❁Єρίℓοgο❁

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Juntos hacia el mañana

Cinco años después

Cuidad de Tokyo

Mañana

Los rayos de sol se hacían presentes de a poco, ella se incorporó lentamente sobre aquella cama matrimonial y se frotó los ojos, para luego buscar con la mirada a su esposo, pero él no estaba. Parpadeó varias veces y se levantó, encontrándose con una pequeña nota sobre la mesita de noche.

"Tuve algo urgente que resolver en la empresa, volveré en un par de horas.

Te amo"

La azabache sonrió ampliamente, quería ir a verlo ¡Si, eso haría! Muy animada salió de la amplia habitación y corrió a la que se encontraba más cerca, pero sorpresa la que se llevó al no encontrar a cierta personita ahí tampoco. Oh, es verdad, ya lo había recordado y decidió llamar a su amiga Rin.

-¿Si? ¿Hola?

-Hola Rin, sólo quería saber si mi pequeña se encontraba ahí todavía ¿Te parece si voy a recogerla?

-Ah, bueno, ella dijo que tenía escuela y Sesshomaru-sama fue a dejarla. Anoche ella se divirtió mucho con sus primas en la pijamada que hicieron ¡Son muy tiernas!

-Ya me imagino, se llevan muy bien. Bueno, nos vemos Rin y gracias.

-Nos vemos, Kag.

No podía creer que habían pasado cinco años ya, Tokyo volvió a la normalidad y el incidente de los youkai ryū atacando la cuidad quedó aparentemente en el olvido, aunque aún hay muchos que se preguntan ¿Qué fue exactamente todo lo que pasó ese día? Pero jamás encontrarían la respuesta exacta. Lo único que importaba, es que Ryūkamanari fue derrotado y las amenazas a una vida pacífica desaparecieron, nunca más se supo del ejército del Este desde aquella batalla.

Terminó de vestirse y bajó las escaleras rápidamente, le echó un último vistazo a la gran casa, su hogar y dueño de miles de recuerdos maravillosos, después simplemente sonrió y salió, dispuesta a tomar un taxi. Su vida no era la única que cambió, como era de esperarse, Sesshomaru y Rin se casaron también y a sólo unos meses después de la boda, su amiga quedó embarazada, tuvieron gemelas.

Kagome rió por lo bajo, lo más increíble de todo fue que ¡Su embarazo casi coincidió con el de Rin! Jamás lo hubiera imaginado, sonrió nuevamente recordando las personalidades tan opuestas que tienen sus sobrinas de cuatro años, Towa, nunca deja de meterse en problemas, es una niña que nunca se queda tranquila y desde muy temprana edad mostró mucho interés en las artes marciales. Setsuna, por otro lado, es seria, no habla mucho y rara vez verán una sonrisa en su rostro, la viva imagen de Sesshomaru definitivamente, pero ella también es muy educada y amable.

Cuidad de Kyoto

Mañana

Juntos observaron el amanecer abrazados y desde el balcón de su habitación matrimonial, la pareja de recién casados se veía muy feliz y finalmente ambos se miraron de forma fija, admirando el rostro del otro.

-Te amo- declararon en unanismo.

-Debo confesar que nunca pensé que Soten se rendiría y nos dejara en paz- comenta la peliplateada.- hace tiempo que ella desapareció, supongo que está bien ¿No? Después de todo, ya es libre.

-Ella está bien y prometimos que cada quién seguiría su camino- asegura el kitsune, depositando un beso sobre la frente de su esposa.- por ahora, sólo disfrutemos de nuestra luna miel ¿Estás de acuerdo, Yukanna? No olvides que al volver a Tokyo, deberé reanudar mis deberes como líder del clan Kitsune y Susaku-sama es muy exigente.

-Si, tienes razón, Shippo. Y por suerte ya no debes preocuparte al volver a Tokyo, mi padre te aceptó al final, se que en el fondo te aprecia pero no lo demuestra, ya lo conoces- ríe levemente.

-Lo sé, es bueno saber que mi vida ya no peligra- bromea, esbozando una coqueta sonrisa.

