Los aplausos disminuyeron de a poco para dejar que Min siguiera hablando.

—En estos últimos años por primera vez hablaré sobre mi proyecto... Llevé tanto tiempo pensando en ello, pero nunca lo hice. Hubo muchas razones para mi silencio y para retardar el proyecto, pero gracias a mis socios accionistas esto fue posible.

Elevó un control remoto pequeño, encendiendo el proyector de la sala. Todos llevaron su mirada detrás de los cinco chicos. Imágenes de una empresa aparecieron.

—Les presento "Min Corporation", mi empresa.

Los aplausos se hicieron presentes. El viejo hombre se sentó correctamente en su silla, mirando las imágenes ¿Qué era eso? No podía ser lo que creía. Woozi lo miró de la misma forma, ambos con la boca abierta.

—Mi empresa está aliada con Kim Communication (Namjoon), Social Kim & Corporation (Seokjin) y K.I.M's Welfare (Taehyung) —cada chico elevó una mano al escuchar el nombre de su empresa, solo que la última era un poco confusa para todos, no habían escuchado de ella—. Trabajaremos con diferentes compañías, desde hoteles hasta compañías de bienes raíces, pero nuestra principal empresa es la de K.I.M's Welfare, trabajaremos hombro con hombro por el crecimiento de "Colors" y con esto quiero presentar mi renuncia a la empresa Min.

Todos estaban sorprendidos, las fotos siguieron llegando. Yoongi se puso de pie seguido de los demás Ceos. Se retiró su gafete y lo dejó en la mesa. Hizo reverencia para todos los presentes, miró a Jimin y sin más se bajó del pequeño escenario, saliendo de la sala de juntas.

El señor Min se había quedado helado ¿Qué iba hacer ahora? Claramente nunca estuvo en sus planes despedir a Yoongi, sabía que si salía de su empresa esta se iría en picada, pero no se lo diría, al contrario, solo se burlaría de él y pondría a Woozi como el principal, pero nunca lo dejaría renunciar, Yoongi valía mucho en esa empresa. Llevó una mano a su pecho, estaba arruinado.

Todos comenzaron a salir de la sala. Yoongi llegó a su oficina, sacando la última caja con todas sus pertenencias. Miró la oficina, nunca más la volvería a ver. Tenía tantos recuerdos de ella, algunos malos y agrios, pero los últimos y más frescos eran el motivo de su felicidad. Los últimos eran felices porque todos los compartió con Jimin a su lado.

La puerta se abrió de golpe. El hombre entró, sus ojos mostraban furia y algo más que Yoongi ignoró.

—¡Qué has hecho! —gritó con rabia.

Yoongi lo miró por poco tiempo para después sonreír burlón. Tomó la última fotografía de él y su madre que todavía adornaba su escritorio para meterla dentro de la caja y caminar con destino a la puerta.

—¡Min Yoongi! —volvió a elevar la voz—. Te estoy malditamente hablando, soy tu padre, debes obedecerme.

Yoongi paró en seco. El hombre sonrió, sabía que Yoongi pararía todo eso si se mostraba como su padre, el que Yoongi nunca tuvo.

El chico negó, sus ojos se habían cristalizado, nuevamente no le mostraría a su padre el efecto que esa simple palabra tenía en él. Acomodó la caja en sus manos y se regresó para mirarlo.

—Dejaste de ser mi padre desde aquella vez donde el hijo de otra mujer importó más que yo. Dejaste de ser mi padre desde que tomaste mis sueños y los destruiste. Dejaste de ser mi padre desde que me volví tu empleado... Dejaste de ser mi padre cuando sin importarte nada golpeaste a mamá hasta casi matarla en frente de mí, matando a mi hermanito que no tenía ninguna culpa y ninguna mierda tuya... No puedes pedirme que te obedezca solo porque llevo tu sangre... Porque sí, aunque esto sea lo peor para ti, llevo tu sangre y eso es lo único que nos une. Nunca fuiste un padre para mi ¿Dónde estuviste cuando más te necesité? ¿Dónde estuvo aquel hombre que siempre faltaba a mis festivales del día del padre en el colegio? Crecí sin uno, solo somos mamá y yo... No me pidas que me quede porque no lo haré, triunfaré por mi propia cuenta, sin tus ataduras, seré libre y no podrás detenerme porque al fin pude romper todas las cadenas que me tenían atrapado en el mismo infierno.

