3. Camino a Hogwarts.

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

El camino a Hogwarts se estaba sintiendo bastante pesado, ya no era como en años anteriores que se divertía charlando con Lily durante todo el transcurso.

Ella estuvo con él por un rato hasta que sus amigas fueron a buacarla para ir a otro vagón, era parte de su conocimiento que les desagradaba a Mary y Marlene, pero lo toleraban por ser el mejor amigo de Lily. Los primeros años compartían juntos en el mismo compartimento, hasta que él comenzó a relacionarse con otros compañeros de Slytherin y se sentaba con ellos, de la misma manera que ella pasaba más tiempo con los Gryffindor.

El último año fue mas complicado para su amistad, hablaban menos, cada uno tenía diferentes ocupaciones y las cosas se sentían distintas, se veían pocas veces durante las clases, aunque siempre se mantenían al tanto de las novedades y cosas importantes el uno del otro, ahora solo se contaban las cosas de una manera superficial, Severus ya no sentía la misma conexión que tenían cuando eran niños, pero lograba dejarla ir. Aferrarse a los recuerdos era su manera de no perder quien era.

Quizá desde el día en que la pelirroja quedó en gryffindor y él en slytherin debió de imaginarse que se terminarían distanciando, pero aún trataba de aferrarse a ella, esperaba que ella pudiera amarlo de la misma manera en que él la amaba a ella. Una de sus cualidades era la paciencia, así que no le molestaba esperar.

Permaneció pensativo observando por la ventana los árboles y el paisaje que iba pasando por la ventana.

—Se comunican por debajo de la tierra, por medio de sus raíces.— comentó una dulce voz a su lado haciéndolo sobresaltar por un instante.

—¿No sabes como tocar una puerta?

—La toqué, pero estabas tan concentrado mirando por la ventana que no escuchaste.  Pensé que podías estarte preguntando como se comunicaban los árboles.

—¿Por qué me preguntaría eso?

—No lo sé, tu eres el que los estaba viendo.

Una mirada de confusión fue expresada por el slytherin, conocía a la ravenclaw del largo cabello rubio desde segundo año por ser la mejor amiga de Regulus Black, pero a pesar de todo el tiempo que llevaban de conocerse siempre lograba desconcertarlo con sus conversaciones.

Pandora Lovegood era una bruja intelectual y curiosa, pero bastante extravagante. Se pasaba sus días en el colegio experimentando con hechizos nuevos como también se la pasaba con sus amigos de slytherin.

—¿Y los demás? Ustedes siempre se mueven en manada.

—Venían detrás de mí, pero se detuvieron a comprar dulces en el carrito.— la más dulce risita escapó de los labios de la chica.

—¡Piensa rápido!— una rana de chocolate lo tomó desprevenido golpeando su cabeza. Bartemius entró riendo después del ataque.

El hijo del ministro es una persona inestable, con problemas de ira y que manipula con facilidad, solo a quienes odia, por supuesto. Severus lo mantenía de su lado por seguridad y aprecio, comprendía lo que era el desprecio paterno, y el menor se había vuelto uno de sus amigos cercanos.

—Pésima puntería, Crouch. Se supone que le darías en la nariz.— Soltó una risa bastante divertido Evan para entrar junto a él.

Evan tenia una personalidad similar a la de Barty, pero mucho más tranquila y divertida, era un alma libre y espontánea aunque no perdía el toque de crueldad hacia los demás.

—Dejen de jugar con la comida, la compramos con mi dinero.— musitó Regulus entrando tras ellos.

Regulus Black era pensativo y tranquilo. No tenía el mismo hábito de su hermano para llamar la atención sobre sus acciones, pero esto no impedía que el Black más joven alcanzara el éxito en muchas áreas. Lo admiraba.

—Buen día, Severus.— sonrió Dorcas al momento que se habría paso en el compartimiento sentándose a un lado de Regulus, él estaba junto a Pandora, los tres frente a él.

A pesar de lo que muchos pensarían, Dorcas era la mas cercano a una líder, casi como si fuera la madre de los cuatro amigos. Una joven tan valiente que el sombrero dudo si ponerla en gryffindor o slytherin durante un buen tiempo.

Se repetía a sí mismo la personalidad de cada uno, los datos más importantes que los caracterizaban para recordarse porque eran sus amigos y porque los había aceptado en su compartimento, por que ciertamente a pesar de sus cualidades a veces parecían cuatro niños abrumadores para él.

Mientras Evan y Barty se habían sentado a su lado de la manera más incomoda posible, Barty recargando su peso en él y poniendo sus piernas en las de Evan.

El día que se hizo amigo de Regulus no sabía que estaba firmando un contrato de paquete completo junto con él.

—Buenos días, Dorcas.— contestó de manera amable.

—Vaya que formalidad.— comentó la rubia mientras sacaba varias cosas de su bolsita. —No sé porque siguen gastando en comprar dulces, cuando yo tengo frutas y chocolates justo aquí.— sonrió mientras mostraba una extraño bulto amorfo de fruta picada y chocolate derretido.

