•CAPÍTULO SEIS•

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"La jornada"

La mañana transcurre bastante pacífica a mi parecer. Pude empaparme de los registros médicos del pabellón de pediatría, jugar con algún que otro pequeño y adorable paciente. Y completar mis datos y demás optando por el horario diurno para mi residencia, solo me queda verificar la cantidad de guardias a cubrir.

Lamentablemente, mi sexi jefe no me entregó las planillas. Lo realizó el jefe del sector pediátrico muy amablemente, dado que el Doctor Jeon se encontraba ocupado con una urgencia.

En cuanto me direcciono en búsqueda de una botella de agua, escucho mi nombre.

—¿Doctor Park Jimin? —regresando mi visión y topándome con un simpático y lindo castaño que alarga su mano en forma de saludo. —Es que los rumores se esparcen rápidamente —comenta.

—¿Y son buenos o malos? —cuestiono divertido alcanzando su mano para el posterior saludo.

—¿Cómo van a ser malos? Bisbiseaban de su rápido accionar en la guardia a su ingreso al hospital. “El gran salvador” dicen, y alguna que otra palabra que no vienen al caso. Permítame presentarme, soy Jung Ho Seok licenciado en fisioterapia del nosocomio pero puedes llamarme Hobi.

—Un gusto licenciado Ho Seok. Hoy di comienzo a mi residencia en pediatría, muy contento de trabajar con ustedes —comento.

—¿Estás en el staff del Doctor Jeon Jung kook? Si es así… mucha suerte residente —articula gesticulando con sus dedos —Suele ser impoluto y recto, generando cierto resquemor, pero con el pasar del tiempo te darás cuenta que es una persona agradable —dice.

“Lo que menos me da es miedo el doctorcito, si tan solo supieras" medito risueño recordando esos labios aprisionados contra los míos, el fuerte agarre de sus firmes manos sobre mi cadera, la forma en que su abul…

—Voy camino al sector pediátrico oncológico, debo visitar a mi paciente estrella ¿Quiere acompañarme Doctor Park, si esta libre? —comenta el Kinesiólogo sacándome de mis pensamientos subidos de tono.

—Como no —articulo direccionándonos mientras sorbo de la pajilla de mi botella de agua y calmando mis alteradas emociones.

De camino, conversamos de asuntos triviales hasta llegar a la habitación de una hermosa niña de resplandecientes ojos azules y piel demasiado pálida.

—¡Hola estrellita mía! Hoy nos toca jugar a robarnos la almohada —comenta el fisiatra todo contento —traje a un amigo conmigo, te presento al Doctor Park. Doctor Park, ella es nuestra paciente mas valiente de todas las valientes, la princesa que no necesita príncipe porque ella puede con todo solita.

—¡Ya te dije que tengo mi príncipe esperando por mí! —comenta toda emocionada la niña, mientras nosotros reímos de sus ocurrencias.

La observo quejarse por la fatiga que le genera el desplazarse así. Mientras el kinesiólogo, con el trato mas amoroso, le explica que de esta manera son las terapias, la cansan con el fin de recuperarse lo mejor posible en su tratamiento.

En un momento dado, ingresa un castaño doctor muy atento.

—¡Buenos días! Hoy es un hermoso día para terapia física —comenta el agradable médico.

—Buen día doctor y disculpe la intromisión, ya me retiro— articulo saludando a la niña con mi mano.

—¡Por mí, no hay problemas! Soy el Doctor especialista en oncología Min Yoon Gi —dice extendiendo su mano hacia mi persona y con una sensual sonrisa plasmada en su rostro.

—Un gusto Doctor Min. Soy el nuevo residente en pediatría, Doctor Park Jimin. —Me presento ante la atenta mirada penetrante que me otorga él, reteniendo mis manos por más segundos de lo que debería...

—¡Mi príncipe encontró otro príncipe parece! —comenta risueña la pequeña de ojos azules para el asombro de todos.

En la guardia, arduas manos colaboran para sobrellevar la situación velozmente.