Y sin más salió de la oficina. Sus lágrimas bajaron lenta y silenciosamente. Sintió el camino hasta los elevadores tan pesado, pero a medida que llegaba al final del pasillo se sentía más libre, al fin podía caminar sin esas cadenas que arrastró durante tantos años, Era libre.

[💦]

Dos años después.

Yoongi miró a su alrededor. Su oficina era preciosa, tenía unas vistas increíbles. Sonrió, todo estaba en su lugar, podía respirar aire libre.

Caminó hasta su escritorio, la foto de él y su madre se encontraba decorándolo, dándole un bonito toque hogareño.

La puerta sonó y después se abrió. La cabellera plata del chico se asomó. Yoongi sonrió, llamándolo con su mano.

Jimin terminó por entrar a la oficina. Sonrió al mirar a su pareja sonriente, nunca lo había visto tan sonriente desde que decidió renunciar a la empresa de su padre para al fin trabajar en la propia.

Su pareja... Qué bonito sonaba eso... Había pasado un año ya desde que al fin Yoongi decidió acabar con todos sus demonios. En ese año ambos lograron estar completamente seguros de lo que querían y en cuanto descubrieron que ellos juntos eran uno solo comenzaron una relación. Incluso todos en la empresa lo sabían.

Yoongi terminó de llegar a él para tomar su cintura y besar sus labios. Se sentía tan correcto, estando juntos eran infinitos.

¿Quién diría que eso pasaría? Yoongi, un inexperto en relaciones, solo follaba ya que eso ero lo único que creía poder entregar. Jimin, amoroso y cariñoso, a veces mimado y pervertido, había logrado cambiar al mayor, cumpliendo su promesa, Yoongi aprendió del amor gracias a todo lo que Jimin le contaba, pero al fin lo experimentó al verse tan enamorado por ese chico.

Eran tan felices y sabían que estarían juntos por muchos años más porque estaban destinados, habían sido creados para estar juntos. Estuvieron involucrados desde pequeños, mucho antes de conocerse en persona, era cuestión de que el destino mirara la situación perfecta para al fin presentar al amor de sus vidas frente ellos.

—Buenos días, mi vida —susurró en sus labios.

—Buenos días, amor —le respondió con la misma alegría y amor.

—Taehyung está en la empresa, tiene nuevos perfiles, al parecer encontraron a unos cuantos chicos que necesitan de la ayuda de Colors.

—¿Todos son chicos?

—Entendí que eran dos chicos y tres chicas.

Yoongi asintió. Besó la frente del menor una última vez para regresar a su escritorio y tomar sus documentos. Ahora volvió a Jimin para entrelazar sus manos y caminar fuera de la oficina.

Hoseok apareció enfrente de ellos, iba de la mano de Taehyung mientras en su otra mano llevaba carpetas.

—Adelante por favor, esperen en la sala de reuniones, Namjoon y Seokjin no tardan en llegar.

Los chicos asintieron para Min, caminando hasta el lugar. Recién iba subiendo Jungkook y su secretario, todos sabían que ellos dos eran pareja, pero para Jungkook era un secreto que pronto les confesaría, quería poder ir de la mano con su novio justo como su hermano y amigos.

Tal vez se preguntarán que pasó con la empresa Min. Bueno, no mucho, en cuanto Yoongi renunció el señor Min puso a Woozi al mando, estaba tan desesperado en buscar a alguien tan bueno como Yoongi, pero nunca lo encontró. Meses después la empresa se vio en las ruinas. Ya no había tanto dinero para seguir administrando a sus tantos hoteles y compañías, estas fueron yendo en picada de a poco mientras Yoongi cada vez ganaba cientos de contratos. Contratos que salían hasta debajo de las piedras, era tan bueno.

El hombre nunca más apareció en su vida. Después de presentar su renuncia, Yoongi condujo a casa y tomó a su madre, sacándola de ese constante infierno. Los papeles de divorcio le llegarían pronto. Al fin todo estaba yendo bien, poco a poco ellos dos curarían sus corazones de toda la mierda que ese hombre les hizo.

Yoongi compró una casa para su madre, ella era feliz ahora que ya no vivía debajo de la sombra de ese hombre. Cierto era que no volvió a aparecer en sus vidas, pero seguían sabiendo de él. Se enteraron de que al fin se quedó solo. Al quedarse sin empresa y sin recursos, Woozi se alejó de su lado y la otra mujer nunca estuvo con él por gusto. Fue triste para ellos dos, al fin ese hombre se había quedado solo y aún Yoongi queriendo ir por él y regresarlo a su rota familia, no lo haría, no volvería a ese pozo hondo, oscuro y sin salida.

Ahora su vida era mucho mejor. Prácticamente vivía con su madre, con Jimin todavía no decidían vivir juntos, era muy pronto, recién cumplirían un año como pareja, pero cuando se trataba de estar solo con el menor, su casa propia los esperaba.

La madre de Jimin y Yoongi se encontraron, ambos chicos decidieron que era hora de presentarse ante sus madres como lo que eran, una pareja estable y felizmente enamorada. Ellas al reencontrarse se pusieron muy felices, siempre fueron muy buenas amigas y estaban de acuerdo en que sus hijos estuvieran juntos, era como que siempre estuvieron destinados a estar juntos y eso era bueno.

Al fin todo estaba bien, era perfecto, como un sueño, el mejor que Yoongi tuvo. Ahora era feliz, muy feliz.

—Señor Park —una de las secretarias llegó hasta ellos dos—. Un hombre en la planta baja lo busca, vino con flores y pregunta por usted.

La mirada de Min se oscureció. ¿Qué ese hombre no sabía que Jimin era suyo? El agarre en su mano se apretó, Jimin soltó un gritito de dolor. Yoongi reaccionó y se disculpó, llevando su mano a sus labios, repartió varios besitos mientras le pedía su perdón.

Al final Jimin aceptó encontrarse con ese hombre. Yoongi estaba preparado para tomar esas flores y estamparlas en el rostro de ese atrevido.

Las puertas del elevador se abrieron tiempo después. Jimin sintió sus piernas flaquear, sus ojos se abrieron grandes. Yoongi lo notó, abrazó a Jimin a su cuerpo ya que en cualquier momento sus piernas fallarían y caería. No entendía que pasaba.

—¿Pa-padre?

El hombre enfrente de él sonrió. Los ojitos de Jimin se llenaron de lágrimas, hacía mucho tiempo que no miraba a su padre, se podría decir que desde que tenía cinco o seis, la última vez que lo vio fue cuando sus padres se divorciaron. Lo reconocía, su rostro ahora estaba más arrugado, pero era él, en su mente todavía permanecía el recuerdo joven de su padre.

El agarre con Yoongi se soltó. Corrió al hombre para refugiarse en sus brazos. Lloró mucho, a pesar de haber tenido una mala infancia lo quería porque no fue su culpa, no fue culpa de su padre enamorarse de otro hombre.

—Eres tan precioso como cuando eras un niño —sonrió grande, acariciando los cabellos de su hijo.

Jimin no recordaba su voz, pero al escucharla su alma se sintió tan tranquila y en paz.

—Perdona a este viejo por no buscarte antes... Creo que ahora comprendes porque tu madre y yo nos separamos... Te vi en las noticias, eres pareja del gran Ceo Min —sonrió—. Mi niño tan exitoso como una vez nos prometiste a tu madre y a mí.

—E-está bien, yo... Yo también pude buscarte y nunca lo hice... Pero qué bueno que está aquí, no sabe cuanta falta me hizo.

El hombre besó su frente. Le entregó las flores después de un abrazo. Jimin sintió la mirada de Yoongi en ellos.

—Padre... Le presento a Min Yoongi, mi novio —sonrió.

Yoongi aclaró su garganta, no pensó que Jimin lo presentaría, así como si nada, pero estaba feliz.

—Hey, muchacho ¿Tú eres ese Min? —sonrió para él. Yoongi notó como sus cansados ojos desaparecían ante esa acción, rápidamente entendió de donde su bebé lo había sacado—. Escuché de ti por todos los medios, tu empresa está en el número uno, es un gusto para mi conocer a un gran empresario como tú.

Yoongi hizo reverencia para él, en verdad no se creía que tenía al Park enfrente de él. Al gran Park.

—Es un placer y un gusto para mi conocerlo señor, su hijo es tan inteligente como usted, estoy seguro de que si Jimin lleva la empresa esta será mucho más exitosa ¿Le contó los contratos que ganamos juntos?

Jimin se sonrojó mientras volvía a la par de su novio para abrazarse a su cuerpo mientras que tomaba las flores con su mano libre.