<<Y también... No puedo esperar para ver a mis hermanitas>> piensa Yukanna emocionada, ya comenzaba a extrañarlas y ni siquiera había pasado más de dos días desde que partió a Kyoto para celebrar su reciente casamiento con el amor de su vida. Casi cinco años de noviazgo y ahora estaban casados.

Sin Ryūkamanari amenazado sus vidas, todo era felicidad ahora.

Hospital Ōkami

Mañana

-¡Ayame-sama!- exclama uno de sus ayudantes, corriendo hacia ella con unos papeles.

-¿Si? ¿Qué ocurre, Hakkaku?- voltea a verlo.

-Un nuevo paciente ingresó hace un tiempo, es una niña y sufre de fiebre muy alta- alerta.

-Entiendo, voy para allá- ingresa luego de unos minutos al cuarto de hospital y abre los ojos de par a par, al reconocer a cierto moreno vestido con bata de doctor como en tiempos anteriores y atendía con cariño a la pequeña paciente.- ¿Koga? ¿Qué haces aquí?

El mencionado le da una palata a la niña, dándole permiso para irse y luego se aproxima a su ex-esposa.

-¿No es obvio, Ayame? Vengo a trabajar... Contigo- respondió haciendo énfasis en la última palabra y dejándola más desconcertada que antes.

-¿Qué? ¿Por qué?- alza la ceja.

-Construimos éste hospital juntos ¿Lo recuerdas, Ayame? Se que te hize daño, pero voy a insistir, no me rendiré. Ya no me quedan más dudas y solamente te voy a decir algo...- se acerca más, mirándola fijamente.- ¿Me darías otra oportunidad?

-¿O-Otra oportunidad? Pe-Pero ¿Para qué? ¿Qué me asegura que no volverás a abandonarme?- interroga.

-Mis sentimientos ésta vez, son verdaderos y te lo voy a demostrar- sin previo aviso junta sus labios con los de ella y aunque Ayame quizo alejarse, finalmente terminó correspondiendo.- Te amo ¿Entiendes lo que digo? De verdad estoy enamorado de ti. Hace cinco años, en la batalla contra Ryūkamanari, no dudé siquiera un poco en ir a salvarte, la única mujer en mi vida eres tú.

-Koga...- sonríe con lágrimas bajando por sus mejillas- yo también te amo.

Entonces volvieron a besarse apacionadamente.

Parque Miyamoto

Centro de Tokyo

Medio día

Una vez que su esposo regresó, tomaron la decisión de ir a dar un paseo por el parque, bueno, en realidad ella insistió tanto en ir que él no pudo negarse. Sería un pequeño paseo, luego debían ir retirar a sus pequeñas de la escuela como de costumbre. Mientras el daiyoukai fue a comprarle un refresco, la joven madre lo esperó con una gran sonrisa, pero de repente alguien chocó con ella accidentalmente.

-Oh, lo siento mucho- se disculpa un hombre de cabello castaño, alto y de aspecto juvenil, él se le quedó viendo embobado por alguna razón y ella simplemente rió un poco, ese chico se parece mucho a cierta persona.

-No te preocupes, soy Rin por cierto ¿Y tú?- pregunta casualmente.

-Me-Me llamo Kohaku Taijiya- respondió evidentemente nervioso y sonrojado, si, no se había equivocado, lo más probable es que sea la reencarnación de su querido amigo de la infancia.

-Un placer conocerte- pero antes de que estrecharan sus manos, su marido llega en una velocidad increíble y tomándolos por sorpresa, por lo visto él también había reconocido de alguna manera a su acompañante.- ah, Sesshomaru-sama, mira, él es...

-¿Kohaku, verdad?- cuestiona seriamente y el chico asintió de inmediato como si de un soldado se tratara, en ese mismo momento Rin fue abrazada por la cintura y eso la hizo sonrojarse fuertemente.- Rin, ya es tarde, hay que irnos.

-Es verdad, vamos- sonríe ampliamente y antes de irse se despide con un ademán del castaño.- Sesshomaru-sama ¿No me digas que estabas celoso?

