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- ¿Que nos habían encargado? - cuestionó Suma en el camino el centro, éste quedaba bastante cerca del hogar de la Kocho, más las féminas contrarias a ella emitieron un quejido en voz alta, hastiadas de la pregunta repetitiva.

- Suma, por tercera vez - pareció farfullar sus palabras en un reproche - ¡Que Kanae nos ha pedido comprar el almuerzo!

Le respondió Shinobu, Annya llevó la mano a su frente mientras negaba, luego Kanao solo parecía entretenida y risueña entre ellas y el entorno.

- ¿Es necesario hablarme feo? - un puchero se esbozo en sus mohines, aparentando una postura martir.

- ¿Tienes hambre? - le inquirió Annya, la aludida asintió - Eso lo explica.

Le vio extrañada
- ¿Explicar qué?

- ¡Que tu cerebro no funcione correctamente! - ésta jadeo indignada por su ofensa, Kanao soltó una risita.

- Ustedes realmente son muy chistosas - mencionó la Tsuyuri, interrumpiendo aquella disputa absurda, llamó la atención del trío - Digo, creo que me es imposible aburrirme con ustedes.

Suma enarcó una ceja
- Eres algo tímida ¿no es así? - ésta recibió un sopetón detrás de su cabeza de parte de Shinobu, quien la censuró por su falta de restricción.

- Disculpa, Kanao - se apresuró Annya, ignorando los quejidos de la azabache - ¡me alegra mucho que te sientas cómoda entre nosotras!

- Nunca dije que me sentía cómoda, sólo que son chistosas. - aclaró con gesto impasible.

Aquello había sido cómo una ventisca gélida ocasionada por su franqueza, la rubia esbozo un morrito de vergüenza en si misma, suscitando la tensión en aquél ambiente.

Suma rió por la actitud de la menor quien al parecer no le pesaba la lengua en aclarar puntos. Mermó aquél momento incómodo mientras seguían buscando de algún local de comida apetecible.

*******

El tic en su pierna izquierda no frenaba, perdió la cuenta de la cantidad de veces que chequeo el reloj de su muñeca, oscilando entre la hora marcada de éste y la de su pantalla del teléfono.

¿Que clase de espécimen raro eran las mujeres para demorar tanto en arreglarse?

Bufó una vez más con los brazos cruzados, sus piernas encrispadas a causa del frío del salón, dedujo que no habían nivelado aún la calefacción. Suspiró, a saber que Kanroji tardaría tanto, le hubiese tomado mejor la opción de anticiparse una salida en vez de llegar sin notificar a su hogar y darle una invitación repentina.

Suspiró cuándo reparó la hora en el reloj de la pared ¡Las 11:20 am! No había concebido realmente el tiempo que llevaba allí postrado en el mullido sillón, tomó su móvil y marcó rápidamente el número de la fémina en la pantalla.

Éste dio espera, dando al tono unas 6 veces antes de mandarlo al buzón, le era audible el sonido tenue de una canción al compás de su llamada, escruto su al rededor tratando de ubicar el emisor de éste. Se colocó de pie para dar paso siguiendo la melodía. Esbozo una mueca al percatarse, aquél tono cursi provenía inútilmente del móvil de Mitsuri, posado encima del pequeño buro en la esquina del recibidor.

Soltó una bocanada, empezaba a manar un mal humor de él y era a causa del hambre.

El sonsonete del choque de un tacón contra la madera advirtieron en él un alivio al ver por fin a la de cabello rosa, parecía avergonzada, su cariz bermeja con semblante energético, cómo si llegará de alguna maratón.

Pese a su lindo vestido, no lucía tan rozagante para el tiempo que llevó en arreglarse, ésta se apresuro a bajar, tras ella, advirtió la presencia de Obanai quien aún vestía con su pijama.

- Kyojuro - le saludó, era un poco solemne, más tomó su mano en un saludo el cual replico el rubio.

- ¡Buenos días! Disculpa por irrumpir, es que debía hablar algunas cosas con Mitsuri - aclaró - espero no sea molestia.

El azabache negó

- No hay problema - sosegó al rubio, la oji-verde le convidó una taza de café con sonrisa afable hacia él - Gracias.

Ésta esbozo un visaje de molestia, le jaló de una mejilla, el rubio fue expectante de aquella escena, anonado por la acción repentina.

- ¡No tienes que fingir ser altisonante sólo porque Rengoku ésta aquí! - le riño con el entrecejo fruncido, afianzó más su agarre de su mejilla haciendo que éste soltará un quejido - ¡Siempre quieres aparentar ser un machote!

Kyojuro ahogó una risa, más decidió intervenir por el bienestar (y tal vez moral) de su amigo.

- Eh, tranquila Kanroji, podemos...

Con la mano sobrante le jaló la mejilla al rubio, éste se quejó por el fuerte agarre de ésta.

- ¡No interrumpas!

- M-Mitsuri... Suéltame por favor - le impetro Obanai casi convaleciente, ésta lo soltó de prisa, para luego darle un beso en la mejilla, ignorando por completo la presencia del rubio quien se frotó la zona afectada.

- Lo siento, cariño - se abrazó al cuello de éste, Rengoku contempló con curiosidad cómo ésta podía pasar de estar enfadada cómo el infierno y al segundo parecer tan cándida y amorosa - ¿Me disculpas?

- Eh... a mí también me dolió ¿sabes? - mencionó el más alto, Kanroji le vio con indulgencia.

- Disculpa... ¿También quieres un beso en la mejilla? - pese a su aparente sugerencia amistosa, el mencionado se exaltó en nervios dando un paso atrás por inercia.

Aquello fue dicho con tanta naturalidad en ella, cómo si fuese intrínseco en la vida cotidiana. Su mirada advirtió el mohin tenso del prometido de la fémina, quien obviamente se inquietó debido a los celos.

- No creo que sea necesario - se apresuró a negar, sus palabras sonaron arrastradas - ¿Ya éstas lista?

Rodeó el tema, desviando aquél momento incómodo.

- ¡Sí! Me demoré un poco, lo siento. - soltó una risita nerviosa.

<¿En verdad sólo un poco?> se redujo a pensar sin borrar la sonrisa de su rostro.

- Espero la cuides - Mencionó el oji-bicolor, con mirada severa sobre éste mientras la fémina iba por su cartera.

- ¡Ésta en buenas manos! - le aseguró con una sonrisa llena de confianza en sí mismo.

La de puntas verdes hizo acto de presencia, le dió un beso quedito en los labios a su prometido, para sorpresa de Kyojuro al reparar su sonrojo. ¿Quien lo diría?

- Nos vemos, oruga - se despidió con aquél apodo singular, y tal vez significativo entre ambos, el hombre no podía más con su sonrojo a causa de las muestras de cariño de su prometida, y para más con aquél apodo entre ambos.

- C-cuidense...

Rengoku se dirigió hasta la puerta de entrada en compañía de Mitsuri, se plantó en el marco para darle una última mirada al azabache.

- ¡No te preocupes, Iguro! - ventiló con suspicacia llamando la atención de éste - Tu masculinidad esta a salvo conmigo.

Luego de eso se retiró del interior entre risas acompañadas con su mejor amiga.

********

- ¿Comida mexicana? - Cuestionó Shinobu, dudosa si regirse a la opinión de Suma quien señaló emocionada aquél local de presunta comida deliciosa - ¿estás segura? No soy fanática de la comida condimentada.

- ¡Ya verás que será delicioso! - aseguró la azabache, Annya y Kanao no objetaron nada, ya qué yacían escépticas a probar nuevos sabores - ¿y bien?

La rubia poso su mano en el hombro de la Kocho, le sonrió en un incentivo.

- ¡Vamos! No puedes saber si algo te gusta o no, sí no lo haz probado.

Suma soltó un chillido entusiasmada

- ¡Eso, eso! - La de puntas moradas dirigió la mirada a Kanao, ésta hizo un ademán de "por mí está bien"

Soltó un suspiro

- Ésta bien, entremos - aceptó sin mucha opción o confianza en aquella elección.

Se adentraron al lugar expectantes del entorno, era un ambiente bastante singular, más, llamativo, con decoraciones resultantes en un bonito tono bermellón. Entre contrastes de amarillos y modelos rústicos, tenía una pequeña tasca en el otro extremo, y la música la cual acompañaba las sosegaban, no podían negarlo, era delicioso el olor que manaba de todo el espacio, no había espacio para el ruido perturbador a pesar de haber varios comensales.

Se dirigieron hacia las mesas con espaldares decorados, Annya se fascino por las suculentas y mimosas, dentro de la estructura decorativa en los asientos, era frugal y apacible -y cómodo para la espalda-

- ¡Se los dije! - se empecinó Suma a reiterar, tomando asiento al lado de Annya, mientras Kanao y Shinobu tomaban el asiento de al frente - Y huele delicioso...

Annya sonrío a la actitud ensoñada de su amiga, mientras Shinobu aún seguía con su mueca dudosa, mientras la Tsuyuri observaba maravillada las bella a las once que decoraban su espaldar, cayendo con gracia a los alrededores de ésta.

El cojín lo sintió como un gracias a los dioses, era lo suficiente acolchado cómo para acoplar su posición en el él y comodidad.

Un camarero forrado en su uniforme, pasó a dejarles las cartillas convidandoles la bienvenida con una bandeja de vasos de agua con limón y hielo.

- En definitiva, este sitio es fascinante - volvió a adular la oji-garza encumbrada, Annya soltó una risita, la de puntas moradas bufó tomando una de las cartillas, las contrarías repitieron la misma acción.

Kocho escrutaba los diversos platos que el sitio ofrecía, no seria remisa a admitir que sin duda ofrecían servicios de comida familiares bastante apetecibles y a un excelente precio, por un instante desvió la atención por encima de su cartilla, al advertir cierta presencia llamativa tomar asiento frente a la mesa de éstas.

Por un instante le invadió los nervios, reparó por el rabillo de su ojo la presencia de su prima quien también estudiaba el menú. Debía tratar de no ser tan obvia para que éstas se percataran de Rengoku sentado al otro lado del espaldar, más tampoco podía ser tan diáfana para que Kanao diera por hecho algún asunto enlazado con referencia a su profesor.

Carraspeó un poco, tratando de llamar la atención de las féminas.

- ¡Hay unos servicios especiales! ahora... ¿cual elegimos? - profirió Suma dejando la cartilla sobre la mesa, Annya repitió la acción junto a Kanao.

- No me gusta la comida picante - menciono la Tsuyuri, la rubia asintió en de acuerdo con ella.

- Yo tampoco, entre nos... Es un boleto gratis al inodoro - Añadió Annya, estás soltaron risitas por la ocurrencia, más la Kocho esbozo una mueca nerviosa, tal comentario con el blondo tras ellas, era menos de lo que se podía apreciar cómo atrayente.

- ¡Concuerdo! pidamos algo que nos haga dormir como cachorros con la panza llena, no que nos haga un lavado estomacal gratis - éstas volvieron a reír - ¿que piensas Shinobu? ¿aún sigues renuente a comer aquí?

- Ehh... es qué... - tosió un poco - U-una vez leí una reseña y... y mencionaron haber encontrado en la comida un cabello ¿rubio? - pareció dubitativa vagando entre las palabras, las contrarías arquearon la ceja con semblante inquisitivo, Shinobu no supo explicarse, volvió a carraspear un poco, Tsuyuri la vio con duda - Ya saben... El cabello rubio es... amarillo.

- ¿Eh... sí? lo sabemos pero... ¿De hace cuanto es la reseña? - cuestionó Annya tomando su móvil.

- ¡Annya es rubia! - profirió Suma tomando uno de los mechones de la mencionada, señalando la validez de aquél comentario sin contexto.

La de puntas moradas tensó sus mohines.

- De hace un mes - respondió ella, más advirtió los mechones del cabello del profesor de historia, esbozo una sonrisa nerviosa para enfocar nuevamente la vista a sus amigas.

- Aquí dice que el restaurante apenas abrió hace 3 semanas - le mostró la rubia desde la pantalla de su móvil.

<Carajo, piensa rápido Shinobu>

Esta tragó saliva, pensando una nueva excusa.

- También dijeron que... ¿cocinaban lechuzas? - aquello sonaba tan absurdo cómo su propia inseguridad al momento de comentarlo.

Excelente, una indirecta referida hacia el profesor y lo primero en que piensa es en un familiar del búho.

Éstas soltaron una carcajada, menos Tsuyuri quien le vio anonada.

- ¿En verdad cocinan lechuzas? - inquirió su pariente con temor, Suma soltó una bocanada incrédula a la actitud de éstas.

- Tranquila, bichito ¡ya verás que la comida de acá es muy buena! - aseguró Suma, Kocho yacía tan ansiosa que no objetó nada debido al apodo que tanto repelía.

Kanao en su perspicacia reparó la postura nerviosa de su pariente al lado, más no profirió palabra alguna, advirtió su mirada la cual oscilaba entre las dos féminas, y aparentemente hacia el profesor de historia en la mesa del frente. ¿Que era lo que la tenía tan inquieta?

- Creo que ya debemos ordenar algo - se apresuró a rodear el tema - ¿me acompañas, Suma?

Ésta ladeó la cabeza

- ¿Pero no deberían de venir a tomar nuestra orden? - inquirió en contrariedad, ésta le hizo una ceña con la mirada, ésta tardó en captar la indirecta, jadeó sincronizando con ella, tal vez deseaba decirle algo.

Ambas se retiraron un momento de la mesa, anticipando a ambas féminas que regresarían de prisa ya que irían a confirmar la orden, más se esfumaron tan rápido que no les dejaron oportunidad a Annya de mencionarles que aún no elegían un servicio en concreto.

Noguchi y Tsuyuri se vieron frente a frente, el silencio de la menor incómodo un poco a la rubia, más a ésta no parecía molestarle, aparentemente le parecía más atrayentes las mimosas plantadas por encima de los espaldares un poco altos.

Suspiró, no la culpaba, tal vez sólo era reservada, más su ansiedad se inquietaba a tanto silencio.

Se dispuso a perder el tiempo mientras observaba su teléfono, más, algo en ella advirtió una voz conocida tras su espalda.

- ¿Será...? - pensó con un ápice de nervios emanando dentro de sí, asomó un poco su cabeza por encima del espaldar alto, la Tsuyuri reparó su acción cuándo se inclinó considerablemente hacia arriba, la vio extrañada, más luego se encogió de hombros.

Confirmó lo que por alguna razón la inquietaba y a la vez entusiasmaba, más no pudo discernir quien le acompañaba, soltó una bocanada cuándo volvió a su asiento, dio una mirada rápida a Kanao.

No debía ser tan diáfana, más. Agradeció a los Dioses que éste hablaba suficientemente alto cómo para ser audible hasta su mesa, tal vez era de mal gusto, más no podía persuadirlo.

Todo lo que tendría que ver con su persona le interesaba.

Tal vez aquello era desagradable a cualquier mirada ajena, más la rubia no desistió en intentar disimular su faz curiosa, o en crudeza. Metiche, al momento que inclinó su cabeza a la madera de su espaldar, apoyando su oído en ella.

Eran audibles, algo difusas o enrevesadas a causa del bullicio externo, más, logró su cometido. Podía escuchar, una sensación incómoda, cómo la de un mal agüero le mano desde un mal sabor a su boca el cual le revolvió su estómago.

No había vuelta atrás, y se dispuso a escuchar.

- Eso, y los aperitivos ¿crees que Senjuro pueda encargarse? - le cuestionó copada, Annya dedujo que era la voz de su acompañante, la cual evidentemente era femenina.

¡Rayos! Le suscitó un deseo de gruñir, sonaba tan afable que sentía envidia de quien sea que fuera aquella mujer quien lo acompañaba.

Soltó una bocanada para intentar prestar atención nuevamente a la conversación.

- ¡No lo creo! - negó, se escuchó un jadeo de la fémina - Digo, creo que es mejor que él lleve las arras y las alianzas, se encantará con ese labor.

¿Arras? ¿Alianzas? Se inquirio a sí misma, tensó sus mohines cuándo el tañido de un campaneo se reprodujo en su mente al recrear en ella la imagen de una boda.

¿Que qué era lo molesto?

¡En ese caso no iba ser ella quien se casaría con él!

Tomó aire para dejarlo salir nuevamente, calma Annya, calma.

- ¡Por supuesto que sí! - sonó casi enaltecida, la blonda rodó los ojos - Sin duda es perfecto para él... - pareció vacilar - ¿Invitamos a tu padre?

Éste sonrió
- Justo de eso quería platicar contigo.

- ¿En verdad? - el contrarío asintió - ¡cuéntame! Dime que es... ¿lo hiciste?

Parecían palabras tácitas, más, la rubia pudo comprender a ciencia cierta un poco a lo que iban. Parecían conversar entre códigos, aquello le molestaba a razón absurda de ella, ya que en lo verídico, nada de eso le concernía, más era tenaz en sí misma.

- Aceptó -pronunció por fin, ésta soltó un chillido.

Ésta se le dificultó descifrar lo siguiente, por el movimiento del espaldar dedujo que ésta se había entusiasmado a darle un abrazo a Rengoku, a ese punto Annya mordía su uña para mermar su sentimiento negativo, y bien tenía sabido que aquello estaba mal. Todo se revolvía entre balbuceos festivos de la fémina y risas del rubio.

- ¡Ya, ya! - dijo entre risas, la separó de él posando sus manos en sus hombros, ésta sorbio un poco sobre sus nudillos, tratando de persuadir su sensibilidad - ¿estás llorando? - le cuestionó incrédulo, más hilarante a causa de la reacción espontánea de su amiga.

Ésta asintió en respuesta.

- ¡Es obvio! - afirmó - ¡podemos estar tranquilos ahora!

- ¿Podemos? - le cuestionó expectante a la palabra en plural, la aludida volvió a asentir.

- ¡Por Dios, Kyojuro! Lo que te afecte a ti, me afecta a mí ¿lo olvidas?

Kyo ju ro aquello se deletreo en su mente en monosílabos, su nombre de pila, con aquella yaneza, una opresión en su pecho la albergó ¿acaso eran...?

- Nunca cambias - soltó una risita mientras negaba - Respecto a los aperitivos... - rodeó el tema - conozco a la persona perfecta.

Afirmó con sonrisa impávida, a ese punto Annya no concebía ninguna palabra de aquella conversación, sólo un mar entre desilusión ya había sido aclarado para ella.

El azul, tan ambivalente, te serena, y luego cómo un manto se oscurece, y lo único capaz de brindarte es inseguridad.

No supo por qué reprodujo aquella reflexión, la imagen de la mirada bermeja y sarcástica del profesor de artística cambiaron su desazón por algún tipo de enfado, más, no supo deducir a quien.

Si a él, por ser tan sagaz, o a sí misma por ser tan incrédula.

No quiso escuchar más, se separó de la madera, y tal vez con un movimiento tosco, extrajo su teléfono de su bandolero para distraerse en él.

Por otro lado, ambas féminas a paso apresurado rumbo los baños del local, la azabache no concebía el por qué de la "citación" repentina de la Kocho, más se dejó guiar por ella entre las mesas del restaurante, ésta empujo la puerta con su ante brazo, adentrándose junto a Suma tras ella.

- Bien - soltó una bocanada, cómo si se preparará para soltar lo que sea que tendría que decir - Dos cosas ¿que clase de persona habla sobre ir al baño en un restaurante? Cochinas - le riño con mala cara - y segundo... Rengoku ésta aquí.

- ¿¡En verdad!? - cómo si lo primero fuese inexistente, se exaltó sobre su sitio, Shinobu asintió.

- ¡Sí! - reiteró - ¿que hacemos?

Suma esbozo una mueca, más se encogió de hombros.

- No es que podamos hacer algo relevante... Digo ¿que podemos hacer?

La contraría bufó
- Estás respondiendo absolutamente con la misma pregunta - se cruzó de brazos con una mueca, soltó un suspiro - sin embargo, creo que tienes razón.

- Annya se pondrá nerviosa - mencionó - ¿sólo debemos comportarnos? - Kocho asintió

- Exactamente - afirmó con una sonrisa - Ahora que estamos aquí... ¿que pedimos?

- Carajo, lo olvidé - la oji-garza llevó una mano a su nuca - Supongo que tendremos que ir a la barra directamente.

- Así es.

Éstas salieron del espacio sin más, para dirigirse al extremo diagonal a ellas para pedir su orden, se apoyaron en la barra, más la azabache buscó con la mirada al mayor entre las mesas, casi pierde el aire al advertir que en ciencia propia yacía espalda con espalda con su amiga rubia. Más, gracias a la separación del espaldar de éstos tal vez no han advertido la presencia del uno al otro.

No obstante, su impresión de basaba en la compañía de éste, la tutora de orientación, lucía radiante y jocunda cómo lo era normalmente, más su incógnita se disfrazó de curiosidad ¿estaban teniendo una cita? Sintió en aquél momento un pinchazo de responsabilidad, ajena a Shinobu quien estaba confirmando la orden con el camarero en la caja del punto de venta.

Sin duda, ante cualquier cosa, su misión es que Annya no se percatase de la presencia de su platónico en una aparente "velada" con su muy atractiva compañera.

Shinobu se acercó tras ella con la factura en mano, la extrajo de sus pensamientos, tal vez no lo concebió más llevaba un buen rato mirándolos fijamente.

- ¿Ves lo mismo que yo? - le musitó Kocho a un lado de ella, ésta asintió.

- Sin duda alguna - afirmó - ¿deberíamos intervenir su cita?

La oji-violeta jadeo mientras negaba.
- ¿Que te ocurre? No hay manera que hagamos algo así, no ésta bien - le reprochó remisa a su descabellada sugerencia.

- Annya no debe de darse cuenta - añadió ignorando el reproche de ésta, la cual frunció el ceño.

- ¿Y crees que interviniendo en su cita sea una solución? - bufó - Volvamos a la mesa.

Ésta no objetó más, volvieron a la mesa la cual curiosamente se encontraba en silencio, les pareció hilarante la mueca incómoda de Annya, más no la culpaban, Kanao solía ser muy callada.

- ¿Se cansaron de platicar? ¿O por qué tanto silencio? - inquirió Shinobu a ambas en busca de mermar el ambiente, ésta le dio una seña con la mirada a la azabache, la cual no disimulaba el tic nervioso en su pierna.

Ésta la acató más fingió demencia ¡si hubiera más privacidad no hubiese dudado en propinarle un golpe!

- Honestamente no noté que ella también estaba acá conmigo. - Admitió la Tsuyuri, una vez más aquella sensación gelida causada por su franqueza le volvió a incurrir en la blonda, hizo una mueca avergonzada.

Annya carraspeó un poco
- ¿Por qué tardaron tanto? - se apresuró a dirigirse a ambas, las cuales se miraron entre sí.

- Estábamos haciendo el pedido y...

- Había un afiche - agregó Suma a la mentira blanca.

- ¡Sí! Info grafico ¡muy interesante por cierto! - alardeó con expresión altisonante, la rubia enarcó una ceja, deducía algo irregular en su actitud.

- ¿De que era? - Kanao se incluyo en la conversación, arrebatandole la pregunta de la boca.

- Eh... pues - se rascó la nuca nerviosa, una mirada de auxilio le dirigió a la azabache.

- ¡De gatos! - profirió tal vez en voz muy alta para su gusto, girando unas cuantas cabezas hacia ella, un color bermejo apareció en sus pómulos a causa del bochorno - Sí, de gatos... descubrí que... cuándo son hembras tienen 3 manchas de diferente color, mientras que los machos sólo tienen 2 - soltó una risa - ¡muy curioso! ¿No?

Aquello fue muy exagerado para el gusto de Shinobu, más le agradeció ya que la rubia pareció convencida.

- ¡No lo sabía! - la Tsuyuri pareció enternecida por la nueva información - ¿Puedes llevarme hacia el afiche? Me gustaría leerlo.

Si bien, aquello había sido la cumbre para exaltar sus nervios.

- La verdad me parece curioso un afiche de gatos en un restaurante de comida Mexicana - agregó la rubia, dubitativa a ingerir aquello - supongo que es ¿singular?

- Ehh... sí ¡sí! Pero ya lo estaban retirando.

Shinobu esbozó un puchero, siguiendo la corriente.

- Sí... aparentemente esto fue una clínica veterinaria antes de venderlo a unos dueños mexicanos... - llevó su mano a la zona del pecho en un gesto interpretado cómo pena - ¡por eso algunas cosas se conservaban!

Kanao asintió, pareció entender aquello más la rubia conocía perfectamente al par, las escruto con su entre-cejo fruncido, por sus señales corporales, dedujo que estaban desasosegadas por algo.

Luego tendría la oportunidad de concerdarles. Sin embargo no lo dejaría pasar tan lúbrico.

- Shinobu... ¿me acompañarías al baño? - tomó su bolso para arremangarlo nuevamente encima de su hombro, la mencionada pareció exaltarse.

- ¡Uff! Justamente nos cruzamos con una señora de limpieza ¡aparentemente alguien comió picante de más! Y ya saben... - realizo un berrido con la boca, interpretando un sonido desagradable, señalando a lo que se refería - aparentemente soltó el barril ¡y que era un desastre!

- Mm ¡pero ya debieron haberlo limpiado! - se encogió de hombros - sólo acompáñame, necesito hacer pipi.

Ésta se apoyo sobre la mesa para colocarse de pie, más Suma y Shinobu se dirigieron una mirada rápida de advertencia.

¡Debían hacer algo!

Suma rodeó su cuello, forzando la a tomar asiento nuevamente, se arremango en ella en un cálido abrazo.

-¡Ahhh! Annya... - profirió, ésta enarcó una ceja por la acción desprevenida - ¡eres muy linda!

La mencionada esbozo una mueca, le dirigió una mirada a Shinobu para inquirirle, más yacía distraída -o eso parecía- con el vitral decorativo.

- Eh... ¿gracias? Supongo - le dio una palmadita en la cabeza, en un gesto de cariño - ¿puedes acompañarme al baño?

Le cuestionó, Suma la vio esbozar aquella mirada de cervatillo de color garza ¡maldición! A cualquiera compraba, más, no debía permitir que se levantara de su asiento, afianzó su agarre invadiendo su espacio personal.

- ¡Las trenzas te deben quedar preciosas! - se le ocurrió agregar, Kocho reparó aquella indirecta, si tuviese piedras cerca no dudaría en hacerla comérselas. - ¿Puedo hacerte unas?

La rubia suspiró
- Mira, traerán el pedido - señaló, ésta lo acató como una carnada ilusa al momento que la blonda logró zafarse de su agarre, Shinobu le lanzó una cervilleta cuándo Annya tomó su bandolero para dirigirse al baño.

Ésta advirtió la postura tensa de la rubia, dedujo que debía hacer algo rápido, su vista enfocó el agua con limón que ofrecieron de bienvenida. Un foco se iluminó en su faz en señal de idea.

La azabache tomó uno de los vasos con agua y limón, ingirió al coleto el contenido de éste, causándole estragos a su respiración por ende terminó tosiendo debido al ahogo.

Annya se exaltó en un sobre salto al ataque de tos de su amiga, se apresuró a darle pequeños manotazos en su espalda. La reacción de las dos contrarías oscilaron entre llamar a alguien y mermar el escándalo que se formaba por la tos de la azabache.

- ¡No, Suma! ¡no te mueras! - impetró Shinobu siguiendo a lo que ella creía parte de su juego de distracción - No puede ser... era tan joven.

Sonó mártir mientras limpiaba una lágrima falsa, ésta la vio en medio de sus crisis con rencor. Annya la censuró con la mirada.

- ¡Shinobu! - le llamó firme, mientras seguía con los palmasos en la espalda de ésta - ¡Ve con Kanao a buscar algún trabajador o algo! Tal vez se ahogo con un hielo.

Ésta asintió y fue en busca con su pariente, su ansiedad la carcomía al reparar cualquier acción que hacia no causaba ningún efecto.

No reparó ambas presencias frente a ella, quienes se apresuraron a ayudar a la fémina.

- ¡Mitsuri, ayudame! - reconoció la voz dichosa, más estaba lo suficiente consternada para no emitir alguna palabra o realizar alguna acción.

Al momento que Kanroji tomó a Suma, Kyojuro se posó detrás de la menor, cruzando los brazos frente a ella ejerciendo presión hacia arriba, en uno... dos intentos la causa de su (casi muerte, en exageración de la Kocho) salió disparado hacia una mesa ajena, la cual los comensales se retiraron asqueados.

- Ugh... Limón asesino - tomó asiento para recuperarse.

- ¿Estás bien? - posó su mano sobre su hombro, ésta asintió sin coordinar del todo su pregunta, hasta reparar la expresión anonada de la rubia, quien tomó asiento a un lado de ella.

- Muchas gracias, sensei... y a usted también profesora Kanroji - ésta les agradeció, más no tuvo el valor de verlos a ambos. No después de haber analizado la situación.

- ¡No hay de qué, Annya! Suma ¡ten más cuidado! - posó sus manos sobre sus caderas, advirtió la postura de su estudiante - ¿Ésta todo bien? Si puedo ayudar en algo...

- No se preocupe - le interrumpió, forzó una sonrisa en su faz - No quisiera molestarlos más.

Tal vez realizó un énfasis innecesario, más, su auto-control yacía fuera del carril. Éste esbozo una mueca, se extrañó de aquella respuesta aproximada.

- Si necesitan...

Ahora había sido el turno de Shinobu de interrumpir, quien ésta vez había sido Kanroji con cariz preocupado por la fémina quien recuperaba el aire poco a poco.

- ¡Llegamos! - a paso apresurado junto a Kanae llegó a la mesa de éstas, más para su sorpresa la situación se había mermado. Lo que quedó de ella fue una tensión inescrutable - Trajimos una caja de primeros auxilios.

Annya dejo escapar un suspiro.

- ¿Una caja de auxilios para qué? - sonó hostil, más no era su intención y la de puntas moradas lo dedujo - Ya se resolvió todo, gracias bichito.

- ¡Que buen susto! - rió el mayor! - Las coincidencias son gratas, Annya justo...

Más, la interrupción llegó en imagen de camarero en dejar las bolsas de su pedido, convidandole el papel a la Kocho para que ésta firmara, en un grato agradecimiento por su atención.

- Bien ¡ya lo tenemos todo! - apremió ésta, tomando las bolsas con ayuda de Tsuyuri, quien simplemente se mostraba ajena a la escena - Muchas gracias, Sensei... y lamentamos interrumpir su velada.

Sonó avergonzada, con un instinto de pena por su amiga, quien reparó aquella oración.

- Disculpen las molestias, ugh - soltó Suma en un berrido.

- ¿Te sientes bien? - le cuestionó, ésta le asintió esbozando un ademán para que le restará importancia - Si gustan puedo llevarlas, no me tomará nada de tiempo. - se dirigió hacia la peli rosada - ¿No hay problema si me esperas acá? Es que...

Ésta negó con sonrisa comprensiva

- Yo te hice esperar a ti toda la mañana - soltó una risita replicada por éste - ve a llevarlas.

Aquella oración fue cómo un golpe bajo para Annya, no tenía ningún ápice de duda.

Eran pareja, e iban a casarse.

La mirada de sus dos amigas se posaron sobre ella, comprendieron su estado, lo favorable en aquél momento era alejarae de la presencia de ambos tutores.

- Sensei - llamó Suma, se poso de píe junto a Shinobu - no se preocupe ¡estoy bien! Es un mal hábito mío el ingerir todo muy rápido - le resto importancia con un gesto.

- ¿Estás segura?

- Sí, nosotras estamos en casa de Shinobu, queda muy cerca de aquí.

- ¡Bien! - le sonrió con indulgencia - por favor, tengan cuidado en el camino.

Éstas afirmaron, tomaron su pedido para dar rumbo al paso nuevamente hacia su hogar, el trayecto fue silencioso y sereno para el gusto del trío, y extrañeza para Kanao.

La rubia no apartó la mirada del pavimento en ningún momento, perdida entre sus pensamientos los cuales le recriminan en mofas ladinas, en un limbo incesante.

[...]

La mañana del lunes, comenzó con tranquilidad y debida rutina entre las féminas, las cuáles iban juntas en camino al instituto, Kanae y Kocho conversaban animadamente junto a las féminas.

El semblante de Annya mejoró luego de un descanso, ésta no se reprocharía, aún en su crudeza se obligaría a enfrentar su realidad, de cualquier manera, no esperaba alguna reacción, y en tal caso. Hubiera tenido una represalia, suspiró encurvando sus comisuras.

Así cueste, lo superaré.

Una mujer no se retraía por un hombre, no debía, y en su lugar. Se pondría más llamativa y bonita en compensación a su corazón roto.

No era en absoluto responsabilidad de él la causa de su despecho, después de todo le era ignorante a ellos. No lo culpaba, la admiración por él seguía allí.

Y muy en el fondo, su amor, el cual condensaria dentro de sí para desecharlo, y recordarlo cómo la primera vez que infringió las normas de su colegio por expresar sus sentimientos.

¡Toda una experiencia!

Al momento de pisar el pasillo, Kanao y Tsuyuri se despidieron de ellas para irse por su rumbo, más en la otra esquina de éste, advirtieron una pequeña aglomeración frente a la cartelera de avisos.

- ¿Que será? - cuestionó Annya, alzando su cuello para divisar un poco más sin éxito alguno.

Ambas se encogieron de hombros.

- Vayamos a ver - sugirió la oji-garza, éstas accedieron siguiéndole el paso.

Entre empujones y deslizándose entre el pequeño mar del gentío. Repararón la razón del revuelo.

- ¿Belle epoque? - musitó Shinobu, recitando las palabras del afiche - se conmemora la velada de éste año en el salón de eventos...

- ¿Salón de eventos? - ésta empujo un poco a la Kocho quien emitió un quejido - ¡Que emoción! No la harán en el gimnasio ¡Annya ven!

Más, ésta no prestó mínima atención pese a los requerimientos de Suma, su vista se clavó a cierto platinado al otro lado del pasillo, platicando animadamente con Kyojuro quien se encontraba soltando risas.

Sí, desecharía sus sentimientos.

Más le daría propina al profesor de artística.

hOLA MIS HERMOSOS COSHINITOOOOSSS

UFFF como me tardé con este capitulo, más tengo una explicación. Se supone que habría más, pero decidí cortarlo, ya que cuándo me fijé ¡eran casi 7mil palabras! xd

Así que lo recorte a la mitad, espero que les guste. Mañana lo más probable es que logre subir el siguiente :)

Pd. Muchas gracias por sus comentarios, en verdad no sé que haria sin la motivación de ustedes, gracias a mis coshinitos hermosos es que sigo aquí esforzándome, y prometo mejorar cada vez más para darles lo mejor de ésta historia.

¿Que les pareció el capitulo?

Sin más, muchisimas gracias por leer, los adoro muchísimo, y por favor no olviden comentar y dejar su voto, es demasiado indispensable para mí saber su opinión.

¡Seguimos con las metas! (Ésta vez, las subiré, iremos poco a poco ùwú)

🔥META: 8 VOTOS❤

[Este capitulo ya fue corregido✅]

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