①«🌧️»

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Eran las doce de la noche y Kim Taehyung aún se mantenía despierto.

Sentado en la sala, a penumbras escuchaba el tintineo que provoca la lluvia al chocar con las ventanas de vidrio, aquel sonido que odiaba pues le recordaba aquello que juraba haber olvidado.

Cuando la primera lágrima descendió por su mejilla la miseria se volvió realidad, su dolor se materializó y no pudo seguir fingiendo demencia.

Sus sollozos llenaron el espacio y la lluvia se volvió más salvaje, como si quisiera verlo sufrir aún más.

Unos pasos se escucharon y a los segundos un jóven de estatura baja y cachetes abultados apareció asustado sentándose al lado del chico que temblaba debido al agresivo llanto.

—Tae, por favor calma –El chico se acercó y lo atrajo en un abrazo, dejó que descansara la cabeza en su pecho y acarició sus cabellos–. Respira que te estás haciendo daño.

—JiMin duele, duele mucho. –pudo hablar aún controlando los espasmos que causaba el llanto.

—Lo sé, no conozco el dolor que sientes pero me lastima el que estés así, eres mi hermano y ya no soporto esto, te estás enfermando –A pesar de las ganas que tenía JiMin de regañarlo, evito hablar alto para no alterar más al chico–. Vamos a dormir, mañana tienes que trabajar.

Taehyung asintió y se levantó del sillón siguiendo a su pequeño hermano, camino en silencio y tras desear una buenas noches, entró a su habitación lanzándose en su cama mientras tomaba la almohada y la apresaba entre su pecho. Estaba cansado y sus ojos ardían por lo que rápidamente se durmió.

Al día siguiente el sol brilló como si la noche anterior no hubiese caído una gran cantidad de agua. Taehyung despertó asustado cuando notó que su alarma no sonó, prácticamente corrió a asearse mientras le gritaba a su hermano menor, reclamándole el no haberlo despertado.

Después de unos minutos JiMin con un rostro adormilado, entró a la habitación de su hermano y se lanzó en la cama. Taehyung salió del baño con el cabello mojado, la camisa mal abotonada e intentado subirse los pantalones; las carcajadas de JiMin le hicieron fruncir el ceño.

—¿De qué te ríes gnomo? –gruñó Taehyung terminado de arreglarse el pantalón.

—Tonto, ¿Cómo pudiste no escuchar ese escándaloso aparato? –Taehyung le miró con mala cara–. No me veas así, ayer te dije que yo tengo el día libre, no tenía porque levantarme temprano. –se envolvió en las mantas.

—Bueno ya me tengo que ir. –tomó lo que le faltaba y se acercó a la puerta.

—Tae, necesitamos hablar sobre ayer. –la voz de JiMin sonó grave.

—No sé de que hablas, nos vemos en la noche. –Taehyung salió de la habitación y segundos después se escuchó la puerta del departamento ser cerrada.

JiMin suspiró cansado y se acurrucó sintiendo una gran opresión.

—Tae, eso te hace tanto daño, debes superarlo. –susurró mientras una lágrima bajó por su mejilla, aquello le dolía casi tanto como a Taehyung.

Eran las ocho de la noche cuando por fin salió del restaurante, su turno había terminado temprano y lo agradecía, se sentía cansado tanto física como mentalmente.

El viento frío le estaba asustando, no quería que lloviera nuevamente, no cuando él aún estaba lejos de casa. Caminaba lo más apresurado que podía hacia la estación de metrobús, las luces alumbraban las calles de manera tenue, las personas comenzaban a resguardarse. Él también quería hacerlo, llegar a casa y acurrucarse en su mueble mientras veía una película y si la suerte le sonreía, JiMin estaría esperándolo con café y ramen caliente.

Las pequeñas gotas comenzaron a caer y corrió hasta la estación, por suerte sólo le faltaban algunos metros. Llegó y se sentó de una vez sacudiendo su camisa, el frío aumentaba a igual que la lluvia ¿Estaba entrando en pánico? Un poco. Pensó que lo mejor era llamar a JiMin para que fuera a buscarlo.

Sacó su celular y rápidamente marcó el número que tenía agendado como "Gnomo malvado" y como si hubiese estado esperando la llamada, contestó de inmediato.

Tae ¿Dónde estás? –la voz de JiMin sonaba preocupada.

