②«🌧️»

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

El primero de septiembre tocó a la puerta y JungKook cumplía veinticuatro años. Taehyung había realizado una fiesta en un club bastante lujoso de la ciudad, con todos sus allegados y los del menor. JungKook estaba contento, su relación amistosa con Taehyung había mejorado y aunque no lo diría en voz alta, estaba pensando en una nueva posibilidad de estar juntos.

Sí, había prometido no hacerlo, pero su corazón estaba conmovido con las acciones del mayor, Taehyung se veía más maduro y decidido.

Esa noche JiMin solo estuvo un rato, tenía una cena con la familia de su novio, YoonGi, y estaba muy emocionado. Taehyung estaba asombrado de como su hermano –nuevamente– le llevaba la delantera, teniendo una relación estable y comunicativa.

A eso de la una de la madrugada la fiesta estaba a tope, JungKook se divertía mucho y estaba un poco pendiente de Taehyung, al cual se le habían pasado un poco las copas.

JungKook estaba en la barra tomando un trago cuando sintió como lo abrazaban por detrás, Taehyung en medio de balbuceos le decía lo mucho que le amaba y lo hermoso que se encontraba. El menor río bastante, era muy relajante ver a Taehyung con ese puchero y actitudes infantiles, iba a pedirle que se fuera descansar cuando escuchó como le llamaban.

Al voltearse se encontró con Kim YuGyeom, su amigo al cual no había visto en mucho tiempo. A su lado estaba su novio Kunpimook Bhuwakul, Bambam para los amigos. El lindo chico que solía sacarle risas cuando los visitaba en su trabajo de medio tiempo.

No pudo evitar alegrarse y se abalanzó sobre ambos para abrazarlos. Tenía tanto tiempo de que no los veía, por lo que sabía se habían ido a Tailandia ya que Bambam extrañaba a su familia. Se colgó de YuGyeom, realmente lo había extrañado.

Por un momento olvidó a Taehyung.

Cuando se separó se dio cuenta que Taehyung les miraba de manera sombría, casi queriendo acribillar a YuGyeom con la mirada.

JungKook suspiró un poco molesto y lo tomó de la muñeca para sacarlo del lugar. Una vez en el aire frío de la noche, con el club a sus espaldas, el menor le soltó e igualmente con una expresión molesta le habló.

—¿Qué te pasa?

—¿Qué mierda hace ese imbécil aquí? —la palabras se escucharon pesadas y JungKook negó «Por favor, no...».

—Está aquí porque es mi amigo —recalcó la palabra—, y si no te diste cuenta trajo a su pareja. Ya estás ebrio así que es mejor que vayas a casa. —intentó tomarle de nuevo la muñeca pero Taehyung se soltó de manera brusca.

—Ya quieres que me vaya para estar a solas con él ¿Verdad? —JungKook quiso golpearse la cabeza contra algo, Taehyung no había cambiado.

Intentó hablar pero su garganta se cerró, tenía ganas de llorar. De un momento a otro YuGyeom apareció mostrandose preocupado. Tenía una idea del desagrado de Taehyung hacía él, tenía miedo de que le gritara a JungKook porque él estaba ahí.

—¿Estás bien? —llegó hasta JungKook, observandole los ojos brillosos.

—Eso no es problema tuyo, vete de aquí pedazo de mierda entrometida. Todo empezó por tu culpa. —Taehyung le empujó tomándole por sorpresa, JungKook se alteró.

—¡Ya Taehyung de verdad! YuGyeom, todo está bien, entra por favor.

—No, este cavernícola me tiene harto. Mira imbécil, no voy a permitir que le grites a JungKook, ya lo hice en el pasado pero ahora no. Tiene que aprender a controlar tus celos, no son buenos...

Taehyung ignoraba olímpicamente aquellas palabras, el alcohol y el cigarro tenían su cerebro cedado, sólo estaba pensando estupideces. Harto de escucharlo se lanzó contra él golpeándole en la cara. JungKook gritó horrorizado y se asustó cuando YuGyeom devolvió los golpes.