El hijo mayor de Inu No Taisho la observa de reojo, pero no dice nada, dándole la razón, por lo que Rin volvió a sonreírle, apoyando su cabeza en el hombro de su amado.

Los días oscuros terminaron, ya no estarían solos nunca más, pues se tenían el uno al otro.

Compañía Taisho

Medio día

Salió de sus pensamientos al percatarse de que llegó a su destino y mostrando una gran sonrisa, bajó del vehículo, encaminándose al interior de las instalaciones. Pensó en saludar a Yukanna en recepción, pero ella no estaba y tampoco el kitsune ¿Por qué será? Continuó caminando, hasta lograr visualizar la oficina de su amado y abrió la puerta.

-Inuyasha...- nombró, conectado sus miradas, él estaba sentado en su escritorio con varios papeles en su mano, por lo visto muchas cosas importantes surgieron en la Compañía Taisho. A fin de cuentas, la empresa se había convertido en la número uno en el país.

-Kagome ¿Qué haces aquí?- cuestiona Inuyasha, poniéndose de pie y en un santiamén ya estaba frente a ella, su esposa esbozo una pequeña sonrisa y lo abrazo por el cuello, obviamente él no tardó en corresponder.

-Vine a hacerte compañía- contesta- te extrañaba, Inu.

-Kagome...- la toma de la barbilla y junta sus labios con los suyos.

¿Quién diría que después de tantos años y problemas por fin podrían estar juntos? Atravesaron incontables dificultades y siempre unidos, aquel lazo que los conecta se volvió inquebrantable, son sentimientos que perduran a través del tiempo.

-Por cierto, no vi a Shippo o a Yukanna aquí- comenta.

-¡Ket! Ahora están se luna de miel seguramente- le hace saber, después de todo esos dos se habían casado hace poco y no había duda de que un nuevo miembro a la familia Taisho llegaría pronto a éste paso.- ¿Y Moroha?

-Está en la escuela, Sesshomaru la llevó- explica, notando cierto disgusto provenir del hanyou y no pudo evitar soltar una risita, siempre su esposo fingía odiarlo, pero sabía que en el fondo la relación de los hermanos Taisho mejoraba con cada día.- te amo, Inuyasha.

-Tonta, yo también... Más de lo que crees- susurró contra su oído, abrazándola como si su vida dependiera de ello. Nunca dejaría de amar de esa mujer azabache, su amada, su esposa, su compañera de vida y madre de su hija.

"Nunca más volveré a dejarte ir... Kagome"

Primaria Yashahime

Tarde

El timbre sonó, los infantes salían animadamente y regresaban a casa acompañados por sus respectivos padres. Éste día el sol brillaba de manera especial, en medio de tantas personas, tres niñas caminaban en grupo hacia la puerta de salida.

Eran muy buenas amigas, la que usaba ropas deportivas y tenía el cabello corto, se llamaba Towa. La que sólo escuchaba atentamente a las demás hablar, permaneciendo en silencio y con el cabello atado en una coleta, era Setsuna. Y la que más conversaba y sonreía de las tres, además de que usaba un gran lazo para atar su cabello, se llama Moroha.

Los ojos de las pequeñas se iluminaron al reconocer, de entre la multitud, a sus padres y rápidamente las gemelas fueron con Sesshomaru y Rin, mientras que la niña del lazo, con Inuyasha y Kagome.

La familia estaba reunida y juntos avanzarán hacia el mañana.

Y los youkai continuarán ocultos entre humanos, hasta que el momento adecuado para su reaparición llegué, pero hasta entonces, la familia Taisho continuará creciendo.

Todo gracias a aquellos sentimientos que perduran a través del tiempo.

Fin.

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Y así termina ésta historia 😭😭😭😭 espero que les haya gustado, muchas gracias por sus comentarios, votos y lecturas, se los agradezco de todo corazón por seguir motivándome a escribir 😊😘

Como ya sabrán, la secuela de Inuyasha está por venir y quise concluir ésta historia, con referencias de Hanyo no Yashahime 😄😄😄

Se despide por ahora, Saori. ✌️😊

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