23: ¿Dónde estaba el otro?

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La cuerda cedió al peso y se rompió.

Yoongi por instinto tomó la cuerda y se quemó las manos en el acto. El ardor era insoportable, su acelerado corazón acentuaba el calor y el vértigo por haber quedado suspendido en el aire al mismo tiempo lo dejó helado del miedo. Sus venas se asomaron por sus brazos y su cuello, la fuerza ejercida estaba resaltando sus músculos y temía caer a esa altura, no quería morir, no quería ser devorado. Titubeó y observó a sus pies, la distancia era significativa y las bocas negras de los mordedores esperaban su carne. Tragó saliva y afianzó el agarre en la soga, el peso de su cuerpo y la mochila, era una piedra con pase directo a la superficie. Cerró sus ojos tratando de no entrar en pánico. Los gruñidos, el chillido de la cuerda y las palpitaciones de su corazón eran tan agobiantes.

Namjoon fue quien actuó rápidamente, sujetando el material áspero cuando el nudo estuvo por ceder. Presionó sus pies contra la reja cuando fue atraído hacia el borde y la piel de sus palmas se rasgó, mostrando la carne roja bajo el sol. Apretó sus dientes y la boca de Changkyun fue tapada por las manos de Dongyul cuando automáticamente quiso gritar el nombre de su mejor amigo. Chunghee fue de inmediato a la ayuda del moreno.

Se asomaron para ver qué sucedió, encontrándose con la mirada asustada de Yoongi que se esforzaba por mantenerse en el aire.

Namjoon intentaba pensar en algo y nada venía a su mente, porque todos estaban expuestos al peligro y la posibilidad de soltar al pálido pasó por su lado racional. Si lo dejaba caer, los mordedores estarían entretenidos y se salvarían el trasero… Sin embargo, era egoísta y cruel, ¿en serio el mundo estaba tan metido en la mierda que las personas abandonaron su lado humano? Las personas solo piensan en su supervivencia… Solo que Yoongi era apenas un adolescente que estaba igual de asustado que él, un militar que estuvo en la primera línea de fugo, y se planteó si estaba comenzando a enloquecer.

—No te voy a dejar morir, chico —soltó con sus dientes apretados y sostuvo la cuerda con mayor determinación, siendo ayudado por los otros dos.

Dongyul vio la situación y tembló. Namjoon estaba ocupado sosteniendo a Yoongi, un movimiento en falso y podrían dejarlo caer. Su hermana estaba ocupada siendo de refuerzo junto a ese tal Changkyun y por su lado… Se había dado cuenta de los ruidos provenientes de la puerta que daba paso a la terraza donde estaban ellos.

Yoongi había cerrado los ojos para no ver el desfavorable escenario e intentó mentalizarse que moriría, solo que el centro de sus pensamientos era: "No quiero morir", morir significaba romper otra promesa, no ver nunca más a Jimin y dejarlo solo en este devastado mundo que dudaba que tuviera salvación. Dios, Jimin, ¿cómo demonios iba a dejarlo solo? Ya le había fallado lo suficiente para volver a hacerlo ahora. En el pasado se rindió con la situación y simplemente decidió alejarse, ¿ahora sería lo mismo? ¿Se rendiría sin buscar otra opción?

"Jimin… Te dije que volvería", ajustó sus dedos alrededor de la cuerda y separó sus enredadas pestañas para revelar sus oscuros ojos donde flameaban llamas de valor, y analizó cada detalle que pudiera hacerle de ayuda en su situación.

—No, no —negó Dongyul corriendo para sostener la puerta cuando escuchó los gruñidos provenientes de las escaleras. Sus converse verdes no ayudaban mucho y agradeció que el piso no fuera totalmente liso o estarían en serios problemas. Su hermana melliza fue la que se dio cuenta de la complicada situación en la que estaban, dudó sobre si soltar la cuerda o sostener la puerta.

—Carajo, Chunghee, ve a ayudarlo —maldijo Changkyun al entender el problema y cuando perdieron soporte cuando la chica se retiró, él propinó más fuerza al agarre.

