ꜱᴇɪᴢᴇ

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JungKook miraba con ojos enamorados a su Omega mientras comían.

La casa se hallaba sola desde que supieron de su celo, y aunque este ya había terminado, sus padres le habían dejado una nota diciendo que se habían llevado a YoonGi a la casa de la tía JiSoo, por lo que no regresarían hasta dentro de unos días.

Perfecto, así podía pasar tiempo a solas con su novio.

Novio que ya no era peli rosa, si no que pelinegro.

Novio que ahora tenía esos pequeños colmillos que sólo se notaban cuando reía.

Novio que ahora tenía ojos violetas.

Suspiró sumamente encantado, si SeokJin antes era hermoso, ahora no tenía palabras para describir lo majestuoso que se miraba con sus nuevas facciones.

Era un maldito suertudo por tener a semejante belleza como su pareja. Definitivamente él había hecho algo bueno en su vida pasada para ser tan bendecido con alguien que se complementa a él perfectamente. Alguien que fue creado para apoyarlo y hacerlo caer en la realidad cuando él se sienta perdido.

Alguien con quien formará una familia.

Ya podía ver a sus cachorros siendo la viva imagen de Jin.

Su aroma cambió a uno más fuerte, pues estaba feliz y eso hizo que el Omega lo observara con curiosidad.

¿Estás bien, amor? -Preguntó mientras llenaba sus mejillas con comida.

... -Suspiró mirándolo con una enorme sonrisa. —Estoy feliz...

Jin ladeó su cabeza en un gesto inconscientemente tierno, eso derritió al Alfa. Se lo quería comer a besos.

Quería llorar de felicidad. Quería gritarle al mundo que tenía al mejor Omega como compañero.

Te amo, Jin. -Dijo con sus ojos brillando.

El mencionado se sonrojó pero a la vez sonrió tímido, tomando las manos del Alfa.

Yo también te amo, Kookie. -Admitió.

El Lobo del Alfa movió la cola contento.

¿Cómo te sientes? -Preguntó acariciando la suave mejilla del Omega.

Bien... Me siento ligero, tranquilo... Como si estuviera en paz. -Respondió un poco dudoso.

¿Y tu Lobo? -Volvió a preguntar, esta vez cauteloso.

Ummm... Ciertamente, por momentos escucho una voz en mi cabeza que me dice qué hacer. Pero... No sé, es extraño. Es como si me dejara llevar por mis impulsos. -Decía mientras se tocaba la cabeza.

Bueno, nuestro lobo está para guiarnos, será normal que lo escuches, y lo más ideal es que mantengas una buena relación con él, así no te dejarás llevar tanto por tus instintos primitivos. Habrán momentos en que tú pienses una cosa y tu Lobo otra, entonces tendrás que sentarte, cerrar tus ojos y hablar con él, discutir tus inquietudes y llegar a un acuerdo, sólo así podrán tener una verdadera conexión y en momentos críticos, podrán ayudarse mutuamente. -Explicó el alfa con paciencia.

Jin abrió su boquita formando una "o", aquella información se le hacía un tanto abrumadora.

Ahora que te haz declarado un Lobo completo gracias al reclamo, experimentarás ciertas cosas que como humanos, lógicamente no manejan. -Jin asintió atento mientras comía sus gomitas favoritas. —Por ejemplo, tu habilidad física. Mencionaste que siempre fuiste más rápido que los demás y que si te lastimabas, te curabas en tiempo récord. -El Omega asintió afirmando aquello. —Los cambia forma tenemos un metabolismo avanzado, ya que compartimos alma con un Lobo real, adquirimos su fuerza e inteligencia. Tendrás que entrenar tu cuerpo para que tenga una buena resistencia en caso de que tengas que luchar. Además de que debes aprender a transformarte.

¿Me convertiré en un Lobo? -Preguntó sorprendido.

Lo harás. -Confirmó el alfa. —Y todos los de la manada debemos conocer a tu lobo para poder brindarte la protección que cada uno de nosotros tiene al pertenecer a la manada de mis padres.

Jin desvió su mirada violeta unos momentos analizando la información.

Todo era surrealista. Sin embargo, lo estaba viviendo y era una locura.

Como macho Omega. -Prosiguió el menor después de unos minutos. —Tienes la capacidad de concebir.

Jin lo miró totalmente incrédulo.

¿Estás diciendo que me puedo embarazar? -Preguntó mirándolo como si le hubiera salido otra cabeza.

Puedes. -Volvió a confirmar. —Eres un Omega, sólo los Omegas tienen el aparato reproductor adaptado para cargar con los cachorros. Así seas un hombre.

Jin estaba alucinando. Eso sí que estaba fuera de su imaginación.

El embarazo se da como el de una mujer, es el mismo proceso, con la diferencia de que, los Omegas sólo pueden embarazarse si el Alfa anuda dentro de ellos... Es decir, el apareamiento es igual al de los Lobos que salían en esos documentales que solías ver. Pero en nuestro caso, esa función también se puede dar en nuestra forma humana. El nudo de produce únicamente con tu Alfa.

SeokJin seguía sorprendido. Por un momento se imaginó con su panza hinchada y cargando a un par de bebés dentro de él.

Se sonrojó ante el pensamiento y Jeon, que compartía aquella conexión, también logró imaginar la situación y quería chillar como colegiala por la emoción que aquello le causó.

Eso quiere decir... -Dijo el Omega sonrojándose más —Que después de haberlo hecho más de diez veces durante tu celo, otras cinco anoche... Y que me "anudaras", ¿existe la posibilidad de que justo ahora, yo esté... Esté embarazado?

Y JungKook se tapó la cara con un cojín para evitar que su grito emocionado se escuchara.

Jin lo miró raro.

Bueno, podría ser . -Respondió mirándolo con una enorme sonrisa. —Pero es más efectivo cuando el Omega está en celo. Además, yo lo sabré, porque tú desprenderás un nuevo aroma, ese aroma sería el de nuestro bebé. Y... -Se acercó al cuello del Omega y olfateó. —Puedo decir que tu aroma es el mismo, por lo que no estás encinta.

Wow... Esta cosa es impresionante. -Dijo el Omega que acariciaba los ondulados cabellos de su alfa que se había quedado recostado en su pecho.

También está la marca, las mordidas que dejé en tu cuello desde mi celo, hacen constar que te reclamé como mi pareja y ahora, todo aquel que te mire, sabrá que somos compañeros porque llevas mi olor en ti, y yo llevo tu olor en mi. Por lo que si un Alfa se te acerca queriendo someterte, estará condenado pues tú ya tienes un Alfa. En pocas palabras, tú y yo estamos; lo que vendría a ser para los humanos, oficialmente casados.

Jin sonrió maravillado y Kook lo abrazó con posesividad, dejando un chupetón en el cuello del Omega sacándole un gemido.

O-ok... Vaya, esto es mucha información. -Dijo tratando de ignorar la oleada de calor que lo invadió de repente.

Cuando estés en celo y por alguna razón yo no esté cerca, debes tomar inmediatamente unas pastillas llamadas "supresores", estas sirven para controlar los deseos sexuales y contrarrestar tu olor, así los alfas no sabrán que estás en celo y podrás protegerte. -Siguió explicando.

Dijiste que tu celo duraba un día, ¿cuánto dura el de un Omega? -Preguntó curioso.

Tres días. -Respondió pícaro. —Y durante ese tiempo, yo te ayudaré, así como tú lo hiciste conmigo hace dos días.

Jin sonrió y asintió. Pensaba que le costaría un poco adaptarse a los cambios.

Jin. -El mencionado lo miró. —Tú y yo ahora podemos comunicarnos con la mente.

¿Qué di-?

"Es una de nuestras capacidades como pareja." -Dijo a través del vínculo.

Jin lo miró sorprendido nuevamente. El Alfa no había movido sus labios pero sí lo escuchó en su cabeza.

"¿JungKook?" -Dijo en su mente, dudoso mientras lo miraba.

"Te escucho fuerte y claro." -Declaró sonriendo. "No importa dónde estés, cada vez que quieras hablar conmigo y estemos lejos, puedes hacerlo a través de nuestro vínculo mental y yo te escucharé. Así mismo, si estamos en el mismo lugar pero no quieres que nos escuchen, podemos hablar así." -Señaló su cabeza.

"Oh Dios mío... Es decir... ¿También escucharás mis pensamientos?"

"Lo haré a menos que tú quieras que los escuche, de lo contrario, sólo puedo sentir tus emociones y tú sentirás las mías."

Wow... -Jin definitivamente no salía de su asombro. —Esto es...

Lo sé, grandioso, ¿no?

Jin asintió y se lanzó a los labios de su Alfa eufórico, a pesar de que aún no entendía un par de cosas, sabía que su esposo lobuno le ayudaría.

Ahora debo enseñarte a transformarte, amor. -Dijo el Alfa al separarse del maravilloso beso que compartieron. —Nuestros Lobos deben conocerse.

Jin sintió mucha emoción, ¿cómo sería su Lobo?

No podía esperar para conocerlo.

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