Pronto cumplirían un año de novios, sabía que era poco tiempo, pero Jimin era su presente y futuro, sería muy idiota si seguía esperando más para tenerlo completamente para él. Terminando la jornada de trabajo tendrían una cita, Jimin estaba de acuerdo, casi siempre tenían citas, pero esa era especial entre todas las demás.

Los chicos se pusieron de pie, habían terminado la junta, hablaron sobre los chicos que habían sido rescatados y acogidos en Colors y sobre el futuro del centro de ayuda de K.I.M's Welfare. Todo salió muy bien, los Ceos habían regresado a sus respectivas compañías, ahora Jimin y Yoongi volverían a encontrarse.

Al llegar a su oficina se encontró con Jimin leyendo algunos contratos, al parecer el señor Park ya se había retirado. Yoongi caminó hasta él, abrazándolo de su espalda mientras besaba su mejilla.

—Es hora de irnos, nuestro trabajo está hecho, mi amor —susurró.

Jimin asintió sonriente. Ambos chicos salieron de la empresa con sus manos entrelazadas. Yoongi dejó a Jimin en casa mientras él conducía a la suya, se prepararía, su madre le había dejado un traje negro, elegante y fino, era un día especial. Se miró al espejo mientras arreglaba su corbata, su madre lo miraba en el marco de la puerta.

—Mi niño es muy guapo —dijo sonriente.

Yoongi dejó de mirarse al espejo para girar y mirarla. Sonrió, su madre había sido la principal causa de su trabajo duro en la empresa, ahora teniéndola era el hombre más feliz. La amaba, ella era la que le recordaba porque era feliz y soportaba todo lo malo que su padre le hizo en el pasado.

—Mi pequeño bebé... Espero que todo salga bien en tu cita de hoy, Jimin es el amor de tu vida y yo lo sé, tus ojos no mienten, se cuánto lo amas y que decidas dar este gran paso es algo que me llena de alegría. Trabajaste tan duro por muchos años, es momento de que vivas tu vida y que mejor junto a la persona que te ama y que amas —su mirada era brillosa debido a las lágrimas de felicidad que querían escapar de sus ojos.

—Gracias madre —la tomó en brazos mientras besaba su frente. La estatura diferente de ambos se hizo presente, ella era más pequeña a comparación de su hijo—. Iré por él...

La mujer besó sus mejillas, sonriendo con lágrimas en los ojos, pronto soltó sus manos y lo dejó ir. Al fin Yoongi viviría su vida como muchas veces ella deseó que fuera.

Yoongi condujo de camino a casa de su amor. Jimin ya lo esperaba. No tardó tanto en llegar al restaurante, el camino siempre era tan feliz y en paz. Jimin tomaba su mano, sonriendo y riendo, contándose algunas cosas de interés y otras sin sentido, pero realmente eso no importaba, solo estando juntos con eso bastaba.

Su reservación los esperaba, en cuanto llegaron los dirigieron a su mesa, una alejada de la gente y muy romántica. Esta había sido adornada con algunos pétalos de rosas encima de la mesa y parte del suelo. Las luces eran bajas, dándole un ambiente más romántico, rodeados de velas aromáticas y un buen vino para cenar.

Todo fue rápido, ambos ordenaron. El restaurante había sido pensado con mucho tiempo, Yoongi sabía lo que Jimin amaba comer y eso había sido usado para darle la mejor de las cenas a su novio. Sus manos no se soltaban, estas se encontraban entrelazadas, nada ni nadie podría separarlas. Jimin sonreía ante Yoongi, se encontraban platicando sobre cuanto se amaban.

En un momento a otro Yoongi se puso de pie, Jimin lo miró sin entender, pero su perfecta sonrisa iluminaba su rostro. Yoongi estaba nervioso, sabía esconder los nervios, pero lo estaba. El momento había llegado, era ahora o nunca.

Se arrodilló ante él. Jimin no sabía que pasaba hasta que el mayor llevó una mano a su pantalón, sacando una cajita negra de terciopelo. Sus ojitos se abrieron grandes, sus manos se dirigieron a su boca, eso estaba pasando...

