❪𝟮𝟵❫ ; 𝘀𝘁𝗮𝘆 𝘁𝗼 𝘁𝗵𝗲 𝘁𝗼𝗽.

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ARC TWO; WINGS❫
*╔═══❖•ೋ°💙°ೋ•❖═══╗*

CAPÍTULO VEINTINUEVE;
SIGUE HASTA LA CIMA
❛Sentimiento familiar❜

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©Shanxlabyx
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—¿ESTÁS SEGURA DE QUE QUIERES SER EL caballo? —cuestionó por segunda vez Hitōshi mientras veía hacia abajo y veía aquella cabellera rojiza y aquel curioso mechón de medialuna sobresaliendo hacia arriba.

—¡Claro que sí! —respondió entusiasmada—. ¿A qué no se siente extraño que te ande cargando de caballito? Aunque no eres muy pesado. —dijo con una sonrisa animada, mirando hacia atrás—. Dime tus instrucciones, mi fiel jinete. Haría el sonido de un caballo pero no sé hacerlo.

—No empieces.

Era finalmente la segunda ronda; se trataba de una prueba de equipos de caballería. Estaba el "caballo" quien trasladaba al "jinete" y luego estaban dos "caballeros" resguardando al anterior nombrado. Hatsulin como se muestra es el caballo, Hitōshi el jinete y dos jóvenes más eran la defensa, estos dos estaban hipnotizados por el quirk del pelivioleta, la única consciente de todo era Hatsulin. Ella tuvo sus dudas de ir a algún equipo, pensó en hacer uno propio, después en ir con Izuku considerando su puntaje, seguramente eso haría su abuela, pero terminó haciendo equipo con su amigo. Estaba bien con eso, aunque nerviosa aún.

Hitōshi por su lado, suspiró por la actitud de ella, no obstante no evitó sonreír por la cómica manera para romper el silencio y el ambiente. Sus ojos miraron a los otros dos estudiantes que estaban siendo de guardaespaldas en su parte posterior, sus miradas vacías y sin expresión daban a ver qué había usado su quirk sobre ellos; un chico de cualquier clase al azar y una chica de, según no mal recuerda, la B; sabía quién era y en parte por maldad usó su quirk en ella, pero también porque sería útil considerando su poder.

Observó unos segundos aquella cabellera blanquecina despeinada que iba hacia varios lados y cubrían parte de su rostro, el cual a comparación de la expresión dura y sin compasión que suele tener estaba tranquila, sosteniendo su posición junto con el otro chico que no sabía quién era pero que sería de utilidad. La única consciente era Hatsulin porque sabía que no era necesario usar su quirk en ella, y, como dijo, tampoco quería usarlo.

—¿Ya han formado a sus equipos? ¡más les vale que lo hayan hecho! —exclamaron nuevamente llamando la atención de, efectivamente, todos los equipos ya formados—. ¡Demos comienzo a la cuenta regresiva de este feroz encuentro!

Hatsulin se acomodó mientras cargaba con firmeza a Shinsō; quizás la fuerza para cargar cosas no era su fuerte o algo por el estilo, pero eso no significaba que no pudiera cargar nada. Claro que podía cargar peso y aguantarlo, podía hacerlo con Shinsō así que estaba segura de que no se le caería. No quería hacerlo, no quería dejar caer a su amigo y lastimarlo, no quería quedar mal a su abuela y decepcionarla, no quería... no quería decepcionar a nadie.

Sus manos se tensaron al punto de que sus venas se marcaron y sus nudillos se colocaron blancos como las nubes, como las cuencas de sus ojos. Su expresión era algo ida mientras escuchaba la cuenta regresiva para aquella prueba, no evitó temblar un poco por la presión que sentía; podía percibir perfectamente la mirada de su abuela. No ubicaba de dónde venía pero sabía que ella estaba mirándola de manera penetrante. Había arruinado su expectativa al quedar de segunda, suspiró pesadamente y de manera profunda dejando salir un visible jadeo por el vapor de su cuerpo. Calentándose para estar preparada, debía dar todo de si.

Era su deber, por su abuela...

—Eres increíble. —escuchó en un bajo murmuro a Hitōshi pero lo suficientemente audible para ella quien salió de su trance con sus ojos abiertos y sus pupilas temblorosas—. Eres la persona más increíble que conozco ¿lo sabes?. Sé que debes... tener mucha presión justo ahora pero no te obligues o esfuerces de la manera incorrecta, esfuérzate por ti misma y por lo que quieres, Hatsulin.

Se quedó paralizada escuchando sus palabras de aliento, sabía que las decía en voz baja para que sólo ella lo escuchara, aunque genuinamente se sabía que los que estaban bajo el control de su poder no prestaban atención o recordaban nada. Shinsō Hitōshi era algo penoso en ese sentido de dar palabras de aliento, al menos con ella pero lo agradecía de algún modo que se tomará su esfuerzo para animarla.

—Lo hiciste... genial en la primera prueba y lo harás genial en esta. Lo haremos genial. —Hitōshi habló con seriedad pero sinceridad, su expresión se suavizó mientras que sentía sus manos dejar de hacer tanta presión—. Vamos con todo ¿no? Siempre dices eso.

Se quedó en silencio varios segundos y no tardó en levantar las comisuras de sus labios en una sonrisa, mirando al suelo. Dejó salir un pequeño pero más calmado suspiro para subir su mirada determinada y dispuesta, se acomodó y volvió a cargar mejor a su amigo pero con más seguridad y menos tensión. Segura y motivada una vez más.

—¡Vamos con todo, compañero!

—Tres... dos... ¡uno; comiencen!

Apenas escuchó la afirmación para comenzar aquella nueva prueba, comenzó a correr para evitar cualquier llegada de otro equipo y a su vez saber a dónde dirigirse para ganar puntos. Al estar como el caballo tenía que dirigir y también poseía el deber de evitar que cualquier equipo se acercara; era la defensa y el ataque delantero. Corría y veía como todos iban contra todos pero de igual manera se dirigían directamente hacia el equipo de Midoriya.

❛Vaya, pobre Midoriya-kun❜. Arqueó sus cejas sintiendo pena por él, al haber quedado de primero en la carrera de obstáculos era el objetivo de todos. Por parte de su equipo no era necesario ir directo a él, en algún descuido podrían quitarles la bandana a su equipo, pero bueno, en todo caso se las arreglarían para recuperar los puntos y aumentarlos.

Resopló lentamente y con aire caliente que se vio claramente como vapor al comenzar a calentar su cuerpo, al menos todo menos sus manos para no terminar quemando a Shinsō y que cayera al suelo hasta terminar descalificados. Enserió su rostro mientras avanzaban, esquivaban cualquiera que se atravesaban. Veía de reojo como telarañas se lanzaban de repente para arrancar las bandanas de otros equipos y llegaban en manos de Shinsō. Estaba alerta mientras se movía, viendo a varios equipos.

—¡Tú, eres la que incendió aquellos robots! ¡al igual que el chico de hielo y fuego nos hiciste estorbos! —escuchó la voz de algún estudiante desconocido haciendo que mirara hacia allá: estaban dirigiéndose a ellos, bueno, ella.

—¿Algún problema con eso? —cuestionó Shinsō de forma directa y seria.

—¡Pues claro que... !

Y cayó, había caído en el efecto del quirk de su amigo. Vio sus ojos en blanco y como los integrantes de su equipo le preguntaban que sucedía pero antes de darle algún golpe para que reaccionara, Hitōshi habló, en una orden. —Desciende al suelo y entrégame tu bandana.

Sin rechistar bajo de su "caballo" para entregarle con movimiento robóticos la bandana a Shinsō e ir a acumular puntos, y por el hecho de que el jinete bajó quedaron descalificados. Sonrió con determinación y satisfacción, iban bastante bien; Hitōshi hacía aquella maniobra de usar su quirk al provocar verbalmente a cualquiera y estos al reaccionar quedaban paralizados. Ella evitaba que se acercaran al activar con su vista su quirk y hacer que con sus flamas cualquier contrincante se acercara. Iban en un buen ritmo, aunque no acumulaban lo suficiente para pasar a la siguiente ronda.

Miraba rápidamente hacia su alrededor en alguna idea, era arriesgado ir contra Midoriya considerando que éste tenía la banda de diez millones de puntos y en algún descuido alguien aproveche y le quiten los puntos que iban acumulando, aunque estaba en una «declaración de guerra» con Shōto también estaba el riesgo de que le quiten los puntos o algo. Para ir contra él que tenía una considerable cantidad debían planear algo bastante estratégico, tomando en cuenta que tenían a Iida con su velocidad, a Yaoyorozu con su habilidad de crear cualquier cosa al azar, y a Kaminari con su poder de paralizar con su electricidad a cualquiera, junto con el fuego y hielo de Todoroki. Si, mejor seguirían así, pasando desapercibidos.

Resopló, se sentía inútil si era sincera; no era nada más quien trasladaba a Shinsō. No hacía mucho más que escapar o bloquear ataques, le gustaría ayudar de otro modo. Miró hacia el reloj de la pantalla viendo que tanto tiempo tenían, tragó en seco al ver que no les quedaba mucho. ❛Vamos, vamos❜ .

Miró nuevamente hacia Midoriya sintiendo una ansiedad y preocupación de como le esté yendo, frunció sus labios momentáneamente viendo el montón de equipos que estaban contra él e iban directamente por los diez millones de puntos. Miró a su alrededor unos momentos y después al suelo, después levantó la mirada hacia allá y sonrió para si misma. No estaría mal ayudarlo. Levantó levemente su mano mientras Shinsō estaba ocupado recibiendo otra banda del equipo a quien engañó con su quirk, y dirigiendo su extremidad hacia allá la balanceó con fuerza haciendo aparecer inmediatamente una pared de fuego que rodeó al equipo de Midoriya y alejó a los que iban a por ellos debido al roce del calor.

Contrajo su mano mientras suspiraba al sentir su calor, vio como Uraraka, Tokoyami y... a quien creyó ver a Takeru mostrarse confundidos y sorprendidos viendo las flamas apagarse y dejar el rastro de humo, Midoriya fue el que volteó de un lado a otro nervioso y sorprendido y cuando conectó miradas le sonrió, hizo un gesto con sus dos de sus dedos en su frente y moviéndolo hacia adelante en un gesto de saludo semi militar a lo lejos para después centrarse en lo suyo, aún pensando en todo.

Fue tomando en cuenta las opciones más viables y menos arriesgadas. Si, sabía que ella a veces era de las de tomar las opciones arriesgadas pero tenía que pensar de manera precavida. Esta no era una prueba de mucha habilidad como la anterior o la que seguía así que podía usar más que nada la habilidad mental y acumular puntos mientras los demás no se daban de cuenta. Si, sentía menos presión en sus hombros al respecto de esos pensamientos. Estaba pensando de manera inteligente, así guardaba fuerzas para la gran etapa que seguía, pero tenían que acumular la cantidad adecuada.

Una pequeña idea le surgió cuando vio a tres equipos acercarse, por ahora los de su clase estaban en lo suyo, sobretodo el equipo de Todoroki y Midoriya quienes estaban ocupados entre si, de las demás clases dispuestos a arrebatarles los puntos que tenían. Los analizó bien y colocó una expresión seria.

—¡Hitōshi-kun, sostente bien! también échate un poco hacia atrás. —le pidió en una exclamación hacia su amigo quien de su parte la escuchó con atención—. Tengo una idea, pero las cosas se colocaran un poco calientes.

El pelivioleta se quedó en silencio al escucharla, pero asintió, acomodándose con ayuda de sus prácticamente secuaces bajo el efecto de su don para sostenerse y prepararse, levantando levemente su antebrazo preparado para cubrirse. —Bien, confío en ti.

Hatsulin asintió soltando un sonido de afirmación para sostener mejor con una de sus manos la pierna del contrario y levantar la otra; relamió sus labios un poco comenzando a acumular el fuego en un punto exacto y también a preparar la temperatura de sus arterias, sintiendo como su piel entraba en calor y casi se escuchaba como unas pequeñas gotas de sudor resbalaban y se evaporaban. Su mano restante se acomodó de cierta forma para dirigirla a su boca la cual se entreabrió y dejó salir un pequeño suspiro, viéndose tal cual el vapor.

Inhaló con fuerza llenando sus pulmones de aire que sucesivamente aquel aire se fue convirtiendo en aire caliente, juntó la boquilla de su mano que imitó para después, exhalar soplando con fuerza, pero al momento en dónde debería salir aire salió una ráfaga de fuego de su boca moldeada con su mano para que fuera precisa y poder controlarla en un punto exacto, moviendo levemente hacia los lados para evitar el paso de aquellos tres equipos siendo que uno de ellos casi estuvo por caerse, al menos el jinete, quedando expuesto.

Shinsō se percató de aquello, mostrándose primeramente sorprendido por la acción de la chica, para después entendiendo mientras enseriaba su rostro y miraba fijamente su objetivo principal.

—¡Otani, la banda! —ordenó hacia la albina quien acatando su orden de manera obediente pero precisa abanicó su mano hacia allá saliendo de entre sus dedos aquellas curiosas telarañas que se adhirieron en la bandana de la frente, y el cuello de aquel chico que ante la sorpresa terminó cayendo al suelo, siendo descalificado automáticamente.

La del quirk de telaraña encogió su mano hacia ella para traer las bandas de los puntos a Shinsō quien rápidamente la tomó siendo dueño de aquellos puntos. Hatsulin dejó de hacer su accionar manteniendo su boca abierta en dónde salían pequeños residuos de flamas y humo negro, agarró con fuerza a Hitōshi quien se aferró y preparó; la pelirroja se desplazó hacia adelante mientras que los otros dos en su equipo sólo seguían con la inercia, seguidamente pasó entre el humo y flamas restantes de su ataque hacia el segundo equipo distraído y contraído por el fuego para chocar con fuerza contra el caballo de aquel equipo y empujarlo, escuchando quejas de ellos.

Se movió firmemente al agacharse un poco y después pasar uno de sus pies en una barrida entre las piernas del caballo de aquel equipo quien perdió el equilibrio y antes de caer con su jinete, tomó ella misma todo sus puntos para lanzarselos a Shinsō quien los atrapó. El otro equipo estaba más reincorporado pero quieto en su lugar, todavía procesando lo sucedido.

—¿Sorprendidos? —dijo Shinsō con neutralidad mientras los veía de reojo y sentía a Hatsulin reincorporarse jadeando unos momentos en un suspiro para estabilizar su garganta, sintiendo sus pulmones quemar.

—¿Q-que rayos? ¡m-malditos, los vamos a... ! —y volvió a caer, Hatsulin miró hacia la cabecilla del grupo quien se paralizó apenas reaccionó ante las palabras de Shinsō.

—Dame tu banda. —y obligatoriamente obediente el líder le dió lo que le pidió, recibiendo quejas y preguntas al azar de por qué lo hizo. Los puntos se acumularon justo a tiempo, casi al instante se anunció que la prueba acabó y ya no tenían que seguir recolectando.

Suspiró largamente por su pequeño esfuerzo; su cuerpo estaba caliente y sus manos estaban sudando por el uso de su quirk, el calor en su piel y el roce con el uniforme de Hitōshi; este mismo no tardó en darles una pequeña palmadita a los que había usado en su equipo quienes reaccionaron, saliendo del trance. Ambos se mostraron confundidos mirándose a si mismos mientras que el pelivioleta bajaba tranquilamente de un salto. Hatsulin se enderezó y suspiró largamente, pasó su mano por su frente limpiando la pequeña capa de sudor que apareció.

Se sacudió un momento como si con eso deshaciera el calor en su cuerpo para colocar sus manos en su cintura y después mirar hacia Shinsō, este la observaba fijamente con la misma expresión de siempre. Él con todas las bandas encima levantó el pulgar con su expresión seria haciéndola parpadear y seguidamente reírse un poco por aquello, pero también alzó el pulgar. Dejando de lado la presión que sentía, estaba contenta, por ella y por Shinsō. Habían logrado pasar. Ahora deberían anunciar quienes quedaron en cada puesto, se acercó junto a Shinsō en dónde todos se reunían.

—¡Y ahora anunciaremos a los cuatro primeros lugares! —exclamó Midnight con el micrófono en mano y una gran sonrisa. Hizo un gesto con su brazo como una presentadora, aunque sinceramente ahora lo era—. ¡En el primer lugar; el equipo de Todoroki!

Tragó saliva de forma ligera por aquello, miró directamente hacia dónde distinguió sus cabellos. No estaba sorprendida, simplemente se sentía un poco ahogada por aquello. Si su abuela se atrevía a buscarla en algún momento le recalcará lo mal que hizo todo, que quedó después de el apellidado Todoroki y además. Atsuko no tenía un odio en especial por su familia materna, pero cualquier obstáculo para ella es un estorbo que debe odiar. Suspiró, escuchando como continuaba.

—¡Segundo lugar; el equipo de Bakugō! —siguió anunciando sintiendo su pulso acelerado por el tercer lugar—¡Tercer lugar, equipo Tetsu... ! ¡no, esperen, eso cuando paso!? —exclamó con sorpresa mientras se mostraba la pantalla, casi inmediatamente los puntos y equipos cambiaron y en dónde debería ir el equipo «Tetsutetsu» dónde alcanzó a leer, cambió y sintió un alivio y felicidad cuando vio el apellido de su amigo, osea su equipo.

Sintió una satisfacción y felicidad en su pecho mientras escuchaba como su maestro Aizawa explicaba que a último momento le arrebataron las bandanas, ahora que lo pensaba, si fue así; fue entre el trío de equipos que habían acorralado en los últimos minutos.

—¡Increíble! ¡tercer lugar, el equipo de Shinsō!

Suspiró largamente mientras colocaba un mechón detrás de su oreja sonriendo poco a poco, estaba bien, sinceramente estaba bien... no iba mal, pero... sabía bien que para su abuela eso era malo pero, se sentía bien con eso. Pensaba positivamente en que la siguiente prueba era la decisiva, ahí si iría con todo.

—¡Cuarto lugar, equipo Midoriya! —anunció el último equipo Midnight, llamando su atención; así que al final le quitaron los diez millones de puntos—. ¡Y esos son los cuatro equipos que avanzan a la ronda final!

—Oye. —le llamó Shinsō haciendo que lo volteara a mirar, tenía una expresión tranquila en su rostro. Hatsulin le sonrió curiosa, cruzando sus brazos—. Supongo que necesitas algo para bajar tu temperatura... nos dieron una hora para la última ronda así que... ¿vamos a comer algo?

—¡No tan rápido! —e interrumpiendo su respuesta, aunque aún así había asentido, Ashido Mina llegó de la nada con su mano extendida hacia adelante y una pose extravagante. La miró desconcertada al igual que Hitōshi—. ¡Ya te secuestraste a Tsubomi-chan en esta prueba! ¡iba a tenerla en mi equipo si no fuera porque te la llevaste! —dramatizó abrazándola de costado mientras juntaba su mejilla con la suya—. Y también porque Bakugō no quiso por no-sé-que... ¡Pero ese no es el punto! ¡deja de coquetear con nuestra querida Tsubomi-chan y llevártela, atrevido!

Shinsō se le quedó observando más que confundido mientras que Tsubomi estaba con una expresión expectante y en blanco por aquellas palabras de su amiga. Pestañeó un par de veces mientras pequeñas burbujas aparecían alrededor de su entorno.

—Yo no estaba coqueteando con ella... —respondió vagamente el de cabellos violetas con una expresión vacía pero confundida.

—¡No lo niegues, si lo hacías! —Mina acarició la cabeza y el cabello de Hatsulin lentamente mientras que Kirishima y Sero llegaban a sus lados, riendo confundidos por la situación—. ¡La estabas invitando a comer!

—Necesita comer algo frío para estabilizar su temperatura, está caliente.

—¡Excusas!

—Este... —murmuró Hatsulin mirando de un lado a otro sin saber que hacer, miró hacia Kirishima quien simplemente se mantenía sonriente como siempre y Sero estaba viendo con diversión la situación de Ashido acusando a Shinsō de que estaba coqueteandole y no sabe que más.

Bueno, relajarse un poco con sus amigos no estaría mal.

—¿DE QUE ME PERDÍ? —SU VOZ SALIÓ DE FORMA INCONSCIENTE y confundida en el momento que Yaoyorozu llegó y la arrastró a los vestidores; incluso todavía tenía su tazón de helado de varios sabores y bolitas debido a que tenía que comer lo suficiente para estabilizar su temperatura.

—¡Me alegra mucho encontrarte, Tsubomi-san! Me preocupaba no hacerlo y ser la única que faltara.

—¿Hmh?

Un sonidito de confusión mientras tenía la boca llena vibró en su garganta, mirando sucesivamente a la vicepresidenta de la clase y después a sus demás compañeras, estaban vistiendo un traje de porrista con las iniciales de la academia; U.A. en grande en el top de porrista que iba en la parte superior, igualmente parecían practicar unos curiosos pasos y movimientos rítmicos. Las más confiadas eran Ashido (quien luego de desaparecer para ir al baño cuando obligó a Shinsō a comer con ellas, Kirishima y Sero al parecer estaba allí) y Uraraka, aunque esta se veía apenada. Las más encogidas eran Jirō y Asui.

No sabía que era lo que estaba pasando sinceramente, aunque poco a poco tenía una idea de lo que tenían que hacer. Tomó otra cucharada de helado cremoso y se lo llevó a la boca para poder saborearlo, estando bastante despreocupada por la situación de ahora. La más alta la tomó de los hombros y la empujó hacia otra dirección, la sentó en una banca y como si ella fuera una niña pequeña comiendo su helado le soltó la coleta alta haciendo que su cabello algo despeinado y ya revoltoso a su manera cayera hacia abajo. A los minutos Yaoyorozu le peinó el cabello primeramente y después le hizo aquel peinado de dos coletas bajas que siempre suele usar con listones.

Seguidamente ella pareció buscar algo y le extendió lo que parecía ser otro traje de porrista al que se le quedó viendo varios segundos, dejando de degustar bajando la cuchara al pequeño tazón de plástico con el emblema del puesto de helado al que compró. Levantó su mirada hacia su bella compañera azabache mientras abría su boca lentamente para hablar, señalando con su dedo aún sosteniendo la cuchara aquel uniforme de porrista.

—También te hice esto, Tsubomi-san. —pero Momo rápidamente actuó dejando el uniforme en la banca y mostrándole otra prenda perfectamente doblada de color negro. Se quedó en silencio mientras parpadeaba—. Me he... dado de cuenta que te sientes más cómoda cubriendo ciertas partes de tu cuerpo, así que también cree esto especialmente para ti. Es un crop top, cubre los brazos y el cuello así como la camisa negra que tienes puesta bajo el uniforme deportivo, y también parte del abdomen para que te quede bien y cómodo... —murmuró avergonzada, Hatsulin la vio muda varios segundos, viendo como sus mejillas se ruborizaban—. Pero... si prefieres usar la camisa que llevas puesta, no hay...

Dejando su helado de lado, tomó con cuidado la prenda de las manos de la linda chica que tenía de vicepresidenta y con orgullo como amiga haciendo que esta levantara la mirada sorprendida y con sus mejillas ruborizadas. Hatsulin limpió levemente sus labios y después le sonrió a la más alta de manera amigable y agradecida. Levantó su mano y le palmeó suavemente su cabeza.

—¡Eres muy linda, Yaoyorozu-chan! —canturreó sincera la pelirroja, provocando que la aludida se ruborizara más—. Considerada y amable. De verdad me agradas, eres una gran amiga. No te arrepientas de los actos de consideración que haces, esos te hacen una maravillosa persona. —admitió haciendo que la chica bajara la mirada apenada pero después sonriera—. Ni idea de que vamos a hacer ¡pero ánimo ánimo! —agitó su puño levemente mientras tomaba las otras prendas del traje de porrista y se agachaba un poco más para tomar y entregarle algo, el tazón con al menos dos bolas de helado restante—. Toma, helado.

Se dió la vuelta para buscar momentáneamente algo en su casillero dejando a la vicepresidenta en su lugar y con el tazón de papel entre sus manos y una mirada sorprendida en sus ojos, pero con un brillo de ilusión seguidamente sonrió dejando salir un pequeño suspiro. Se sentía más motivada y feliz. Esperaba que todo saliera bien. Rato después ya había acabado el tiempo de descanso así que volvieron al estadio finalmente.

—¡Ahora que el almuerzo terminó, finalmente es hora de revelar el último juego! Pero, antes de eso, hay buenas noticias para todos los que no lograron llegar a las finales... —se movía ligeramente en su lugar mientras mantenía los pompones rojos a la altura de su pecho y los agitaba muy ligeramente, estaba junto a sus amigas de la A esperando, se sentía fría por dentro y contenta, por eso se movía—. ¡Esto es sólo un festival deportivo, así que prepararemos juegos recreacionales en el que todos pueden participar! ¡Incluso hemos traído animadoras reales de America para animar las cosas! Uh...

Siguió moviéndose con sus piernas ligeramente a la par de sus pompones, a su lado todas sus compañeras vestidas como porristas se quedaron mudas y con expresiones afligidas. Todos se percataron de sus vestimentas y poco a poco ellas vieron que eran las únicas vestidas de esa manera, ninguna de las chicas de las demás clases estaban vestidas de esa manera. Midnight pregunto que sucedió mientras que efectivamente las porristas de Estados Unidos miraban confundidas a las chicas de la A, se fue enfocando la expresión de cada una que era avergonzada y molesta, aunque la única con una expresión normal era Hatsulin.

Se percató de todas esas miradas y observó de un lado a otro su alrededor en un movimiento rápido, un pequeño signo de confusión apareció en su cabeza seguido de tres puntitos detrás de ella al sentirse confundida de la situación. Las chicas gritaron hacia Kaminari y Mineta ya que al parecer ellos fueron los culpables de sus vestimentas al mentir sobre que Aizawa había dicho que todas las chicas de todo el primer año se iban a vestir así. Miró a Yaoyorozu quien se veía frustrada y con una nube de vergüenza a su alrededor, cayendo de rodillas al suelo.

—Incluso me tomé el trabajo de hacerlos yo misma con mi quirk... —Hatsulin le dió palmaditas en su espalda en consuelo, teniendo el pompón en mano al no colocarlo en la otra.

—¡Así que terminamos, vamos por el evento principal! —dejando el anterior asunto de lado, siguieron aclarando todo—. Los cuatro equipos que pasaron a la próxima fase, son total de dieciséis participantes. ¡Entre ellos vamos a decidir al ganador del torneo!

—¡Serán batallas directas de uno contra uno!

Asintió lentamente por aquello, no era diferente a los anteriores años, al menos cuando sus hermanos Takeshi y Kazuto participaron la última prueba se trataba de una batalla en bloques de uno contra uno; siempre terminaban sólo dos al final y luego el vencedor era el ganador del Festival Deportivo de aquel año. No diría que era fácil, todo dependería de contra quién le toque. Esta vez si iría con todo, no tendría piedad con nadie.

Su mirada se volvió determinada y un poco neutra mientras bajaba los pompones hacia el suelo al colocar una postura tranquila pero concentrada. Escuchaba todavía las exclamaciones de su apellido junto su nombre así que volteó a su alrededor y al encontrarse con la misma fila dónde estaban personas que la apoyaban. Agitaban pancartas gritando su nombre y saludando a lo lejos con una sonrisa. Sonrió con levedad y sacudió una de sus manos junto con el pompón al saludarlos.

—Los dieciséis finalistas pueden elegir si participarán o no en los recreacionales, estoy segura de que quieren descansar para guardar su fuerza. —aclaró la heroína Midnight con una sonrisa mientras que al momento se mostró con una caja, lo más seguro para hacer el sorteo para elegir quien iba contra quién—. Ahora, del primer juego. —y antes de continuar, fue interrumpida cuando una persona de entre los estudiantes alzó su mano.

—Midnight-sensei, con su permiso tomo su palabra. —sus ojos se dirigieron hacia aquella voz femenina; era la albina de ojos rojizos, sus cabellos caían por la mitad de su rostro dejando sólo uno de sus ojos a la vista que se veía serio y molesto. Era la misma de su equipo—. Si me permite, me quiero retirar.

La observó fijamente por aquello, veía su perfil hablar con seriedad y cierto enojo en su voz. Al parecer no recordaba nada de lo que sucedió cuando Shinsō la hipnotizó con su quirk y no se sentía bien participando así como así, otro chico señaló lo mismo y decía que prefería abandonar. Todo se solucionó al momento que sustituyeron a los dos que les permitieron retirarse por dos del puesto cinco, al parecer del equipo Tetsutetsu; el Kirishima platinado y una chica con cabello de lianas.

Dejó de lado aquel tema para mirar hacia la nada, en espera de que siguieran anunciando todo. Midnight fue explicando una vez más las cosas y cuando el sorteo se dió, los nombres aparecieron. En la primera ronda busco rápidamente su nombre al mover sus pupilas entre todos; ubicó primero el nombre de Hitōshi junto con... Izuku. Apretó levemente sus manos por aquello pero no se sofocaría con eso, debía planear algo para contra quién le toque. Cuando vio su nombre vio el de su contrincante, lo leyó lentamente viendo quien sería su rival; Iida Tenya.

Se quedó observando el nombre completo de su compañero y presidente de clase, su expresión era analítica para buscar instintivamente con la mirada al chico de los motores casi al momento cuando lo hizo él la volteó a mirar mostrándose un poco sorprendido hasta enseriar su rostro, ella no hizo gesto alguno, hasta que sonrió con sus ojos vacíos y miró hacia otra dirección. Suspiró profundamente, bien, tenía que irse a cambiar y pensar en una estrategia. Esta vez se iría la Tsubomi Hatsulin agradable.

—Pero primero quiero Peyoung Yakisoba.

—Pirómana. —miró con su vista perdida hacia Bakugō quien llegó a su lado, ladeó su cabeza un poco al verlo nuevamente con ella. Pestañeó un poco por su presencia repentina, estaba con las manos en sus bolsillos y una postura firme, viéndose serio. El chico se le quedó mirando fijamente varios segundos y sintió como la veía de arriba hacia abajo—. ¿Que diablos traes puesto?

—Ánimo, clase 1-A. —ignoró olímpicamente su cuestionario agitando sus pompones, se volteó para quedar enfrente de él, teniendo que levantar la cabeza para verlo al rostro—. ¿Que pasa?

Bakugō chasqueó la lengua y después rodeó sus ojos con fastidio, aunque aún así no se quedó callado.

—No estamos en el mismo bloque, en ninguno. —la pelirroja inclinó su cabeza al no comprender a que se refería; el cenizo endureció su mirada y chasqueó su lengua, molesto—. ¡No me mires con esa cara de tonta! ¡más te vale llegar al final porque esta guerra no se va a quedar así! Si te atreves a perder con cualquiera de los extras con los que te enfrentes ¡te voy a destruir!. ¡Aparte, cámbiate eso, te ves ridícula!

❛Con que era eso❜. Pestañeó una vez más por lo que había dicho, claro que tenía en cuenta que había hecho una declaración de guerra contra él, también la tenía contra Shōto así que debía derrotar a Iida y a quien sea que le toque para para enfrentarse a su primo y a Bakugō. Si tenía una guerra con ellos, debía cumplirlo. Sonrió de lado acercándose al cenizo pasándolo de lado mientras palmeaba su hombro.

—Suerte para ti también, Bakugō-kun. Y gracias por tu comentario, me cambiaré. —y después le "golpeó" el rostro con uno de los pompones, provocando que la cara suya se volteara a un lado por la presión, aunque sinceramente no lo golpeó con fuerza—. Pero deja de verme tanto, pervertido.

—¿¡P-pero que dices!? —su voz tembló del enojo, y cuando le iba agarrar el brazo para apartarla para zarandearla y alejarla se apartó de un salto—. ¡No me toques! ¡yo no te estoy viendo ni mucho menos soy pervertido, lunática! ¡Ni siquiera soy el que está usando un atuendo revelador de porrista y haciendo el ridículo!

—Oh interesante imagen mental de Bakugō-kun vestido de ōendan. —murmuró vagamente mientras se daba la vuelta y se iba de manera pensativa.

—¡PÚDRETE, MALDITA ENANA!

MIRABA DIRECTAMENTE HACIA EL SUELO mientras balanceaba sus pies de adelante hacia atrás, estaba sentada en la mesa de espera unos momentos para comer su Peyoung Yakisoba; ya se había cambiado. Ahora esperaba cuando sería su turno, estaba feliz por tener el estómago lleno ahora, había evitado la tentación de pedirse un buen plato de aquella comida preferida para ella, pidió uno pequeño. No podía ir totalmente llena al cuadrilátero.

Suspiró cuando terminó de tragar un bocado más del Peyoung, dejó el tazón en sus piernas unos momentos y apoyó sus manos en el borde de la mesa echando su cabeza hacia atrás, viendo el techo. Un pequeño ❛Mhm❜ resonó en su garganta al pensar en su contrincante; Iida tenía la ventaja de la velocidad con sus motores, estaba más que claro que esos serían sus movimientos. Su pierna derecha se quedó quieta mientras que la izquierda fue la que se balanceó imaginando los escenarios en dónde tenía que acabar sin piedad con él.

Ésta vez su abuela si que estaría juzgándola, sabía bien que debe estar más que molesta de que no haya quedado de primera en ninguna de las pruebas anteriores; quedando de segundo en la primera y de tercera en la anterior, como si descendiera. Ya sentía el ardor de los golpes con el látigo en su espalda si no quedaba de primera esta vez, si estuvo agresiva y dura entrenándola no quería imaginarse cómo sería si no quedaba de primera. Sus ojos volvieron a estar vacíos, opacos y perdidos en el techo.

—Mhm... —volvió a tararear levemente por aquello, entrecerró sus ojos sintiéndose sofocada ahora pero dispuesta a acabar con quién sea que se interponga en su camino. El sonido de la puerta captó su atención, haciéndola mirar hacia allí.

Vio como la puerta se abrió en un rechinido y todo se paralizó cuando vio la silueta del tierno héroe llorón quien se veía afligido y bastante consternado, hasta que levantó la cabeza y se paralizó al conectar sus ojos con los suyos. El mundo se detuvo mientras que el cuerpo de Midoriya se volvía roca y Tsubomi... se quedaba en su lugar, sólo que colocando una cara más expresiva en confusión y colocaba una postura más firme que antes.

Un pequeño sonido de tic toc se hizo presente en el ambiente; Izuku no tardó en temblar notoriamente mientras que su mano en la manija de la puerta temblaba y se tensaba, viendo a su ajena dejar la taza vacía de Peyoung Yakisoba en la mesa e impulsándose para bajarse, pero recostándose en el borde.

—T-t-tsubomi-san... —dijo en un notorio tartamudeó levantando sus manos inmediatamente con su rostro rojo y apenado, aunque Hatsulin notaba un sentimiento de consternación en él, inclinando su cabeza como un gato curioso, asechándolo—. ¡Lo s-siento, no sabía que estabas aquí!; S-sólo buscaba dónde despejarme un momento... ¡Y-ya me iré!

—¿Mm? ¿y por qué? —cuestionó ladeando su cabeza hacia el otro lado, ganándose un sobresalto del chico quien vio estupefacto a su contraria—. Tu presencia no me molesta. Anda, siéntate conmigo y vamos a despejarnos juntos, héroe llorón.

—¿A-ah?... —se mostró confundido por aquel apodo de su parte, parpadeando varias veces ante aquello pero de una manera obvia supo a que se refería así que simplemente asintió y se sentó con cierta timidez en una de las sillas que habían.

Todo se quedó en silencio, un silencio... cómodo, sinceramente. Aún así Midoriya se sentía y veía inquieto en su lugar, veía sus manos cada tanto, observaba sus dedos moviéndolos y cerrándolos al hacerlos puños, después vio hacia Tsubomi de reojo viendo como tenía sus ojos cerrados y tenía sus brazos cruzados, estando cómodamente recostada en la pared. Vio su rostro sereno varios segundos y volvió a ver sus manos, haciéndolas puños unos momentos. Tragó un poco de aire para después exhalar lentamente.

Siguió observando sus manos varios segundos sintiendo efectivamente como el ambiente era tranquilo y silencioso, pero seguía mostrándose inquieto. Subió la mirada finalmente un poco dudoso pero determinado.

—O-oye, Tsubomi-san. —llamó levemente a la pelirroja quien no tardó en abrir sus ojos a su dirección luego de soltar un «¿Mm?» en señal de que lo escuchaba y tenía su atención. Izuku se apenó con ligereza en su lugar apretando sus manos, pero continuó hablando—. Quisiera saber... ¿por qué quisiste que fuéramos amigos?

Hatsulin se quedó viéndolo fijamente con una expresión atenta y expectante, pestañeó unas dos veces seguidas y después cerró sus ojos mientras suspiraba largamente y con lo que pareció ser pesadez, levantando sus párpados con una mirada cansada.

—Que pregunta más tonta... —dijo sin pudor y de forma directa.

—¡A-ah, lo siento! ¡y-yo sólo preguntaba! T-tenía curiosidad. —él aclaró mientras agitaba sus manos de un lado a otro con alteración, teniendo dramáticas lágrimas en su rostro. Colocó sus manos en sus piernas, con una mirada apenada y afligida—. Perdón...

La apellidada Tsubomi escuchó sus palabras sin reaccionar mucho, sólamente abrió uno de sus ojos viéndolo de reojo para cerrar devuelta sus párpados y soltar una muy pequeña risita, que se escuchó como un suspiro. Levantó su cabeza aflojando el cruce de sus brazos y elevando su mentón, viendo hacia el techo de aquella habitación de espera para la primera ronda; muy seguramente Midoriya no tardaría en salir, después de todo era la primera pelea, contra Shinsō. Quizás por eso se veía bastante nervioso, considerando que muy probablemente no sabía sobre su quirk y no podía planear algo por completo.

Sonrió de manera leve con una mirada algo nostálgica, descruzó sus brazos para juntar sus manos detrás de ella, viendo todavía hacia arriba y recostada en la pared. Midoriya seguía encogido y arrepentido en su lugar, sintiendo por su parte el ambiente pesado debido a la vergüenza que sintió por creer haberla molestado por su respuesta que le pareció irónica, pero no fue así.

—Verás, Midoriya-kun. —comenzó a hablar Hatsulin de manera y tranquila, rompiendo la burbuja de pena del aludido quien pestañeó una vez al escuchar su voz—. Tuve un gran amigo la mayoría de la secundaria, era como mi hermano, ya sea mayor o menor... —siguió mirando hacia arriba, con una expresión pensativa. Izuku al voltearla a mirar vio como entrecerraba sus ojos y su mirada se volvió nostálgica—. Aunque él ya murió; murió muy joven.

—¿E-eh?... —se colocó rígido por escuchar aquella revelación, sus pupilas se reducieron y sintió un nudo en su pecho. No se esperó que le dijera algo como eso, menos que comentará al respecto de su estado de vida. Veía tranquilidad en el rostro de la contraria aunque aquel toque melancólico que había visto en una vez se extendían por sus ojos pero a su vez la nostalgia y felicidad.

—Era la persona más fuerte que conozco, nunca dudaba en arriesgarse por otros o para demostrar la fuerza que poseía a aquellos que dudaban que él. —continuó hablando sonriendo a labios cerrados, mientras un pequeño brillo aparecía en sus ojos observando al cielo. Aunque le era doloroso su ya distante ida sentía orgullo y felicidad hablar de él—. Era el chico que más admire, muchos lo hacían por su determinación enfrente de los problemas.

La expresión de Izuku se fue suavizando por el relato de Hatsulin, a pesar del tema de conversación de un amigo fallecido no parecía contarlo con dolor. Lo contaba con... admiración, calidez, orgullo. Esos sentimientos le generaban gran tranquilidad sobretodo por ver la mirada nostálgica pero feliz de su compañera. Una sonrisa inevitable salió en sus labios mientras la miraba momentáneamente y después veía al suelo de la habitación.

—Suena como alguien increíble. —murmuró el de pecas jugando con sus dedos hasta entrelazarlos entre si sintiendo un buen ambiente a su alrededor.

Hatsulin asintió por lo dicho de su compañero y después colocó una dulce y sonriente expresión inclinando medio cuerpo hacia adelante sintiendo los cabellos atados en su coleta caer hacia un lado, teniendo la oportunidad de ver el rostro de su contrario. Cerró sus ojos en una dulce expresión y ladeó su cabeza en un gesto suave.

—Tú me recuerdas a él, Midoriya-kun.

—¿¡Ehhh!? —inmediatamente él reaccionó casi cayéndose de la silla, verdaderamente casi se cae pero si no fuera porque se sostuvo de la mesa si hubiera caído directo al suelo. Su rostro ahora era digno de un tomate maduro, sudando de los nervios con una expresión avergonzada—. ¿¡C-como puedes pensar eso, T-tsubomi-san!? ¡Tu amigo suena como un chico increíble y fuerte, y-yo no creo serlo! ¿E-es que tenemos alguna similitud en carácter o físicamente n-nos parecemos en algo? —preguntaba moviendo sus manos de un lado a otro, alterado pero sonriendo nervioso y avergonzado, hasta halagado.

—En realidad él no era llorón como tú.

—¡O-oye!

Hatsulin no evitó reírse de la reacción del tierno peliverde a su lado, se enderezó manteniendo sus manos todavía detrás de ella hasta soltarlas y seguidamente meterlas en sus bolsillos, dejando de estar recostada a la pared para enderezarse. Le sonrió al chico avergonzado y algo indignado pero también resignado en su lugar, seguidamente miró hacia la nada caminando un poco en medio de la habitación; Midoriya no tardó en quitar sus ojos llorosos por el golpe a su tierno orgullo por la sinceridad de la chica para mirarla, viendo como le daba la espalda.

—Aunque... a pesar de todo, era juzgando constantemente desde que lo conozco. Creían que era patético y un inútil porque no tenía quirk; era un quirkless. —reveló de manera pensativa mientras que Izuku pareció quedarse en shock en su lugar, se enderezó poco a poco y unos sentimientos propios de él se reflejaron en sus ojos. Propios pensamientos aparecieron en su cabeza, unos personales junto con recuerdos que Hatsulin no sabía pero lo que si sabía es que quedó mudo; a las pocas personas que les contaba al respecto de Ryuusen Yūta quedaban así cuando revelaba que era un quirkless—. Pero, aunque tuvo sus altibajos por aquellos desprecios, nunca se rindió. Siguió adelante a pesar de todo, a pesar de cada insulto y discriminación que hacía. Él seguía esforzándose para ser fuerte y poder proteger a los demás.

»A él no le importaba lo que otros dijeran por mucho que le doliera, ya que sólo quería salvar y proteger a otros como un héroe, como All Might. Era su héroe favorito. —continuó diciendo y narrando sobre Ryuusen Yūta a Midoriya quien parecía colocarse más en shock por cada revelación de su compañera pero al momento que ella lo miró sobre su hombro con una expresión cálida calmó su cara un poco, pero sintiendo sentimientos encontrados justo ahora—. Era un distraído a veces, también llegaba a ser un bruto cuando entrenaba. Ni yo sé de donde sacaba aquellas técnicas de entrenar pero... poco a poco fue ejerciendo su propia fuerza física y volviéndose fuerte y hábil hasta que fue capaz de defender a otros, sin importar que tan fuerte sea su contrincante... —miró hacia la nada con una sonrisa—. Me decían idiota por admirar a un quirkless, pero era inevitable; a pesar de que no tenía quirk, él mismo hacía su poder, él mismo se convertía en un héroe al lanzarse a salvar a los demás y protegerlos, sin importar el riesgo en el que estaba, él seguía a sus pies y su instinto de héroe...

Midoriya perdió el aliento unos minutos por toda la información que sentía, tuvo que mirar al suelo por el golpe de recuerdos y sentimientos encontrados que llegaron a él. Su pulso se había acelerado rápidamente y sentía su corazón brincar de una manera inexplicable. Aunque ella no tuviera en claro sobre él, Izuku, él mismo de alguna forma se identificaba con aquel tal amigo de Hatsulin. De alguna manera se sentía identificado de muchas maneras que ella no sabía, pero que al mismo tiempo adivinaba. Era algo confuso, como por pequeñas cosas esté provocando grandes reacciones en él. Le sorprendía era que estuviera contándole eso, pero se guardaba sus comentarios, le permitiría que terminara, aunque seguía estupefacto por lo que ella decía.

—¿Que tiene de patético eso? ¿que tiene de estúpido admirar a alguien con esos ideales? Él era alguien demasiado admirable, si siguiera aquí todo el mundo lo vería; observaría como a los que llaman inútiles y patéticos demuestran valentía y disposición a ser héroe. Incluso hasta lo que no tienes quirk como otros pueden llegar a ser increíbles personas y hacer impresionantes acciones, aunque me digan estúpida o me pregunten porque, creeré que los quirkless son igual de asombrosos que los que si tienen quirk. —Hatsulin casi al momento continuó hablando, volteándose a mirarlo sobre su hombro con un rostro serio. Vio a Midoriya observarla en shock, sus ojos estaban temblando y se empañaban en lágrimas por una razón que ella no comprendía pero no juzgaría.

Miró hacia enfrente una vez más y su expresión se suavizó, una sonrisa afable y determinada apareció en su rostro y al cruzar sus brazos se volteó hacia el tembloroso chico que la veía con sus ojos empañados de lágrimas y un brillo inexplicables en ellos. De verdad le quedaba bien el apodo de «héroe llorón» se notaba que él era alguien sumamente sensible, aunque no tenía en claro porque estaba tan sensible ahora, pero sólamente le sonrió. Le sonrió de manera dulce, cálida y entusiasta.

—La razón de que quise que fuéramos amigos es porque creo que eres alguien increíble. —admitió respondiendo finalmente a la pregunta que había empezado todo eso. Izuku tragó aire en medio de un sollozo, a nada de soltar lágrimas—. Ví como en un momento estabas atrás en la prueba y después estabas al final, pude admirar como tuve que ayudarte y al segundo, sin que me diera cuenta pasabas la meta con maniobras asombrosas e increíbles. En el ataque a U.S.J. sin importarte la situación te lanzaste contra un villano a ayudar, a pesar de que tan fuerte o poderoso fuera, a pesar de que tú quirk sea inestable. Te lanzaste a ayudar, a proteger a All Might sin importar el riesgo. Eres fuerte, las personas como tú me hacen sentir orgullo, felicidad de conocerlas.

Se encaminó hacia él y mirando hacia abajo al estar levantada y todavía su contrario sentado, haciendo diferencia de altura. Su mano se levantó y como ya ha hecho anteriormente la hundió entre los revoltosos cabellos verdosos del chico quien estaba apretando sus labios con fuerza mientras que las lágrimas estaban a nada de caer por sus mejillas que estaban rojas por aquel fuerte sentimiento que le provocaba aquellas palabras tan halagadoras y motivadoras hacia él, también estaba rojo por la vergüenza y el hecho de que estaba haciendo un enorme esfuerzo para no explotar en llanto allí mismo.

Sintió la mano de Hatsulin sacudir sus hebras momentáneamente y de forma animada, haciéndolo temblar mientras la miraba todavía sorprendido y conmovido. Ella le dió una cálida y entusiasta sonrisa, con un brillo de determinación reflejado en sus ojos azules.

—Sé que eres muy fuerte, y que lo serás mucho más. Yo te ayude antes porque fue un impulso a ayudar a aquel que ayudará a muchos en un futuro. —continuó hablando con honestidad, levantando la comisura de sus labios para mostrar sus dientes en aquella resplandeciente sonrisa—. Sigue siendo y haciéndote más fuerte, sigue teniendo convicción, coraje y determinación hasta el final. Sigue hasta la cima, Midoriya Izuku.

Un ahogado jadeo junto con unas ya fugitivas lágrimas no tardaron en aparecer, Midoriya seguía temblando de pies a cabeza y juraba que se iba a colocar a llorar a todo pulmón como un pequeño bebé en el suelo. Tuvo que tomar aire una vez más pero las gordas lágrimas resbalaban sin cesar por sus mejillas apretando sus dientes y sus labios mientras que sus orbes temblaban como dos gotas de agua. Su contraria no tardó en reírse levemente y darle una amigable palmadita en su cabeza, seguidamente limpió con sus nudillos su mejilla rojita y húmeda por las lágrimas.

Escuchó la distinguida voz de Present Mic por los megáfonos anunciando que ya los integrantes de la primera pelea vayan a la arena para comenzar. Levantó su mirada hacia la nada y vio todavía al lloroso y tembloroso peliverde quien se sobresaltó ante la nueva palmadita de la chica y como ella retrocedió, levantando sus pulgares con una gran sonrisa.

—Ya comenzará tu pelea. —agitó su mano mientras salía de la habitación, dándose la vuelta lentamente, dándole una última sonrisa de aliento—. ¡Suerte, héroe llorón! ¡Te daré ánimos en las gradas!

Se despidió una vez más y cerró la puerta de la habitación, para dirigirse en dónde estarían las demás clases para poder ver las peleas una por una. Ya comenzaría lo bueno, y eso simplemente la emocionaba en parte y a su vez, sofocaba... Pero a pesar de su presión, animaría a sus compañeros a la victoria.

→S H A N X L A B Y X←

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