Los guardias se acercaron rápidamente a detenerlos, lo cual era un poco difícil ya que Taehyung estaba empleando todo su fuerza. Con el escándalo varias personas salieron a ver qué ocurría, entre ellos Bambam, el cual gritó al ver como su novio intentaba quitarse al rubio de encima.

Cuando por fin los separaron Taehyung gritaba miles de improperios y palabras punzantes. JungKook se encontraba tan lastimado, avergonzado y molesto.

—¡Ya cállate Taehyung! ¡Deja de ser tan imbécil! ¡Me acabas de joder la noche ¿Contento?! ¿Por qué no puedes comportarte? Creí que habías cambiado, que habías controlado tu temperamento, ¿Entonces siempre que te emborraches me vas a insultar y golpear a todo el que se me acerque? ¡No puedo creer que de verdad pensaba en darte una oportunidad!

Se alejó a pasos rápidos de todos, sus ojos estaban tan empapados que no veía bien. Correr en un lugar concurrido por autos en la ciudad no es buena idea. Fue conciente de a dónde iba cuando el grito aterrorizado de Taehyung le hizo levantar la vista a su frente.

Las luces amarillas tan brillantes le dejaron ciego y paralizado. En menos de un segundo sintió el impacto, fue tan seco que no tuvo tiempo ni de gritar. Después de ello todo se volvió negro.

Taehyung vio en cámara lenta como aquel coche atropellaba a JungKook, el alcohol desapareció de su sistema debido a la impresión. YuGyeom junto a algunos chicos corrieron hacia JungKook, los presentes estaban entre horrorizados y preocupados.

Taehyung continuaba en su lugar, su cabeza dio vueltas y sintió sus piernas ceder. Cayó al suelo de rodillas intentando no perder la conciencia, debía correr hacia el menor pero ya no escuchaba nada, sólo veía entre borrones a YuGyeom llorar y gritar a su alrededor y como varias personas se acumulaban para ver aquello, como si fuera un espectáculo.

En menos de cinco minutos ya estaba la ambulancia llevándose al menor hacia el hospital general de Seúl, las personas comenzaron a dispersarse, algunas preocupadas otras escandalizadas.

Él simplemente se quedó allí, escuchando los diversos murmullos y como en su mente se repetían las palabras de JungKook, la había cargado en grande, como siempre.

Sacó su celular y marcó el número de JiMin con las manos temblorosas. No veía bien, tampoco se sentía bien, hasta ganas de vomitar tenía.

—¿Tae qué pasó? —JiMin respondió después del segundo tono—. ¿Terminó todo?

—JiMin... —Taehyung no aguantó y se soltó a llorar, emanando desespero y agonía a través de sus quebrados sollozos. Su hermano de inmediato se alteró.

—Tae ¿Taehyung? Habla por Dios, ¿Dónde estás? —ya del otro lado JiMin cogía las llaves del auto de YoonGi dispuesto a ir por su hermano, el pálido por su parte le seguía tratando de evitar que manejara en el estado que estaba.

—Ven, ven acá al club, sálvame por favor. —rogó con desespero y JiMin supo que algo se había quebrado, que todo se estaba cayendo a pedazos, debía apurarse.

YoonGi le quitó las llaves y le calló cuando pensaba en reclamarle, le mandó a montarse en el auto, que él conduciría y que tratara de tranquilizarse.

Mientras que en el otro lado de Seúl Taehyung se desmoronaba en lágrimas, había arruinado las cosas otra vez, ni siquiera tenía cara para ir al hospital. ¿Por qué carajos se le ocurrió armar ese escándalo?

Aún no estaba bien, el alcohol creó un estupor en su mente que le privó de razonamiento total. Parecía un animal primitivo queriendo marcar territorio, cuando JungKook no era un objeto, no tenía porque privarse de sus amistades.

Lloró por ser imbécil, por no saber controlar sus celos, por sus inseguridades, por dañar nuevamente a JungKook, por ser él.

Cuando JiMin llegó por él aún se encontraba de rodillas sobre el asfalto. Esa fue la primera vez que el menor tuvo que recoger a su hermano en esas condiciones, tan ido y balbuceando incoherencias.

Las únicas palabras que salieron de la boca de Taehyung fueron «Al Hospital General de Seúl, ahora» haciendo que JiMin y YoonGi se miraran entre preocupados y asustados.

La llegada al lugar fue aparatosa y ajetreada, Taehyung corría entre los pasillos con un único objetivo: Jeon JungKook.

JiMin, quien a gritos le sacó a Taehyung la razón por la cual corrían al hospital; preguntó en recepción el paradero de JungKook, supo que el menor estaba en un quirófano en el área este.

Tras un rato de peleas y lágrimas llegaron hasta el área de espera, pero antes de que JiMin siquiera llegara a preguntar algo, SeokJin saltó totalmente furioso sobre Taehyung.

—¡Hijo de puta! ¡Me prometiste que le ibas a cuidar, incluso de ti! ¡Y fue lo que menos hiciste! —SeokJin vociferaba con ira, YoonGi trató de intervenir— Largo, te lo estoy poniendo sencillo Kim, vete o de lo contrario te voy a denunciar y me encargaré de que jamás vuelvas a ver a JungKook, mucho menos de que te le acerques.

—Jin hyung ¿Qué está pasando? —JiMin al borde del colapso Intentó acercarse a su amigo, pero este le alejó y negó viendo a Taehyung con una llama de odio puro.

—Váyanse de aquí, no se acerquen a JungKook de nuevo y estaremos bien.

—Pero... —el menor se negaban a dejar las cosas así.

—JiMin, largo, lo estoy diciendo de verdad. Te aprecio pero en estos momentos quiero cometer un crimen. Por el bien tuyo, mío, de tu hermano y del mío lo mejor es romper lazos, solo desaparezcan de nuestras vidas. —SeokJin selló aquellas palabras dándole la espalda a los tres chicos para irse del lugar.

JiMin estuvo a poco de ir tras él, pedirle una explicación más concisa pero fue el mismo Taehyung quien le detuvo.

—Vamos a casa, se acabó. —dio la vuelta y avanzó dejando a su hermano consternado.

Ese día Taehyung se cerró totalmente y comenzó a fingir demencia ante los sucesos pasados. Sólo trayendo esos recuerdos amargos y punsantes en días de lluvia, donde la dulzura del amor y la amargura de la culpa se mezclaban para darle la más desagradable bebida.

Desde ese día Taehyung perdió contacto con los Jeon.

Desde ese día comenzó a autocastigarse, trayendo le dolor a sus allegados.

Ya era hora de cambiar aquello.

JiMin cerró la puerta de la habitación de Taehyung después de haber estado con él hasta que se durmiera.

Cuando por fin estuvo en su habitación con las mantas hasta sus rodillas, se permitió soltar el sollozo que tenía atorado desde hace bastante tiempo. No hacía nada lamentándose, pero se arrepentía de no haberse dado cuenta de lo que pasaba.

Se sentía decepcionado y dolido con Taehyung, era su hermano pero no podían quitarle ese trago amargo, no cuando la imagen que tenía de el mayor se había distorsionado esa noche.

Pero eso no quitaba el hecho de que debía ayudarlo, debía darle una mano así no fuera la que él quería.

Tomó su teléfono y marcó el número que siempre estaba allí, el de la persona que aún le mantenía fuerte.

—¿Aló? ¿Minnie pasó algo? ¿Necesitas que vaya para allá? —A pesar de la voz adormilada, que delataba que le había despertado, estaba dispuesto a correr por él.

—No Gigi, estoy bien. Disculpa por despertarte pero necesito tu ayuda.

—¿Por qué lloras? ¿Arreglaste las cosas con Tae? Sabes que te escucharé así nos madruguemos aquí. —JiMin sonrió sorbiendo sus mocos.

