Chapter 13 | Dos almas y una promesa.

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Al día siguiente la policía reveló un dato importante de la investigación, dejando a los expectantes seguidores del misterio con el corazón en la mano y la esperanza derritiéndose como nieve en sus dedos. No fue una buena noticia, fue una revelación que acercaba el caso a uno de los peores escenarios posibles y Yoongi quería conservar su esperanza, negarse a los hechos frente a sus ojos y buscarle alguna explicación que pusiera a Park Jimin a salvo.

La policía había revelado que se había encontrado la mochila de Park Jimin en la escuela, el muchacho no se lo había llevado, entonces no escapó como muchos suponían. Un adolescente harto de sus padres, de su vida y de ese pueblo, decidió escapar; si fuera así, ¿quién escaparía sin nada en las manos y sin dar indicios de nada? Sus ahorros estaban intactos en su casa, a sus padres no les faltaba nada y sus amigos más cercanos negaron cualquier tipo de comentario por parte del castaño que mencionara algo alarmante. Y eso, no era el motivo de que su corazón hubiera dejado de latir por segundos, sino lo que proseguía: encontraron restos quemados de la ropa del desaparecido, específicamente la chaqueta de su uniforme que coincidía con las descripciones. Una etiqueta con sus iniciales y un bordado en una de las mangas que agregó Jimin en un profundo hastío.

Se habían encontrado los restos quemados en un barril en el bosque cercano al pueblo del lado Sur, en la parte posterior de la escuela a varios metros alejados.

"¿Los habrá quemado Park?", se preguntó sin querer pensar en esas otras posibilidades…

—¿No recuerdas nada? —preguntó nuevamente y Jimin negó con su sombría mirada fijada en los copos caídos.

—¿Por qué eres el único que me ve? —balbuceó acomodando su barbilla entre sus rodillas unidas. Yoongi lo miró de reojo, ambos sentados en la entrada de la casa, donde la ausencia de sus padres le daba más libertad de hablar con él.

—Ni yo lo sé —respondió apoyando su mano en su mejilla. Conservaron ese cómodo silencio, mientras el paisaje le daba el detalle melancólico que hacía que se cuestionara esa familiaridad entre ellos. ¿Podrían haber sido más cercanos si esto no hubiera sucedido? La posibilidad era una incógnita, quería creer que sí, aunque lo más probable es que no fuera así y siguieran en esa distancia que guardaba muchas preguntas. Siempre, de alguna forma, cuando lograba reaccionar, caía en cuenta que sus ojos habían sido atraídos por el aura de Jimin.

—¿Tú estás cansado? —Jimin al parecer entendió que su pregunta fue demasiado ambigua y dejaba mucho a la interpretación— ¿Estás cansado de esta situación? ¿De la investigación? ¿De mí?

"No", Yoongi entonces se quedó congelado ante el pensamiento inmediato y alarmante. ¿No? Sí estaba cansado, ¿pero estaba realmente cansado de Jimin?

Dejó cerrado sus labios y escuchó un suspiro acompañado de una nube concentrada de confusión. Yoongi comprendió que Jimin estaba fastidiado por todas las preguntas que tenía y que no fueran respondidas. El castaño entró a la casa y supo que arruinó el momento.

[•••]

—Te noto más decaído —mencionó Sangyoon volteando la hoja de apuntes y Yoongi chasqueó la lengua. En algún momento el tema debía salir a la superficie, mas no estaba preparado y el dilema –sobre contarle la verdad a su mejor amigo y que lo crea un loco o que creyera cada una de sus palabras– volvió a surgir entre sus pensamientos. Negó, no quería comentar nada si no estaba seguro.

—Debe ser el estrés, se acerca la semana de exámenes y los deberes de delegado. —Gran parte verdad, pequeña porción mentira. ¿Estaba estresado? Sí, ¿por los exámenes y su puesto como delegado? Ni de cerca, aunque deseaba que fuera tan simple.

—Comprendo —susurró Sangyoon volviendo a leer las oraciones del texto de Historia, dejando a Yoongi solo consigo mismo y notando que su mejor amigo tenía ese inusual silencio sobre él. Le extraño que no le interrogara o insistiera más con el tema y deducía que estaba de mal humor por su inexpresivo rostro, que se disfrazaba de concentración en los textos en sus manos.

Suspiró, no queriendo urgar en el tema y levantó la vista hacia Jimin que paseaba entre los estantes de la biblioteca. Desde el día anterior no le había dirigido la mirada y eso perturbaba su tranquilidad al no entender su enojo, ¿tan malo fue que no respondiera su pregunta? No lo entendía, no entendía absolutamente nada de lo que estaba pasando pero aún así hacía su esfuerzo por entenderlo. Quería llorar de la frustración y que Jimin no le hable nunca pensó que sería un factor tan importante a considerar; necesitaba avanzar en la investigación y el castaño era una pieza importante, esa distancia que formó entre los dos era como abandonarlo en medio de un desierto, llevándose su seguridad y dejándolo sin saber hacia qué dirección partir.

La brújula le daba seguridad y Jimin era su brújula.

»—¿Te enteraste de las noticias? —habló de repente Sangyoon sin despegar su mirada de las palabras históricas. Yoongi parpadeó algo perdido y negó.

—El historial clínico de Park Jimin está limpio —murmuró y Yoongi abrió los labios sin saber qué aportar—. Al parecer no sufre ninguna enfermedad mental.

Yoongi quedó en suspenso. ¿Entonces qué fue ese "Yoongi, oigo voces" que tanto lo perturbó durante días? ¿Por qué decían que Jimin no podía dejar de apreciar el cielo? Eso para nada era un comportamiento normal y le atribuía esa duda a una posible enfermedad mental… Sin embargo Park estaba limpio, ¿eso qué significaba? ¿Por qué actuaba de ese modo si estaba bien? ¿Por qué se fue si no estaba huyendo de casa? Se agarró de la cabeza y no pudo escuchar o comprender la habladuría de su mejor amigo, solo sintió unas caricias en su espalda y un tono de preocupación. Se volteó lentamente para echarle una ojeada a la figura entre los estantes, tan solitaria y llena de dudas en sus ojos, sus vacíos y profundos ojos.

Quería acercarse y consolarlo, porque el que debería ser reconfortado no era él, sino aquel chico de precioso rostro que estaba perdido en este mundo. Estrechó sus párpados sintiendo la impotencia, si esa emoción tan abrumadora estaba desgastando su alma, no quería imaginarse qué clase de estragos le estaban causando a Park Jimin.

»—¿Te encuentras mejor? —preguntó Sangyoon tendiendo un vaso de agua. La enfermería nunca fue su lugar favorito, en invierno se volvía apagada y fúnebre. Sin emoción en sus colores retraídos y las camas solitarias aguardando compañia. Miró a Jimin sentarse en una de ellas con la cabeza gacha. Volvió su vista a Sangyoon, quien se sentó frente a él, tirando su cabeza a un costado y regalándole una sonrisa ladeada para pretender que todo estaba bien cuando nada estaba bien y ambos lo sabían. Había visto a su mejor amigo más pensativo que antes, siendo un joven muy bocanazas la mayor parte del tiempo. Las mechas rizadas negras caían en avalacha por su frente, sus ojos avellanas y su piel algo pálida le daban un aire algo tranquilizador en ese momento. Sangyoon era muy modesto con su apariencia y era muy despreocupado con su autocuidado.

¿Desde cuándo era tan observador?

—Gracias —aceptó la bebida con un suspiro, sosteniendo un paño en su frente. El estrés lo estaba carcomiendo y Jimin no ayudaba mirándolo fijamente como si lo estuviera reprochando, aunque fue él quien estuvo horas ignorándolo.

—Iré a traerte una botella de agua —comentó Sangyoon levantándose y acomodó su uniforme de tonos cafés.

Cuando la puerta fue cerrada, Yoongi llevó un paño húmedo a su frente y soltó un suspiro de resignación.

—¿Sigues enfadado? —Su vista seguía las costuras de sus zapatillas, sus botas de invierno residían en su casillero en la entrada de la secundaria. Lúgubre y abandonado hasta que tocaba la campana que daba por finalizada la jornada. Se preguntaba si Jimin también sentía eso cuando lo encontró aquella tarde con esa expresión tan melancólica.

—No —respondió y juró ver un puchero mientras deslizaba su dedo índice por las arrugas de la sábanas blancas.

—Perdón por no haberte respondido antes —murmuró con vergüenza, no entendía muy bien por qué se sentía tan arrinconado hasta el punto de disculparse. Apretó sus finos labios cuando no oyó una respuesta y volvió a bajar sus ojos cafés a sus zapatillas malgastadas. Pudo haberle pedido a sus padres un par nuevos, pero no era necesario, sabía que habían cosas más importantes que comprar ahora para gastar en unas zapatillas… Aunque quería una nuevas para sentirse cómodo y reconfortable, era un detalle mínimo, sin embargo tenía mucho peso en él. Las usaba cuando caminaba por los vastos pasillos, era solitario a pesar de tener a Sangyoon acompañándolo la mayor parte del tiempo y ahora… Ahora ya no se sentía tan solitario al tener a ese chico de aura misteriosa merodear a su alrededor—. ¿Sabes, Park? No eres una molestia para mí, no estoy cansado de ti… No sé cómo explicarlo, es difícil. Sonará raro, pero estoy contento de que estés aquí. Así que quiero ayudarte a recuperar tus recuerdos, ¿si? Yo… Lamento no haber respondido antes, la pregunta me tomó desprevenido y no supe qué contestar y-

Se calló cuando se encontró con la expresión confundida y llena de lágrimas de Jimin. Bajó la mirada nuevamente, abochornado y temiendo haber dicho algo indebido que hubiera provocado ese gesto doloroso en el muchacho de delicados movimientos.

Se quedaron en silencio dentro de cuatro paredes, sin saber el motivo de que sus caminos irremediablemente se hubieran encontrado.

Fuera de la enfermería, a centímetros de la puerta, Sangyoon sostenía una botella de agua con un aura decaída…

Así escuchando la íntima conversación entre dos almas que se habían descarrilado hace mucho tiempo.

  Dos almas y una promesa.




























©mysverse

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