Yoongi entonces vio el balcón cercano, si se balanceaba –con suerte– podría caer en él. Sin embargo, si había mordedores allí adentro, podría sobrevivir peleando o morir por la energía que lo consumió mantenerse en el aire sin caer. Era la única opción que tenía, era todo o nada y él, tenía a alguien que lo esperaba.

—Vamos, Yoongi, tú puedes —se dijo a sí mismo y comenzó a balancearse, esto alertó a Namjoon y Changkyun que ejercieron más fuerza. El peli-gris pensó en la mochila y el peso de esta, tenía que asomarse más para caer en el balcón. Soltó la cuerda y direccionó su torso y sus piernas hacia adelante, cayendo y haciendo gritar a su mejor amigo que miraba con horror la escena.

Pero fue un canto de victoria para Yoongi cuando sus dedos se enredaron en el enrejado del balcón, completando el primer paso y aún teniendo su cuerpo colgando en el aire.

»—Mierda. —Se esforzó en plantar su pie en el borde del balcón y en todo momento, buscó no dirigir sus ojos a la altura creciendo bajo sus pies. Una vez estuvo totalmente de pie, estiró su pierna para pasar la reja y estar totalmente en tierra firme. Ni siquiera se permitió descansar cuando abrió las puertas que separaban el espacio en el aire libre con el departamento y –antes de recorrer el lugar–, se acercó a la reja para levantar el pulgar a sus compañeros en señal de total victoria. Cuando los vio aliviados, ahora sí pudo inspeccionar la zona y las cosas fundamentales que notó fue: la puerta abierta de la entrada, sangre en las paredes y algunos muebles en el suelo. Se apresuró a cerrar la puerta con cuidado y luego se fijó en el pasillo que suponía que llevaba a las habitaciones. Escuchó unos pasos débiles proviniendo de la oscuridad y empuñó su cuchillo de cocina, listo para defenderse cuando quedó a la vista la boca negra y llena de sangre.

El mordedor se acercó y Yoongi lo empujó contra la pared donde forcejeó para mantenerlo quieto, posando su antebrazo en el pecho del atacante y con la otra, clavando el filo en el cráneo. Al sacar el objeto que atravesó los sesos, el mordedor cayó al suelo.

Suspiró cansado y se dirigió a los cuartos para asegurarse que no hubieran más de esos y no llevarse una sorpresa.

Chunghee llevaba y traía sillas o cualquier cosa útil que encontrara en la terraza para bloquear la puerta. Ahora Namjoon y Changkyun no tenían que preocuparse por Yoongi, volviendo a atar la cuerda con mucha fuerza, así yendo a ayudar a los mellizos que luchaban para que los mordedores del otro lado no tuvieran acceso.

—¿Qué hacemos? —preguntó Changkyun con la espalda contra una cajonera vieja que abandonaron en la terraza. Namjoon no respondió, analizando las posibilidades que tenían y a la vista, estaban en una notable desventaja que en la actual realidad era mortal. El hilo en su cabeza se enredó y de sus recuerdos surgió a sus camaradas siendo devorados por civiles "enfermos". Brazos, piernas y carne arrancadas, masticando con sus sucias bocas la esencia de alguien que alguna vez tuvo vida, que tuvo familia y que pactó una reunión de amigos en un bar luego de realizar el trabajo. Quién hubiera pensado que ese día nadie regresaría a su hogar y la reunión de bebidas que tanto ansiaban, jamás llegaría. Pensó en que ellos terminarían así si no se le ocurría un plan rápido, era un militar con experiencia y ellos eran adolecentes, pero… ¿Ahora realmente esa diferencia significaba algo? Yoongi siendo un niño inexperto, logró una idea para escapar de las hordas de mordedores en las calles. Por otro lado, él ahora temblaba de miedo de solo pensar en vivir la misma experiencia tortuosa y dolorosa de sus compañeros de trabajo: las lágrimas que habían soltado suplicando piedad y el terror encogiéndose en sus palabras.

