🌠;;𝘾𝙖𝙥𝙞𝙩𝙪𝙡𝙤 25

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Tem. 2; Cap. 1

❝ Los amigos no son los que ves a diario, son los que te apoyan sin importar la distancia. ❞

Nuestros protagonistas habrían pasado por muchas cosas en sus vidas, y ahora entrando recién en el mundo adulto, habrían tomado caminos distintos.

Cinco años pasaron, y durante todo ese tiempo no habrían sabido nada de que fue de la vida de aquellos jóvenes que se conocieron en un bosque para dar inicio a la aventura más grande que se conoció para ellos como amistad.

Eso nos lleva a un joven de 20 años que cargaba una mochila en su espalda, usando un abrigo de color indigo, unos pantalones rasgados y unas pequeñas botas marrones. Sus manos portaban unos negros guantes de cuero sin dedos, conservaba en el cuello ese collar de caracol, y su cabello morado habría crecido un poco por lo que lo sujetaba en una pequeña cebollita, dejando unos ligeros mechones que cubrían sus grises ojos.

Duncan Octopes, era el nombre del jóven que caminaba en las calles de Nueva Orleans. ¿ Por qué ahí ? Pues algo que no dije es que en sus manos tenía su teléfono y le habría enviado un mensaje a cada uno de sus amigos de que se reencontraran en Louisiana.

Octopes se habría sentado en una banca mientras dejaba a un lado suyo su mochila. Sus ojos viajaron a las personas que veía caminar con alegría, escuchando la música de jazz que sonaba por dónde sea.

Volvió la vista a su teléfono y de metió en la aplicación galería,mirando fotos en las que aparecía él con sus amigos de jóvenes, lo que le sacaría una sonrisa. Seguía mirando fotos hasta que se detuvo en una foto que le había tomado a Evelyn distraída.

Ella miraba el cielo con una hermosa sonrisa mientras el viento soplaba su cabello, haciéndola ver hermosa. Un ligero rubor habría aparecido en su rostro al recordar de joven a esa chica que tanto ama. Ellos aún seguían siendo pareja, pero a distancia, ya que cada uno vivía en lugares diferentes. Lo bueno es que pensaba que ella podría presentarse en esa reunión que él organizó y verla.

─ Te extraño mucho, Evy. Espero verte hoy. ─ Hablaba el joven de cabello morado mirando esa foto, decidiendo en guardar su teléfono en su bolsillo y sacar su libreta de su mochila.

Abrió la libreta mientras pensaba en que escribir en ella. Si era posible la aparición de la castaña en esa reunión, quería sorprenderla con una carta.

Ahora vamos a embarcarnos en el restaurante más famoso de Nueva Orleans: " El mesón de Tiana ". En la entrada principal se encontraba un jóven de 20 de cabello castaño ondulado, usando en su cabeza esa característica gorra de color crema. Vestía una camisa de vestir de color verde claro, con las mangas recogidas hasta los codos, pantalón café oscuro y zapatos negros.

Estaba cerrando el restaurante hasta que recibió un mensaje en su teléfono, el cuál estaba en su bolsillo. Sacó el mismo de su bolsillo, viendo en la pantalla que era un mensaje de su amigo dela juventud, Duncan. Con una sonrisa miró el mensaje y se sorprendió por la propuesta de su amigo, pero de cualquier manera le respondió afirmativamente.

Luego sentiría que algo lo levantaba del suelo, por lo que soltó un gruñido pero luego había soltado una sonrisa de lado al saber de quién se trataba.

─ Hola, Leonard. ¡ Cuánto tiempo ! ─ Saludaba el castaño al antes nombrados que se acercaba con una sonrisa burlona.

─ Ya lo creo, renacuajo.

─ ¿ No dejarás de llamarme así ? ─ Sintió que Loa, la sombra del moreno, lo dejaba en el suelo tras formular su pregunta.

─ ¡ Por supuesto que no ! Y más aún si pasamos cinco años sin vernos. ─ Bromeaba el mayor dándole ligeros codazos al menor.

Ambos comenzaron a caminar mientras hablaban de algún tema trivial. Leonard algunas veces le gustaba sacar de sus casillas al castaño, era su pasatiempo favorito.

Hablando de él, conservaba su forma de vestir formal al estilo de los 80's. Su cabello estaría un poco despeinado pero no sé notaba al usarlo en una colita baja. Su amuleto era lo que no había cambiado para nada, pero de podían ver unas pequeñas raspaduras por tener algún accidente que le ha costado caro. Pero nada grave en realidad.

─ En serio, Darien, debes fiarme comida del restaurante. ─ Jugaba el mayor con su amigo, aunque en realidad haya tenido algunos problemas financieros. No lo decía abiertamente porque quería arreglarlo solo.

─ ¿ En serio ? Ni creo que a mamá le guste la idea de dejar al hijo de su peor enemigo comer gratis. ─ Bromeaba de igual manera Hopper hacia el contrato, quién sólo se hecho a reír.

─ ¡ Ay vamos ! No puedes hablar en serio.

─ Sí lo hago. ─ Se echaron a reír los dos amigos, hasta que Hopper quiso preguntarle algo al mayor. ─ Oye, ¿ No recibiste un mensaje de Duncan ?

─ ¿ Duncan ? Hace mucho que no escuchaba ese nombre. ¡ Claro ! Dijo que quería que nos reuniéramos. ¿ Por qué ?

─ Él también me mandó el mensaje. ─ Contestó mientras sacaba su teléfono y mostrarle el mensaje a su amigo de sombrero de copa. ─ Creo que estoy viendo a dónde va esto.

─ También creo eso. ─ El moreno había colocado sus manos en los bolsillos de su pantalón de vestir color magenta oscuro, pero sus ojos violetas miraron al frente y su sonrisa no tardó en aparecer. ─ Y hablando del Rey de Roma.

Darien no comprendió ese comentario hasta que miró hacia donde Facilier miraba, sonriendo por ver a su amigo en una banca mientras trataba de escribir.

─ ¡ Oye, Duncan ! ─ Gritaría Darien para ver como el nombrado había escuchado su nombre y volteó a la dirección en la que lo habían llamado.

Octopes sonrió por ver a dos de sus amigos cerca, por lo que se colocó su mochila y conservaba su libreta de tapa marrón en su mano derecha. Empezó a correr hacia ellos y al estar frente a frente los saludó como se debía, seguido de un golpe de puños.

─ ¡ Amigo, que gusto verte ! ─ Dijo Facilier despeinado un poco a Octopes, quién se molestó un poco pero conservaba su sonrisa.

─ Je si, lo mismo digo, Leo. ─ Habló el chico del mar acomodando su cabello.

─ ¿ Cómo has estado ? ─ Preguntó Darien hacia su amigo de ojos grises.

─ He estado bien. Estoy pensando en buscar a algún editor para publicar un libro que estoy terminando de escribir. ─ Sus dos amigos de alegraron por escuchar eso, por lo que lo animaron a que siguiera con lo que hacía, sacándole una sonrisa a Octopes. ─ ¿ Y qué tal ustedes ?

─ Yo estoy bien. Sigo ayudando a mamá y a papá con el restaurante, pero ya estoy en la edad en la que me lo dejarán a mí. ¡ Me emociona demasiado !

─ Y será cuando tú por fin consideres la idea de darme comida gratis, renacuajo. ─ Habló burlón el chico vudú, logrando sacarle una mirada de molestia al castaño pero una carcajada a Duncan.

─ No le veo la gracia... ─ Le diría el castaño de gorra color crema hacia el de cabello morado, quién ya paraba con las risas.

─ ¡ L - Lo siento ! Hmp... ─ Se disculpó mientras se rascaba la nuca.

Regresaron los tres a la banca en la que se encontraba sentado Duncan antes. Hablando de Octopes, decidió continuar con su escritura, pero no se le ocurría nada bueno para escribirle a su amada.

Cierto moreno de sombrero de copa se daría cuenta de eso, dado el hecho de que estaba sentado a su lado.

─ Veo que estás ocupado escribiendo, Duncan. ─ Había llamado la atención de antes mencionado, el cuál desvió su mirada avergonzado.

─ Pues... Como nos vamos a reencontrar con todos, pensé en escribirle una carta a Evelyn...

─ ¿ Evelyn ? ─ Dijeron a la vez el chico anfibio y el chico vudú, mirándose entre si y volver a ver a su amigo con una mirada pícara.

─ Con que Evelyn, ¿ Eh ? ─ El lado burlón de Darien ya empezaba a molestar al escritor.

─ Ya deja de fastidiar, Darien.

" Exacto. Ese es mi trabajo "

Es comentario dicho por una voz femenina lo escucharían los tres chicos, llevando su vista a dos chicas que se encontraban mirando con una sonrisa en su rostro. No eran nada más y nada menos que las dos mejores amigas, Zira Hades y Keicy Lion.

Zira no había cambiado en nada. Su cabello azul despeinado y un poco más abajo de los hombros. Usaba una camisa gris que le llegaba hasta arriba del ombligo, unos shorts de jeans azul oscuro, unas largas calcetas negras y se notaba que conservaba sus botas marrones y viendo que tenía un suéter gris oscuro con flamas azules atado a la cintura.

Keicy por otro lado, conservaba su cabello largo y en una coleta alta dejando ciertos mechones sueltos. Usaba un vestido de color amarillo que le llegaba hasta arriba de las rodillas, usando unas zapatillas blancas. Al parecer la felina ahora si usaba calzado no como en su juventud.

─ Hola, chicos. ─ Habló la semidiosa acomodando su despeinado flequillo que cubría sus ojos.

─ ¡ Me alegro mucho de verlos ! ─ Exclamó con emoción la felina de 19 años. Al parecer conservaba esa actitud optimista que la caracteriza.

Los tres se levantaron de la banca para saludarlas como se debía.

Cierto castaño al ver a la felina su rostro no tardó en enrojecerse ligeramente por ver semejante belleza frente a él.

─ H - Hola, Kitty je je... ─ Saludaba algo apenado a la leona mientras su cara se ruborizaba más de lo debido. Sentía muchos nervios.

─ Y volvió el Darien de antes. ─ Se burló el de vestimenta ochentera, llendo con aquella semidiosa que fue su mejor amiga de la adolescencia. ─ Me da gusto ver a la " nueva reina del Inframundo "

─ ¡ Ja ! Deberás pensar en algo más si quieres fastidiarme, vudú. ─ Ambos se empezaron a reír mientras chocaban los puños. ─ De hecho, convencí a mi papá de tener la libertad que tanto quería. Ahora viajo por todo Disney descubriendo cosas nuevas.

Le diría al mayor mientras sacaba de la mochila que tenía detrás de ella una libreta que era un álbum de fotos. Se lo entregó al contrario y lo abrió viéndose varias fotos de Zira en varios rincones de todo Disney.

─ Wow, en serio me alegro mucho por tí, Zira. Al final conseguiste lo que querías.

─ Sí. ¡ Y no puedo estar más feliz por eso !

Mientras esos dos se ponían al corriente, Duncan quedó con el dúo de la felina y el chico anfibio. Notaba a kilómetros esos nervios que ahora inundaron el cuerpo de su amigo castaño. Eso le sacaba una sonrisa burlona.

─ ¿ Cómo te ha ido estos años, Keicy ? ─ Preguntó Octopes a la mencionada.

─ Me ha ido genial, Duncan. Mi primo Simba y yo hemos ayudado mucho en África para que fuera un mejor lugar para todos los animales. ─ Había compartido mientras se recogía un pequeño mechón que cubría uno de sus bellos ojos naranjas. Ojos que hipnotizaban a Hopper.

─ P - Pues... me a - alegro mucho por ti, Kitty... ─ Con toda la fuerza de su cuerpo trataba de no tartamudear, pero al parecer se traiciona a si mismo.

─ La felina se había sonrojado ligeramente por ese comentario del castaño, por lo que sonrió nerviosa mientras desviaba la mirada. ─ Je... G - Gracias, Darien.

