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Taehyung también faltó al dia siguiente, igual que el resto de la semana. Y por supuesto que como buen amigo/mejor amigo –por que, bueno, Jeon no lo tenía claro– él llamó a la casa de los Kim para preguntar qué pasaba.

Bueno... el marcó los números y Seokjin habló, pero es lo mismo. Fue su idea.

Resultó ser que su lindo Taehyung estaba enfermo con un estado gripal, por lo que, sin mucha otorgación de permisos, los Jeon-Kim irrumpieron en casa del menor.

"—Nosotros cuidaremos a Taehyung, usted puede regresar al trabajo" había dicho Seokjin, a sabiendas de que TaeHa estaba faltando a su empleo por el chico.
Ella tenía más confianza en que su propio hijo, enfermo y todo, podía quedarse solo sin problemas; pero con los dos más grandes... uno podia quemarle la cocina y el otro la casa. De todas maneras, aceptó el trato con ellos.

Taehyung se mostró feliz ante la visita de sus amigos a pesar de que no tenía ganas de nada, se dormitaba de a ratos y no hablaba mucho.

Cuando Seokjin regresó de la cocina sonrió por la tierna imagen de Taehyung dormido en su cama mientras Jungkook estaba sentado en el suelo sujetando y acariciando por dulzura una mano del menor.

—La comida estará para dentro de un rato—habló lo más bajo posible para no despertar al menor—, TaeHa nos dejó refresco y sándwiches de jamón y queso por si acaso, pero verás que tu mejor amigo también es un chef muy bueno.

Seokjin le guiñó un ojo, justo cuando Kim menor se despertó y de golpe se sentó, luciendo bastante asustado.

—¿Dónde e-estoy?—sus ojos conectaron con los del menor—. Ah, tú—le señaló, la mano le temblaba—, pareces un conejito—se echó hacia atrás riendo —, Jungkook-ah es mi conejito.

Jeon no se apartó mucho mientras Seokjin le hacía una revisión nueva, Taehyung balbuceaba y se dormitaba pero nunca soltó la mano del peli-negro.

—Tiene la fiebre muy, muy alta para mi gusto—le susurró Seokjin, luciá preocupado pero sonrió ante las cosas incoherentes que el pequeño decía—, por lo general no pasa esto, pero puede desvariar un poco. ¿Quieres hacer algo por él?

Claro, dime.*

—Has que se tome la medicación mientras voy por otros paños húmedos—le entregó un vaso con agua y una píldora junto a una botellita pequeña con una tapa medidora—, si lo vuelca o lo escupe, tendras que volver a intentar.

No hay problema.*

Lo siguiente que pasó cuando Kim mayor desapareció por la puerta fue que Taehyung y él no se entendían. No había tiempo para libretas y Tae no entendía lenguaje de señas, ni siquiera las señas comunes.

—No sé que quieres de mí—balbuceó. Aprovechando que estaba apoyado en el espaldar de la cama, el menor se sentó de frente a su lado—, ¿por q-qué te a-acercas así?—Jeon levantó el vaso y la pildora para que las notara—. Uhm... no me gustan las pastillas, Kookie.

Al menor le daba igual lo que le gustara o no en ese momento, por lo que en un movimiento rápido le puso el comprimido en la boca y le ofreció el agua. El estado febril en el que se encontraba no lo dejaba pensar con claridad, no supo cómo escupir la cosa que tenia en la boca, por lo que se tuvo que resignar a tragar con agua. Y también Jungkook de una le dió una tapita con algo espeso y amargo que se vio obligado a tragar de igual manera.

—Eres...—Taehyung rió antes de tomarlo por el cuello de la camisa y tirarlo hacia sí mismo—, e-eres un conejo cruel.

Seokjin se quedó parado tras la puerta de la habitación, siendo incapaz de interrumpir la diversión de los otros dos. Con una sonrisa en el rostro regresó a la cocina a controlar que su almuerzo fuera por buen rumbo, unos minutos más sin paños para la fiebre no hacían la diferencia.

(...)

—Tae, preparé sopa cremosa—anunció Kim mayor, mientras Jungkook le colocaba el termómetro bajo el brazo para medirle otra vez la fiebre—, y espero que comas todo.

Los cabellos castaños se movieron cuando giró la cara en dirección a quien, en ese momento, simulaba ser un médico con su guardapolvo blanco y un estetoscopio colgado al cuello que nadie preguntó de dónde había sacado.

—No tengo hambre—alcanzó a balbucear, quitándose el pañode la frente, volteandose hacia la pared a su lado para evitar la claridad de la luz.

—Hmm, ¿pero entonces puedes mirar que Jungkook si lo haga? Es que parece que tampoco tiene apetito—puras mentiras, claro. Pero no se le ocurrió otra forma para que el menor pusiera interés en querer vivir.

Logrando el objetivo del otro Kim, Taehyung se enderezó y cruzó las piernas bajo las mantas para quedar como una flor de loto; Jungkook, sentado a los pies de la cama y de frente al peli-castañito se llevó una mirada totalmente desaprovatoria.

Pero más que enfadado Taehyung se veía tierno. Tierno por sus mejillas rojas, los cabellos desparramados, el entrecejo fruncido, los brazos crucruzados sobre el pecho y el sueño pidiendo por llevar a su cuerpo con morfeo. Tan tierno que sintió un enjambre de abejas zumbando en su estómago haciéndole cosquillas y tuvo que bajar la vista a sus manos con las que sostenía un vaso de loza con sopa espesa y caliente.

Seokjin solo los observaba comiendo en silencio puesto que él solo era el doctor y así estaba bien; había verifircado el termómetro que Kim menor dejó caer por accidente y aunque 37.1 era temperatura alta, se supone que con los trapos húmedos y la medicina debía bajar.

—Kookie—susurró suave, rompiendo el silencio en el que estaban—, Jungkookie, mírame—y cuando acató la orden, Kim simuló un avión con la propia cuchara del vaso del peli-negro, hasta pocos centímetros de la boca de Jungkook. Jeon sopló por precaución y comió lo que estaba en la cuchara.

De esa forma entre ellos dos jugaron con el almuerzo todo el rato –y por momentos, le robaban la cuchara a Seokjin para darle de comer a él también de su propio vasito–. La fiebre en Kim bajó bastante, y ahora los tres estaban mas animados que al inicio claramente.

En un momento de la tarde, Taehyung se levanto de su cama por razones de fuerza mayor como lo eran las ganas de orinar, y por común acuerdo entre los tres usurparon la habitación de TaeHa para más comodidad.

Entonces, Taehyung estaba en el centro con sus dos amigos a cada lado.

—¡Finalmente se comió todo!*—si, y hasta le habia pedido por favor a Jungkook que le trajera una fruta de postre.

Seokjin del otro extremo, dejando de ver la pelicula que había encontrado en la televisión, asintió con una brillante sonrisa.

—¿Qué te está diciendo?—le preguntó al mayor, curioso ante las miradas complices que compartían los dos.

Seokjin sonrió con malicia, poniéndose de pié para ir a la cocina a lavar los trastes.

—Jungkookie dice que le gustas.

Oh.

Jeon iba a golpearlo luego por traicionero, no quiso separarse de los calidos brazos que le rodeaban por los hombros.

©ʏᴏᴏɴɴɪᴇxᴊɪᴍɪɴɪᴇ5

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