✴️C⃟apítulo 14✴️

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"Sólo es cuestión de tiempo para que la verdad salga a la luz y las verdaderas intenciones también"

-Inuyasha...- vuelve a llamar la azabache sacándole de sus pensamientos y recuerdos.

-¿Eh? ¿Qué pasa?- pregunta regresándole a ver.

-Escuche un sonido proveniente de la cabaña, creo que alguien ya despertó- le hace saber.

-Vamos a ver entonces- propone dirigiéndose hacia la vivienda junto con ella.

Al ingresar vieron a la exterminadora ya de pie, sin embargo en el momento en que vio a Inuyasha de inmediato tomó su hiraikotsu en posición de combate.

-¿¡Qué le hiciste a su excelencia?! ¿¡Por qué nos tragiste aquí?!- interroga mirándole con desconfianza y el peliplateado simplemente frunce el ceño.

-Sango cálmate, Inuyasha no le hizo nada el monje Miroku- se adelanta a hablar la miko tratando de hacerle entrar en razón sin mucho éxito.

-¿¡Por qué lo defiendes Aome?! ¿¡Acaso no entiendes que él no es más que un monstruo cruel sin sentimientos!?- en verdad se veía furiosa, aunque la fuente de esá ira es otra.

Sin darle tiempo a reaccionar corre con su boomerang hacia el daiyoukai pero Aome se paró frente a él extendiendo sus brazos a los lados, defendiéndolo. Inuyasha se sorprendió ante la acción, esa mujer no dejaba de sorprenderlo, era increíble que incluso fuera capaz de ponerse en contra de los suyos por él. En gran parte el peliplateado se sentía mal pues no creía ser merecedor de ésta clase de gestos y estaba más que seguro de que si la azabache supiera todo lo que hizo en el pasado no volvería a verle de la misma forma. Extrañamente no quería que eso pasara.

-¡Quítate de en medio Aome!- exclama la castaña pero la chica no se movió ni un centímetro.

-¡No, Sango! Además nosotros solos los ayudamos ¿Entiendes? Los llevamos aquí porque estaban muy heridos, es la verdad- ante esas palabras la exterminadora prefirió dejar de discutir y tomó asiento en el futon aunque sin dejar de lado a hiraikotsu por si lo necesitara.- es mejor que descanses ¿Si?

Sango regresa a ver al daiyoukai en la entrada de la puerta.

-De ninguna manera con él ahí- frunce el ceño.

-¡Ket! No te mataré mientras duermes, si es lo que te preocupa- y tras decir eso sale de la choza a vigilar a fuera ya que sabía que obviamente esa exterminadora no dormiria tranquilamente con él dentro.

<<Me di cuenta de que Aome es la primera persona en cincuenta años que no me mira con odio o temor en sus ojos...>> piensa Inuyasha mirando fijamente hacia el cielo estrellado preguntándose una y otra vez si ella sería la misma con él si se enterara exactamente las cosas horribles que hizo años atrás.

~o~

La azabache escuchó el crujir de la madera y unos pasos acercarse a ella, abrió los ojos notando que Shippo estaba sentado a su lado con unas frutas en sus manos. Parece que la hora del desayuno había llegado.

-Toma Aome- el kitsune le da la mitad de los frutos que había conseguido por las afueras de la aldea.

-Gracias Shippo, eres muy amable- sonríe y al mirar hacia un lado de la cabaña se percata de que la exterminadora también estaba despierta y sentada a lado de Miroku. Se veía preocupada y obvio no es para menos ya que el monje aún no despertaba.- ¿Cómo se encuentran tus heridas, Sango?

-Ah, bien. Perdón por lo que pasó anoche, estaba más alterada que de costumbre- se disculpa.

-No te preocupes, quiero que nos llevemos bien ¿De acuerdo?- pide y la castaña asiente.- ¿Quieres comer?

-Si, gracias- sonríe levemente.- por cierto ¿Vieron a Kirara?

Inuyasha se había quedado en el techo de la casa y como siempre, no pudo conciliar el sueño. Solo quería que ya todos se despertarán para así poder irse de una vez de ésta aldea, que solo le trae malos recuerdos. Por el cielo vio a cierta neko-youkai pasar volando y segundos después ésta aterriza a su lado.

-¡Amo Inuyasha! ¡Tengo noticias importantes!- dice una vocesita conocida desde el lomo de Kirara.

