-Kagura ¿Y tú a qué demonios has venido?- cuestionó el daiyoukai, ya suficiente tenía con el asunto del niño con amnesia como para tener que lidiar ahora con esa molesta youkai de nuevo.

-Ocultan a Kohaku ¿Verdad? Quiero que me lo entreguen ahora- exige, sonriendo de forma perversa- de nada les sirve fingir, ese chiquillo imprudente se rehusó a obedecer las órdenes de Naraku y buscó la forma de escapar, llevándose uno de los fragmentos de la Shikon no Tama.

-¿Y has venido por él, no es cierto?- el espíritu del viento asintió, en ese mismo instante, todo ese ejército de youkai se posicionó atrás de ella.

-A Naraku le gusta exagerar- ríe con malicia- sólo quiere el trozo de cristal y para eso mandó a llamar a todo un ejército. Cuando le quitemos el fragmento a Kohaku, él morirá al instante y entonces podremos entregarle el cadáver a su hermana.

El ex-hanyou y el houshi fruncieron el ceño, una batalla estaba por comenzar, eso era seguro.

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Esos insectos gigantes lo perseguían, mientras más se internaba en lo profundo de aquel oscuro bosque, más se limitaban sus opiniones para esconderse, estaba completamente acorralado. Justo cuando se resignó a su final, un gran boomerang apareció de la nada y destruyó a todas esas criaturas.

-Que bien, llegamos a tiempo- comentó con alivio la miko, quién iba montada sobre el lomo de la neko-youkai y la exterminadora soltó un suspiro.

-No entiendo ¿Por qué regresaste? Esos insectos me buscaban a mí- objetó el chico y su hermana mayor se aproximó hacia él, mirándole fijamente.

-Kohaku, no quiero que vuelvas a escapar- sonrió de forma leve y esas palabras sólo aumentaron la confusión del mencionado.

-¿Por qué te preocupas tanto por protegerme?- interroga.

-Porque tú... Eres mi hermano- se para a su lado- lo hago porque eres lo único que tengo en la vida y por eso, no voy a permitir que nadie vuelva a lastimarte.

Kohaku todavía seguía sorprendido y no supo cómo reaccionar ante ésto, entonces el silencio reinó, hasta que Kirara detectó una presencia desagradable en el ambiente, por lo que soltó un rugido. Los youkai los habían localizado.

-Kagome, llévate a mi hermano, yo voy a detenerlos- ordena Sango mientras corría lejos de ahí, montada en su compañera neko-youkai y antes de desaparecer en el aire, añadió algo más- ¡Kohaku, sigue luchando por tu vida!

-Rápido, hay que alejarnos de aquí- indica la colegiala y sin esperar respuesta, sujetó su muñeca, conduciéndolo lejos de ese campo de batalla, debía ponerlo a salvo hasta que el peligro pase.

En el camino, más seres sobrenaturales se interpusieron en su camino y Kagome los destruyó a todos con gran puntería, pero todas sus flechas se habían agotado a consecuencia de ésto y tuvieron que ocultarse en una pequeña cueva, ubicada bajo las raíces de un árbol.

-Ojalá que esa muchacha, no le suceda nada malo- pidió su acompañante y la azabache sonrió.

-Descuida, ella es una chica muy fuerte, no tienes que preocuparte- asegura, pero el niño seguía preocupado.- y dime Kohaku ¿Todavía te cuesta recordar que la valiente Sango es tu hermana mayor?

El joven exterminador asintió, mirando hacia el piso.

-Es que ella, me transmite mucha nostalgia- confiesa.

-Por si no lo sabías, Sango estaba muy angustiada por ti mientras no estabas, Kohaku- le hace saber- es una chica con mucha fuerza de voluntad, pero a veces la notaba muy triste por tu ausencia. Por eso me da gusto, que finalmente hayas regresado a su lado.

-¿Crees que sea correcto que me quede con ustedes?- pregunta inseguro.

-Claro que sí, de esa forma recordarás a Sango y a tu pasado- afirma.

<<Quisiera recuperar la memoria para poder recordar a esa muchacha, pero ¿Por qué me siento así? Me da miedo recordar algo que no debo>> piensa y de pronto, una voz en su cabeza comenzó a susurrar algo: "Mátala, mata a Kagome". Y su fragmento comenzó a brillar.

Alejana a esa situación, la chica del mundo actual observaba atentamente hacia afuera, esperando por Inuyasha ¿Por qué tardará tanto en llegar? ¿Habrá pasado algo? Incluso había comenzado a llover, en eso pudo escuchar al infante ponerse de pie.

-¿Se terminaron tus flechas, verdad?- y para cuando ésta se volteó, el miedo recorrió todo su cuerpo, Kohaku sostenía firmemente su arma, aparentemente con la intención de atacarla.

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-Inuyasha, debemos hacer todo lo posible para atraer a Kagura- sugirió el monje en voz baja, así podrían darles tiempo a las chicas para llevar a Kohaku a un sitio seguro y evitar que le quiten el fragmento.

-Si, eso ya lo sé- mira con enojo a la youkai del abanico- ¡Kagura! Sólo vienes por un niño y te atreves a traer a todo un ejército. Te arrepentirás.

<<Que bien, éstos hombres se dejaron llevar por la falsa obra de Naraku. Kohaku, espero que hagas bien tu trabajo y te deshagas de esa mujer>> piensa confiada Kagura y rápidamente lanza otro ataque.

-Inuyasha ¡He venido para quedarme con tu cabeza!- ríe con malicia y el enfrentamiento dio inicio.

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Corrió con todas sus fuerzas, siendo perseguida todavía por su agresor, su brazo dolía por la herida que le hizo el castaño con esa afilada arma y estaba perdiendo sangre, de un momento a otro tropezó con una roca y cayó con brusquedad al suelo, estaba aterrada ¿Acaso así moriría?

-Kohaku, por favor no lo hagas...- suplicó, pero el mencionado siguió acercándose más, mostrando aquella fría expresión en su rostro y levantó su kusarigama katana, listo para darle el golpe final.

<<¿Qué le sucede? ¿Por qué está actuando de una manera tan extraña?>> con suerte logró esquivarlo, arrojándose a hacia un lado, temblaba de miedo y supo que ya no tenía escapatoria.

"Mátala..."

Kohaku levantó su arma nuevamente, avanzando unos pasos más.

"Mata a Kagome"

Y aunque su rostro se mostraba inexpresivo, se podía ver el gran esfuerzo que estaba haciendo por acatar el mandato, aunque en el fondo no quería lastimarla.

-¡Kohaku!- exclama la miko, tratando de hacerlo reaccionar.

"Acaba con ella"

A pesar de que la tenía acorralada, no se movió para nada.

-¡No, Kohaku! ¡Kagome!- justo a tiempo llega la otra taijiya, interviniendo en la peligrosa situación- Kohaku, ya lo suponía, no estás bien.

El trastornado chico dio varios pasos hacia atrás y se alejó a toda velocidad, dándose a la fuga.

-Kagome ¿Estás bien?- le mira aterrada al percatarse de su herida en el brazo, consciente de quién fue el responsable y sintió una punzada en su corazón.

-No te preocupes, no es grave- aseguraba, pero la culpabilidad en Sango, no disminuía en lo absoluto.

-Kirara, no te separes de Kagome- ordenó- lo sé, quizo matarte ¿Verdad? Por favor, perdóname.

Y sin esperar por una contestación, Sango se fue de ahí tras la pista de su hermano menor, con Hiraikotsu en su espalda, ya había tomado una decisión, no hay vuelta atrás.

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Kagome fue atacada por Kohaku, por otro lado Kagura les está tendiendo una trampa a Inuyasha y Miroku ¿Qué pasará con Kohaku?

¿Qué fue a hacer Sango?

¿Podrán determinerla a tiempo?

¿Kohaku reaccionará?

¿Inuyasha podrá darse cuenta a tiempo del engaño?

Esto y más en "Inuyasha y Kagome: El deseo correcto" 😱😱😱😱