- Parece que olvidaron mi invitación.
- Tu no eres bienvenida - los únicos que parecían saber de quién se trataba eran los reyes.
- Esperaba un mejor recibimiento alteza
- ¿Qué recibimiento merece una persona como tú?
- El de la futura soberana de este reino
- Jamás lo permitiré - dijo imponente la joven peli-azul.
- Marinette... Ponte a salvo - su padre hizo lo posible para alejar a su hija, pero está se acercó para hacerle frente a aquella dama.
- Así que ella es la antigua heredera al trono
- La actual heredera... No eres bienvenida en este palacio ni en este reino, asi que busca otro lugar
- Dime algo Marinette...
- Alteza, para usted
- Bueno alteza, ¿No estás harta de que ellos te digan que debes hacer?
Mírate, estás a punto de escojer un pretendiente al que no amas solo para reinar y dejar en la calle a Félix Graham, por lo que pasó...
- Tu no sabes nada de mi...
- Tal vez, pero tus ojos no ocultan nada
- Ya fue suficiente... Lárgate y retorna al lugar de dónde saliste
- Así que nadie lo sabe... Verán gente de este reino, su amada princesa acepto el casarse con alguno de sus pretendientes no por amor al pueblo, si no para negar el derecho a la familia Graham por un trauma que sembró venganza en el corazón de ella...
- Cállate
- ¿Porque alteza? Te da tanto miedo que lo sepan
- ¿Qué quieres? - cerro sus puntos con fuerza y suspiro resignada.
- ¿Perdón?
- ¿Qué quieres para dejar este asunto?... Te daré lo que quieras
- Esa oferta es tentadora...
- Marinette... No lo hagas
- Haré lo que quieras... Pero deja a este reino en paz
- Bien princesa... Pero este tema lo hablaremos en privado.

Una nube de humo negro las envolvió a ambas, transportandolas a un lugar extraño, parecían ser una biblioteca, pero estaba a la mitad de un bosque oscuro.

- ¿Dónde estamos?
- En este lugar hago mis tratos... Y tú estás aquí para hacer uno; ¿Estas segura de tu decisión?
- Por supuesto - intentando sonar segura de si misma.
- Entonces... Firma esto - dándole un pergamino.
- Está en blanco... - confundida.
- No querida esto no está en blanco, solo que tú no puedes ver el texto
- ¿Quieres que firme un trato sin saber que estoy firmando?
- Me pareció oír que estabas segura de tu decisión... Pero será como tú quieras, al final el futuro de Francia y probablemente del mundo está en tus manos.
- Pero... ¿Y si quiero cancelar?
- Tu sola deberás encontrar la forma de hacerlo
- ¿Volveré a ver a mis padres?
- Todo eso depende de ti... Si lo logras volverás a tu vida, aúnque si me lo preguntas a mi, preferiría no volver
- Tu no eres nadie para decirme eso
- Solo piénsalo Marinette, si vuelves sería para casarte con tu mejor amigo o con alguien a quien odias; ¿Quién quiere eso?
- Yo... - intentando sonar decidida
- Siguente intentando convencerte de eso... Yo sé que tú odias esa idea y que solo la aceptás para quitarla la sonrisa de la cara a alguien
- Tengo más fortaleza de la que crees
- Demuestralo princesita

Marinette miraba dudosa aquel pergamino, solo estaba la línea para firmarlo; sabía que lo que fuera que estipulaba debía ser horrible, pero debía correr el riesgo por su gente y por su propia vida, pero no sé atrevía a escribir su firma, solo podía dudar si eso era lo correcto.

- Creí que tendrías el valor para hacerlo... Pero me equivoqué
- Te demostraré a ti y a todo el maldito reino que yo tengo las agallas suficientes para esto - golpeando la mesa.
La chica estaba llena de esa ira que llevaba guardando durante tanto tiempo, dejo sus miedos y actuó sin pensarlo por segunda vez, escribió rápidamente su firma y se la dio a mirara a la bruja, la cuál sonrió malevoleamete al ver ese nombre en el contrato
- Buena suerte princesa... La necesitaras.

La bruma volvió a envolverla limitando su campo de visión, destruyendo todo a su alrededor, después de unos segundos la bruma se disperso dejando caer a la chica al lado de una camino.
Ella estaba totalmente confundida, tenía un traje extraño de con estampado catarina y una capucha, el mismo que aparecía cuando liberaba su poder, ella noto que estaba en el mismo bosque pero no estaba la bruja; un ruido de una carruaje se acercaba, ella tenía la esperanza de poder pedir ayuda, pero antes de que el carruaje entrara en su campo de visión alguien la jalo al interior del bosque.

Signore e signori, ragazzi e ragazze... E sì, grazie alla magia del traduttore parlo anche italiano
Finalmente traje la parte que sigue de la historia, como soy buena y no les quiero dejar en suspenso otra vez, hoy serán dos capítulos así que disfruten.