-Dime ¿Qué pasó ahora Mioga?- interroga.

-Encontré la cueva donde yace el cuerpo de la sacerdotisa Midoriko, la creadora de la Shikon no Tama. Probablemente ahí encuentre algún detalle que le sirva, amo Inuyasha- informa.

-Bien, vayamos a ese lugar- se baja del techo.- ¿Por dónde está la cueva de Midoriko?

-¿Dijiste la cueva de Midoriko? ¿Por qué la buscas?- pregunta Sango saliendo de la cabaña acompañada de Aome.

-Ese no es tu asunto- frunce el ceño el daiyoukai.

-¿Quién es Midoriko?- pregunta la azabache confundida.

-Es la creadora de la Shikon no Tama- le hace saber la pulga y la joven le mira asombrada.

Sango cruza los brazos.

-Claro que es mi asunto, un monstruo como tú no debería ir a un lugar sagrado como ese- le lanza una mirada asesina.

-Con que la cueva de la sacerdotisa Midoriko ¿Eh?- dice Miroku llegando con los demás aunque se podía notar fácilmente que caminaba con algo de dificultad por efecto del veneno.- estuve buscando ese lugar por mucho tiempo ¿Acaso la encontraron?

-Excelencia...- le regresa a ver la exterminadora sintiéndose más alivia de verlo bien.

-¿Qué encontraron?- pregunta Shippo saltando al hombro de la azabache.

-¡Síganme, los llevaré hasta allí!- asegura Mioga y la neko-youkai emprende camino hacia el sitio.

<<Así que la creadora de la perla se llamaba Midoriko, me pregunto que secretos oculta esa dichosa cueva...>> piensa Aome mientras corrían con los demás.

Kirara se detuvo en la entrada de la cueva y todos admiraron el lugar. Inuyasha miró el sitio fijamente esperando encontrar aquí esas repuestas que por muchos años estuvo buscando.

-Hay algo que deben saber antes de entrar...- alerta la exterminadora- hay un campo de energía que protege éste sitio y solo aquellos que tengan buenas intenciones podrán pasar- termina de hablar mirando nuevamente al daiyoukai como si su explicación fuera dirigida específicamente a él.

<<Ésta humana está comenzando a casarme...>> piensa Inuyasha.

Los demás asienten y uno a uno entró, el daiyoukai tomó aire y esperó en verdad poder ingresar, para sorpresa de la exterminadora y el monje, Inuyasha si pudo pasar ¿Cómo es posible?

Sango no podía creer lo que veía y simplemente no podía encontrar una explicación lógica a lo que vio ¿Entonces eso quería decir que Inuyasha no tiene malas intenciones? ¡No, imposible!

-Andando...- dice el daiyoukai abriéndose paso entre ellos, internándose en la oscura cueva.

<<Lo sabía, no me había equivocado. Inuyasha si tiene buenas intenciones>> piensa la miko del futuro con una sonrisa, siguiéndolo.

Así todos llegaron hasta el final de la  cueva, ahí pudieron observar el cuerpo de Midoriko junto con varios youkai también a su alrededor y uno de ellos en especial, la devoraba. Además la miko tenía un hueco en el pecho.

-Cuenta la leyenda que Midoriko tuvo una larga batalla con esos youkai durante siete días y siete noches. Después, tras hacer uso de un poderoso ataque, la Shikon no Tama salió expulsada de su cuerpo- narra la exterminadora.

-Además se dice que la perla está compuesta por cuatro tipos de almas. Aramitama, que es el valor, Nigimitama es la amistad, Kushinitama la sabiduría y Sakimitama el amor- cuenta el monje.

-Se ve que Midoriko tuvo una batalla muy cansada...- comenta Aome.

<<Parece que aquí no encontraré esa información que necesito pero pase lo que pase, no pienso cargar con ésta maldición para siempre...>> piensa Inuyasha con determinación.

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Todos llegaron a la cueva donde esta Midoriko y para sorpresa de Sango, Inuyasha si pudo pasar ¿Cómo es posible?

¿Qué habrá querido decir Inuyasha con "ésta maldición"?

¿Qué respuestas está buscando?

¿Sango seguirá desconfiando de Inuyasha?

Esto y más en "Inuyasha y Aome: El deseo correcto" 😜😜😜

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