—¡Guau! Mi niño siempre prometió ser bueno con la empresa familiar, no me sorprendería que todavía tuviera esa mentalidad y esa pasión por los números y contratos.

—Le aseguro que lo tiene —sonrió.

La puerta del elevador se abrió. Dos hombres entraron. Ambos Kim saludaron a Jimin para después caer en la presencia de Park mayor y Min.

—Cariño, tengo una junta que atender, tu padre y tú pueden ir a nuestra oficina o le puedes dar un recorrido por la empresa —besó su frente.

Haciendo una reverencia para el hombre se marchó junto con Namjoon y Seokjin.

Yoongi pronto tendría una junta relacionada con Colors; Colors era un centro de ayuda y acogida para todas aquellas personas homosexuales con problemas debido a la homofobia en Corea, cada día conocían a un chico y su triste historia, algunos llegaban casi muertos debido a que sus padres, incluso compañeros de escuela o trabajo se enteraban de que no eran "normales" y terminaban golpeándolos hasta el cansancio. Otros muchos llegaban sin un hogar y sin dinero, escapando de sus propias casas donde llevaban malos tratos debido a su orientación sexual. De eso se trataba Colors, cada día Taehyung administraba el centro de apoyo, dándole una mejor calidad de vida a cada mujer y hombre que pisaba el lugar.

Ya se sabía que Yoongi era el primer aliado con Taehyung, el mayor daba cierta cantidad de dinero para que Colors pudiera funcionar por muchos años más, ayudando a los más vulnerables. Pero eso no era todo, Yoongi era dueño de hoteles. Diferentes cadenas de hoteles y refugios estaban a su cargo, incluso sus cientos de contratos con diferentes empresas en distintos países y ciudades.

Lo tenía todo... Incluso el amor de la persona más hermosa en el mundo, el regalito que la vida le mandó para hacerlo feliz aun cuando las cosas iban de mal a peor. La causa de su felicidad y de su estabilidad emocional. El angelito que siempre estuvo para él ya sea en las malas o en las buenas, Jimin siempre estuvo con él y para él. Lo amaba demasiado, estaba tan enamorado...

Su amor por Jimin nunca terminaría porque ambos se querían. Era muy desesperante estar lejos, sus pequeños roces eran increíbles, podían sentirse tan felices con solo un beso o una sonrisa, al fin Yoongi había encontrado su libertad y no solo eso, había encontrado el amor, algo que nunca pensó que le pertenecía, siempre lo vio tan lejano y doloroso, pero ahora mirando el angelical rostro de Jimin, podía decir que estaba perdidamente enamorado y lo mejor de todo era que ese amor era tan correspondido. La vida de Yoongi había tomado un nuevo camino, mucho mejor que el anterior, sería muy feliz por varios años, siempre que su bebé esté junto a él.

—Daddy —Jimin pronunció antes de besar sus labios.

—Te amo demasiado —y sin esperar más respuesta siguió besando sus labios, no necesitó que Jimin le confirmara lo que ya sabía.

Yoongi sonrió, a pesar de que su relación ya no estaba tan involucrada con esa situación, todavía podían revivir antiguos recuerdos donde a pesar de no planearlo y pensarlo, se habían entregado con vendas en los ojos, disfrutando de cada caricia y beso que se daban.

Ambos habían caído tan enamorados, lo que pensaron que era algo malo terminó siendo todo lo contrario. Cada encuentro los unió más, a tal grado de comprender que era lo que les sucedía a sus corazones cuando estaban juntos, esa preciosa necesitad y relación que había nacido de algo tan excitante, al final habían ganado.

The end.

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¡Hola!

¿Cómo están?

¿Qué les pareció el capítulo final?

Esto nunca puede faltar, pero ahora con todos los personajes que aparecieron (o algunos)

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Encuesta: ¿Yoongi y Jimin se casan?

🙌

🙅‍♀️

No pasará nada si votan por la mala solo quiero saber si piensan que se casarán o si aún es muy pronto

Muchísimas gracias por todo, por leer los setenta y tantos capítulos, estando constantemente aquí conmigo, siempre que inicio una nueva fic mi felicidad permanece hasta que la termino y hoy a pesar de estar triste porque es el capítulo final, también estoy feliz y contenta por leer sus comentarios y por todo el amor que le dieron a esto

¡MUCHAS GRACIAS! 💜💜

Créditos al creador del vídeo

¡Adiós!