Duncan los veía a ambos con una ceja alzada mientras conservaba su sonrisa burlona. ¿ Acaso podían ser más obvios ?

─ ¿ Algo más que contar ? ─ Preguntó Octopes nuevamente a la felina de cabellera negra que se encontraba algo sonrojada por el castaño frente a ella.

─ Oh, pues... No mucho, excepto que trabajo aquí en una florería de lunes a viernes.

Hopper al escuchar eso había enfocado sus marrones ojos en ella. ¿ Trabaja en una florería aquí, en Louisiana ? ¿ Cómo no se dió cuenta ?

─ ¿ Y desde hace cuánto que trabajas en esa florería ?

─ Desde el año pasado. Se necesitaba tener más de diecisiete años para empezar a trabajar ahí. ─ Le había respondido a la pregunta del chico de collar de caracol.

─ Pues... Con gusto iría a tu trabajo a verte. ─ Comentó Darien, logrando poner nerviosa a la felina. ─ E - Eh... D - Digo, si tú quieres.

─ A - Ah... ¡ Claro !... E - Es decir, si. Me encantaría. ─ Respondió tímida, colocando sus brazos detrás de ella.

•──◤✧◥──•

Los cinco jóvenes ahora estaban en un parque infantil. Estaba vacío así que lo tenían para ellos. Claramente no iban a hacer tonterías como jugar en ese parque para menores, sólo se encontraban ahí para hablar y ponerse al corriente.

En los columpios se encontraba Zira, había dejado su mochila en el suelo y ella se sentó en ese columpio mientras se mecía levemente. En el otro columpio estaba Leo, logrando apoyar su espalda en una de las cadenas que sujetaba esa pequeña tabla de madera.

En la pequeña rueda, que funcionaba como un carrusel, se encontraban sentados la felina y el castaño. Ambos trataban de no sonrojarse al ver al otro.

Y por último Duncan, él estaba sentado en el borde de un tobogán, recostado en el mismo mientras miraba las nubes.

─ Oigan, ¿ Y alguno a conocido a alguien ? En el sentido amoroso. ─ Preguntó el chico vudú.

─ Yo aún sigo con Evelyn. Y no puedo estar más feliz por eso. ─ Dijo el chico de cabello morado con una sonrisa en su rostro y sus ojos cerrados, recordando a esa dulce chica que conquistó su corazón.

El chico vudú sonrió por eso, volviendo su vista a su " pareja favorita " que eran Darien y Keicy.

─ ¿ Y tú has conocido a alguien, Keicy ? ─ La nombrada había levantado la vista hacia su amigo moreno, sintiendo que la sangre se concentraba en un sólo punto, su cara. ─ Aunque si no quieres decir-

─ No, descuida. ─ Lion sintió la mirada de sus amigos sobre ella, esperando su respuesta, y eso la ponía algo nerviosa. ─ Bueno... ¡ Aclaro que no diré nombres !

Expresó con pánico, a lo que los demás empezaron a reír y dijeron que no importa. Ella suspiró aliviada por ese gesto de ellos.

─ Pues... Él es... muy dulce conmigo, alegre y divertido. Él... siempre estuvo ahí para mí cuando lo necesitaba. ─ Comenzó diciendo la felina mientras su sonrisa no dejaba de crecer por recordar a ese chico que le gustaba, que secretamente era Darien ese chico del que estaba enamorada. ─ Y aunque en algunas situaciones se comporte como un tonto, es mi lindo tontuelo.

Ella al estar ruborizada colocaba sus manos en sus mejillas miéntras de su boca no salían más que pequeños chillidos al pensar en su amado. Parecía una colegiala enamorada. Zira no hacia más que soltar ligeras risas, mientras Leo y Duncan la miraban con una ceja alzada con una sonrisa.

Darien por su lado, bajaba la mirada al pensar que él no era ese chico afortunado del que la felina estaba enamorada.

─ ¿ Y tú de quién estás enamorado, Leo ? ─ Preguntaba la leona a Facilier que al escucharla se sonrojó ligeramente y desvió su mirada con una sonrisa.