—Estoy en la estación de metrobús doce, JiMin –guardó silencio por un segundo– ¿Podrías decirle a YoonGi hyung que venga a buscarme? Tengo frío y miedo, por favor. –lo último lo susurró sintiendo vergüenza.

Está bien, yo le digo pero tenemos que hablar seriamente, no seguirás esquivando mis preguntas ¿Verdad?

—Está bien, pero ya vengan que me... –sus palabras quedaron totalmente en el aire cuando observó al auto que acababa de pararse justo frente a él aguardando a causa de la luz roja del semáforo. Sus manos se entumecieron y el celular cayó al suelo.

—¿Tae? ¿Tae estás ahí? Taehyung ¡KIM TAEHYUNG! –apenas pudo escuchar pero sus sentidos no reaccionaron.

Se levantó de repente sin saber qué hacer, quiso ir y tocar el rostro sonriente del chico, quien alguna vez fue suyo. El semáforo cambio a verde y el auto arrancó, en ese momento tuvo miedo, no quería que desapareciera, no nuevamente.

Como si fuera a lograr algo con ello, corrió detrás del auto mientras las lágrimas comenzaban a salir, pero total, la fuerte lluvia se las llevaba. Corrió, corrió hasta perder de vista el auto y gritó con todo su ser.

—¡JUNGKOOK! –sus piernas cedieron y cayó en el pavimento donde la ruidosa lluvia se estrellaba. Apretó sus puños y se lamentó tanto.

Un auto pasó por su lado y mil insultos fueron lanzados contra su persona, es que no era normal ver a alguien tirado en medio de la carretera mientras lloraba tan fuerte que podía sentirse su pena, aún peor estaba lloviendo a cántaros.

Mientras que Taehyung solo se sentía el ser más estúpido en el mundo, veía el camino por donde desapareció nuevamente aquel chico de ojos bonitos, aquellos que una vez le miraron con amor y un cariño desbordante, y que él mató con sus acciones.

Nada lo hizo reaccionar, ni siquiera cuando unas llantas rasparon en el asfalto y dos chicos salieron totalmente asustados buscándolo. JiMin fue quien lo visualizó a unos metros de la estación y corrió gritando su nombre totalmente alterado, YoonGi le siguió.

—Tae, Tae mírame, mi vida ¿Qué pasó? –JiMin sollozaba–. ¡Joder! Deja de asustarme así, ten consideración conmigo por un momento al menos, sabes cuántas veces he tenido que pasar por estás cosas. ¡Estoy cansando! asustado y mis nervios van a explotar por tu culpa.

JiMin se quejó entre lágrimas, lo sarandeo un par de veces y siguió llorando cuando Taehyung ni se inmutó. Se levantó del suelo, paso su mano de manera agresiva por su rostro tratando de limpiarse las lágrimas, caminó hasta el auto para entrar y cerrar la puerta, su novio entendió que JiMin ya no daba para más.

—Tae, ven. –se acercó al chico y lo ayudó a levantarse, bueno, en realidad lo levantó. Caminó con él hasta en auto y lo metió en los asientos traseros para luego montarse en la parte del chófer, observó a su novio y este lloraba silenciosamente.

—Vamos a casa. –dio un largo suspiro poniendo en marcha el auto.

El aura incómoda asfixiaba a todos los presentes pero nadie hacía nada para acabar con esa situación. Ambos hermanos aún sollozaban bajito, Taehyung por su lado estaba ido, no era conciente de su alrededor, su mente viajó a años atrás donde su vida estaba llena de sonrisas, besos, caricias y momentos junto a quien amó.

Trás algunos minutos de incómodo viaje llegaron a la urbanización donde vivían los hermanos Kim. JiMin se bajó primero y abrió la puerta de atrás, YoonGi intentó ayudarle pero le detuvo de inmediato.

—No Gigi, ya has hecho mucho hoy –la voz congestionada de JiMin le rompió el corazón al mayor–. Lamento que siempre tengas que cargar con mis problemas, mejor ve a casa, hablamos mañana. –su cabeza se mantuvo baja en todo momento, ni siquiera le vió a los ojos.

—No, deja de hacerte el fuerte que en estos momentos no estás para eso –YoonGi lo tomó del brazo y jaló hacia él para que lo viera–. Además, te dije que te apoyaría en todo.

—Pero en estos momentos no lo necesito, sólo vete –JiMin sonó desesperado–. Esto es entre Taehyung y yo.

—JiMin...

—¡Vete!

—¡Basta! –la grave voz de Taehyung llamó la atención de ambos– Dejen de pelear, siempre lo hacen por mi culpa. Lo lamento.

—Tae, no es así...

—No YoonGi Hyung, sí lo es, pero no tengo energías para hablar sobre ello –se bajó del auto y quedó entre ambos mayores–. Hyung mejor vaya a casa, ya es tarde, solucionan esto mañana, yo... Yo tengo que hablar con JiMin y creo que lo mejor es que estemos solos.

YoonGi suspiró pesado, sabía como eran ambos así que tomó la palabra de Taehyung. Se despidió de ambos, un abrazo para Taehyung y un beso en la frente de su novio junto a un susurro de aliento. Partió del lugar dejando una estela de humo, la cual JiMin observaba como si fuera lo más interesante del mundo.

La lluvia se había calmado, quedando en una suave llovizna fría. JiMin se volteó y observó a Taehyung cabizbajo y sollozando, le tomó la mano para arrastrarlo hacia dentro. Estaba molesto pero aún así no levantó la voz, el camino fue totalmente en silencio.

Al ya estar en el departamento JiMin solo soltó un "Báñate para que no te resfríes" y se metió a su cuarto. Taehyung quedó en medio de la sala con una expresión neutra que escondía todo el sufrimiento que ahora tenía.

Estaba mal, lo sabía, sus amigos lo sabían, su hermano sufría por ello, pero es que simplemente le era difícil evitarlo, no quería que nadie supiera que su corazón estaba hecho trizas pero al mismo tiempo quería que alguien le escuchara y salvara, pero ese alguien no iba a hacerlo.

Como si de un zombie se tratase entró a su habitación, tomó el tiempo necesario para desvestirse y darse una ducha caliente.

Salió de habitación ya cambiado y abrigado, el olor a chocolate caliente le sacó una sonrisa pequeña. Entró a la cocina y observó a JiMin de espaldas sirviendo dos tazas de chocolate.

—Yo las llevo. –se acercó tomando las tazas dejando a JiMin atrás.

Llegó a la sala y se sentó en el sofá, colocando las tazas en la mesa del centro, espero a que su hermano se acercara.

JiMin apareció sentándose a su lado, mantenía una expresión neutral. Taehyung no sabía si estaba molesto, triste o cualquier otro sentimiento negativo.

—Sé que todo lo que ha pasado es difícil, no tengo una idea concisa de qué pasó. Taehyung para mí ustedes estaban bien, como amigos después de tantos problemas y ese día simplemente me llamaste llorando totalmente destrozado. Es incómodo, pero necesito que me digas, que saques todo lo que te atormenta ¿Por qué tú y JungKook acabaron tan mal? ¿Por qué... Por qué ese día ocurrió ese horrible accidente? ¿Por qué SeokJin nos odia tanto? —JiMin dijo mirando fijamente la taza en frente.

—Las cosas estaban bien y yo simplemente... —Taehyung comenzó con aquel amargo relato.

Kim Taehyung estaba sumamente cansado de su rutina diaria. Asistir a la universidad cada día le molestaba más, pero estaba ya en su tercer año y debía terminar, sus padres le matarían si dejaba todo a la deriva.

La única persona que aún le mantenía cuerdo era su hermano menor, Kim JiMin, el joven que apenas cursaba su último año de preparatoria tenía más carácter y madurez que él.

Si bien era cierto que sus notas no eran tal malas, aún no le enorgullecían, ni a él ni a sus padres. Eso solía frustrarle mucho.

También solía tener otros problemas debido a su explosiva e inmadura personalidad, meterse en problemas era muy común en él, igualmente el meterse con estudiantes menos habilidosos, le resultaba divertido.

Sí, era un matón pero su familia no tenía ni idea, mucho menos JiMin, este le hubiera colgado de las pelotas en ese entonces.

Sus días llenos de vergüenza llegaron a su fin cuando conoció a Jeon JungKook, un estudiante en excelencia que venía desde Busán. Decir que Taehyung no quedó impresionado por su belleza era mentira, igualmente JungKook estaba intrigado por ese chico que solía espiarlo en sus clases de historia.

Cuando el momento indicado llegó un apretón de manos y una sonrisa fue el inicio de una amistad, y continuamente una relación.

JungKook tenía una imagen rosa de Taehyung, para él su chico era trabajador, honesto y amoroso, como toda relación iniciaron con las dulces. Taehyung tampoco era que quería dejar una mala impresión, le gustaba mucho JungKook y con el tiempo toda su atención se centró en ellos, en su relación.

Todo iba bien.

Cuando JiMin conoció a JungKook quedó tan encantado. El mayor era alguien tan radiante y lleno de sonrisas que enseguida congeniaron, Taehyung no pudo estar más feliz, las dos personas más importantes de su vida se llevaban de maravilla.

Igualmente JungKook le presentó su hermano mayor, su protector. Jeon SeokJin era alguien de coraza dura, en especial si se trataba de su tesoro. Le costó tiempo aceptar a Taehyung en sus vidas, prácticamente le tuvo a prueba.

Para Taehyung, JungKook fue una luz, mejoró sus calificaciones, su conducta igualmente y se alejó de aquellos "amigos". Prefería pasar sus tardes viendo a su novio bailar o simplemente dormir a su lado.

JungKook por su lado estaba tan feliz. Cuando niño su madre le habló del amor destinado, de aquel que sabes que es para ti y solo para ti, él creía fielmente que Taehyung era aquella pareja que el destino le había concedido.

El paso de un año voló y con ello la etapa rosa. Los problemas llegaron como ráfagas de un tornado al acecho.

El estrés comenzó a estropear la estabilidad de Taehyung, los exámenes, el trabajo, sus padres. Todo se transformaba en enojo, enojo consigo mismo que terminaba pagando con JungKook de manera errónea, varias veces discutieron por estupideces, donde él gritaba y JungKook terminaba llorando por no comprender la situación.

Su relación estuvo a punto de romperse pero Taehyung reaccionó rápido. Un perdón y una promesa de cambio fueron profesados, JungKook los creyó.

JiMin había notado algunas cosas extrañas pero tenía sus propios problemas, como el ingreso a la universidad y su amor no correspondido. Sin embargo se tomó el tiempo de conversar con su hermano, queriendo saber qué ocurría y si podía ayudar.

—Problemas normales que pasamos todas las parejas, me ganó el estrés pero ya estamos bien. —JiMin le creyó.

Tres meses después de dicha plática JungKook comenzó a trabajar para costearse sus cosas. Un nuevo problema apareció en la vida de Taehyung con un nombre es específico: Kim YuGyeom.

La parte más tóxica de Taehyung nació, los celos se comenzaron a crecer ¿Cuál era el problema? La cercanía de su pareja con el chico de brillante sonrisa. JungKook no tenía el más mínimo interés en YuGyeom y el contrario igualmente, incluso tenía pareja.

Pero Taehyung era bruto y dejó que aquellos de quienes se alejó entraran nuevamente a su vida, permitiendo que sembrarán aquella semilla de una planta espinosa que solo iba a destruir su jardín.

Nuevamente las peleas llegaron con un tono más sombrío, esta vez venían cargadas de celos irremediables.

—¡Por Dios Taehyung! ¡Que no tengo nada con YuGyeom, es sólo un amigo! ¡Entiéndelo! —JungKook cerró los ojos con fuerza cuando de dio cuenta que estaba perdiendo los estribos, no podía seguir así, iba a empeorar la situación pero las acusaciones de Taehyung le llegaban al corazón haciéndolo trizas.

—¡¿Y tú crees que me voy a comer ese cuento?! ¡Claro que no me lo vas a decir así de fácil! ¡Sé sincero y déjate de payasadas! Confíe en ti y tú feliz de la vida moviéndole el culo a cualquiera que se pose en frente. —Taehyung le dirigió una mirada abrasadora.

—¿Te estás escuchando? ¡Me estás llamando puta! Taehyung, me estás hartando, tus ataques están fuera de control ¡Es la jodida cuarta pelea de ésta semana! ¿No te cansas?

—Solo quiero que me digas la verdad, veo como te ve y como se burla de mí —JungKook deformó el rostro en una mueca confusa «¿De qué diablos está hablando ahora?»— Tú tampoco haces mucho, dejas que te toque todo el tiempo, le sonríes cuando te he dicho que no le sonrías así a nadie, incluso dejas que te acompañe a tu departamento ¿Son tan santos enserio? No me lo creo.

YuGyeom abraza a todo el mundo, le sonrío porque es mi amigo y me acompaña a mi casa cuando salgo a medianoche por mi seguridad ¿Eso está mal? Incluso él te ha dicho y aclarado que tiene pareja —Taehyung seguía mirándolo reacio, suspiraba con fuerza y JungKook se cansó—. ¿Entonces lo que quieres que te diga es que me he acostado con él? ¿Estarías felíz de escucharlo? Pues bien, sí lo hice, me tienes harto con tus malditos ataques, me voy a mi ca...

Un sonido sordo retumbó en las paredes de aquella habitación junto con el crujido del corazón de JungKook. Aún con el rostro volteado y su mejilla ardiendo no lloró. Cuando Taehyung reaccionó se dio cuenta del grave error que había cometido.

Había golpeado a JungKook, este aún miraba a un lado fijando la vista en el suelo, tenía la boca entre abierta y respiraba agitado. Taehyung entró en pánico, él no quería hacer eso, estaba mal, muy mal.

—Kookie, bebé, yo no... —calló cuando JungKook salió corriendo del lugar después de tomar su bolso. Taehyung quiso seguirlo, pero sus piernas no reaccionaron, por el contrario cedieron haciéndolo caer.

La etapa bonita de la relación se había desgastado, un año con cuatro meses se vieron reducidos a peleas sin sentidos y lágrimas de regalo. JungKook se encontraba tan lastimado, no podía reconocer a aquel chico que tanto amaba en el rostro de esa nueva persona con la que compartía sentimientos.

Taehyung estaba en blanco «¿Qué le estaba pasando? ¿Por qué?» Simplemente podía hacerse esas preguntas, no entendía sus ataques de celos y mucho menos se perdonaba el haber golpeado a JungKook, esperaba que el menor tampoco lo hiciera.

Pero al final nadie sabía nada, JiMin estaba iniciando una relación, SeokJin estaba abarrotado con su trabajo y no tenían más personas alrededor que se preocuparan sinceramente por ellos.

JungKook tomó distancia de YuGyeom, no por todo lo dicho por Taehyung, si no por su propio bien, quería un tiempo para él, para reflexionar en su vida y en su relación quebrada. Amaba a Taehyung, era bien cierto, pero aguantar aquellos arranques de ira no lo haría.

JiMin se fijó en el descenso de llamadas y visitas, igualmente el temperamento de Taehyung estaba peor. Una tarde después de terminar sus estudios abordó a JungKook fuera de su trabajo, quería conversar.

—Creo que simplemente estamos quebrandonos, tenemos problemas que nos están cansando a ambos, ya no sé si debemos continuar. —JungKook observaba su taza de café como si tuviera las respuestas a su tragedia.

La tarde se estaba despidiendo besando por última vez en el día el paisaje con los tintes del ocaso. JiMin no podía disfrutar del momento.

—No sabía que estaban así, creo que debí estar más atento —JungKook negó—. Yo sé que se aman, sé que tienen problemas, no puedo interceder pero si aún le amas y si aún sientes que hay algo que salvar, házlo pero sin llegar a aferrarte de manera tóxica. Nunca había visto a mi hermano tan feliz, cuando te conoció sé que todo mejoró. No tengo voz ni voto en tus decisiones, pero quiero que sepas que lo que elijas lo apoyaré. Ya te tomé demasiado cariño. —JiMin colocó sus manos sobre las de JungKook ofreciéndole una cálida sonrisa, el menor la correspondió.

Esa noche JungKook pensó tanto sentado en su cama, ciertamente las palabras de JiMin le había hecho eco pero no se dejaría llevar de su corazón enamorado, no cuando ya habían llegado a los golpes. Él apreciaba de sobremanera a Taehyung, no sabía si volver sería apropiado pero una conversación sí necesitaban, él tenía que saber la razón de su separación actual.

Con las manos temblorosas tomó su celular y texteo aquel corto pero contundente mensaje, "¿Podemos hablar? Mañana estoy libre." fue lo único que envío esperando que Taehyung al menos lo leyera.

Lo que nunca espero es que Taehyung, como si lo hubiera estado esperando, le respondiera a los minutos, "Claro ¿Dónde nos vemos?".

Y entonces ahí se encontraban, sentado uno frente al otro en aquel lugar donde solían ser sus citas. JungKook juntaba las manos en su regazo y a Taehyung le sudaban, ambos estaban nerviosos, era la primera vez que hablaban desde aquel día.

Uh yo... Lo siento mucho JungKook —fue lo primero que dijo Taehyung llamando la atención del mencionado—. No tengo escusas, me he comportado como un completo patán e incluso hice cosas que prometí no hacer jamás. Todas las palabras, ofensas e incluso aquel golpe —Taehyung apretó los puños con fuerza al recordar su mayor error— que te dí iban para mí, lamento tanto haberte lastimado cuando merecías el cielo. Por favor, perdóname, entenderé que te alejes de mí, que no me quieras volver a ver porque me lo merezco pero por favor perdóname. El estrés, muchas cosas se juntaban haciéndome sentir inservible y frustrado, quería que todo mejorara pero yo seguía arruinandolo, así como arruiné lo nuestro.

A ese punto ninguno pudo retener las lágrimas. Taehyung se encontraba destrozado, había estado esperando aquel momento, el fin de todo. No podía retener a JungKook a pesar de que su corazón se estaba haciendo trizas, sólo necesitaba su perdón.

JungKook por su lado estaba mirando fijamente hacia la ventana, habían sido tantos lindos momentos, momentos que le llenaron de alegría y amor, pensó que su relación con Taehyung iba a durar. Pero ahí se encontraban, dandole fin, el mayor pidiéndole perdón por sus ofensas y él con el alma en un hilo.

—¿Por qué empezó todo? Si te sentías mal, si estabas estresado ¿Por qué no lo conversaste conmigo? No soy un psicólogo ni tengo los mejores consejos, pero era tu pareja, la persona con la que compartías el día a día ¿Nunca me consideraste siquiera para ayudarte? —JungKook se sentía herido, si su novio no había sido capaz de contarle cómo se sentía, qué más había fallado.

—No quería agobiarte con mi mierda, pero resultó peor —Taehyung soltó una carcajada vacía mientras intentaba limpiarse las lágrimas—. Desde antes que estuvieras tú, siempre fue así, no soy alguien ejemplar, quise serlo para ti pero tampoco lo logré. Daría todo para volver en el pasado y considerar la comunicación como una salida en vez de los gritos. Te hice llorar tantas veces mi Kookie, ¿Por qué seguiste allí, aguantando las cosas? —preguntó viéndolo directamente a los ojos, aquellos que solían brillar estaban tan apagados, y era por su causa.

—Las cosas se jodieron bastante ¿No? Seguí a tu lado porque te amo, porque quería de alguna manera salvar nuestra relación y de hecho, si no me hubieses golpeado ese día seguiría ahí, por tí, pero ya no lo haré Taehyung. Te amo, pero no eres lo que quiero para mi futuro, no quiero peleas, más llantos y dolores. Lo siento de verdad.

—Lo comprendo —Taehyung intentaba ver a JungKook entre la cascada de lágrimas que bañaban sus ojos, joder, se sentía tan miserable en esos momentos—. Perdóname por haberte hecho todo aquello. Yo te amo tanto que en estos momentos siento el corazón en llamas y por eso mismo quiero que seas feliz ¿Me prometes que jamás vas a volver a caer con alguien como yo? No me perdonaría saber que estás sufriendo nuevamente.

Esa tarde hubieron lágrimas y palabras que debieron ser dichas antes. Como cierre a aquella relación dieron su último beso atesorando los buenos momentos, dejando atrás el dolor y prometiendo una nueva etapa, más sana, con más sonrisas.

Durante un año fueron sanando, de alguna manera terminaron en una especie de amistad que les trajo paz. JungKook estaba viviendo bien, tenía nuevos amigos, una futura carrera brillante y por el momento no tenía ganas de ninguna relación.

Taehyung por su parte mejoró su conducta, aún solía espiar a JungKook en sus clases creyendo que el menor no sabía. Ahora trataba con palabras y tomando el valor suficiente se disculpó con aquellos a quienes lastimó tiempo atrás, no todos lo perdonaron pero al menos tenía menos carga negativa en su corazón.

Quizás si las cosas se hubieran quedado así, él aún fuera amigo de JungKook, aún no se lamentara de sus decisiones y de lo que causó aquella noche.

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