IV

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Némesis estaba sentado sobre el puente, donde, de vez en cuando, arrojaba una piedra al río. Estaba sentado de tal forma que sus pies colgaban sobre el río.
Escuchó unos ligeros pasos sobre las piedras, haciendo que mirara a un lado, topandose con Sariatu, quien llevaba un morralito con ella en la cintura y un vestido azul marino largo de mangas hasta las muñecas

-¿Qué traes ahí?- preguntó amablemente mientras se situaba delante de ella

-Un par de libretas, una pluma y un tintero- dijo alzando el morralito frente de ella

-¿Puedo?- Sariatu se lo entregó

Némesis revisó lo que llevaba, y efectivamente, solo llevaba dos libretas desgastadas junto con la pluma, bastante simples para una princesa

-Pensaba que al ser tú una princesa, tendrías cosas lujosas- dijo mientras hojeaba una libreta

-No me gustan los lujos, pero quisiera tener otras libretas nuevas- tomo una de ellas -Son hojas recicladas, pero ya se acabaron las hojas, traigo unas sueltas, así que...- dejo la frase incompleta

-Bueno, vamos, quiero llevarte a conocer mi hogar, la otra vez no pude-

Ambos caminaron hacia el bosque,perdiéndose entre los árboles.
Igual que la otra vez, llegaron a través de la magia, el castillo se veía imponente y, obviamente, representaba el peligro que transmitía el Rey.
Némesis y Sariatu entraron, no se toparon con nadie, pero si sabía que habían más bots por ahí, quizás ocultos en las sombras y en las paredes del castillo. Llegaron a lo que parecía ser el despacho del príncipe de la oscuridad; había un estante casi vacío, tenía solo alrededor de unos diez libros, se sentaron en el escritorio, Sariatu sacó sus libretas y su tintero

-Antes que comiences- dijo Némesis -¿Qué te parece si hablamos un poco? Para conocernos más, quiero saber de ti- apoyo los brazos en el escritorio

-Yo... no se que decir, sinceramente no hay mucho que contar- dijo jugueteando con sus dedos

-Bueno, no te pareces a Roulett, quiero decir, en cuanto a carácter y físico- la señaló completamente

-Ese es el detalle, mi padre cree que soy producto de una infidelidad de mi madre, más que nada por mi color-

-¿Qué tiene que ver tu pintura con una infidelidad?- preguntó confundido

-Lo que pasa es que nadie en mi descendencia, nisiquiera mis abuelos, son de este color- explicó mirándolo

-Puede haber casos de albinismo, no necesariamente de herencia- dijo, pero Sariatu solo agachó la cabeza

Némesis entendió que no había sido buena idea hablar sobre algo tan delicado como eso. Así que prefirió ayudarla con su tarea, ella le hacía preguntas y él le respondía con mucha facilidad, algunas eran sobre estrategias de combate, a lo que le respondía con las estrategias más efectivas que le habían resultado a él en combate, otras sobre la esgrima, cosas que ella no sabía, era una civil cuando empezó la guerra, por lo que ella y su familia salieron de Cybetron cuando se dio la orden de abandonarlo.
Algunas veces Némesis se levantaba y tomaba un libro para seguir investigando, sobre todo de la historia de la época antes de que ella naciera, Sariatu tenía que hacer un resumen sobre los eventos más importantes, mientras ella anotaba, Némesis leía los eventos que consideraba más importantes.

-Voy por un poco de energon, regreso enseguida- dejó el libro sobre el escritorio y salió

-Claro- Sariatu miraba a su alrededor, su chispa se sentía más tibia, ese sentimiento era nuevo

Escucho pasos pesados, pensó que quizás había regresado pronto, pero entró un caballero

-Némesis, venía a...- se interrumpió a sí mismo cuando la vio, Sariatu se levantó del asiento -¿¡¿Qué estás haciendo aquí?!?-

-Yo..- no sabía que hacer, el caballero la conocía también, pero ella a él no

-Te hice una pregunta, ¿qué haces aquí?- la tomó del brazo con bastante fuerza, provocando unas abolladuras -Tú te vas a ir de aquí, los enemigos no son bienvenidos- la sacó a rastras del despacho hasta los pasillos

-¡¡¡Stormreing!!!- el caballero se detuvo y miró atrás -Déjala en paz, esa no es manera de tratar a nuestros invitados- retiro la mano del brazo de la femme, quien al instante tocó la zona afectada y se acercó al Rey

-Estás demente, es la hija de Roulett- expresó molesto

-Pero ella no tiene la culpa de los actos de su padre- contestó mientras envolvía un brazo alrededor de su cintura, acercandola a él

-¡¡¡Es la hija de nuestro enemigo, podría estar infiltrada, tratando de descubrir cómo entrar en estas tierras!!!- Sariatu se acercó aún más al mech, intentando, de alguna forma, ocultarse

-¡¡¡Stormreing, basta!!! La estas asustando- una voz femenina irrumpió en el lugar

-Elita, no te metas- se giró hacia la femme más pequeña

-No tienes porqué juzgarla, sé cuando alguien tiene malas intenciones y ella no las tiene, así lárgate antes de que te haga chatarra- el caballero sólo se fue,no sin antes mirar a Sariatu

-¿Estás bien?¿Te lastimó?- Némesis la soltó y la revisó un poco

-No, estoy bien- se separó un poco, pero aún estando cerca de él

-Disculpa su actitud, querida, los de Iacon no le caen bien desde que nos exiliaron- dijo la femme en un tono suave

-No te preocupes-

Ambas se presentaron, Elita parecía muy cercana al Rey, pero no sabía si tenían alguna relación y no quería hacer alguna pregunta que la hiciera enojar.
Rato después, ella y Némesis volvieron al despacho, donde Sariatu continuó con sus tareas, Némesis la veía trabajar en silencio durante un rato, no quería hacerla sentir mal, pero Stormreing se habia vulelto muy arisco después del exilio.

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