࣪ ٬ 𝟬𝟰. new plan. ៹

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🌕🐺˖ ࣪៹ ❛ 𝕭𝐎𝐑𝐃𝐄𝐑𝐋𝐈𝐍𝐄 ❜ ꒷៹ ˖🐺🌑
004.┊ NEW PLAN.
꒰# TEEN WOLF E2 T1 ; Segunda oportunidad
en la primera línea.

—AQUÍ TIENES, ABUELA. TE HE CONCERTADO UNA CITA CON LA DOCTORA para mañana a las ocho de la mañana —le dijo Harper suavemente mientras le daba su cena, sólo unas galletas y té. Su abuela estaba demasiado enferma para comer correctamente.

Su abuela suspiró.

—No tenías que hacer eso, cariño. Estaré bien, sólo es un catarro —le explicó.

Harper sacudió la cabeza.

—Nunca me lo perdonaría si pasara algo más, abuela. Te necesito. Además, siempre es mejor prevenir que curar. Pueden darte algo para esa tos tan desagradable que tienes.

Como si fuera una señal, Rose empezó a toser con fuerza, moviendo todo el cuerpo. Se llevó los pañuelos a la boca, con los ojos llorosos y la mano ligeramente temblorosa. Frunciendo el ceño, le tendió la caja de pañuelos que estaba en la mesita junto a ella, por si necesitaba más.

—Te quiero, guisantito —le dijo con voz entrecortada, enviando a Harper una débil sonrisa.

Justo cuando Harper estaba a punto de repetir las palabras, llamaron rápidamente a la puerta, haciéndola suspirar.

—Vuelvo en un segundo, abuela —le dio un dulce beso en la frente antes de ir a abrir la puerta.

Cuando la abrió, la castaña no se sorprendió al ver a Stiles allí de pie, con las piernas rebotando y la mano pasando por su pelo rapado. Se le iluminó la cara cuando vio a Harper y empezó a decir cosas que ella no entendía.

Harper se rió ligeramente.

—¿Qué necesitas, Stiles?

Se calló antes de volver a abrir la boca, esta vez sus palabras salieron con más claridad.

—Scott dijo que necesita hablar con nosotros. Dijo que encontró algo. Algo grande. Y puede ayudar a mi padre. ¡Tienes que venir!

Harper frunció el ceño.

—No puedo, mi abuela está enferma.

—Vete, cariño —dijo ella desde la sala de estar—. Estaré bien. Tengo mis galletas, mi té y la tele para distraerme. Si te necesito te llamo.

Stiles le dio una mirada como diciendo "escucha a tu abuela".

Tras medio minuto de vacilación, Harper finalmente cedió.

—Te quiero, abuela —le gritó.

Rose contestó con las mismas palabras y Harper se puso rápidamente sus zapatillas Adidas limpias antes de salir corriendo por la puerta e ir hacia el jeep azul de Stiles. Tenía tanta prisa que se había dejado la puerta abierta, las llaves dentro y el motor aún en marcha.

—¿Cuánto—

—Bastante —sacudió la cabeza—. Bastante Red bull.

Harper se echó a reír y se abrochó el cinturón de seguridad antes de que Stiles empezara a acelerar por la carretera. Iba por encima del límite de velocidad, pero no parecía importarle. Cada vez que Stiles era detenido por exceso de velocidad, su padre le ayudaba. Las ventajas de ser el hijo del Sheriff.

Cinco minutos después, Stiles se detuvo en la casa de Scott, salió rápidamente del coche y entró corriendo, sin molestarse siquiera en llamar a la puerta. Harper se bajó del jeep y empezó a subir corriendo las escaleras, llegando justo a tiempo para oír lo que decían Stiles y Scott.

Se detuvo en el umbral de la puerta de la habitación de Scott, que estaba sentado en el borde de la cama, con Stiles a unos pasos de él, con un aspecto aún más frenético que cuando había venido a recoger a Harper. Parpadeaba mucho, pero ella supuso que era por la medicación que había estado tomando. Bendito sea Stiles Stilinski.

—He encontrado algo en casa de Derek —habló Scott solemnemente.

Los ojos avellana de Stiles se abrieron de par en par. 

—Define algo.

—Algo enterrado. Pude oler a sangre —anunció Scott, atrapando la atención de la chica.

Harper enarcó una ceja, apartándose del marco de la puerta.

—¿Qué?

—¡Pero eso mola! —exclamó Stiles antes de pensar en lo que había dicho y añadir— Bueno, es horrible. ¿De quién?

Scott se levantó.

—No lo sé —dijo él—. Si lo descubrimos, tu padre lo acusará de asesinato. Y vosotros me ayudaréis a cómo jugar lacrosse sin transformarme. Porque no hay forma de que pueda librarme del partido.

Stiles sonrió orgulloso mientras Scott levantaba el su palo de lacrosse y lo tiraba sobre la cama, pero Harper decidió mantenerse al margen de la conversación. No ganaría cuando eran dos contra una.

Los tres adolescentes solían acabar bastante a menudo en el hospital de Beacon Hills. Entre que la madre de Scott, Melissa McCall, trabajaba allí y la cantidad de veces que Harper se había caído y roto algo, venían mucho. Por eso los médicos los saludaban en cuanto entraban.

Harper señaló un cartel que decía «Morgue».

—Eh —señaló y Scott le hizo un pequeño gesto con la cabeza—. Intenta que no te pillen.

—Sí —añadió Stiles—. Y buena suerte, supongo.

Stiles y Harper entraron en la sala de espera, tomaron los dos primeros asientos vacíos uno al lado del otro y se sentaron. El chico de ojos color avellana que estaba junto a Harper sacó inmediatamente su móvil y se puso a jugar. Ella suspiró y apoyó la cabeza en su hombro, cerrando los ojos.

Stiles se tensó debajo de ella, riendo nerviosamente.

—¿Cansada? —preguntó él—. Por cierto, ¿cómo está tu abuela? Antes sonó muy enferma.

—Lo está —Harper bostezó—. Muy enferma. Le pedí cita con la doctora para mañana a las ocho

Stiles dudó.

—¿Necesitas que alguien os lleve? Es sábado así que no tenemos clase.

La castaña pensó en su sesión con Morrell, en lo que había dicho sobre la gente que se preocupaba.

Harper apartó la cabeza de él, con una sonrisa cruzando sus labios.

—¿Harías eso? —preguntó.

Stiles la miró profundamente a sus ojos castaños.

—Haría cualquier cosa por ti —respondió con tal sinceridad que hizo que su corazón diera un vuelco y que las mariposas de su estómago volvieran a la vida.

Harper le cogió de la mano y le dio un apretón antes de soltarla, mostrándole su aprecio hacia él. Justo cuando iba a responderle con palabras similares, una voz familiar la interrumpió.

—¿Ya está? —Lydia. Giró la cabeza a la vuelta de la esquina y la vio allí de pie, con Jackson delante de ella. Probablemente estaban aquí por su lesión en el hombro.

Jackson se frotó el hombro, confirmando las sospechas de Harper.

—Dice que no me acostumbre, pero que un chute de cortisona no me matará —explicó él.

—Y otro antes del partido —respondió Lydia. Jackson la fulminó con la mirada y ella suspiró—. Los profesionales lo hacen. ¿Quieres ser un aficionado de instituto? O... ¿quieres llegar a ser un profesional?

Ella le agarró de los brazos y se inclinó para besarle. Empezaron a enrollarse en medio del pasillo. Harper levantó la nariz, volviendo a mirar a Stiles, que miraba a su alrededor. De repente, Scott apareció justo delante de ellos, haciendo que ambos pegaran un brinco.

—El olor era el mismo —confirmó él.

Stiles se quedó con la boca abierta, levantándose.

—¿Seguro?

Harper suspiró, mientras imitaba a Stiles.

—Así que enterró la otra mitad del cuerpo fuera de su casa.

—Lo que significa que tenemos la prueba de que la mató —terminó Scott.

Stiles sonrió mientras empezaba a caminar por el pasillo con Scott y Harper siguiéndole de cerca.

—Y la usaremos.

—¿Cómo? —preguntó con curiosidad la chica menuda.

Ignorándola, Stiles se volvió hacia Scott.

—Oye, sé sincero —Stiles lo miró directo a los ojos—. ¿Haces esto por atrapar a Derek o porque quieres jugar en el partido y él te lo impide?

—Tenía marcas de dientes en las piernas, Stiles. Mordiscos —Scott no respondió adecuadamente a la pregunta.

Escalofríos recorrieron la espina dorsal de Harper y entonces Stiles asintió.

—Muy bien, iremos a por una pala —Les dio unas palmaditas en la espalda a ambos antes de darse la vuelta para irse de nuevo.


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