─ Bueno... ¿ Conocen a la hada de nombre Tinkerbell ? ─ Todos los presentes asintieron. ─ La cosa es que... estoy saliendo con su hija. Se llama Emily. Ella es... asombrosa. Una ternura de persona. Estoy seguro que si la conocieran les agradaría.

─ A veces puedes ser muy cursi, Leo. ─ Habló burlona la semidiosa, ganándose una carcajada del antes nombrado.

─ Pero... ¿ Cómo puedes salir con ella ? ¿ Las hadas no son pequeñas ? ─ Preguntó Duncan confundido.

─ Al parecer Emily tiene una especie de polvillo de hada que la ayuda a tener la estatura de una persona normal. No sé cómo lo hizo. ─ Le respondió a su amigo con una expresión pensativa, tratando de recordar cómo fue que esa hada pudo crear semejante polvillo.

─ Nunca pensé ver a Leo enamorado de alguien, mucho menos de una hada. ─ Darien había dicho ese comentario, viendo que su amigo de ojos violetas lo volvió a ver.

─ Aunque es verdad. Yo le tengo miedo a los insectos, y cuando la conocí ella estaba pequeña y me dió un susto. ─ Recordó ese día como si hubiera sido ayer, y aunque le llevó un buen susto esa vez, ahora le causaba gracia.

─ ¿ Y a ti quién te gusta, Darien ? ─ Cuestionó Duncan con una sonrisa pícara en su rostro, logrando que el mencionado frunciera el ceño con su rostro sonrojado.

─ Esto... Ella es una persona... increíble. Su belleza natural me es difícil de comprender, tiene un gran corazón para ayudar. Me encanta esa cualidad de ella. ─ Se había quitado su gorra para pasar una de sus manos por su cabello ondulado, pensando en esa chica que tanto quería. Y si, Keicy es esa chica. ─ Lo único que se es que ella es especial... es especial para mí.

Leonard había suspirado con sólo una cosa en su cabeza, Darien podía ser un tonto en serio. Algunas veces han hablado de ese asunto y él siempre le negaba de que no quería aceptar que amaba a la felina. Siempre a sido orgulloso e indeciso de lo que quería realmente.

Duncan había cruzado los brazos con una ligera sonrisa al sentirse contento por su amigo que tenía a alguien en mente. Y Zira sólo puso sus ojos en su amiga que bajaba discretamente sus orejas al estar un poco triste. Ella sabía que pensaba la felina, creía que ella no era esa chica del que Darien hablaba.

─ Y así que dinos, Zira, ¿ Cómo te sientes respecto a tu enamorado ? ─ La nombrada al estar viendo a su amiga volvió a ver a Leo algo desorientada y algo sonrojada.

─ Ah... ¿ Respecto a quién o qué ? ─ Habló confundida y ruborizada la semidiosa.

─ Osea que si te gusta o si estás saliendo con alguien. ─ Le aclaró su mejor amiga.

─ Oh, en realidad... Eh... ─ Su cara de tornaba más roja, cosa que ninguno de los presentes pensó en ver en la chica del Inframundo. ─ En fin, su nombre es Jayden Waialiki. Es hijo de Moana. Lo conocí cuando fuí a la isla de Motunui. Es divertido, relajado, pero algo torpe.

─ Darien al ver la sonrisa de la chica no hacia más que sonreír también. ─ ¿ Y como lo conociste ?

─ ¿ Eh ? ─ La chica de ojos jade recordó como de conocieron, sacándole una risita, por lo que decidió responder. ─ Cuando nos conocimos, él estaba surfeando y yo me acerqué a verlo porque me dió curiosidad, pero él terminó mojandome al estrellarse contra la playa.

─ Vaya, que tonto. ─ Rió Facilier al imaginarse eso. Al parecer no era el único en tener encuentros ridículos con su alma gemela.

─ Si, lo sé. Pero ahora estamos saliendo. Es tan tierno conmigo que me muero de su lindura. ─ Compartió ese pensamiento la jóven de Hades cerrando sus ojos recordando a su enamorado.

Continuaron hablando todos mientras esperaban a los demás. Está reunión no está terminando, claro que no. Apenas empieza.

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