—Mi amor... —sonrió—. Hemos pasado por mucho... Al final lograste cumplir con tu palabra, me ayudaste cuando más te necesité. Todavía no comprendo que hubiera pasado conmigo si no te tuviera a mi lado, probablemente seguiría atado a mis demonios, siendo tan desafortunado, ciertamente lograste salvarme. Me enamoré, caí tan rendido a tus pies, no comprendo que me hiciste. Eres tan etéreo, un angelito que llegó a mi vida para sacarme de mi propio infierno... No sabes cuan agradecido y enamorado estoy de ti... Te amo Park Jimin, gracias por enseñarme a quererme y a quererte, sin ti no sabría qué es esto que siento en mi pecho cada que te veo. Ahora lo sé, es todo mi amor por ti... Te amo, te amo tanto que no quiero desperdiciar más tiempo, te quiero en mi vida, mi futuro es a tu lado —la cajita fue abierta ante la mirada de Jimin. Sus lágrimas le tapaban la visibilidad correctamente, pero podía apreciar el precioso anillo que esperaba por él—. ¿Te quieres casar conmigo?

La pregunta al fin fue hecha. Las lágrimas de Jimin bajaron más rápido, su cabeza asentía mil veces. Se lanzó a sus brazos para llorar en su pecho, no se lo podía creer, Yoongi le había pedido matrimonio.

—¡Acepto! —gritó lleno de emoción para después besar sus labios.

Una lágrima bajó por el rostro de Yoongi, estaba tan feliz, al fin su vida tomaba el rumbo que quería, se lo merecía tan bien.

El mayor logró soltar los labios de Jimin para mirar el anillo y lenta y cuidadosamente colocarlo en su dedo. La mano de Jimin era tan perfecta, su pequeña mano presumía el anillo con elegancia y perfección. Era oficial ahora.

Siete meses después.

Yoongi suspiró, estaba tan nervioso, siempre logró calmar sus nervios, pero ahora no podía, le era imposible, se sentía tan inquieto y sudado ¿La corbata le apretaba o era su imaginación? Diablos... No aguantaba más, los nervios se lo comerían vivo.

Su madre logró notar sus nervios, tenía que admitir que nunca lo había visto tan nervioso, nunca lo estuvo, ni cuando tuvo que tomar la empresa a sus preciosos 19 años, a eso solo le podía llamar "El efecto Park Jimin"

—Voy a morir antes de mi boda... Esto es una mierda —susurró mientras se miraba al espejo.

La mujer rio con ternura para terminar de llegar a su lado. Yoongi la miró, ella solo atinó a recibirlo en sus brazos, tarareando una canción de cuna que lograba tranquilizarlo cuando estaba más pequeño y tenía miedo a dormir con todas las luces apagadas.

[♡]

Jimin terminó por mirarse al espejo, su labio estaba más hinchado de lo normal, los nervios le estaban jugando una mala pasada. Se había puesto como diez veces el mismo traje, primero se sentía bonito, pero después pensaba que no iba con la ceremonia que tenían en aquella playa. Su madre lo miraba riendo, su hijo desde pequeño fue muy quisquilloso cuando se trataba de vestirse, pero él portaba todo lo que se ponía con elegancia, algo que Jimin no había notado pero que estaba de más decir.

—Creo que... Creo que este me queda mejor —suspiró mientras dejaba de mirarse al espejo para mirar a su madre.

Ella sonrió divertida, pronto se acercó a su hijo para tomar sus manos. Jimin dejó escapar un chillido, estaba a casi nada de salir de esa casa para caminar hasta el altar donde Yoongi lo estaría esperando. Al fin sus vidas se entrelazarían para toda una eternidad.

—Bebé, trata de tranquilizarte, estás temblando demasiado, mejor hablemos de otra cosa, cuéntame que es lo que más te gusta de Yoongi —pidió sonriente.

Jimin dejó salir un suspiro para después asentir sonriente. Ella lo alejó del espejo para sentarse en la orilla de la cama.

Su hijo al fin comenzó a hablar de cada detalle que amaba de Yoongi, ella se sintió tan feliz al notar como sus ojitos brillaban y sus mejillas se sonrojaban, sin duda, Yoongi era el amor de su vida.

[♡]

Yoongi tomó su lugar en el altar a la espera de Jimin. Todos ya se encontraban en el lugar, solo faltaba Jimin.

Namjoon se acercó, dándole unas palabras de apoyo y componiendo la corbata que anteriormente Yoongi había desarreglado por causa de sus nervios.

—Hey, tranquilo, todos podemos sentir tus nervios, piensa que estás a punto de firmar un contrato, el más grande de todos, recuerda que después del contrato sigue una gran celebración, lo celebraras con todos nosotros y con Jimin —dijo. Yoongi sonrió de solo escuchar el nombre de su amor.