Todos en el compartimiento mostraron la misma mirada de confusión, pero ninguno se atrevió a rechazarla y terminaron comiendo de lo que les ofrecía.

Realmente estaba tratando de disfrutar de momento, de convivir con personas que parecían apreciarlo, pero le era imposible que sus pensamientos dejaran de ser sobre como encontrar la manera de conseguir el dinero que su padre le exigía, no lograba tener idea clara sobre la respuesta que lo salvaría.

De esa manera se pasó el viaje más ameno, de vez en cuando tenía que ocultar algunas risas que le provocaban las tonterías que los menores decían. Podía ser un año de diferencia su edad, pero ellos parecían disfrutar la vida más de lo que él lo hacía.

Barty se quedó dormido sobre él, Evan se había recargado de manera incómoda sobre Barty. Mientras que Pandora y Dorcas dormían cada una sobre los hombros de Regulus.

La situación le recordaba a los primeros años que había compartido junto a su grupo de amigos, Bruce Mulciber, Edmund Avery Jr, Willhelm Wilkes, Charity Burbage y Aurora Sinistra, ellos tenían el título de ser las primeras personas que se acercaron a él cuando entró a Hogwarts, quienes ofrecieron una amistad inocente y sincera.

Sin embargo el paso de los años les había afectado, aunque aún se sentían tan unidos como siempre, la oscuridad se había acercado a ellos y los consumía lentamente, perdiendo toda la alegría e inocencia con la que habían entrado al colegio.

Los ideales de la pureza de sangre y el poder de las artes oscuras eran algo que siempre provocaba un ambiente tenso entre ellos.

—¿Cómo han estado las cosas?— habló Regulus tratando de romper el silencio que los había enfrascado.

El menor Black era muy perceptivo, con una sola mirada podía decirle más de lo que una larga conversación lo haría.

—No van bien, pero lo resolveré.

—No especifique a que me refería.

—En cualquier aspecto de mi vida esa es la única respuesta que tengo.

—Sabes que puedes pedir ayuda si la necesitas, Severus. Somos amigos y cuentas conmigo.

—Gracias Regulus, pero no la necesito.

En la mirada de su amigo se notaba que no le creía, sabía que necesitaba ayuda pero tenía demasiado orgullo para pedirla.

El silencio volvió a inundar la habitación. En ese momento cayó en cuenta que no sólo estaba pasando con Lily o las otras personas cercanas a él, quizá el problema era él y no sus amigos, sin darse cuenta se alejaba de ellos.

Tiempo después observó como Regulus se sacudió para despertar a sus amigas al momento que el Tren se detuvo.

—¡El último en llegar es un huevo de serpiente podrido!— gritó Evan con entusiasmo y salió corriendo.

—¡Yo quiero ser de águila!— respondió Pandora mientras se levantaba para ir tras él, siendo seguida por Barty y Dorcas.

—Podridos ya estamos, amigo.— comentó Regulus mientras le daba un golpecito en el hombro, de alguna manera le transmitía una seguridad incomparable.

Solo asintió a su comentario, para después levantarse. Buscó su equipaje y caminó lentamente por los pasillos del tren, deseando no bajar de ahí, no quería toparse a ningún idiota de Gryffindor que le arruinara el día.

Pero fue como si sus pensamientos hubieran atraído lo que menos deseaba. Justo al bajar pudo mirar frente a él aunque a unos metros que estaba al que más odiaba de todos ellos. El patético Sirius Black, quien lo miraba de una manera bastante extraña, sus ojos grises lo observaban directamente mientras le sonreía.

Ese simple acto le causó escalofríos, bajo la mirada ante él, no lo hacía por temor, pero el coraje que sentía al mirarlo solo le provocaba querer estrangularlo en ese mismo momento.

—¡Ven a ver los thestrals!— le tomó de la mano Pandora guiandolo hacia los conocidos carruajes que los llevaban hasta Hogwarts. Pero como cada año el seguía sin poder mirar las criaturas a las que la rubia se refería.

—Increíbles.— comentó fingiendo sorpresa.

—Sé que no puedes verlos, pero te los describiré.— le mostró una enorme sonrisa y subieron juntos al carruaje.

—¿Durante todo el trayecto?

—Exactamente.

Pandora tenía un aura angelical que la cubría desde la cabeza hasta los pies, de manera metafórica, era resplandeciente y la había brillar más que a cualquier otra persona que conociera, como si pudiera destacar con su luz en cualquier lugar que estuviera.

Era una persona digna de admirar por horas. A veces no comprendía porque personas tan peculiares como lo eran ellos lo querían.

Trató de escuchar lo que le contaba la rubia, pero su mente solo podía recordar la sonrisa que Black le había mostrado, estaba seguro que verlo de esa manera no era un buen indicio, algo estaba planeando. Y lo más seguro es que el sería el principal enfoque de su plan, podía sentirlo.

Había una extraña sensación en su estómago, podía interpretarlo como un augurio de que ese año sería aún más complicado que los anteriores.

Ya se viene más interacción entre nuestros protagonistas ;)

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro