•CAPÍTULO CUATRO•

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"El encuentro"

Despierto veloz ante el sonido del despertador mientras vagos recuerdos regresan a mi mente. Un morocho de infarto, disfrutando de su trago, con semblante sumamente extenuado, trata de acaparar cada uno de mis pensamientos. Entonces, procedo a bañarme para despejar mi juicio. Es mi primer día de residencia y debo estar concentrado únicamente en mi trabajo.

Ya bañado, acomodado e impecable, con mi níveo pantalón de gabardina con pequeñas vetas verde pastel a tono con mi camisa, me encamino al desayuno que ha preparado mi padre con tanto entusiasmo.

Observo a mi hermoso Caracha que mientras da vueltas junto a los gatos de mi querido padre, queda enredado entre unas cobijas. Este trío es insuperable, juntos realizan todo tipo de desmadres.

Ya camino al hospital, rememoro esas musculosas y firmes piernas, ese torso delineado por los mismísimos dioses. “Hubiera solicitado su número de saberme tan entusiasmado entre recuerdos” maldigo internamente. No suelo repetir, pero como qué este plato se quedó a medio devorar.



La eterna sombra de la madrugada transcurrió con algún que otro paciente necesitado de atención en urgencias. Pero nada que implique no solucionarlo mediante la habilidad singular de mantener un delicado equilibrio entre los conocimientos cultivados, el arte de la observación, la confianza en la intuición y la experiencia personal de cada médico e integrante del personal de salud del Hospital.

En el nosocomio, el médico interino Kim Tae, agotado de su extensa guardia, ruega por ver al doctorcito de sus sueños antes de la finalización de su jornada.

—¿Soñando despierto Kim? ¿O tendría que decir dormido? Porque tienes una cara querido —comenta Seok Jin al médico interino mientras completa unas planillas para el cambio de guardia en mesa de entrada.

—La jornada fue extensa Jin Hyung, a veces creo que prefiero las noches extenuantes de trabajo que a transcurrir bostezando— comenta Tae.

—Deja de llamarme así, ya te he dicho querido. A que si observas repentinamente a cierto morocho doctor, se te olvida hasta del sueño— emite entre sonrisas el enfermero titulado. —Buen día doctor Jeon— comenta intencionalmente, a lo que el médico interino vira rápidamente su cuerpo mientras se acomoda su cabellera. Y luego se da cuenta del engaño.

—Es usted malvado, licenciado —dice el interino Kim Tae.

Y entre refunfuños y risotadas suaves por parte de ambos, un rubio doctor hace su acto de presencia.

—Buen día —articula el flamante galeno —soy el doctor Park jimin. Debía comenzar con mi residencia pediátrica en esta institución, pero he sufrido algunos percances que han provocado mi retraso —comenta galante bajo la atenta mirada valorada del médico interino.

—¡Doctor! ¡Qué alegría tenerlo con nosotros ya! Estábamos al tanto de su problema de visado, me contenta que lo haya solucionado rápidamente. Soy el jefe de enfermeros Kim Seok Jin pero si gusta, puede llamarme Jin simplemente— comenta el titulado extendiendo su mano a lo cual el doctor la toma complacido y esbozando una cálida sonrisa.

—Bienvenido doctor Park, un gusto tenerlo como parte del equipo— comenta el médico interino, no muy agraciado con su llegada —me retiro, con permiso.

—Muchas gracias Seok Jin y ¿doctor…? —articula el residente mientras observa confundido la rápida retirada del medico interino.

El licenciado, sin poder creer lo sucedido, inmediatamente interviene. —El médico interino Kim Tae seguramente finalizó con su guardia, mis disculpas en su nombre doctor.

—No es necesario, gracias de igual manera —dice el doctor.

—Acompáñeme doctor Park, le presentaré al médico responsable del equipo de salud al que pertenece — articula el titulado indicándole el camino al residente.

“No puedo creer la mirada despectiva que me otorgó ese médico interino... Odio a las personas que presuponen antes de conocer a alguien”. Medito mientras continúo acompañado del jefe de enfermeros, camino a la oficina de mi superior.

De repente, se escuchan bullicios y algún que otro tono elevado de voz aparentemente del pasillo que da a la guardia del nosocomio. Velozmente acudimos hasta ese sector, escuchando los gritos desesperados de una señora.

Señora que se encuentra con un niño de 5 años, aproximadamente, y casi inconsciente entre sus brazos. La enfermera que los asiste trata de calmarla diciéndole que el doctor ya está en camino. Entonces, me aproximo sin esperar ni un segundo más.

—Mamá, ponlo en la camilla boca arriba. —La señora entre fuertes sollozos, de inmediato atiende mi pedido bajo la atenta mirada de la enfermera —. Soy el doctor Park, ¿puede recordar que pasó? —objeto viendo que el niño trata de inhalar casi inconsciente, con sonidos estridorosos. Y abriendo su cavidad bucal, observo un objeto al final de su garganta.

De repente, el niño deja de emitir sonidos, empezando a quedar de un tono azulado, provocado por la oclusión total a causa del objeto extraño en su garganta. Y decido proceder con la maniobra de Heimlich, antes que se le produzca daño cerebral a causa de la hipoxia.

Entonces, elevo al niño para colocarlo en una posición favorable para la maniobra, entre los sollozos de la madre que grita no saber que le pasó a su hijo y la enfermera que trata continuamente de calmarla. Para luego proceder a realizar la maniobra.

Así es que rodeo con mis brazos su cintura, formando un puño con una de mis manos y rodeándola con la otra. De esta manera, repito la compresión un par de veces hasta que el objeto, por fin, sale despedido de su boca. Escuchando milagrosamente una profunda respiración por parte del menor.

Recién ahí procedo a depositar al niño en la camilla mientras lo asiste la enfermera.

—Tranquilo campeón, esta todo bien… la enfermera se ocupara de ti ¿Sí? — comento al pequeño paciente para proceder a conversar luego con su madre.

—Tranquila mamá, él estará bien. Pero es importante que sepas realizar esta maniobra por si te sucede de nuevo ¿Si? El objeto, puede obstruir completamente el acceso de oxígeno y es de suma urgencia reaccionar a tiempo. Hasta que llegue el personal de salud o puedas arribar al hospital como en este caso.

—G-gracias d-doctor —comenta entre sollozos y aposento mi mano sobre su hombro, transmitiéndole confianza mientras realiza una reverencia como agradecimiento.

En ese momento, arriba el médico de guardia, felicitándome por mi rápido accionar y dándome una afectuosa bienvenida. Luego, procedo a mi retirada, debo presentarme cuanto antes con el médico jefe de staff.

Pero al girar mi cuerpo para encaminarme, lo veo... Veo al morocho del bar, de porte imponente y con sus renegridos ojos puestos en mí, traspasándome de lado a lado y desnudándome hasta el alma si así lo deseara.

Entonces, me acerco risueño y totalmente incrédulo de la situación. “No puedo creer que semejante bombón tendré como colega en el Hospital” medito en mi cabeza, imaginándome una y mil maneras de arrinconarlo entre tiempos robados de descanso.

—Hola bonito —susurro cerca suyo —Qué agradable casualidad encontrarme contigo- murmuro sensual ante un atónico e impoluto “doctor” supongo. Pero cuando decido leer su carnet de presentación, somos interrumpidos por el jefe de enfermeros.

—¡Doctor Park Jimin! ¡Felicidades por su rápida intervención!

—No, por favor, si para eso somos lo que somos… A parte, estaba a contra reloj como para esperar la autorización del médico tratante o responsable de mis acciones ¿No? —confieso muy seguro de mi accionar. Entre tanto su mirada sigue clavada en mí, como un metal al imán.

El enfermero, que me observa pasmado por mis palabras, comienza desesperado a gesticular silencio con sus manos a espaldas del morocho de infarto. Y no puedo negar que, un poco, me sorprende su pedido.

En tanto, el majestuoso morocho, se aclara la garganta para dirigirse hacia mi persona, observándome intimidante.

—Un gusto tenerlo con nosotros para el comienzo de su residencia en pediatría “doctor Park Jimin”—acentúa mi nombre mientras embobado lo miro extenderme su mano —soy el doctor Jeon Jung Kook, médico responsable y tratante del equipo de trabajo al cual usted pertenece.

Anuncia finalmente "mi jefe", al cual me deguste anoche y seduje en mi primer día de trabajo, dejándome sin palabras y completamente petrificado.





















WOW ESTE DOCTORCITO PARK ES😏...

PARA MÍ QUE TAE TIENE RADAR DE COMPETENCIA😏🤣

GRACIAS POR LEER Y RECUERDEN QUE LOS AMITO MUCHO❤

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