Pronto se comenzaron a escuchar murmullos. Ambos hombres miraron, Namjoon sonrió para Jimin, después bajó del altar dejando a su amigo solo. Yoongi por su parte, no podía apartar la mirada del rubio, se miraba tan perfecto, su sonrisa iluminaba todo el lugar, nadie lo podía opacar nunca.

Casi suspiró enamorado si no fuera por el señor Park que se rio un poco al notar lo que su hijo causaba en el mayor.

Una leve melodía se escuchó por los parlantes, Jimin caminaba sonriente hasta él, su mirada se encontraba sobre la de Yoongi diciéndole tantas cosas con sola esa mirada, porque habían creado su propio idioma y no necesitaban hablar, con solo unas cuantas miradas lograban transmitirse todo el amor que se sentían y eso estaba correcto.

La señora Park miró sonriente a ambos chicos. Después de pedirle a Yoongi que le prometiera cuidar y amar a su hijo se lo entregó, ambas manos se entrelazaron mientras se miraban. Todos los invitados volvieron a tomar lugar esperando a que la ceremonia comenzara.

El hombre que los casaría les indicó que comenzaría, los novios asintieron. La ceremonia dio inicio, Yoongi y Jimin se sonreían de vez en cuando, muy felices y ansiosos, pronto estarían casados.

Los votos comenzaron, Jimin y Yoongi dieron el suyo sin despegar la mirada de sus ojos, sintiéndose tan bendecidos y enamorados. El hombre procedió a llamar a los anillos, estos desfilaron encima de una colcha negra, resaltando lo finos y preciosos que eran. Taehyung se acercó a Yoongi que sonrió ante Jimin mientras tomaba el más pequeño. Su sonrisa era tan grande y hermosa, tomó delicadamente la del menor, susurrándole algunas cosas solo para ellos dos y con todo el cariño del mundo procedió a colocarle el anillo en su dedo anular, dejando un besito después de terminar la acción.

Era turno de Jimin ahora. Tomó el anillo restante, sus manos temblaban, seguía nervioso. Yoongi lo miraba con tanto amor, tenía miedo de arruinarlo. Rápidamente borró los pensamientos malos para sonreírle y decirle cuanto lo amaba. El anillo quedó colocado perfectamente en el dedo del mayor.

al igual que las típicas acciones en las bodas, Namjoon y Seokjin les colocaron el lazo, el símbolo de unión. Todo estaba yendo realmente bien, parecía irreal, dentro de poco ambos llevarían el mismo apellido y estarían juntos por mucho tiempo.

Pronto la típica frase llegó y los novios e invitados sabían que estaban llegando al final de la ceremonia.

—Min Yoongi, ¿Aceptas a Park Jimin en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, prometiéndole siempre serle fiel y cuidar de su corazón, hasta que la muerte los separe? —el hombre preguntó.

Min no podía aguantar la sonrisa que inundaba su rostro. Asintió rápidamente después de tomar las manos de Jimin.

—Acepto —dijo al instante.

El hombre sonrió, ahora mirando al rubio. Jimin ya estaba asintiendo, pero tenía que dejar al hombre hablar.

—Park Jimin, misma pregunta... ¿Aceptas a Min Yoongi en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, prometiéndole siempre serle fiel y cuidar de su corazón, hasta que la muerte los separe?

Jimin lo miró, no había nada más que deseara en el mundo que ser el esposo de Yoongi. Asintió con lágrimas en los ojos, la felicidad se podía sentir en el aire.

—Acepto —su voz salió más baja debido a su llanto de felicidad, pero todos lo pudieron escuchar a la perfección.

—Por el poder que la ley me otorga, los declaro esposos —sonrió—. Novios, pueden besarse.

La gente detrás de ellos ya se encontraba de pie aplaudiendo y festejando por los recién casados. Yoongi no esperó tanto, logró girarse y encontrarse de frente al amor de su vida. Le regaló una última sonrisa para enredar sus manos en su cintura, atrayéndolo a su cuerpo para pronto besar sus labios con amor y delicadeza.

Todo pareció quedar en silencio para ellos dos. Solo eran ellos y nadie más, ahora era oficial.

Se separaron lentamente, sin despegar sus frentes, los invitados festejaban felices por la pareja.

Rápidamente se giraron para mirar a los invitados que aplaudían. Se dieron un último beso para entrelazar sus manos y comenzar a caminar fuera del lugar de ceremonia.

La fiesta sería en ese mismo lugar, habían rentado una mansión a las orillas de la playa de Busan, tenían toda la playa y mansión para festejar.

[♡]

—Amor, despierta —Yoongi besó sus manos entrelazadas, justo donde su anillo de bodas se presumía con gracia.

Jimin solo se movió, abrazándose más a su pecho. El mayor se rio con ternura, lo amaba, lo amaba demasiado.

—Llegamos bebé, Los Ángeles nos espera —ahora besó su frente, comenzando a darle varios besitos en todo su rostro y labios.

Después de unos besos más Jimin atrapó los de Yoongi con sus dientes, siguiéndole el beso que el mayor había comenzado.

—Estoy despierto —sonrió.

—Lo noté —dejó un último beso para levantarse.

Ambos se pusieron de pie para bajar del avión privado de Min. Pronto los dirigieron a una camioneta que los llevó a lo que sería su hogar por unas semanas.

Jimin miraba todo a su alrededor con felicidad. Sus manos estaban entrelazadas con las de Yoongi mientras este no podía apartar la mirada de su esposo... Diablos, que bonito se escuchaba.

Pronto llegaron al lugar, esta era una casa en Beverly Hills. Los ojitos de Jimin se abrieron grandes, todo era precioso, además sabía que ese barrio era uno de los más famoso en Los Ángeles ya que cientos de personas famosas y adineradas vivían en la zona.

Los empleados dejaron las maletas dentro para después de hablar con Yoongi retirarse. Jimin lo miraba sentado en uno de los sillones mientras mordía su labio. Yoongi era demasiado caliente, escuchándolo hablar con un inglés fluido y mirarlo con esa camisa negra en forma de v, mostrando su pecho pálido, era su perdición.

Yoongi se giró hasta él, sonriéndole, pero rápidamente paró de hacerlo cuando se encontró al rubio recostado en el sillón con su bonito sweater a rayas de colores pastel un poco más elevado, mostrando la entrada a su paraíso, su abdomen plano y su marcada pelvis.

Yoongi maldijo por el tirón que se llevó en su entrepierna. Jimin lo miró a los ojos mientras sonreía con complicidad. Uno de sus dedos fue llevado a su boca donde chupó delicadamente, invitando al mayor a unírsele.

Caminó como pudo hasta dejarse caer enfrente de él. Jimin sacó el dedo de su boca para ahora llevar su mano a su rostro.

—Vamos daddy, sé que quieres.

Y eso fue todo lo que Yoongi necesitó escuchar para tomar al menor en brazos y subir las escaleras corriendo en busca de una habitación.

Sentía su polla chocar en su pantalón, hacía mucho tiempo que con Jimin no tenían ese roll de daddy y baby y aunque tenía pensado hacerle el amor, primero lo castigaría por excitarlo de tal forma.

Rápidamente Yoongi comenzó a desabotonar el pantalón del menor, se merecía unas cuantas mordidas y nalgadas. Pero en cuanto terminó por quitarle su pantalón, todo se fue a la mismísima mierda.

Unas braguitas blancas le dieron la bienvenida. Su trasero estaba perfectamente lindo, redondo y listo para él, una línea de tela con dos listones rosa bajaba hasta llegar a las medias altas en color morado pastel que terminaban en sus rodillas. Una preciosa vista para Yoongi que ya podía sentir su boca aguándose con hambre.

¿Jimin llevaba esa lencería como regalo de bodas? Diablos, la entrepierna del mayor dolía con fuerza.

Jimin sonrió lindo mientras miraba al mayor que le trasmitía deseo por medio de su mirada.

Yoongi comenzó a sacarse su pantalón y bóxer. Ahora era turno de Jimin, se sacó su sweater y desabotono los últimos de la camisa del mayor.

Ambos estaban desnudos, Yoongi sonrió para dirigirse a su cuello. Besó y chupó, dejando marquitas rojas que al día siguiente los delatarían. Jimin gemía bajito con cada beso, lamida y mordida que el mayor le hacía. Sus manos estaban descontroladas, tocando el cuerpo de su amor, volviendo todo más excitante.

—Da... —Yoongi llevó una mano a su boca para que no siguiera hablando.

—No amor, solo llámame por mi nombre —ambos sonrieron.

Jimin asintió encantado, al fin podría gritar su nombre tanto como siempre le encantó gritarlo cuando hacían el amor.

—¡Yoongi! —gimió su nombre al sentir a Yoongi tocando cada zona de su cuerpo, jugando con el arnés y con sus braguitas.

La posición cambió, Yoongi cargó a Jimin de su trasero para sentarlo encima de su erección. El rubio suspiró al sentir el pene duro del mayor chocar en su trasero.

Pronto sus labios se encontraron. Yoongi masajeaba los glúteos del menor mientras Jimin se abrazaba a su cuello, besándose con mucho amor.

La braguita fue separada de su cuerpo para sentir los dedos del mayor en su entrada, penetrándolo lentamente, haciéndolo lloriquear por más.

—¿Te vestiste muy bonito solo para mí? —preguntó en cuando sus labios se separaron.

—Lo hice. Solo para Gigi —sonrió con dulzura.

Yoongi asintió, pronto retiró sus dedos, notando a Jimin suplicar por más contacto. Lo recostó en la cama lentamente, comenzando a quitarle el arnés para bajar la braguita con cuidado. La erección del menor estaba despierta, con la punta rosa y lubricada por las pequeñas gotas de pre-semen.

Delicadamente comenzó a dirigirse a su entrada. dejando besitos en su rostro y cuerpo. Se enterró de una cuando Jimin se movió para sentirlo al fin.

Ambos gimieron. Yoongi comenzó a dar embestidas lentas, disfrutando de su menor y haciéndolo disfrutar a él también. Sus miradas se encontraron, sonrieron enamorados.

Jimin lo llamó con la mirada, Yoongi obedeció, tomando sus labios con el cariño que Jimin se merecía. Lo besó por mucho tiempo, sus labios no se separaron aun cuando la intensidad en sus embestidas aumentó.

Estaban desfrutando el momento, eso no era solo sexo, estaban haciendo el amor, Yoongi le hacía el amor a su menor mientras le susurraba cuanto lo amaba.

Jimin había comenzado a llorar, pero no porque le doliera o lo sintiera incorrecto, sino porque se sentía tan amado que su corazoncito no pudo aguantar más y se echó a llorar mientras disfrutaba de las embestidas.

Estaban cerca, muy cerca. Jimin siempre estaría de primero en todo así que cambió la posición, Jimin quedó arriba. El rubio se sonrojó al encontrarse sentado encima del mayor sin dejar que este salga.

—Hazlo amor, se cuánto te gusta hacerlo —lo alentó.

Jimin asintió, comenzando a dar lentos y pequeños saltitos en toda la longitud de su esposo. Las manos calientes del pálido tomaron su cintura, sonriendo y alentándolo cada vez más.

La intensidad aumentó, era hora, pronto se correrían. Sus manos se entrelazaron y Jimin se recostó en el pecho del mayor.

El orgasmo llegó para los dos. Jimin gemía fuerte pero tan lindo mientras Yoongi besaba sus clavículas y cuello.

Se quedaron así por un largo rato, solo se miraban y sonreían con cariño. Al fin estaban juntos, se sentía tan bien, muy correcto y perfecto.

Porque su amor había nacido desde la primera vez que encontraron empatía, todo lo demás solo los unió cada día un poco más hasta el final terminar enamorados de cada pequeña parte de su cuerpo y cada pequeña imperfección también.

Su amor era tan etéreo, recién comenzaban su vida de casados, pero fue la mejor decisión que pudieron tomar para su futuro. Las cosas pasaban por una razón y Yoongi estaba tan agradecido con el destino. Siempre creyó en el y sabía que todas las cosas malas se recompensarían con algo mejor y sí, Jimin era lo más maravilloso que le había pasado en la vida.

Jimin también podía decir que al fin había encontrado su lugar en el mundo, este era entre los brazos de Yoongi, su casa por siempre y para siempre porque estando entre ellos se olvidaba de las cosas malas y solo miraba hacía al frente, esperando ese futuro juntos que ahora se había puesto en marcha con todos sus planes.

Si de algo estaban seguros era de que su amor duraría por una eternidad y si pudieran elegir, se elegirían siempre en esta y en la próxima vida, justo como debería ser.

~~~~~~

¡Hola!

¿Cómo están?

¿Qué les pareció el capítulo final?

Llorando estoy 😭😭

No se olviden de leer los extras, son muy bonitos

¿Cuál fue su parte favorita en toda la fic o incluso de este epílogo?

Gracias por todo el amor y apoyo que le dieron a esta fic y a los personajes, gracias por entender el punto de vista de algunos y defender a otros, amé sus comentarios con odio hacia el padre de Yoongi, me hacían el día, el mes y el año 😂😂

Me llevo esta fic en el corazón, amé escribirla, muchas gracias por darme la oportunidad de publicar estas historias y ustedes leerla y quererla💜💜

Les amo mucho y oficialmente terminamos aquí, nos quedan algunos extras y ya

Nos leemos en mis otros proyectos ❤

¡Adiós!