Qᴜɪɴᴢᴇ

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La luz de la Luna surcaba sobre la silueta de dos figuras que con premura se besaban y acariciaban sobre aquella enorme cama.

Una parte de SeokJin no entendía por qué se sentía tan caliente y necesitado, pero el raciocinio simplemente le decía que se entregara al chico que yacía besando cada trozo de su piel desnuda.

Aunque no era ningún raciocinio, sino que era su Omega hablándole pero Jin aún no estaba al tanto de ello.

Sin embargo, el alfa Lobo estaba eufórico, movía su cola de lado a lado y aullaba internamente obteniendo la atención de aquel hermoso Omega, que para su sorpresa, era de un color negro, idéntico al de él. Pero no era para menos, sólo los Lobos negros eran los elegidos para liderar el clan. Por eso, sus padres eran los únicos Lobos negros y ahora, lo eran también JungKook y SeokJin.

Eso sólo indicaba que Jin era el Omega idóneo para él, ya que sería aquel que lo acompañaría por la eternidad.

Y Kook no podía estar más feliz por eso. La diosa Luna había sido generosa con él.

Jinnie... -Susurraba mientras besaba sus piernas. —Jinnie~ mi amor eres delicioso. -Tomó una pequeña parte del muslo interno y lo mordió para después chupar y así marcar su piel.

SeokJin gimió encantado, las atenciones que su Alfa le daba estaban llevándolo al borde de la felicidad.

Cariño... -Kook se incorporó ante el llamado y besó con pasión esos regordetes labios.

Jin también rasguñaba la espalda y acariciaba los brazos del hombre grande. Estaba fascinado, era la primera vez que los dos estaban completamente desnudos disfrutando del cuerpo ajeno.

Se sentía correcto. Se sentía bien estar entre los brazos de su Alfa.

Amor... ¿Cómo te sientes? -Preguntó el pelinegro antes de seguir.

Bien... Es sólo que es un poco extraño... -Contestó un tanto incómodo por el aceite que seguía saliendo de su entrada.

Mi amor... Hay algo que debes saber antes de continuar. -Dijo el Alfa suavemente.

Jin lo miró. Kook se veía agitado, apretaba los dientes y estaba tenso, el peli rosa imaginó que se le estaba haciendo muy difícil no saltar sobre él.

¿Qué ocurre?

Jin... Tú eres un Lobo. -Confesó seriamente. —Naciste siendo un Lobo.

Jin lo miró perplejo, ¿él un Lobo?

¿Qué sandeces estás diciendo? -Preguntó un tanto molesto.

No cielo, no te miento. -Pasó su dedo por la hendidura de su entrada mojada y Jin gimió. — ¿Sientes esto, no? Es tu lubricante natural, todo Omega Lobo lo produce cuando se llega el momento del apareamiento. -Dijo con voz ronca.

Pero SeokJin se había perdido en la exquisita sensación cuando aquellos dedos rozaron su entrada.

Joder... -Gimió apretando los dientes.

¿Y sabes...? -El Alfa miró anonadado a su Omega, una vez más estaba sorprendiendo. —Justo ahora, Jin, tienes orejas de Lobo y tu cabello es negro. -Murmuró impactado por lo que veía.

Jin abrió sus ojos incrédulo.

¿Qué? -Se asustó cuando notó la cara de sorpresa que también tenía su Alfa.

Inmediatamente se llevó las manos a su cabeza y fue cuando las sintió, dos orejas sobresalían de su sien, eran suaves, peluditas y tenían un tamaño promedio, parecidas a las orejas de un perro.

Abrió la boca y Kook miró en esa dirección, dos pequeños colmillos sobresalían de su labio superior.

Oh mierda... -Murmuró mirando su boca.

SeokJin se pasó la lengua por los labios y también sintió aquello, los dos colmillos superiores e inferiores.

No puede ser... -Susurró acariciando con su dedo índice uno de los colmillos.

Mi amor... -El Alfa se acercó cauteloso, llevó sus manos hacia las orejas y las acarició. Jin cerró sus ojos y se dejó llevar.

Era típico de lobos derretirse por las caricias en las orejas.

Jin entonces, rendido ante su alfa, escuchó una voz en su cabeza.

"Al fin he despertado." -Murmuró una voz ronca.

"¿Qué?" -Jin preguntó, pero no habló audible, sino que internamente.

"Soy tu Lobo. Tu Omega interno." -Dijo esa voz.

"¿Mi Lobo? Entonces sí lo soy..."

"Lo somos. Tú y yo." -Decía su Omega.

"¿Cómo es que nunca te sentí? "

"Estaba dormido. Desde que éramos cachorros." -Respondió.

"¿Cómo... Cómo es eso posible?"

"Cazadores." -Dijo firmemente. "Tus padres adoptivos."

"¡¿Ellos son cazadores?! "

"Sí."

"No entiendo nada..." -Dijo exhausto.

"Después lo hablaremos, nuestro Alfa nos necesita."

Y después de ello, Jin abrió sus ojos y se encontró con un par de orbes carmesí, mirándolo detenidamente.

¿Todo bien, amor? -Preguntó preocupado.

Jin sonrió, tomó las mejillas del Alfa y lo atrajo para un beso, un beso apasionado y lleno de sentimientos.

Tómame, Alfa...

Los ojos de Jin, que eran marrones, en ese momento cambiaron a un color violeta brillante.

Con su cabello negro, sus orejas de lobo y esos ojos. JungKook sentía que le daría un infarto por lo hermoso que es su amor.

El Omega había tomado una parte del humano.

Y su alfa así como JungKook aullaron de felicidad. Por fin podrían establecer la marca.

Por fin podrían unirse en cuerpo y alma.

Por fin podría reclamar a su Omega. Así como al humano.

¿Estás listo para vivir la eternidad juntos? -Cuestionó el alfa con cariño.

... -Respondió el oji violeta. —Y espero que sea una eternidad llena de amor.

De amor y felicidad. -Prometió con seguridad.

Volvieron a unirse en un beso, sus cuerpos se acomodaron perfectamente y Jin estaba ansioso por lo que ocurriría.

Ya después hablaría con su alfa sobre todo ese enredo.




Las manos del menor vagaban sin descaro por la perfecta silueta del mayor.

Estaba encantado, tenía una cintura pequeña, caderas anchas, ideales para sostener a sus futuros cachorros, piernas largas, una piel tan suave y un rostro angelical que lo dejaba sin aliento.

Jin es la perfecta definición de sublime, majestuoso, único, impresionante...

JungKook no encontraba las palabras ideales en este mundo para describir a semejante belleza.

Cuando metió dos de sus dedos sin previo aviso y escuchó aquel gemido lleno de satisfacción, se sintió tal malditamente afortunado por ser él, el dueño de tan maravilloso corazón.

Jin abrió sus piernas y lo invitó a ubicarse entre ellas.

¿Estás seguro? Aún no te preparo del todo. -Le dijo sobre sus labios.

Hazlo, estoy listo, te necesito mi Alfa~ -Dijo con una voz tan dulce que el miembro del menor dio un tirón.

Jin no sabía cuanto afectaba al futuro líder del clan, su voz de Omega.

Kook entonces dejó salir una parte de su Lobo, orejas y cola negras adornaban su cuerpo, además de aquellos colmillos que eran más pronunciados que los de Jin y unas garras que intentaría mantener al margen.

El Omega lo miró maravillado, su Alfa era tan caliente.

Dile "Hola" a tu alfa, mi amor. -Susurró con voz ronca.

Fue entonces que entró de una sola estocada en aquel canal tan estrecho que le dio la bienvenida. Ambos gimieron sonoros y se fundieron en un beso.

Jin agradeció en ese momento el lubricante natural, pues no sintió tanto dolor, sólo el delicioso placer de tener ese enorme trozo de carne caliente y duro dentro de él.

Maldición... -Gimió cuando el Alfa salió y volvió a entrar con fuerza.

Los movimientos se volvieron erráticos, Kook no se contenía y Jin lo agradecía, lo quería todo de su hombre, todo.

El sudor que surcaba por su piel más lo caliente del ambiente llenaban de más lujuria a la pareja que se profanaba con salvajismo, haciendo que la cama rechinara y sus pieles chocando emitieran ese sonido obsceno que los alentaba a ir por más.

Jin~ Jin~ -Gruñía el alfa que sostenía son fuerza esa perfecta cintura y chupaba con gula su cuello y pecho.

Oh JungKook~ ¡Más! ¡Más!

Y sus exigencias fueron escuchadas.

Kook sin salirse de él, lo giró sobre su estómago y con sus grandes manos sostuvo sus blanquecinas nalgas, las cuales azotó y Jin gritó satisfecho.

¿Así te gusta, Omega? -Preguntó el alfa que se movía rápido.

Jin sin embargo, no podía hablar, era un lío de gemidos ahogados y gritos.

Se sostenía de las sábanas y empinaba su trasero lo más posible, no tenía idea que era tan flexible.

Jeon sentía que en cualquier momento explotaría, sus colmillos picaban y sus movimientos empezaban a volverse lentos, entonces volvió a girar al Omega sin dejar de arremeter contra él.

La imagen de Jin completamente sudado y marcado por sus labios, se quedaría por siempre grabado en su cerebro y corazón.

¡Jin! -Gimió con fuerza cuando este lo apretó.

El Omega se corrió con fuerza gritando su nombre y Jeon, que estaba a punto, tomó el cabello del Omega y lo jaló suavemente, dejando su cuello expuesto.

Los colmillos del alfa fueron encajados en la tierna piel con todo el amor y pasión que sentía por tan dulce criatura.

Saboreó aquella sangre y entonces su nudo; que ya se había formado, explotó dentro de su Omega.

Jin volvió a gritar en un segundo orgasmo, tantas emociones de golpe lo habían dejado agotado pero se sentía feliz, sumamente feliz.

Abrazó con fuerza a su alfa y susurró un "te amo" en su mente, pero Jeon lo había escuchado claramente.

El alfa alzó su vista y la clavó en esos orbes violetas.

"También te amo" -Correspondió sin mover sus labios.

Jin abrió su boca y preguntó desconcertado: — ¿Acaso te escuché en mi cabeza?

Cosa de almas gemelas. -Comentó el Alfa con aparente desinterés.

Jin rió y el sonido fue un bálsamo para el Alfa.

¿Estás bien? -Preguntó entonces.

Mejor que nunca. -Contestó el Omega mientras acariciaba sus orejas de Lobo.

Jeon se movió y los dejó acostados, con el Omega sobre él, pues el nudo aún los mantenía conectados.

Aunque... Me duele un poco. -Murmuró con voz cansada.

Es normal... El nudo siempre duele. -Dijo el Alfa que acariciaba su espalda.

¿Nudo? -Jin lo miró sin entender pero después alzó sus hombros y se relajó sobre el gran cuerpo del alfa. —Luego me explicas, dormiré.

Jeon no tuvo tiempo de responder cuando el Omega ya se encontraba profundamente dormido.

Lo miraba totalmente enamorado, agradecido y feliz por tenerlo en su vida. Feliz porque había sido él quien lo encontró en la carretera aquella vez. Agradecido porque fue él quien lo cuidó y llenó de amor.

Porque fue SeokJin quien le dio una segunda oportunidad de vivir y ahora que por fin estaban acoplados, Jeon daría su vida por él, y haría lo que sea por hacerlo feliz.

Miró las orejas de Lobo en esa cabellera tan oscura como la noche y las pequeñas garritas en sus dedos.

Dios... Lo amaba tanto.

Se mordió el labio y se obligó a dormir también, dejaría descansar a su Omega, pues su celo aún no terminaba.























Ahí tienen su 🍋💦 mis amadas pecadoras 😌 espero que les haya gustado, por fin nuestro KookJin están acoplados 😍

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