♡❜ Capítulo veintinueve.

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- SungHoon tomo una ducha como siempre, se arregló y tomó sus vitaminas, le dolía la cabeza, su lobo no iba a aguantar más.

Bajó hasta la sala y se aseguró de tapar bien los cortes en sus brazos, salió de la casa y manejo hasta el lugar donde era la ceremonia.

Al llegar se detuvo un momento al ver a Ni-Ki junto a HyunJin saliendo del auto de Haruto, se veía feliz.

Nishimura había cambiado mucho desde que dejó al alfa, se veía más alegre y su salud emocional estaba estable, después de todo si sirvió de algo alejarse del mayor.

Cuando los vio entrar, se bajó del auto y entro al lugar sentándose lo más lejos posible del omega, no quería arruinarle la felicidad, su lobo suplicaba acercarse a Ni-Ki, pero Park se negó.

Varios invitados empezaron a llegar a la fiesta y entre ellos los padres de Park, el alfa suspiró al verlos y bajo la cabeza, no quería verlos sinceramente.

Sus padres al ver a su hijo se acercaron a él, era la única mesa que se mantenía vacía debido a que nadie quería estar cerca de SungHoon.

— ¿Nos vamos a sentar con este pedazo de mierda? — dijo el padre del cenizo.

— No hay más lugares — respondió la señora Park.

— No sé cómo pude tener un hijo como tú, no hubieras nacido — el señor Park gruño y le dio la espalda a su primogénito.

SungHoon bajo la cabeza y se atrevió a sonreír, aunque por dentro estaba destrozado ante las palabras de su padre. Miró al rededor, todas las personas estaban felices, todos sonreían y hablaban entre sí, excepto él.

La ceremonia empezó dando entrada a Koga quien estaba más que feliz en el día de su boda, en el altar estaba Jay esperando a su futuro esposo.

La boda fue perfecta e inolvidable para la pareja, cuando fueron declarados esposos estos dos se miraron con amor dándose un beso demostrando sus sentimientos, los invitados se pusieron de pie aplaudiendo y felicitando a los esposos.

La comida fue servida, pero Park no comió nada, no tenía hambre alguna, solo quería dormir de nuevo... Dormía más debido a su tristeza y a su salud.

Se quedó mirando la mesa de dulces, se levantó y camino hacia la mesa eligiendo uno de sus dulces favoritos, sin querer choco con aquel chico castaño quien se disculpó enseguida.

— Lo siento...— dijo Ni-Ki haciendo contacto visual con el alfa.

— No te preocupes, la culpa fue mía por no fijarme — SungHoon miro que el dulce que tenía en sus manos era el favorito del menor y el ultimo que había así que se lo dio — Toma.

El omega miro la mesa y notó que era el último así que se negó.

— Tómalo tú, yo ya comí varios — mintió Nishimura regalándole una sonrisa al mayor.

— ¿Enserio? Tómalo, es la primera vez que te levantas.

— ¿Me estás vigilando?

— Tal vez.

Ambos rieron un poco, Ni-Ki sintió a su lobo cerca y sonrió, su lobo aparecía cuando estaba cerca del mayor y al alejarse era como si SungHoon se lo llevara con él.

— Gracias por lo de mi cumpleaños — dijo tímidamente.

— Oh...perdón por regalarte eso, te hubiera dado otra cosa mejor.

— No, así está bien, me gustó, así que te agradezco.

— Está bien, no es nada.

Ambos se quedaron en silencio, pero aquel silencio no era incómodo, era tranquilo y lleno de confianza, Ni-ki se sentía extrañamente tranquilo en la presencia de Park.

Haruto llegó interrumpiendo la atmósfera cálida que se había creado.

— Bebé, te están buscando para que comas algo — dijo el otro alfa abrazando al menor por detrás.

— Oh si, ya voy — Nishimura miro a SungHoon una vez más y sonrió — Hasta luego...

— Adiós... — respondió el cenizo.

El menor se fue con la compañía del otro alfa que no lo soltaba, marcaba muy bien su territorio con él y esto incomodaba a Ni-Ki, mas no decía nada.

— SungHoon, acompáñame — dijo el señor Park mirando a su hijo.

El alfa menor no respondió, pero siguió a su padre hasta estar lo suficientemente alejado de los invitados.

— ¿Por qué lo sigues buscando? — pregunto su padre.

— Porque lo quiero, sé que estuvo mal lo que hice, pero quiero arreglar las cosas.

— No vales nada, no mereces llamarte alfa, me das vergüenza SungHoon, te hubieras muerto aquel día.

El cenizo bajo la cabeza y se quedó en silencio, el padre del menor lo miro y se acercó a él de forma amenazante.

— Te voy a dar una lección — el alfa mayor empezó a golpearlo con fuerza, lastimando a SungHoon en el abdomen, el rostro y sus piernas, le dolía más nunca se quejó.

En su mente siempre pensaba "El sufrimiento de Ni-Ki fue más que esto", siguió aguantando cada golpe, cada patada, cada insulto.

El castaño sintió un dolor en su abdomen se agarró de la mesa, sintió el débil llanto de su lobo y miro al rededor buscando a su alfa, se sentó un momento y acaricio su abdomen, estaba preocupado al no encontrar a su esposo.

Cuando el dolor desapareció y no sintió más a su lobo se levantó y camino entre los invitados buscando a aquella persona que conocía muy bien más no lo encontró.

El señor Park tomo la cabeza de su hijo y le pego varias veces en la misma hasta dejarlo casi inconsciente, se estaba desquitando con su propio hijo, cuando SungHoon ya no pudo más simplemente cerro sus ojos.

Su padre lo soltó y se acomodó su ropa.

— Espero que nunca más vuelvas a verlo, merece algo más que tú, y da gracias que no te mate aquí mismo — sin decir más se fue del lugar.

El menor trato de levantarse, el dolor lo consumía, pero su culpa era más grande, salió del lugar sin ser visto por nadie y camino sin rumbo alguno, empezó a toser notando la sangre que salía de su boca, suspiro y cerro sus ojos.

Ya no puedo seguir...

Dijo su lobo, Park estuvo de acuerdo con él y camino hasta llegar a un puente, miro al rededor y agradeció que no hubiera nadie, se permitió llorar en silencio.

Se paso del otro lado del puente y miro hacia abajo.

— Tú y yo sabemos que esto es lo mejor, Ni-Ki es feliz ahora, yo solo lo estoy deteniendo, debemos liberarlo y dejarlo ser feliz — dijo SungHoon a su lobo.

Es lo mejor... si eso hará feliz a nuestro omega hay que hacerlo, de todas formas estamos muriendo.

SungHoon asintió y cerro sus ojos, cada recuerdo malo que le hizo pasar al menor, cada palabra, cada golpe, sus mejillas se bañaron más en lágrimas, abrió sus ojos y sonrió.

— Deseo que seas muy feliz Ni-Ki, te lo mereces, cuida de nuestro pequeño, te quiero...

Park se soltó y se dejó caer al vacío sintiendo el frío recorrer su cuerpo, cerro sus ojos aceptando su final, su respiración se iba debilitando y en segundos todo se perdió.

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