Dolcezza Extravagante

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La jornada fluyó con naturalidad, colisionando la rutina genuina entre los nuevos cotilleos que se daban de pared en pared. El grupo de apoyo del consejo estudiantil iban y venían como liebres, alborotados, algunos extasiados mientras otros esbozando alguna que otra querella, eso. La cual ensimismada rubia no reparó en absoluto, sumergida en un semblante pusilánime.

Pese al entusiasmo, y enaltecido ánimo de ambas féminas. No les reprochaba, después de todo, en un inicio de semana, 2 acontecimientos era lo de menos para causar furor. El excéntrico plan de evaluación convirtió el último tema en la excursión que tanto se esperaba, tal y cómo si fuese una ironía del universo, se daba el día jueves.

Su estado era casi automático, respondía por responder, interactúa por hacerlo, no había concebido ni medio cúmulo de palabras en alguna clase, simplemente no entraban en su mente, ésta poseía una gruesa capa de pensamientos enrevesados.

Eso, y el calor de sus mejillas al recordar su enfado dirigido al tutor de arte, quien aún en el descanso, en su más inapreciable descaro le guiñó el ojo en la lejanía, para luego irse con su sonrisa ladina. Y en aquella acción comprendía el cómo volvía tan locas a las féminas. Con sólo respirar, se sentía el flirteo indiscreto, era un zurumbático crapuloso de primera categoría en cualquiera de las cartillas.

Nada que ver con aquella aura de candidez que transmitía su amado.

Se propinó un golpe mental, la repipi de su subconsciente se cruzó de brazos decepcionada, mientras negaba. En señas haciéndole énfasis a la palabra "PROMETIDO"

Aún recordaba el donaire o al menos como eso quiso sonar, la única mención del tema dada por Suma, quien no era de pocas luces para no advertir el semblante de la rubia.

- Yo opino que... ¡Si Osama Bin Laden derribó a las torres gemelas tú puedes derribar a su prometi... - un zapato dio impacto sobre su cabeza - ¡Ay! ¿Que te pasa Shinobu? - palmeó la zona afectada por el golpe.

- ¿Y encima preguntas? ¡Eso fue un chiste de pésimo gusto! - le reprochó, ambas tomaron inicio a una discusión amistosa, más la rubia ajena a estás, jugaba con el tenedor en el plato de comida mexicana, la cual, en apariencia no había tomado el primer bocado.

Estás soltaron un suspiro, intercambiando miradas.

Ya para aquella mañana, recupero su cariz jocunda nuevamente, ante la sonrisa llena de compresión dada por sus amigas.
No necesitaba más que eso. Se comprendían, y sobre todo estaban allí para ella.

Eso y sus músculos entumecidos por el entrenamiento de Vóley después de sus asignaturas. Una vez más, Shinobu había prometido ser duras con ellas, lo cual no fue una mentira en absoluto.

Éstas no mostraron contrariedad a su falta de concentración en cualquier ámbito, bien concebían el hecho de aquello. Ni eran del todo lejanas al tema, la cual no escapaba del mal sentimiento y sensación basta de una culpa responsable, más en el caso de Shinobu, siendo consciente quien fue quien indujo a Annya en tomar iniciativa con sus cartas.

El factor curioso, es qué la rubia no permitía que éstas tuvieran conocimiento del contenido, ni un ápice sobre lo que decían, brindándole una sola respuesta;"Es mi corazón quien habla por mí, y sólo platica cuándo ve su imagen" expresaba con aquella sonrisa afable y mirada garza y afectuosa. La imagen ahora de su amiga, con escasez de brillo en ella, les dolía, y sí. Les hacía sentir culpables.

Tanto, que al final de aquella jornada, les pidió dejarla en soledad en el instituto.

- ¿Segura? - volvió a inquirir la azabache, la rubia soltó una risita, el gesto de preocupación de ambas la enterneció.

- Podemos esperar si gustas de hacer algo antes... - agregó Shinobu, más ésta negó con una sonrisa plantada en sus labios.

Tal vez aquella imagen fuese genuina a mirada de cualquier diligente. Más en ojos de sus amigas, era cómo ver un cuerpo ausente.

- Tranquilas - volvió a insistir - sólo quiero estar un momento en la biblioteca - aclaró, más, eso no era más que una mentira blanca, por las expresiones de éstas dedujo que no la dejarían así de fácil - Quiero estar sola... ya saben - carraspeó un poco en un mascullo - cualquier cosa, les marcaré.

Ambas soltaron un suspiro, se aproximaron a la fémina, la cual rodearon en un abrazo. El cual fue correspondido, por un momento le atacó el deseo de llorar, el afecto del calor corporal de un ser querido siempre era el punto más débil para ella. Más se recordó que nada ganaba colocándose en aquella posición despechada, no era una niña.

- Ten cuidado. - pidió la Kocho, para luego retirarse junto a Suma, quien la vió por encima del hombro con indulgencia.

Se retiraron con el espacio vacío a un lado de ellas en el camino.

Annya suspiró en la entrada del instituto, divisó las figuras de sus amigas alejarse, reparó que muchos estudiantes aún se quedaban en aulas, supuso que se trataban de los club.

Con su faz impávido, dio rumbo al paso al aula de artes, iba entre pasillos, más, absorta en si misma, con un sólo objetivo en mente, eso. Hasta que a causa de su propia distracción, una puerta había sido abierta en su cara, haciéndola oscilar sobre sus pies para por fin dar de rábano al piso.

Llevó por inercia la mano a su frente, reparó la tablilla, era la puerta del cuarto de archivos.

- ¡Annya! - se apresuró a colocarse de cuclillas frente a ella, ésta no había sincronizado del todo a su persona, hasta que tuvo su rostro con un faz preocupado frente a ella - ¡Lo lamento! Tenía los brazos ocupados, y honestamente si fui un poco brusco al abrir la puerta.

Extendió su brazo para ayudarla a colocarse de píe, ésta por instinto se aferro a él. Un sonrojo apareció en su faz al reparar el gesto, y el tacto bajo sus dedos.

¿Exquisito? Más que eso, no calculó el tiempo, más su mano seguía posada en su ante-brazo, tal vez sólo era un capricho, en realidad no le dolió tanto el golpe, más si logró abatirla un poco.

- ¿Estás bien? - volvió a cuestionar, pareció escrutar su rostro, Annya no lograba articular fonética alguna, sólo se embeleso con él, su físico, y su cercanía ¡y su maravilloso olor! - Noguchi...

Esta concibió que la llamó por su apellido, aquello fue un click hacia la realidad, casi se esfuerza en esbozar una sonrisa de auto-desprecio al caer en cuenta de su susceptibilidad hacia él, se recordó que aún estaban en el pasillo, y cualquiera podría mal interpretar aquella escena, se separó de él poco a poco, asintió en respuesta.

- Yo... sí, estoy bien, Sensei - jugó con los dedos de sus manos, no sabía con que rostro verle - No se preocupe, en realidad yo no veía por donde iba.

Éste le sonrío - Tranquila ¿quieres que te lleve a la enfermería? - ofreció, más ésta le vio extrañada - Digo, a pesar de todo fui yo quien causó el golpe - soltó una risita - tal vez pueda salirte un moretón.

La tensión entre ambos era extraña, cómo algo que se podía palpar entre sí. En ese momento ninguno de los dos la pudo apreciar, el tipo de escrutinio que vacilaba en él, ya qué ésta no lo miraba a la cara.

- ¡Insisto! Todo está bien.

Soltó una bocanada, pareció entender, le palmo la cabeza, aquél gesto no terminaba de sonrojarla.

- ¡Está bien entonces! - se inclinó para tomar nuevamente la caja de archivos bajo la mirada de la blonda, una vez con ésta entre sus brazos, se dirigió nuevamente a la fémina, esta vez con un gesto de preocupación - Annya ¿segura está todo bien?

Su pregunta le confundió un poco, más no pudo evitar dejar escapar una risita.

- ¡Sí! en verdad, el golpe no es molestia - se encogió de hombros, le convidó una sonrisa de sosiego - fue un accidente, sensei.

Kyojuro negó, le vio extrañada, le inquirió con la mirada sobre que se refería, más eso solo fue en respuesta de una sonrisa impepinable en el rostro del mayor.

- No estás viéndome a la cara - aludió sin rastro de irresolución en su cariz, ésta se atino en ruborizarse, gesto cómo el de un infante al ser descubierto de una travesura - ¡No quiero incomodarte! Cada quien lidia con sus incertidumbres, pero... quiero que tomes en cuenta, que en cualquier circunstancia, cuentas conmigo para solucionarlo.

Tal vez fuese imprudente, más sus pensamientos le señalaban cómo flechas intuitivas que probablemente su única solución era dejar escapar sus sentimientos con el dueño de éstos, tomó la osadía de verle y compartir miradas, por un momento, tal vez lo imaginó, más la sensación de que fueron conectadas estuvo allí entrelazado en un atisbo del momento.

El blondo no encontró respuesta, más los zarcos de la fémina lo hacia constreñir en perderse en ellos cómo un mar azul de sensaciones ambigüas. Un brillo singular le caracterizaba, no era persona de escrutar facciones ajenas, más en su interior no pudo eximirse de aquello, era atractiva. Y se censuró por haber pensado eso. No podía concebir razones del porqué, más se enternecio ante el mohin bermejo de ésta, la cual se mostraba dubitativa. El bermellón le hacía competencia con sus pómulos curiosamente encarnados.

¿Que tenía? No supo auscultar, más, ésta parecía querer decir algo.

Fingió demencia a la corriente entre ambos, carraspeó un poco desviando aquello. Cómo una chispa en su sub-consciente, recordó un detalle que debía platicar con ella. Relamió sus labios

- En realidad, es grata la coincidencia - admitió, terminando con el silencio lleno de escrutinio, ésta pareció ser extraída de su debate mental, para prestarle atención a éste - Necesitaba tu ayuda en algo, o bueno. Tu servicio - soltó una risa. La rubia enarpy2có una ceja, tal vez este no lo reparó, más aquello había sonado prometedor.

Se aclaró la garganta
- Eh... ¿servicios? - cuestionó insegura, éste asintió con una sonrisa impávida - ¿Del local, se refiere?

- ¡Exacto! - afirmó - Me comentaste que se especializan en aperitivos ¿los harían para un evento?

Oh, no... Así que era eso. Se cotilleo Annya en su mente, en su sub-consciente apareció una señal de alerta, ya sabía a que era eso.

- ¡S-sí! - ésta no supo disimular su faz inquieta - De... ¿De que tipo de evento estamos hablando? Ya sabe... por la cantidad de personas y... todo eso - pareció arrastrar sus palabras, en su cariz se dibujo una sonrisa incómoda, el rubio no la advirtió.

- Una boda - respondió éste con simpleza, sus mohines encurvados hacia arriba lucían genuinos - ¡Ese día debe ser magnifico! Y por eso me encantaría que tuvieran los mejores aperitivos ¿y que mejor de los que hacen ustedes?

A pesar de que aquello fue dicho en la inconsciencia, y sin algún rastro de malicia, ésta lo sintió como una embutida a su pecho, el cual fue herido con una punzada de opresión, tomo aire el cual dejo escapar en un suspiro.

No.

Si amaba a alguien, lo correcto era apreciarlo en su propia felicidad, pese a que ésta no fuese compartida con ella.

Su rostro se iluminó con una nueva sonrisa, pese a su dolor, aún era libre para soltarlo, y no había mejor momento que aquél, aún sabiendo el resultado.

- ¡Sí! Me encantaría formar parte de su evento - profirió de acuerdo con este, su emoción casi le hizo sonreír en compensación - ¿que día es? Aún debo consultarlo con Jomei pero, de seguro le fascinará - aseguró con convicción

- Aún no hay fecha, o eso creo - se encogió de hombros - pero lo importante es que aceptaste.

Ésta se armó de valor, era ahora o nunca.

- Sí, y sobre eso... Sensei - tal vez fuese apresurado, más el rechazo pueda ser el remedio a su oasis, una expresión lánguida apareció en ella - Me gustaría decirle algo.

Éste alzo las cejas con curiosidad, más esbozo un ademán con la cabeza, en un incentivo para la menor.

- Verá, yo a usted...

Más, la imprudencia en imagen de una sonrisa ladina del profesor de arte, dio presencia apoyándose con llanesa sobre el hombro de Kyojuro quien emitió un quejido.

- ¡Pollito! - canturreo éste al verle, el blondo hizo un movimiento para que éste se apartara de su espacio personal, la mencionada esbozo una mueca - Oh... ¿interrumpo algo?

Descarado, sólo eso fue capaz de articular la mente de Annya al verlo, aquella mirada de indulgencia solo era un disfraz para solapar sus verdaderas intenciones.

- También es un gusto verte - mencionó Rengoku en tono sarcástico - Annya estaba por decirme algo.

Se dirigió a ésta, Tengen hizo un ademán para que prosiguiera, más su sonrisa ladina le hizo disolver aquella idea. Forzó una sonrisa en su faz.

- Ya se me olvidó - admitió, farfullando con su mirada clavada en Uzui, quien no dejaba de masticar su chicle - Ya es tarde y... debo irme, sí me disculpan.

- ¡Ésta bien! Ten mucho cuidado, pequeña - afianzó su agarre a la caja - Sobre lo otro... iré al local para que planteemos bien todo ¿sí?

Ésta asintió sin decir nada más, giró sobre sus talones para dar la vuelta, sin percatarse de la mirada bermeja clavada sobre su nuca.

- Yo también debo irme, iré a llevarle estos ficheros a Kagaya - dijo, para luego volverse hacia el camino contrarío.

El platinado se encogió de hombros, yendo tras la rubia pisándole los talones.

- ¡Hey ricitos! - le llamó desde su espalda, ésta pareció ignorarlo - Quisiera platicar contigo.

Annya bufó sin pausar su camino. Más para su sorpresa, éste fue más rápido en intervenir frente a ella, chocando contra él, emitió un quejido de molestia ¡era duro cómo una piedra!

- ¿Podemos hablar? - volvió a cuestionar, su voz había sonado más afable, más ésta supo que era una farsa, pese a eso. Era propicio su petición, una sonrisa llena de petulancia se dibujó en ella.

- De hecho, es perfecto, sí hablaré con usted - accedió para irse rumbo al salón de artística, éste dedujo a donde iría, le siguió el paso con una sonrisita.

Se adentraron a la sala desolada, éste prendió las luces, cerró la puerta tras él, la fémina tomó asiento en la silla del escritorio, sin algún esfuerzo de disimular su arrojo.

Su rabia podía más que eso.

- ¿Y bien? - le cuestionó éste, tomando asiento frente el escritorio, dando cara a cara con la rubia - ¿Te confesaste?

- Lo hiciste apropósito - acusó, éste dejo escapar una risotada.

- Estas hablándome con mucha confianza ¿no crees? - la aludida se encogió de hombros restandole importancia.

- Lo mismo podría decir yo de usted ¿no? - inquirió con desdén - Hasta un apelativo me colocó.

Tengen volvió a reír,《chica lista》pensó.

- Touche, dolcezza - concedió, ésta frunció el ceño - Supongo que no puedo tomarte el pelo.

La rubia cambió su expresión a por una sonrisa llena de apremio.

- Así es - asintió, el contrarío se apoyó contra la mesa con sus codos, no borraba aquella sonrisa ladina de su rostro - Usted en su mente debe imaginar que es muy encantador...

- Así es - afirmó sin algún rastro de duda, cómo si aquello fuera la convicción en su totalidad - No lo imagino, mia regina, lo soy.

Annya rodó los ojos.
- Para mí no lo es - dejó escapar con crudeza, más aquello pareció afectarle en lo más mínimo - Dígame sciocco ¿ganó algo usted con la vergüenza que me suscitó al final de mi jornada de trabajo?

La sorpresa no se hizo esperar en la faz de Tengen ¡le supo devolver la misma moneda! Y a ciencia cierta, con un insulto.

- ¡Así que sabes italiano! - soltó una risa hilarante, la rubia se encogió de hombros, ya que solo solía prestarle atención a la asignatura de idiomas extranjeros - ¿deseas mi honestidad? - inquirio, ésta asintió sin algún atisbo de duda, éste se poso de pie, seguido por la mirada curiosa de Annya - la tendrás, ragazza cursi.

La blonda apoyó su mentón sobre su mano, viendo cómo éste desordena aparentemente el interior de su maletín, parecía buscar algo. Más, hubiese preferido no acceder a la cuestión de éste, cuándo extrajo los sobres conocidos para su vista. Si bien, su estado dio un vuelco cuándo el mayor los plantó en el escritorio, tomando asiento nuevamente frente a ella. Pudo reparar su palidez.

- ¿Deseas que te expliqué algo más? - cuestionó con tono jocoso, ésta no borraba su mueca inquieta.

Tragó saliva
- Cómo... ¿cómo los conseguiste? - le atinó a cuestionarle en primer lugar, quería hiper ventilar, más no se permitió que ni las lágrimas hicieran presencia en ese momento. No le daría el gusto de mofarse.

Uzui relamió sus labios.
- ¿Que crees? Tal vez debas ser un poco más objetiva, mia bella. - La aludida no pareció entender, más la expresión consternada lo abatió un poco, tal vez se excedió - Aparentemente, tu amado Sensei pensó que tus cartas eran para mí.

Ésta no ingirió de todo esa explicación ¡si dio todo de ella en esas cartas! Las tomó en sus manos para luego soltarlas, se sentía estúpida.

El platinado sintió una chispa de culpa al reparar el semblante de la fémina, si bien, su poco tacto para las cosas le salían con naturalidad, más aquello era la muestra que rozó la cumbre de la moral de ella.

- No son patéticas - mencionó éste - Sólo por si lo estás pensando.

La aludida tensó sus mohines.

- ¿Las leíste? - éste asintió, pareció apenado - Carajo.

Aquella injuria repentina le hizo soltar una risa, ésta le vio con una mueca.

- ¡Disculpa! Es que eres muy linda - le sosegó entre risas, un sonrojo apareció en los pómulos de ésta a causa del halago repentino - ¡tu escritura no esta nada mal! La verdad, tienes talento, ya veo porqué lograste poner inquieto a Kyojuro.

- ¿Inquieto? - alzó una ceja, el contrarío asintió

- Me dijo que no subestimara lo que ésta escrito allí - señaló a los sobres - al principió no lo entendía, más cuándo tome la libertad de leer pude percatarme de muchas cosas.

- ¿De cuales?

Éste levanto su mano, escondió sus dedos para apuntar de uno en uno.
- Primero, ese hombre ésta ciego ¿cómo puede pensar que alguien me relatará cómo un ser tan afable y cándido? - se cuestionó, con voz de burla mientras negaba, aquello le hizo escapar una risita a la rubia - y segundo, eres especial, no cualquiera describe a un segundo de esa manera.

Ésta casi sonríe, más en su lugar para la extrañeza de éste, se desparramo sobre la silla con aspecto pusilánime, dejando escapar un suspiro en sus mohines.

- De cualquier forma, es inútil - admitió con pesar - El ya tiene pareja y... se casaran.

Le dolió procesar el significado de aquello, más no esperó que éste se soltara a reír, Annya frunció el entre-cejo.

- ¿Pareja? ¿Casarse? - cuestionó entre risas - ¿de que hablas, preciosa?

A ese punto, el rubor no daba para más en el rostro de la fémina.

- S-si... se casará con la orientadora... Mitsuri.

- ¿Mitsuri? - quisó saber éste, Annya asintió, se dibujó una sonrisa jocosa en su rostro, la contraría se incómodo - ¡pero si ella esta comprometida con Obanai! A menos que hayan accedido una relación poli-amorosa ¡eso seria realmente extravagante! - El sarcasmo fue evidente en el brillo de su mirada, aquello casi provoca un gruñido en la fémina. Era un insolente.

- ¿Entonces por qué... - Se paro en seco, no podría decir a los cuatro vientos el cómo descubrió aquello, sin duda la llevarían rumbo al psiquiatra, aclaró su garganta - ¿por qué se rumora en los pasillos que están prometidos?

Te haz convertido en una mentirosa, Annya. Se reprochó a si misma en su mente.

Tengen se encogió de hombros.
- ¿No haz aprendido el no hacer caso a los chismes? - le cuestionó - son mejores amigos, han compartido estudios desde que tengo memoria.

Aquello había sido un sosiego para ella, y por alguna razón, una tenue luz de esperanza.

- Ya veo... - quiso disimular la sonrisita en su faz, jugó con sus dedos. Tengen esbozó una sonrisa.

- ¿Quieres una recomendación? - señaló los sobres, ésta asintió - Sé un poco más objetiva, debo admitir que sí están cargadas de sentimientos pero... Honestamente podrían ser tomados para cualquiera.

- A objetiva... ¿a que te refieres? -

- Que debes ser un poco más directa, dolcezza. - afirmó con una sonrisa - Sé más clara con lo que debes de decirle ¡que él sepa que son para él! ¡que sea más vistoso y extravagante!

Ésta soltó una bocanada, pareció entender.

- Es que quise hacer algo diferente... - desvió la mirada, con un puchero en sus mohines, aquella mirada le resultó familiar a éste, posó su mano sobre la de ella, con una sonrisa comprensiva la cual ésta acató.

- Y lo hiciste. - aseguró, la blonda le sonrió de vuelta - ¿otro consejo? Acércate más a él, no le tengas miedo.

Aquello si la colocó nerviosa, casi mostrándose remisa, más en su mente todo logro encajar cómo engranajes, tal vez sea un principió primordial para su base, quedó claro para ella.

Sin algún remordimiento, aceptó que amaba a su sensei, y con simpleza se dio a entender con sus propios sentimientos, deseaba un romance.

- Lo haré.



HOOLAAA MIS COSHINITOS HERMOSOS PRECIOSOOOS

COMO ESTÁAAANN

Me encantó el capitulo de hoy, y honestamente, no sé porqué me resultó atractivo los apodos de Tengen hacia Annya en italiano, me pareció muy extravagante lancusjsjxjs

¿Les gustó el capitulo? ¿Que les pareció?

No olviden dejar su voto y comentario, todo por ustedes mis coshinitos

¡Nos vemos en el siguiente capitulo!

🔥META: 5VOTOS❤

[Este capitulo ya fue corregido✅]







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