—¡Namjoon! ¿¡Qué hacemos!? —Seguían repitiendo y él ni siquiera tenía una respuesta. Los nervios lo entorpecían y solo pensaba en un solo escape, saltar por-

—Las rejas —susurró para sí mismo con la gota gorda cayendo por su sien.

—¡Namjoon! —gritó Chunghee ante el temblor que recibieron los muebles por las estocadas de los cuerpos podridos. Las lágrimas de desesperación, los gritos y la nube de terror nubló los sentidos de los presentes, todo se detuvo cuando el adulto ya no hacía de apoyo para el muro de objetos que habían armado. Los adolescentes al verlo, quisieron correr pero estaban helados sin comprender las acciones del militar, pensando en lo peor: traición por cobardía. Estaba huyendo. "Maldito", pensó Changkyun en su cólera cegadora. "Nos está abandonando", Dongyul murmuró desde su conciencia asustada. "¿A dónde va? No te vayas", fue lo que suplicó Chunghee hundida en la confusión y terror.

—¡Vamos a saltar al balcón como hizo Yoongi! —ordenó Namjoon mirando a los chicos y sosteniendo la cuerda. Observó la altura y si no morían por la maldita altura, iban a morir por una mordida de esos hijos de perras y de alguna u otra manera, encontrarían su fin. Solo que había una posibilidad de huir. Había que arriesgarlo todo.

—¡No! ¡No quiero morir! —afirmó Dongyul con sus brazos débiles, siendo empujado por los muebles que devoraban territorio. La puerta no iba a resistir mucho tiempo más.

—¡De todas formas morirás si te quedas aquí! ¡No es una opción si quieres sobrevivir, niño! —gritó tensando su cuello y furioso con la idea de que aquellas jóvenes vidas se rindieran. Esos dulces rostros que en otro destino, serían joviales y no cubiertos de la sangre de la muerte.

—Dongyul, ve —pidió su melliza, mirándolo con ternura. El mencionado no quería dejar a su hermana y solo quedarse de brazos cruzados rezando para que ella fuera la siguiente en salir de ese infernal escenario. No, ella siempre lo protegía. Desde pequeños fue así: de sus padres abusivos, en las calles, de pandilleros o hasta de los estúpidos niños que se burlaban de él por ser protegido por una mujer siendo un hombre. Cuando huyeron de su casa, su hermana no lo pensó dos veces para agarrar una mochila y tomarlo del cuello de su remera para arrastrarlo a un lugar un poco más tranquilo e irónicamente, vivir en la calle era más apacible para su cabeza que por años fue atormentada.

Ahora era su turno para quitar a su tonta hermana de ese infierno, quien a pesar de intentar sonreír para aliviarlo, le temblaba los pies y los pómulos.

—No, tú ve. Yo me quedaré y ayudaré a Changkyun. —Por primera vez su voz fue firme y Chunghee lo miró escéptica. Estaba por negarse pero la detuvo—. ¡No! ¡Es mi turno de protegerte! ¿¡Somos hermanos, no!? ¡Nos tenemos que ayudar el uno al otro! ¡Así que no me hagas sentir que soy un inútil que no puede protegerte! ¡Así que ve o me enojaré mucho! —pidió con las lágrimas al borde de su mandíbula y su melliza titubeó, mirando a Namjoon y redirigiendo su vista a su hermano, dudando entre las dos posibilidades. Sin embargo, en los ojos de Dongyul había un destello que solo dejaba una opción disponible. No había escapatoria.

—Te juro que si no bajas, te buscaré en el infierno y tendrás que aguantarme por el resto de la eternidad, ¿me oíste? —Fue la amenaza de ella antes de correr hacia Namjoon y tomar la cuerda para saltar.

"Podré con eso".

—…min… —De repente la habitación se llenó con balbuceos provenientes de Hoseok y tanto Nayeon como Seokjin se acercaron con rapidez al adolescente, el profesor creyendo que había recuperado la lucidez pero la adulta sabía que estaba perdiendo el raciocinio lentamente.

—¿Qué? ¿Necesitas agua? —preguntó el profesor apoyando un paño mojado en la frente del peli-violeta, recibiendo un manotazo que lo dejó estupefacto.

—…ji… Jimin, ¿dónde… Le prometí… A Yoongi —soltó forzando su habla con la mirada perdida en algún punto del techo de la habitación. Hoshi, Seokjin y Nayeon se miraron con incomodidad, los dos primeros con sus ropas manchadas con la salpicadura de sangre que recibieron de los mordedores que empujaron por la escalera, ambos intentando colocar grandes muebles como camas o sillones para bloquear el paso; y Nayeon con el sudor nervioso bañando su frente. En el caso de que Jimin quisiera subir… Iba a ser complicado y eso, ahora lo tuvieron en cuenta gracias al llamado de atención de Hoseok—. Prometí… Mantener a salvo a Jimin.

A su lado, Jungkook tosió hasta vomitar la nada misma, solo ácido.

Nayeon corrió a acudirlo y Seokjin se quedó a un lado de Hoseok, sin saber qué contestar cuando lo observó.

—Jimin… No está aquí, creemos que está en alguna de las habitaciones del piso inferior —explicó y Hoseok tuvo arcadas, resistiéndose al avance de lo que sea que lo estuviera destruyendo por dentro.

Vomitó en el balde que Hoshi colocó rápidamente cerca de Hoseok.

—Yoongi… Yoongi… —repitió aún con la cabeza metida en el balde.

Seokjin se alertó ante la pronunciación de ese nombre.

—Estaremos bien, podremos con el enojo de Yoongi y buscaremos juntos a Jimin. Él lo entenderá, no es peligroso —explicó con una pequeña sonrisa de falso optimismo. De todas formas, ¿qué podría hacerles Yoongi más que enojarse con ellos por el descuido? Jimin estaba bien, eso era lo importante por ahora.

—No lo entiendes —escupió el adolescente mirando débilmente al mayor, todos en la habitación estaban atentos ante la conversación con la incertidumbre apretando sus corazones—. Yoongi… Si Jimin, si Jimin… Si algo le llega a suceder a Jimin… —vomitó y Nayeon le dio palmaditas en la espalda, ayudándolo—. Si Yoongi se entera… Él los matará-

La mano en la espalda del adolescente se congeló al igual que todo el ambiente, el único sonido eran las arcadas con las que Hoseok luchaba y los sollozos de Jungkook. Seokjin trató de calmarse.

¿Lo había dicho de forma retórica, no?

Jimin tapó con sus rechonchas manos su boca y nariz cuando el mordedor que estaba compartiendo el mismo espacio que él desapareció de su vista detrás de un extenso escritorio. Sus ojos se mantuvieron sobre la puerta del armario que incluía la habitación y por su cabeza pensó en la posibilidad de encerrarse allí antes de que ese mordedor pudiera percatarse de su presencia y no tuviera escapatoria bajo ese estrecho lugar donde se escondió.

Las lágrimas se derramaban entre sus dedos y en su ilusión, Sana y Chae cruzaban por esa puerta y exterminaban a ese mordedor para salvarlo. Estarían los tres juntos y pronto llegaría su hermano para sacarlos de allí… Y observó la puerta, la observó durante minutos escuchando gruñidos y pasos arrastrados que astillaban la madera y crujían los huesos. No había ningún sonido esperanzador más que dolor de las almas en pena y su propia tortura. En su frágil mente, pensaba que ese era su fin y aunque debía creer que sería un buen final para alguien sucio como él, no quería partir… No quería ser devorado de esa forma y convertirse en uno de esos, atacar a otras personas y simplemente deambular por acá y por allí. Si iba a morir, quería que fuera rápido y poder irse en paz, ¿pero en este mundo… eso era posible?

Jimin estaba sumido en su final, en sus pensamientos hasta que oyó unos pasos cerca de la cama, congelando su sangre al momento de ver que el mordedor se había detenido a su lado. El latido retumbante de su corazón estaba en sus oídos, dentro de su cabeza como constantes golpes y las lágrimas se agarraban del borde de sus rojizos ojos.

Entonces la primera lágrima chocó contra el suelo.

Y el mordedor cayó de rodillas para estirar el brazo e intentar atraparlo.

Su cuerpo se deslizó, huyendo de las uñas sucias y chocó contra un objeto que le costó comprender de qué se trataba, estando lo suficientemente ocupado tratando de no ser tocado por el mordedor. Las lágrimas caían a cántaros, asustado de lo estrecho que era el lugar y las pocas posibilidades que tenía de poder escapar. Los gritos retenidos en su garganta, el cadáver andante abriendo su boca mostrando la sangre coaguladas, lo tenían al límite.

"No quiero morir, no quiero morir, no quiero morir, no quiero morir…", pensó su traicionera mente y se proyectaron imágenes de su tétrica infancia. Extrañaba a su madre y papá. Las caricias de su madre en sus mejillas, sus galletas de chispas y sus cantos nocturnos, sus malas bromas o la forma en la que bailaba en la cocina cuando creía que no había nadie en casa y terminaba riéndose de su propia torpeza. A su papá, que no era su verdadero papá pero desde niño le regalaba caramelos y le compraba su cereal favorito, quien lo alentaba en sus exámenes con raros discursos o jugaba carreras que siempre perdía a propósito y creía que no se daba cuenta. Extrañaba a su hermano de antes, a quien admiraba desde pequeños al protegerlo de todo, al siempre mimarlo y abrazarlo, recordándole que era importante para alguien o cuando dormían juntos y Yoongi le susurraba un "buenas noches" junto a un "te quiero mucho"; a sus peleas infantiles por comida que resultaban en el mayor dándole un apretón en la mejilla y dándole secretamente más comida… ¿En qué momento todo eso se perdió? ¿Desde cuándo se había sentido tan aislado del mundo?

¿Cuándo fue que todo lo bueno desapareció?

Gracias a la aparición de los cadáveres- no… Sabía que era mucho antes que eso.

Todo desapareció cuando las manos de ese hombre lo habían tocado. Desde ese momento su madre había trabajado horas extras, su papá –en ese momento, mejor amigo de su madre– se había ido a Inchon por trabajo y su hermano mayor trazó una distancia entre los dos.

Ah… Ahora la idea de morir resultaba tentadora.

Miró al mordedor deslizándose, casi atrapando su muñeca y sus grandes orbes se apagaron.

"Te prometo que volveremos", recordó la promesa de su hermano.

"Mentiroso", pensó.

"Sí, tu hermano mayor siempre te protegerá", otro recuerdo.

"Mentiroso".

"Hyung estará para ti", la voz en su cabeza se extinguió junto a su deseo de abandonarse a sí mismo.

Jimin apretó sus labios con fuerza y suplicó a un poder inexistente que le concediera una segunda oportunidad para comenzar de nuevo. "Tengo que darle la bienvenida a Yoongi hyung cuando vuelva", fue lo que pensó cuando tanteaba con sus dedos lo que había detrás de él y dándose cuenta que era un skate. Trató de hacer espacio para pasar el objeto y obstruyó el avance de esa cosa. Ahora, con ayuda de sus antebrazos, se arrastró con prisa para salir debajo de la cama, escuchando cómo ese mordedor estaba distraído con su sustituto.

Cuando salió, se desorientó por el cambio de ángulos y al instante pudo estabilizar su ritmo, divisando el armario y algo no encajó en su mente al ver los pies del mordedor que sobresalían del borde de la cama.

No era el mismo que había visto en un inicio…

¿Dónde estaba el otro?






















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¡Lamento la tardanza! En serio lo lamento (TT). Espero que tengan un bonito día y no descuiden su salud por favor ❤

Nos leemos dentro de un milenio 🐥

©mysverse

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