•CAPÍTULO CINCO•

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

"Impulso profesional"

No puedo creer tamaña casualidad…

De todos los ligues que nunca tuve en mi vida, una vez que decido relajarme y dejarme llevar, resulta ser el residente en pediatría que tanto ansiaba que se incorpore a mi equipo de salud.

Y tengo la certeza de que es él, porque de camino unas enfermeras chismorreaban sobre el asunto del nuevo y sexi residente entre suspiros. Pero nunca imaginé que pudiera ser ese "él"... Aquel rubio caliente como las brasas del infierno y sin nombre del bar.

Lo observo desenvolverse tan seguro y confiado de su tarea, maniobrando sublime con su pequeño paciente, atento a la madre de igual manera y sin desenfocarse en su trabajo. Que resulto completamente maravillado ante su impronta.

Entre tanta destreza, tengo tiempo de observar todo su cuerpo, imaginándomelo agachado y sin el ambo puesto... “¡Basta! Ya no puedes ir por ese lado Jung Kook, contrólate” me reprendo mentalmente.

Espero ser capaz de discernir en mi implicar, ubicarme ante la situación, no puedo dejarme influenciar por mis traicioneros pensamientos…

El eficaz residente es felicitado por el médico de guardia y al virar, me observa impresionado. Escaneándome panorámicamente y totalmente resuelto, se dirige hasta mi encuentro.

“Bueno Jeon… es hora de demostrar el profesional que siempre fuiste y que eres” medito indudablemente. Pero en cuanto escucho la cadencia de su sensual voz llamándome “bonito”, mi cerebro efectúa un cortocircuito…

El doctor Park es fresco, descarado y tremendamente sensual. Y sin reparar, aparentemente, que soy su jefe, aclaro mi garganta y me presento formalmente logrando su mutismo.

—Acompáñeme a mi oficina doctor Park, nos vemos luego Seok Jin— como todo un profesional me domino… “Tú puedes Jeon”

—Por supuesto doctor Jeon —me responde atento ante mi pedido.

De camino, nos cruzamos con el médico interino Kim Tae y aprovecho a presentarlos ya que estarán en el mismo equipo de trabajo. Los observo notando cierta tensión entre ellos, hasta que saludándome con sus habituales mohines, me avisa de su retirada. Gesticulación que para nada pasa desapercibido por el nuevo residente. Yo, solo me avoco a despedirle deseándole un buen descanso.

—¿Continuamos doctor Park? —le ofrezco retomar el andar, hasta que unos pasos más adelante lo escucho:

—Simpático, el médico interino Kim Tae doctor Jeon —comenta, a mi parecer, algo sarcástico. Entonces lo miro extrañado.

—Agradable, como todo el personal de la institución doctor Park —contesto abriendo la puerta de acceso a mi oficina invitándolo a pasar.

Debo mantener mi impronta. Para mi suerte, él, actúa como todo un profesional desde que se percató de que era su jefe.

Posteriormente, al proceder al cierre del acceso a mi oficina y girar, no esperaba situarme empotrado contra la puerta y siendo brutalmente asaltado con sus labios sobre los míos.

Él, me subleva ambos brazos a los lados de mi cabeza, hundiendo profundo su lengua en mi interior y dejándome nuevamente anonadado, como anoche en aquel bar.

Luego de fuertes y ardorosos roces de labios, guía mis manos a su prominente cadera. Trasladándonos luego hacia mi escritorio entre húmedos besos con sabor a escaso.

—E-es… p-pera… —jadeo entre besos tratando de recomponer mi limitada cordura sobre sus exquisitos belfos.

Pero él, arremete nuevamente, acallándome sin importarle nada más que este bendito momento. Y mientras deambula sus pequeñas manos por mi espalda, aferrándose a cada fragmento de mis ropas, me deleito en su brillosa mirada…

Un suspiro… un momento… un latido... un sonido…

—Amigo se pue…

Rápidamente nos separamos, comentando de la nada sobre su anterior accionar, mientras ofuscado me dirijo a servirme un vaso de agua a toda velocidad.

El residente en pediatria, direccionando su mano hacia mi “supuesto” amigo, lo observa todo carismático.

Amigo que examina sigiloso el ambiente, saltando su visión de uno al otro y con una media sonrisa denotando en su rostro.

—Doctor Park Jimin, residente en la especialidad de pediatría, un gusto doctor —comenta terriblemente encantador en cuanto toman su mano.

—El gusto es mío, —replica todo adulador el que tengo como amigo —soy el especialista en cardiología, por si necesitas reparar tu corazón. —Articula Nam besando el dorso de su mano —. Doctor Kim Nam Joon, a tus servicios.

A lo cual, el doctor Park se sonroja levemente mientras lo ampara directo a los ojos.

“¡Maldición Nam! tú y tu facilidad de ligue” refunfuño en mi mente.

—Doctor Nam Joon, se le olvidaron los modales aparentemente, —refuto tomándome toda el agua de un presuroso trago —se golpea antes de entrar —comento fastidioso y sin dominio de mi moderación.

—Lo lamento doctor Jeon, mis disculpas —realiza una respetuosa reverencia y solo quiero mandarlo a pasear, de una fuerte patada, por todo el hospital.

—Con su permiso, me retiro doctor Jeon, si le parece claro. Luego completo mis datos y demás. Quisiera manifestarme cuanto antes en el sector de pediatría para empaparme de los historiales de los pacientes —dice muy correcto y todo galante, el doctor que me dejó sin respiración hace unos instantes.

—Por supuesto doctor Park, luego estaré con usted.

—Cuando usted quiera... doctor Jeon — contesta. Y maldigo por mis palabras en doble sentido, reprendiéndome mentalmente y bajo la atenta escrudiñada de mi amigo. Mientras el residente que me descoloca, se encamina en una sensual retirada.

—Amigo... ¿Se puede saber en qué momento te comiste al nuevo? Me has gratamente sorprendido —comenta Nam, sentándose cómodamente por no decir casi acostado en el sofá de mi oficina —Esto debo contárselo con urgencia a Min —anuncia rebuscando su celular, a lo que se lo extraigo de un solo tirón.

—No me lo comí, y no te expreses así de mi personal... Y mucho menos le digas a Min, no necesito de sus constantes acosos por algo que ni siquiera sucedió —desembucho a Nam, seguro de mi postura y al mirarlo, me enervo de verlo aguantando una risotada. —¿Se puede saber qué es tan gracioso doctor?

—¡Nada, nada! Mi prestigioso neurocirujano. Solo que deberías haber optado por cirugía reconstructiva... para rehacerle los labios a tu residente, —dice risueño —rojitos y esponjositos que casi continúo yo, con lo que estaban.

—¡Ya cállate! Deja de articular bobadas… a todo esto, ¿qué necesitas? —pregunto asentándome en la silla de mi escritorio revisando y firmando unas altas médicas que se necesitan para el medio día. Y por mientras, acomodo disimuladamente mi despierta entrepierna.









POBRECITO MI IMPOLUTO🤣

ESE RESIDENTE, SABE LO QUE QUIERE😏

Y A NAM, NO SE LE ESCAPA NADA😈🤣

GRACIAS POR LEER, VOTAR Y COMENTAR ❤

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro