalmente si es que quiero, me relaciono mucho mejor con mujeres —el mayor alzó ambas cejas con una sonrisa burlona.

—Ya veo... —Bennett había dejado de lado la bebida y se dignó a mirar al otro con el ceño fruncido, soltando un largo suspiro antes de apartar la vista.

—Como sea... ¿planeas quedarte más tiempo?

—Me quedaré un rato más... —suspiró esbozando una cálida sonrisa, siendo Ben a quién le hablaba no podía evitar actuar de esa manera— si no te molesta...

—Supongo que no.

•[▪]•

Bennett se encontraba con el celular en mano, recostado en la alfombra de la amplia sala de su departamento junto a sus dos mascotas que descansaban a su lado.

Escuchó el ruido de la puerta, por lo que bufó una vez había encontrado una posición comoda y la persona al otro lado seguía tocando, y Bennett mo sabía si le molestaba más ese ruido que el del mismo timbre que tenía la puerta.

—¡Ya voy! —se levantó con pereza del suelo cuidando de que ambos animales no despertarán.

Abrió la puerta con una media sonrisa, sintiendo que no valía la pena esforzarse en mostrarse positivo cuando se hallaba inquieto, y que recibiría a quien fuera que le viniera a ver de la misma forma; con cual sea su estado de ánimo.

—Hey, hola. —. Al otro lado de la puerta, Ben se encogió de hombros, luciendo mejor vestido y con más ánimos— Te tardaste en contestar.

—Eh sí, es que... ahm ¿qué haces aquí? —Bennett trastabilló al hablar, por lo que se relajó un poco y le sonrió al contrario moviéndose a un lado, indicándole con un gesto amable que podía ingresar al departamento.

—No, no voy a ent... —.Ben no alcanzó a terminar ya que Bennett sólo sonrió y con cuidado le jaló hacia adentro, cerrando la puerta detrás mientras, al parecer esas pintas de desánimo que creyó haber visto cuando el pelimora abrió la puerta, se esfumaban abriendo paso a un pelivioleta bastante contento—. Cielos, contigo no se puede siquiera hablar sin que hagas de las tuyas. No iba a entrar, sólo... venía de paso.

—Lo siento heh, me emocioné. —Bennett rió nervioso— B-Bueno ¿qué necesitas? Creí que.. necesitabas tu espacio.

—Sí, ya estoy mejor... —el más alto llevó sus manos hasta los hombros del contrario, palpando amistosamente.

—¿Y eso por qué? —inquirió Bennett, intentado que no se le escape una sonrisa o mirada de emoción al notar al turquesa observarle por unos cuantos segundos— ¿Q-Qué? ¿tengo algo en la cara? —llevó sus manos a su rostro disimulando tocarse la cara, buscando una forma de apartar la vista.

—Sí, mira... ¿aún quieres un abrazo? —preguntó Ben quitando sus manos de los hombros ajenos, para seguido extender un poco los brazos esbozando una sonrisa de lado y agachando las cejas, un tanto inquieto.

—¿En... en serio?

—Si no quieres, está bien. —empezó a bajar lentamente sus brazos— Pensé que...

—¡No! Digo sí... ¡Si! Ah si quiero ¡abrázame! —Bennett dejó escapar una risita nerviosa, dejando de hablar y solo balanceándose casi sobre el otro para abrazarlo rodeándole el torso.

—Hey cálmate, tampoco es para tanto... es... raro. —Ben giró sus ojos haciendo lo posible por corresponder de igual forma deslizando sus manos por la espalda de Bennett y pegándose más al otro, un abrazo era poco, algo que casi no recibía salvo por temas de trabajo y debido a esto las actitudes cariñosas no se le daban muy bien en nada, ni siquiera en su vida íntima.

—¿A que se debe esto? —cuestionó el de ojos rojos, notando que Ben iba a separarse, por lo que bufó y se pegó más a él— No te voy a soltar hasta que me digas.

—¡Hey! Me vas a hostigar. Carajo, sólo pensé que sería bueno agradecerte, esto ya es casi tan raro como tú. —siseó Ben, apartando la vista mientras fruncía los labios— Además... casi te eché de mi departamento, tómalo como una disculpa, supongo.

—Vaya... ¿en serio? —rió despacio— Me has echado de peores maneras y nunca te has disculpado.

—Bueno.... supongo que siempre hay una primera vez. Tampoco soy la horrible persona que parezco, mocoso tonto. Si sigues así me voy a arrepentir.

—Deja de llamarme así, sólo soy tres años menor que tú... —oprimió sus labios— espera... ¿arrepentirte de qué? —Bennett le miró inclinando su cabeza— La disculpa ya me la diste ¿no?

—Sí, pero había pensado en preguntarte algo. —Ben se encogió de hombros, soltando un bufido.

—¿E-En serio, qué cosa? —Bennett se vio impaciente al notar la mirada del otro posarse sobre sí.

—¿Quieres salir conmigo?

—¿Salir? Oh yo... c-claro ¡me gustaría!

•~•~•~•~•~•~•
A partir de este punto, no tocaré casi nada de los capítulos ya que fueron editados hace mucho jsj

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro