21: Él nos va a matar...

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Los pies torpes que se veían mediante las persianas a medio cerrar llenaban el lado externo de la tienda, se giró a mirar cómo Changkyun y Namjoon se hacían señas para atacar los últimos cuatro mordedores que quedaban, yendo por los costados del corredor. Tendrían que tener cuidado para tomar las cosas y no atraer la atención de los mordedores del otro lado. Su vista recayó en los mellizos que inspeccionaban el lugar a detalle, se alejó casi con escalofríos de la entrada, no queriendo ni siquiera acercarse al peligro. Sus labios se apretaron con fuerza, Chunghee se movió cautelosamente hacia las persianas alarmando a Yoongi al instante que recibió el estímulo de gritarle una órden, mas no lo hizo al saber quiénes se encontraban del otro lado, siguió sus movimientos. La chica se recostó en el suelo para mirar con dificultad el otro lado, haciendo mímicas con sus labios. Subió diez de sus dedos para luego dejar siete arriba.

"17"… 17 mordedores.
 


Sus labios fueron atrapados por sus dientes, la melliza se alejó sin hacer ruido, revisando a los otros dos que se encargaban de los últimos mordedores en el interior.

Namjoon se acercó por detrás de uno de los corredores, el cuerpo se giró con sus labios desgarrados y piel decolorada, caminando lentamente hacia él y quedándose inmóvil cuando un cuchillo se insertó en su frente hasta acabar en su nuca. Changhyuk actuó rápidamente tomando al otro mordedor que iba directo a atacar la espalda del mayor, tomándolo del cuello y matarlo al quebrar su pie y después apuñalar su cabeza. El otro dúo de no-muertos caminó por los otros pasillos, Yoongi escabulléndose entre pasos, atacó a uno tomándolo de la cabeza clavando el cuchillo y Changhyuk imitando a su amigo con el otro. Finalmente deshaciéndose de los últimos, Dongyul se encargó de inspeccionar que los cuerpos estén definitivamente sin vida.

—Tenemos que buscar la medicina primordial, cosas extras búsquenlo después, intenten llenar todo lo que puedan sus mochilas así no tenemos que volver por un tiempo, ¿me entendieron? —explicó Yoongi bajito, todos se separaron en diferentes secciones. Changhyuk se fijó en cada descripción en las cajitas de remedios, jarabes y pastillas, metiendo todo lo que sea para la fiebre y observando como el mayor de todos agarraba gazas y desinfectantes como también antibióticos. Yoongi se encargó de agarrar tabletas repletas de cápsulas para la náuseas, Chunghee tomó cosas para la higiene personal, tanto femenina como en general, tomando cosas extras como banditas, alcohol y un lindo peluche que le recordó a ese lindo chico de mejillas regordetas. Su mellizo agarraba todo lo que se veía importante, mirando la entrada para ver que el peligro estaba lejos. Miró a su hermana fijándose que esté bien, suspirando de alivio, llenando la mochila hasta donde pudo. Los té no quedaron atrás, té de tilo y de gran variedad que tomó Namjoon al recordar las palabras de Nayeon.

—Bien, creo que eso es todo... —Todos sonrieron orgullosos por completar su misión…

—¡Seokjin! —Hoshi apareció pálido por las escaleras, totalmente desesperado asustando al mayor, que dejó caer los trapos de sus manos, Jaebum lo miró buscando una órden, el profesor bajó para encontrarse a Hoseok entre los brazos de Daehyun que palmeaba sus sudadas mejillas, su nariz estaba roja y eso lo alivio, estaba vivo, pero no sabían por cuanto tiempo. Con ayuda de Jaebum y Hoshi, tomaron su cuerpo para subirlo por los escalones entre tropezones, Nayeon salió de la habitación intentando saber por qué tanto bullicio, impactada al ver al risueño chico en un estado deplorable.

—Llévenlo a la habitación con Jungkook, debo atenderlo —ordenó, el mayor de todos se puso nervioso, aquel estudiante que por segundos lo hizo sentir reconfortable… ahora… ahora estaba con los ojos cerrados y sin noción, ¿y si le sucedía algo?

Jimin escuchó los pasos de los chicos arriba, no entendiendo qué sucedía, creyó que era importante así que apagó el fuego e intentó subir para averiguar, negó con su cabeza, necesitaba hacer el almuerzo, ellos le contarían ¿no? Sería una carga allí arriba con tanto disturbio. Bajó su vista a sus manos y se agachó para tomar su cabeza, su labio tembló porque necesitaba a Yoongi y no verlo como comúnmente hace, lo ponía al borde de la locura, estaba afuera y no sabía cuándo volvería o si… volvería.

Un fuerte ruido proveniente de la puerta lo alertó, se asomó por la encimera, aterrado por lo brusco que se oyó eso, tembló cuando lo vio… Entrando a su lugar protegido, todo tan descontrolado y se heló… Sin hacer nada más que esconderse…

Porque ellos estaban aquí.

Porque los mordedores habían entrado a la mansión.

Namjoon entrecerró sus ojos sin apartarlos de la entrada, tomando cosas extras de la farmacia, su corazón latía despavorido con pensar que en cualquier momento estarían sin salida. Los gruñidos eran fuertes y marcados, como si estuvieran a su lado aunque la distancia era notable. Decidió pensar en otras cosas, queriendo llegar a la mansión para darle la medicina a Jungkook. Dongyul olfateó el olor a azufre que inundaba el local, arrugó su nariz y cuando estuvo a punto de volver su vista a la mochila, vio como uno de los productos de perfumería tambaleaba. Abrió los ojos en grande intentando llegar a él antes de que fuera demasiado tarde, todo el mundo se quedó en blanco cuando el fuerte impacto del cristal contra el suelo creó un silencio pesumbroso luego de que el mellizo cayera al suelo en seco. Todos se miraron, Yoongi tuvo la esperanza de que los mordedores no los hubieran escuchado… Sin embargo los golpes en la persiana baja no se hicieron esperar con los gruñidos guturales crecientes de las bestias hambrientas, Changkyun reaccionó al ver a varias de ellos arrastrándose por el suelo para entrar, tomó del brazo al pálido para hacerlo reaccionar.

—¡Vámonos! —Todos corrieron directo a la puerta del almacén para salir al callejón donde los mordedores comenzaron a asomarse. Chunghee le partió la cabeza a uno que la interceptó, zafándose del otro gracias a su hermano. Yoongi mordió su labio inferior sabiendo que la atención de los mordedores estaban en ellos.

—Tenemos que volver a la mansión —Dongyul propusó un poco agitado mientras que corrían por una de las calles, siendo silenciado cuando Yoongi, Changkyun y Namjoon gritaron al unísono:

—¡No!

—Esas cosas nos seguirán y estaríamos exponiendo al grupo —explicó Yoongi mirando hacia atrás, más de esas cosas se sumaban a su persecución. Chunghee se detuvo alertando a los demás y sobre todo a su mellizo que le ordenó que siguiera corriendo.

La chica hizo oídos sordos yendo hacia un tacho de basura cerca y tirarlo hacia un callejón a su lado, el objeto impactó contra un auto atrayendo a los mordedores, parte de ellos hicieron caso omiso siguiéndolos igual, retomaron su escape.

—Nos deshicimos de gran parte de ellos… ¡Mierda! —Yoongi gritó en bajo colérico, sintiendo las lágrimas de rabia asomándose. Jodidamente mierda.

Sana captó con su oído un lejano gruñido, compartió miradas con Chaeyoung y rápidamente tomaron sus cuchillas, Namjoon les había explicado un poco de cómo manejarlas, aún así tenían miedo porque estaban expuestas, no querían morir… No querían luchar. Aún así se asomaron por la sala y Sana ahogó un grito de espanto al ver la puerta principal abierta y tres mordedores ya dentro de la mansión. Buscó a los demás integrantes con su vista pero no encontró rastro alguno hasta que cae en cuenta de una silueta temblorosa escondido del otro lado de la isleta que separaba la cocina de la sala.

—Jimin… —Chaeyoung susurró para sí misma al verlo. Se agachó aún escondida en la esquina del corredor deseando con toda su alma desesperada que Jimin levante la cabeza para verlas y hacerle señas para que se acerque. Sana cerró los ojos pensando qué hacer sin tener que entrar en contacto con el enemigo, apretó sus delgados labios y mirando el cuchillo en la palma de su mano, con la contraria tomó su muñeca tratando torpemente de que el temblor cesara. Miró al chico, lloraba en silencio, de seguro estaba paralizado y aterrado al igual que ellas, quería tomarlo entre sus brazos y cantarle una dulce canción para calmarlo. Tomó coraje y acercó su boca al oído de Chaeyoung para susurrarle lo que harían.

—Yo voy a ir por él, si ves que uno de ellos se acerca a la zona de la cocina, intenta tirar algún objeto al lado opuesto para alejarlos, tampoco podemos ir a la sala, ¿si? Intenta no hacer ruido. —Se levantó guardando la cuchilla para pisar muy lentamente el suelo y caminar en puntas hasta Jimin, no quería crear una reacción poco favorable en el momento, por lo tanto, tuvo el mayor cuidado para llamar su atención. Se postró delante de él para pasar su mano por delante de los ojos de Park que se asustó al verla, le tapó la boca aunque el chico no hubiera emitido sonido alguno. Le hizo una seña de silencio con su dedo índice, mirando de reojo a Chaeyoung para ir con ella. Tomó a Jimin de la mano, estaba temblando, hizo mímica con sus labios formulando un "estaremos bien", tiró levemente al menor, mas, quedó estupefacta cuando este no se movió ni un centímetro. Lo intentó por segunda vez y se volvió loca cuando definitivamente Park no daba rastros de levantarse, pobre, estaba horrorizado. Sana miró hacia todos lados asustada, los gruñidos estaban por todas partes y Chae se estaba desesperando.

«Vamos Jimin-ssi, no nos hagas esto, no ahora», su sangre se heló cuando un ruido en sordo se presentó del lado contrario de su posición, los gruñidos se intensificaron y Sana se asomó por el borde de la isleta, Chae había tirado su zapato, las lágrimas la cegaron, se estaban acercando, no, no, no, no quería morir, no ahora, no así, tenía un futuro, tenía una familia y quería vivir, quería vivir y no morir devorada, no, no, no así.

«Vamos, por favor» siguió tirando del brazo del menor, sus ojitos llenos de lágrimas totalmente atónito. Apretó sus labios y ahora tirando más fuerte. A su cabeza vino una idea, pero tenía que reducir el sonido al mínimo, tomó de las mejillas rechonchas del peli-rosa, sus vistas conectadas.

—Tenemos que salir de aquí, tu hermano querrá verte cuando volverá, tú lo vas a recibir a los abrazos, ¿me escuchaste? Así que vive para hacerlo —Estuvo unos segundos procesando lo que dijo y luego se encontraba intentando parar el temblor de sus piernas para ponerse de pie, seguía encorvado y es que, aunque esas cosas no podían verlos, ellos no querían verlos a ellos y recordar que pueden causar una mordida tan profunda y convertirte en una de esos cuerpos putrefactos caminantes. Sana sonrió aliviada yendo por delante de Jimin, entrelazó sus pequeños dedos con los de ella, Chaeyoung les hizo señas para que se acerquen rápidamente aleteando su brazo con pánico, quería que se apuren antes de que los mordedores los alcancen.

Caminaron velozmente hasta Chae, Sana puso a Jimin entre los brazos de la contraria para darle un último vistazo a la sala. «¿Dónde mierda están todos?», deseaba que estuvieran todos bien. Los chicos fueron por delante de ella aunque chocó contra la espalda de Chaeyoung, cuando volteó hacia el frente, quiso preguntarle por qué había parado así de repente, supo la respuesta al ver que un mordedor entró por la puerta trasera quedándose justo frente a ellas. Sus respiraciones se cortaron y Jimin en su mente se recalcó que ese era su fin, por lo contrario, Chae lo dejó a sus espaldas para empuñar su cuchillo cuando el mordedor se acercó para atacarla. Con la cabeza les dijo a Jimin y Sana que entraran a una de las habitaciones, comenzó a forcejear, esa cosa rodeó dos de sus mugrientas manos alrededor de su cuello dejándola sin aire y además tirándola contra la pared emitiendo un sonido que los demás mordedores escucharon, aproximándose arrastrando sus pies.

  Sana le indicó a Jimin que fuera a la habitación que habían indicado, dejándolo a medio camino para regresar por Chae y ayudarla para luego encerrarse los tres.

Salió a su auxilio con su cuchilla, clavando el filo directamente en el cráneo del atacante. El cuerpo inerte cayó, metió a Chae a la habitación junto a ella cuando notó que más de ellos venían por su carne.

Cerraron la puerta detrás de ellas, colocaron la traba pero eso no iba a detenerlos totalmente porque a los segundos la madera estaba siendo golpeada. Las chicas hacían fuerza para que no entraran y Chaeyoung pensó rápido revisando su alrededor, comenzó a jalar débilmente de algunos muebles; Sana lo ayudó mientras Chae se quedaba en la puerta con sus brazos flexionados y gotas de sangre en la mitad de su rostro. Las sombras en la pequeña diferencia de distancia que había entre la puerta y el suelo se incrementaban, se hizo a un lado cuando una cajonera fue puesta delante de la dura madera, a ella lo siguió sillas, más muebles y un par de objetos. Todo como una pequeña resistencia. No había ventanas, su única salida e inminente muerte estaban allí.

Se sintieron seguras al ver que todos los muebles estaban frente a la puerta, no estaban para nada aliviadas y querían creer que ese pequeño bloqueo las dejara vivir unos minutos más. Sana se sentó en el suelo con la cuchilla en manos cuando Chaeyoung hizo una pregunta que congeló su ser.

  —¿Dónde está Jimin?

Jaebum notó algo extraño mientras veía la escena delante de ellos, Seokjin y Nayeon acudiendo a Jungkook y Hoseok en cama, uno más pálido que el otro y un líquido amarillento llenando el suelo. Hoshi limpiaba la boca del menor del grupo que fue nuevamente recostado luego de que casi se ahoga con su propio vomito, Hoseok temblaba y sudaba demasiado, también comenzó a expulsar el desayuno que comió tiempo atrás. Los adultos intentaban hacer todo lo que podían, pero sin los instrumentos necesarios, no podían hacer nada. Se sintió extraño cuando notó que Jimin no se volvió a acercar por la puerta para echarle un ojo a la situación, inquieto, le dio varios vistazos al pasillo –más a la escalera–, suspiró resignado.

—Daehyun —llamó Seokjin, el chico se acercó con una tela en la boca, ya que les recomendaron taparse tanto nariz y boca con algo cuando estuvieran cerca de los chicos—. Necesito que me hagas un favor por favor —Tomó la fuente con agua ya de un color más sucio y se lo entregó—, ve a traer más agua, y… Jaebum trae vasos de agua —Pidió con sudor en su rostro, Nayeon ayudaba a Jungkook con masajes en distintas partes de su cuerpo, también que no se produzcan calambres.

—Está bien, ya volvemos —Jaebum junto a Daehyun salieron de la habitación yendo directamente a la escelera pero sus expresiones palidecieron al ver la escena que se producía en el primer piso. Corrieron asustando a los demás, de pronto parecían que corrieron un maratón y al finalizar se encontraron con el mismísimo diablo.

—¿Qué sucede? —preguntó Nayeon soltando el brazo de Jungkook que se contrajo de dolor.

—Mo-… mo, mor- —Jeabum se pasó la mano por toda la cara.

—¿Mor? —Seokjin alzó una ceja no entendiendo lo que dicen.

—Mor-… de, dedor, mordedo —Daehyun llevó sus temblorosas manos por su pantalón. Estaba aterrado.

—Hablen bien por favor, que comienzan a asustarme —Seokjin río nervioso, sus pupilas tiritando, el dúo tomó una bocanada de aire, Hoshi se acercó a ellos para mirarlos directamente.

—Los mordedores entraron… —por fin susurró Jaebum en un tono penumbroso que dejó sin habla a todos. El profesor fue el primero en levantarse con la cara blanca, saliendo rápidamente del cuarto para ahogar un grito, no emitió sonido alguno porque ninguno de los mordedores han subido aún.

Regresó en silencio, intercambió miradas con Nayeon.

—Yo… Jimin, Sana y Chaeyoung estaban abajo —Respiró con dificultad llevando su mano a su pecho. Hoshi fue el siguiente en verificar la situación, yendo y viniendo sin creérselo mientras que Jaebum se repetía que sus suposiciones se volvieron realidad. Nayeon abrió totalmente los ojos cuando ingirió la información.

Susurró—: Él nos va a matar…

Seokjin ahora estaba más asustado, tiró de sus cabellos con rudeza.

—No, no, Yoongi me va a matar, esta-estaba Jimin ahí, ¿dónde está él? ¿Dónde-

Jungkook volvió a vomitar la nada misma, poniéndole los pelos de punta a Seokjin, comenzó a negar con la cabeza analizando su alrededor y de a poco la cordura se desprendía de su alma. Hoshi entró de nuevo al cuarto.

—Ellos deben estar bien —afirmó al aparecer, Seokjin lo miró con los ojos descolocados, tomándolo de los hombros temblando de pies a cabeza.

—¿Có-cómo estás, tan, tan seguro de eso? —Tragó saliva, buscando que eso sea verdad y se saque un peso de encima.

—No hubo gritos y-y... seguramente se dieron cuenta de la intromisión —explicó asustado, su labio inferior subiendo de arriba a abajo repetidas veces y su corazón bombeando con ímpetu.

—Tienes razón pero… No sabemos dónde están —Daehyun corroboró.

—Deberíamos ayudarlos —Nayeon se levantó con el pañuelo en la cara y mirada determinada.

—Ustedes no pueden, deben estar atentos a Hoseok y Jungkook —contestó Jaebum nervioso.

—Pero no podemos contra todos ellos, es un caso perdido —ahora respondió Daehyun, todos quedaron en silencio. Todo el mundo miró cómo Seokjin se deslizaba por la pared tomando sus mechones entre sus dedos.

—Jungkook está muy mal, Yoongi y los demás se fueron, los mordedores entraron y Chaeyoung, Sana y Jimin no sabemos dónde están, Hoseok está muy enfermo, encima Yoongi cuando vuelva y no vea a Jimin me va a matar —balbuceaba, entonces el resto fue contagiado por sus sentimientos negativos. En ellos nació el miedo, el pánico y la necesidad de huir.

El peso de la responsabilidad yacía sobre los hombros de Seokjin, era el adulto, varios de ellos eran sus alumnos y fue el primero en acobardarse, ellos lo miraban buscando respuestas pero él no podía conceder, porque al igual que ellos, estaba retrocediendo al peligro.

Chunghee miró la calle siguiente, todos dentro de un callejón con los pulmones comprimidos y sosteniéndose de algo. Su mellizo la atrajo a su cuerpo espantado, pudieron morir allí adentro. Yoongi llevó su mano a su boca tomando fuertes caladas de aire, estaban asustados, nadie los juzgaba por eso, no después de plantarle cara a la muerte. El pálido llevó sus falanges a sus cabellos húmedos, mirando de reojo a su mejor amigo que tenía su espalda apoyaba en la pared y la mirada pegada al cielo, un ave volaba libre por los aires humeantes, huyendo del infierno, quisiera ser un ave, los envidiaba.

—Nos alejamos mucho de la mansión, debemos tomar otro camino para regresar —Namjoon comentó frente de ellos, sus manos llenas de sangre y sus prendas sucias, todos compartían el mismo aspecto.

—Están todos cansados, deberíamos descansar un poco y seguir, o no lo lograremos sin fuerzas —Yoongi irguió su espalda, los demás asintieron aún calmando su agitación después de correr calles enteras.

—Justamente es lo que menos nos sobra Yoongi, tiempo, Jungkook necesita la medicina —Apuntó con su cuchilla los bolsos en el suelo, si esto hubiese sucedido antes de todo el desastre, la gente pensaría que eran delicuentes huyendo de un robo bancario y asesinato, pero no, eso quedó en el pasado, ahora mataban para sobrevivir.

—Lo sé, pero Seokjin y Nayeon están cuidándolo, están bien, están protegidos —Su oración fue entrecortada por inspirar y exhalar aire para hablar de forma regulada. Namjoon frunció el ceño negando con la cabeza.

—No nos debemos confiar, cuando nos fuimos Jungkook estaba mal, debe estar peor, no te niego que los chicos deben estar haciendo lo que pueden pero sin las herramientas para poder atenderlo mejor, todo su esfuerzo es en vano —Changkyun miró a ambos hombres mirándose fijamente almoldando un ambiente incómodo, los mellizos estaban en silencio y concentrándose en ver que nada se acercara a ellos por las calles.

—Lo sé, ¿pero qué tal si nos encontramos con un grupo de mordedores en el camino? No podremos contra ellos, nos matarán y aún así Jungkook no tendrá la medicina —habló entredientes Yoongi resaltando una vena de su cuello y Namjoon también parecía a la defensiva con su pecho inflado y postura rígida.

—Si no lo intentamos no lo sabremos, sé que podemos salirnos de una situación así-

—¿Pero todos saldremos de esa situación? —Se quedaron viendo fijamente, Yoongi con sus ojos dilatados y cargados de una profundidad abrumadora. Namjoon retrocedió apretando sus dientes para luego soltar una leve risa.

—Tú sólo quieres regresar por Jimin —Yoongi tomó una fuerte calada de aire, Changkyun se interpuso entre ambos.

—Basta, Yoongi, encontraremos qué hacer y Namjoon… No vuelvas a hacer comentarios así o… Yo mismo te daré un golpe la próxima —Nadie abrió la boca de nuevo hasta que la melliza se acercó a ellos.

—Perdón por interrumpir su pequeña pelea, pero si nos quedamos más tiempo aquí, ninguno de sus planes se van a realizar —Todos tomaron sus bolsos, Yoongi y Namjoon se dieron una última mirada de disgusto. Min recordó a los demás luego del roce:

«Ellos están bien, ellos están bien…

Ellos están bien».





































Nota actualizada:

Este era el último capítulo que tenía en borradores, así que probablemente las actualizaciones tarden más tiempo. 🐥

mysverse©

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