Un joven ingresa a urgencias por una lesión cerebral traumática cerrada, con perdida de conocimiento, fuga de líquido transparente por la nariz y pupilas dilatadas; a consecuencia del impacto de su cabeza contra el asfalto en un accidente con su rodado.

Y mientras el emergenciologo lo revisa, el joven comienza con pequeños espasmos que se van transformando en severos ataques convulsivos. Se da aviso al neurocirujano por las complicaciones que suelen ocurrir a consecuencia de tal lesión. Entre tanto, observan una denotada hinchazón en el cerebro que aumenta de tamaño minuto a minuto.

—¡Llamen al Doctor Jeon ya! —grita el médico de guardia —Tiene un cuadro de acumulación de líquido en el cerebro que esta haciendo demasiada presión —comenta a la enfermera que lo asiste mientras observa el aumento de la hinchazón —¡Necesito realizarle una tomografía computada ahora!

—¡Su presión arterial se ha disparado doctor! Y bajaron sus pulsaciones — comenta otra enfermera.

—Estabilicen su presión y llévenlo a realizar el estudio —comenta el emergenciologo concentrado en su paciente.

En la cabina de diagnóstico por imágenes, el Doctor Jeon observa las representaciones que aparecen en la pantalla evaluando las posibles lesiones en la cabeza del paciente.

Observando una hidrocefalia ex vacuo causada por la lesión y de inmediato, avisa a la enfermera que preparen urgente el quirófano para realizarle el procedimiento en cuestión.

El personal médico se aboca la preparación de todos los instrumentos a utilizar más la desinfección de la zona a tratar del paciente colocado en la mesa de operaciones.

El Doctor Jeon ingresa luego de prepararse adecuadamente para el tratamiento quirúrgico que dará comienzo.

—Procederé a la colocación quirúrgica de un sistema de derivación, desviaremos el flujo cerebroespinal de su cabeza a otra parte del cuerpo para que pueda ser reabsorbido —comenta bajo el atento escrutinio del equipo tratante.

—Entendido Doctor —comenta el médico cirujano asistente.

—Voy a continuar con la colocación de una sonda a través del cerebro y dentro de uno de los ventrículos; y así desviaremos a la zona peritoneal (abdominal) —afirma el neurocirujano concentrado en su tarea.

—¡Pulsaciones en descenso, doctor, 70 y bajando! —comunica exaltada la enfermera.

—¡Inyecten 2 mg de atropina ahora! Debemos evitar el paro cardíaco — ordena el neurocirujano.

—¡Debemos disminuir la presión intracraneal ya! ¡Bisturí!

Al finalizar la ronda de control en el pabellón pediátrico y desocuparme, me dirijo al baño del personal.

No puedo sacarme de la cabeza al bonito y sexi médico tratante que tengo como jefe, aunque debo admitir que el oncólogo es un muy buen partido para entretenerme también.

Una vez dentro del cubículo del baño, escucho el azote de la puerta y chillidos entre angustiosos e indignados. Entonces me alerto de algún suceso agudizando mi audición.

—¡Maldita sea! ¡No puede ser! —comenta ofuscada la persona que ingresó tornando el ambiente oscuro de repente —. L-lo tenía todo bajo control... —dice el sujeto en un hilo de voz terriblemente angustiante.

De repente, percibo un fuerte golpe a la pared y me apresuro a salir para ver qué sucede realmente. Y así, ayudar al personal que se encuentre en este estado.

Pero me detengo abruptamente, al observar delante de mí, el reflejo del espejo que muestra al dueño de mis recurrentes pensamientos... Totalmente compungido.

—D-doctor J-Jeon ¿Se encuentra usted bien? —consulto acercándome lentamente a su lateral y posando mi mano en su espalda a modo de transmitirle la suficiente confianza para así poder consolarlo.

Él, levanta su barbilla enfocándo mi reflejo en el espejo. Y con sus renegridos ojos infundados en congoja, me confiesa en un desgarrante hilo de voz...

—L-lo p-perdí J-Jimin.

Y ahí mismo, parte de mi corazón se fragmenta...

























POBRECITO MI DOCTOR🥺😭

GRACIAS POR LEER, COMENTAR Y VOTAR 😍

LOS AMITO MUCHO❤

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