—No, no quiero que llegues tarde a tu trabajo mañana. Las cosas con Tae... Eso era lo que quería preguntar. ¿Recuerdas que me dijiste que conocías a un amigo psicólogo que se especializaba en conductas problemáticas? ¿Aún tienes su número para que me lo pases? —llevó sus rodillas a su pecho abrazándolas mientras se tranquilizaba con el silencio.

Sí, aún lo tengo ¿Tae... Va a tomar terapia?

—Lo que hablamos hoy, las razones de su rompimiento con JungKook y la nula superación de ello, está mal todo y él no avanzará al menos que sea yo quien le lleve. No pudimos hablar de nada más porque se quedó dormido pero mañana temprano le voy a recomendar que vaya al psicólogo, más que recomendar fue algo que me prometió y debe cumplir, al menos esa promesa la debe cumplir. —lo último lo dijo arrastrando las palabras, diciendolas más para si mismo.

—Es bueno que hayan hablado de ello, pero JiMin... No lo presiones mucho ¿Sí? Hablen adecuadamente de ello, si quieres puedo estar allí dándole apoyo a los dos, sabes que los amo.

—Gracias Min YoonGi, gracias por todo.

Después de algunas lágrimas de consuelo y una despedida amorosa, JiMin pudo conciliar el sueño, por primera vez en dos años podía dormir con su corazón ligero, sin el asfixiante peso de las mentiras y los dolores.

Él era el único que aún podía ayudar a Taehyung, y lo haría. Solo esperaba que este pudiera perdonarse a sí mismo, y que tomara control de sus emociones y sentimientos.

También quería saber de JungKook, si era felíz y había cumplido sus sueños.

Antes de cerrar los ojos pidió al cielo que su amigo fuera felíz y su corazón estuviera libre de dolores.

Taehyung tomó la taza de café y le dio un sorbo en tanto observaba al exterior esperando la llegada de su acompañante.

La tarde estaba bañada en un ligero rocío de lluvia, una de las últimas de la primavera. Los alrededores aún estaban adornados con el color florar y el aroma a vida.

El —ahora— pelinegro miró su alrededor confirmando que, efectivamente, el lugar era realmente bonito. Ese Coffee había abierto hace poco y era muy concurrido.

Las reseñas positivas sobre el establecimiento sobraban causándole mucha intriga, así que sin pensarlo mucho, después de una jornada de trabajo se presentó en el lugar con dos objetivos: Probar las delicias del lugar y conversar con el dueño:

Jeon JungKook.

Rememoró en dos años atrás, a aquella noche donde le confesó a su hermano la causa de su constate dolor.

Recordó como JiMin le dijo que —tal y como pensó— estaba decepcionado de él y que le diera un tiempo para asimilar todo y volver a tratarle con normalidad. Así mismo le entregó el contacto de un psicólogo, con el cual ya había hecho cita y le exigió ir.

Ese día se podría decir que tuvo una epifanía. Por fin se sentía desahogado, por primera vez había hablado acerca de las cosas que hizo en el pasado, mismas de las que no estaba para nada orgulloso.

Decidió, de camino al trabajo, tomar las riendas de su vida, había dado el primer paso. Estaba seguro que no estaba bien y necesitaba ayuda para superar, sanar y madurar. Quería hacerlo por JungKook, por su hermano, por sus allegados pero principalmente por él mismo.

Las primeras sesiones con su psicólogo no fueron fáciles, nunca fue bueno diciendo lo que sentía, las acciones del pasado se lo recordaban. Aún así se comprometió.

Y con el paso de las estaciones, su corazón fue sanando. Su psicólogo pasó a ser un amigo y comprenderlo con más sensibilidad.

La relación con su hermano se reconstruyó con bases más sólidas, bases que partían desde la confianza, el amor y la comprensión.

Y a pesar de que se estaba reconciliación con la vida, aún faltaba alguien, alguien a quien le debía una disculpa sincera, una disculpa sana.

Deseaba con todo su ser disculparse con JungKook, sabía que aparecer de repente en la vida del menor podía ser contraproducente para ambos, él apenas estaba reconciliándose con su corazón y por otro lado estaba seguro de que JungKook era felíz.

Pero igualmente lo haría, decidió que le vería una vez que hubiera madurado, que hubiera sanado totalmente, que tomara control de sus emociones. Cuando ya lo hubiera superado y aceptara que JungKook y él no estaban destinados a estar juntos.

Ahora, tiempo después, cuando su vida estaba equilibrada se reencontrarían. Taehyung había soltado a JungKook, teniendo le como un recuerdo difuso de felicidad. Su corazón ya no le anhelaba como su salvador, aún existía cariño, claro que lo había, pero descubrió que la razón de su constante deseo de ver al menor era la necesidad de disculparse y dejar ir el pasado.

Con ayuda de JiMin había conseguido comunicarse con el menor y ahora le veía caminar hacia él con confianza, y una sonrisa casi imperceptible.

—Tiempo sin verte Kim Taehyung. —el menor se sentó frente al mencionado haciéndole señas a una chica para que llevara algo a la mesa.

—Sí, algunos años. —Taehyung se encontraba nervioso, había cierto aire de incomodidad en el ambiente.

—Bueno ¿Para qué querías verme? —la pregunta hubiera sido interpretada con molestia, pero el tono del menor era totalmente tranquilo. Una chica se acercó colocando algunos bocadillos en la mesa y se retiró haciendo una reverencia.

—Yo, primero que todo quería felicitarte por lo que has logrado con este lugar, tenía muchas ganas de conocerlo de tanto que he escuchado de él. —el pelinegro balbuceó causando una risita en el menor.

—Pues le puse mucho empeño, después de estudiar mucho me rendí en la carrera de abogado y terminé montando un café, al final soy más feliz y tengo más tiempo libre —JungKook se encogió de hombros tomado una galleta. — ¿Cómo has estado este último tiempo? No había sabido nada de ti.

—Bueno, yo... He estado mejorando —el menor le miró con confusión—. Voy a hacer esto rápido que siento que me voy a cagar en los pantalones con los nervios. Siento que deberías estar golpeándome en estos momentos por lo que te hice.

—Taehyung, calma ¿Sí? No te guardo rencor, ni nada parecido, he dejado eso en el pasado. Puedes hablar con tranquilidad. Sinceramente no esperaba que nos volviéramos a ver algún día pero me alegra que hayas venido. —JungKook hablaba con tranquilidad y sus ojos mostraban una bondad infinita. Taehyung sonrió sabiendo que el menor estaba bien, después de todo era alguien muy fuerte.

—Gracias, creo que jamás te lo dije. Había querido venir antes pero necesitaba estar completamente bien para poder hablarte. En el pasado cometí muchos errores, contigo, conmigo, con todo. Ahora todo está mejor ¿Sabes? He madurado y tomado conciencia sobre mis acciones —JungKook le miró sorprendido—. Quiero disculparme por lo que hice aquel día de tu cumpleaños y lo que causé, quisiera decir que eso fue lo que me hizo abrir los ojos pero continúe siendo un idiota.

»Quise irte a visitar algún día pero no tenía la valentía suficiente para hacerlo. Creo que fue mejor así porque pude permitirte avanzar, durante un tiempo solo te arrastraba. Yo también avancé después de un golpe de realidad. Lo que te voy a contar no es para que sientas compasión conmigo ni menos, pero aprendí a expresar las cosas y quiero compartirlo contigo, siento que es lo que necesito para soltar el pasado.

Y así, con dos tazas de café, el aroma de unas dulces galletas y una tarde fría, Taehyung le contó a JungKook muchas cosas, desenvolviendose como nunca antes lo había hecho. Le platicó de sus años buscándolo en medio de dolor, de los dolores de cabeza que le causó a su hermano, de sus constantes ataques donde no podía controlar sus emociones. Luego vino el quiebre, la conversación con su hermano, sus idas al psicólogo, sus interacciones con la sociedad, sus avances como persona, hermano y amigo.

JungKook le escuchó atentamente viéndole con orgullo, había pasado años preguntándose por el bienestar de Taehyung. Sí, le había lastimado y su hermano lo odiaba, pero él no podía hacerlo, a pesar de los malos momentos Taehyung fue su primer amor, quien le demostró que no todo es rosa y le otorgó una enseñanza, donde él mismo se superó y maduró su manera de pensar.

Mientras construía su vida se detenía a pensar si el mayor estaba bien, muchas veces deseó que Taehyung pudiera ser feliz y encontrara paz.

Ahora viéndolo conversar orgulloso sobre como había soltado el pasado y se sentía bien por primera vez en su vida, le hacía sentir tranquilo. Todo había terminado, años de dolor se habían terminado.

—Me alegra que ahora estés bien Tae —colocó sus manos sobre las del pelinegro tomándole por sorpresa—. Como te dije, no te odio ni nada, no estábamos destinados pero intentamos forzarlo, no importa, es pasado. Te guardo un cariño sincero y estoy orgulloso de ti, ahora puedo seguir más tranquilo.

—Yo quería venir y hablarte, ya no te amo, creí que jamás diría eso y que moriría el día que pasara, estaba condenandome a mantener un dolor latente. Estoy feliz por ambos, porque al fin conseguimos la felicidad, misma que no era posible estando juntos. —Taehyung hablaba con melancolía mezclada en su voz, se preguntó qué hubiera pasado si él y JungKook simplemente hubiesen sido amigos.

—Ya dejemos de hablar del pasado, eso debe quedar allá junto a mi matrícula en el colegio de abogados —ambos soltaron una risa—. Y dime ¿Qué haz hecho? ¿Y JiMin? Solo hablamos para acordar este encuentro y no pudimos hablar más, lo extraño.

—Bueno, he seguido trabajando y saqué un curso de actuación, estoy actuando los fines de semanas en un teatro en el distrito de Gangnam, deberías ir a verme.

—No te creo. —JungKook soltó una risa.

—¡Es verdad! —Taehyung chilló ofendido—. Vas a quedar impresionado con mi actuación, ya verás. En cuanto a JiMin, ha estado muy bien el enano malvado. Hace un año se fue a vivir con YoonGi hyung y creo que van a viajar a Canadá para casarse, esa gente ha durado más que la reina Isabel II. Él también te ha extrañado mucho, por mucho tiempo quiso buscarte pero SeokJin siempre le esquivó.

—Sí —JungKook suspiró recordando a su hermano—. Jinnie los alejó a todos, tenía miedo, se sentía muy mal por haber dejado que muchas cosas pasaran, incluso se culpó. Cuando salí del hospital me mantuvo encerrado por un tiempo hasta que lo senté a mi lado y conversé con él. Fue difícil.

—Quisiera hablar con él, le debo una disculpa, no pude cumplir con la promesa que le hice.

—Bueno —JungKook calló al ver un chico entrar al establecimiento, le saludó desde la distancia y volvió sonriente hasta Taehyung—. Discúlpame un momento, ya vuelvo.

El menor se levantó y trotó hasta llegar al chico. Taehyung lo detalló cayendo en cuenta que era realmente guapo; de complexión delgada, alto, rostro perfilado y una sonrisa resplandeciente.

Su celular vibró de repente trayendo de nuevo su atención y lo sacó para ver el mensaje que le había llegado.

Mimi❤️

Tae cuando salgas te vienes
directo a mi casa ¿Sí?
Haremos noche de películas,
ya aquí está Namie.
6:39 p.m.

Negó con una sonrisa al ver que su noche de solo dormir había sido estropeada por su hermano. JiMin solía exigirle que fuera a ver películas con ellos, muy en el fondo deseaba que YoonGi algún día lo corriera, pero conociendo lo mandilón que era con su novio no haría nada que le hiciera enfadar.

También solía arrastrar a NamJoon con ellos sin importarle qué estuviera haciendo el mayor.

Soltó una risa al recordar que su psicólogo había terminado siendo su amigo y ahora estaba en la casa de su hermano seguramente preparando kimbap.

Los giros de la vida.

JungKook regresó con una sonrisa brillante en su rostro, Taehyung se lo atribuyó al chico que había llegado.

—Perdón por la interrupción pero debía hacer algo.

—No te preocupes, lo que si creo es que está un poco tarde y ya JiMin quiere que vaya a su casa para ver películas, ese niño cree que no tengo más nada que hacer —se quejó falsamente—. ¿Crees que podamos vernos algún otro día? No quiero irme y perder la oportunidad de volver a hablarte.

—Tranquilo Kim, ya sabes donde trabajo puedes venir cuando desees. Y sí, lo mejor es que te vayas, anunciaron que es posible que llueva aún más fuerte en la próxima hora, no quiero que te pase nada malo —el menor expresó con verdadera preocupación—. Tenemos tiempo de sobra para platicar.

—Bueno JungKook, fue un gusto haber hablado contigo, poder volver a verte y saber que estás bien. Ya me voy para que puedas seguir coqueteando con el chico se bonita sonrisa que tiene rato mirando para acá —JungKook volteó para comprobar lo que dijo Taehyung y se sonrojó furiosamente—. Entonces sí es así, ve con el pobre chico.

—¡Ya! Kim Taehyung no seas así —habló avergonzado—. Es mi novio, no le estoy coqueteando.

—Pues con más razón ve allá, creo que ya se le enfrió el café —Taehyung se sentía libre ahora, JungKook estaba siendo feliz. Se levantó del lugar secundado por el menor y tomó su maletín—. Me voy a intentar ver una película mientras presencio a mi hermano metiéndole mano a su novio, esa gente no respeta. Ni siquiera cuando está Nam.

—¿Nam? —preguntó el menor cuando comenzaron a avanzar, a lo lejos un chico se levantó.

—Te dije que mi psicólogo terminó siendo mi amigo. Se llama Kim NamJoon pero por cariño le decimos Nam. —se situaron frente a la salida y Taehyung le hizo seña a JungKook para que observara para atrás—. Preséntame a tu novio, necesito inspeccionar.

JungKook rodó los ojos pero igualmente le hizo señas a el chico que se acercara.

—Hyung venga, le presento a Kim Taehyung. —el chico llegó hasta el pelinegro y extendió su mano, misma que fue apretada.

—Un gusto Taehyung, soy Jung Hoseok. Pareja de Ggukie.

—Igualmente Hoseok —Taehyung sintió su teléfono vibrar otra vez y le soltó la mano al chico—. Ahora sí me voy, el teléfono me va a explotar de tantos mensajes. JungKook espero que volvamos a vernos, por favor avísale a SeokJin que quiero hablar con él, nada malo, que por favor no vaya con alguna arma.

—Mi hermano no es tan psicópata —el menor dijo con fastidio mientras tomaba la mano de su novio—. Cuídate Tae y cualquier cosa, aquí aún tienes a un amigo. Me alegra haberte visto.

Taehyung sonrió sintiendose realizado, hizo reverencia y salió del local sintiendo la ligera lluvia que caía.

De camino a la casa de hermano comenzó a llover más fuerte y Taehyung sonrió, porque la lluvia ya no le traía malos recuerdos, porque la lluvia ya no significaba dolor.

Entendió que aquellas gotas de agua no albergaban sus recuerdos dolorosos, ya no tenía ataques de pánico con los vientos fríos.

Cuando por fin estuvo en la residencia Min-Park fue recibido con felicitaciones y preguntas por parte de su hermano. Le prometió contarle al día siguiente, que por el momento simplemente quería descansar.

Esa noche fue su primera noche libre.

Esa noche la lluvia no le asustó.

En esa noche sus recuerdos de lluvia no venían manchados con tonalidades grises.

Su recuerdo de lluvia ya no era doloroso.

Fin.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro