S I E T E

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Aviso: recomendación leer en negro y solx. <3


















































Jimin guardó el teléfono en su bolsillo y lo miró.

— Diría que eres buen actor, Kim. De algo te serví estos dos años. — le dijo Jimin a Taehyung, quién se limpiaba el rostro sucio con un pañuelo azul.

— Solo diré que apareciste en el mejor momento. ¿Dónde estabas? ¿estabas cerca? — interrogó Taehyung.

Jimin solo se limitó a sonreírle y pasarse una mano por el cabello. Detrás de ellos, el sol empezaba a aparecer detrás de las montañas. Jimin fue el primero en entrar al auto en el cual habían estado apoyados los dos. Taehyung se terminó de limpiar el rostro y entró del lado del copiloto.

— ¿Volveremos a los Ángeles? — preguntó Taehyung. Jimin encendió el motor y lo miró con una ceja levantada.

— ¿Vas a dejar que Hoseok se quede con lo que es tuyo? Terminó siendo hermano de Min, ¿y tú qué? Te dejó a un lado después de todo. — Taehyung tragó duro y miró hacia el frente. — Tengo lastima por ti, te quitan lo más preciado que tienes.

— Cállate y conduce, Park. — Jimin soltó una carcajada.

— Triste realidad, Kim. Triste realidad... — y el auto se movió con destino al hotel.

Al llegar, Jimin se bajó del auto y se puso los lentes de sol. Se metió las manos en sus bolsillos delanteros y caminó con una sonrisa de oreja a oreja hacia el hotel. Pasó por la recepción y alcanzó a Taehyung.

— ¿Qué? ¿Adónde vas? — preguntó Taehyung, esperando el ascensor.

— Voy a dormir un poco, ¿Qué? ¿Ahora un demonio tampoco puede dormir?

— Idiota, hablo de..., ¿Tienes habitación aquí? — Jimin se bajó las gafas hasta el puente de la nariz.

— Iré a tu habitación. — Taehyung negó.

— Tienes dinero, búscate una. — las puertas del ascensor se abrieron y cuando Taehyung fue a entrar, Jimin lo jaló del brazo e hizo que sus cuerpos se juntaran. Taehyung tragó duro.

— Sabes que no me gusta que me digan que no, Tae. — le susurró muy cerca de sus labios. Pasó un dedo por su clavícula. — Sabes cómo me pongo..., y no quieres verme de nuevo así, ¿verdad? — Jimin se acercó un poco más a Taehyung y le sonrió. — Vamos a dormir, estoy muy cansado.

Y se separó de Taehyung, entró al ascensor. Taehyung se tomó unos segundos para entrar al ascensor junto a Jimin. Presionó el botón de su piso y se colocó al lado de Jimin en total silencio. Desde que lo vio por primera vez, cuando fingió su muerte; su cuerpo había desarrollado temor hacia Jimin. Sinceramente, para Taehyung, Jimin era más terrible que Yoongi.

— Estoy muy cansado la verdad... — dijo Jimin y se quitó los lentes de sol. — Pero la verdad tengo muchas ganas de-

— ¿Jugar? — respondió Taehyung con la mirada hacia sus pies. Jimin sonrió sin mirarlo y soltó un suspiro. Se acercó a Taehyung y le levantó la mirada con solo poner dos dedos bajo su barbilla. Los ojos de Jimin intuyeron los de Taehyung haciendo que su vello se levantara y su cuerpo temblara.

Jimin acarició la mejilla de Taehyung y acercó sus gruesos labios a los delgados de Taehyung, pero antes de que estos se rosaran, las puertas del ascensor se abrieron dando paso a su piso. Jimin fue el primero en salir del ascensor. Taehyung salió detrás de él, aún en silencio y con la mirada baja.

— La llave. — pidió Jimin.

Taehyung se adelantó y se acercó a la puerta de su habitación, sacó la llave de su bolsillo y abrió la puerta. Entró y Jimin entró después de él. Antes de cerrar la puerta, se aseguró de poner en el pomo de afuera "no molestar", y con una sonrisa, cerró la puerta y la aseguró desde adentro. Se giró y se encontró a Taehyung si camisa y en pantalones. Jimin ladeó la cabeza con una sonrisa y se desabrocho la camisa, se la quitó y la dejó caer el suelo. Se dio cuenta que solo había una cama, grande y solo para los dos. Jimin levantó una ceja y miró a Taehyung quien se acostaba en la cama del lado izquierdo. Jimin apagó la luz. Era de día, pero la habitación estaba oscura.

— No veo nada, Jimin. — dijo Taehyung un poco asustado.

La cama crujió cuando Jimin se subió y unos labios rozaron su oreja.

— No hace falta ver para saber lo que va a pasar, Kim. — y las manos de Jimin acariciaron el pecho desnudo de Taehyung. Taehyung le quitó las manos y con un movimiento rápido hizo que Jimin quedara debajo de él.

— Sabes muy bien que no voy a coger contigo, Park. — le dijo.

La risa de Jimin se escuchó en la oscura habitación.

— ¿Quién habló de coger? — y la mano de Jimin rozó la entrepierna de Taehyung.

— Basta.

— ¿Por qué?

— Basta, no eres como Min. Jamás serás cómo él, Jimin. ¡Entiéndelo! No eres capaz de coger con quien se te plazca, eres Jimin. ¡No Yoongi!

Jimin sonreía, eso se sabía a pesar de estar en la oscuridad. Jimin pasó una mano por la nuca de Taehyung y empujó de ella hacia abajo para susurrarle algo en el oído.

— No debiste hacer esa comparación, Tae... — Jimin empujó a Taehyung y se colocó encima de él a horcajadas. — No huyas, seré gentil.

— Jimin, no- — los labios de Jimin se posaron encima de los de Taehyung.

— Sabemos muy bien que lo necesitamos... — susurró Jimin entre besos, jadeante. — Sabes que Jungkook está cogiendo con alguien que no eres tú, Tae..., déjate llevar. — susurró el pequeño demonio.

Taehyung quitó las manos de Jimin de su pecho y quitó a Jimin de encima de él. Se levantó de la cama y encendió la luz, se colocó la camisa y los zapatos. Jimin lo observó en silencio con una sonrisa en sus labios.

— ¿Adónde vas a estas horas, Kim?

— ¿Qué mierda te importa? — respondió Taehyung y abrió la puerta, pero antes de salir, miró por encima del hombro a Jimin. — Jamás serás como él, Jimin. Ve olvidándote de esa absurda idea. Jamás serás como Min Yoongi. No sabes por lo que pasó él. Enfermo se nace, no se hace. — y salió de la habitación dando un portazo.

Jimin se sentó en la cama y la habitación empezó a llenarse de carcajadas tenebrosas y cínicas.

— Te equivocas, Taehyung. — dijo Jimin acostándose en la cama, mirando hacia el techo. — No debiste decir eso, Kim.











































Jungkook se encontraba en un perturbador silencio. Hoseok, quien estaba a su lado — en la cama— solo lo observaba detalladamente. Vio a Jungkook pasar saliva y quejarse de un momento a otro por su herida.

— Vamos a un hospital, Jungkook. — dijo Hoseok al ver su cara de dolor.

— No, estoy bien.

— No estás bien, Jungkook. Debemos ir. — insistió Hoseok.

— ¡Qué no! — le gritó y se sentó en la cama. Se quitó la ropa que traía y caminó hacia el baño. Se encerró en el y no tardó mucho en abrir la regadera y meterse bajo el agua. Sollozos hicieron que Hoseok entendiera que Jungkook aún lo amaba.

Se frotó el rostro y soltó un largo suspiro. Se levantó de la cama, cogió su abrigo y salió de la habitación. Bajó por el ascensor y llegó a la recepción y se acercó a una recepcionista.

— ¿Hola? — dijo Hoseok.

La chica de unos 20 aproximadamente se giró y miró a Hoseok con una sonrisa de oreja a oreja. Hoseok pasó saliva.

— ¿Dónde está la cafetería? Digo..., ¿está abierta a esta hora? — la chica miró su reloj de mano y asintió.

— Probablemente sí. — respondió. Hoseok asintió.

— ¿El bar?

— Solo en la noche, señor.

— Oh, ¿no hay nada de alcohol? — la chica negó. — Entonces me conformaré con un café. — cuando Hoseok se iba a retirar e ir a cafetería, la recepcionista llegó corriendo y se le atravesó en su camino.

— Tenga. — le ofreció una botella de Jack Daniels. Hoseok arrugó la frente.

— ¿Por qué una mujer como tú lleva un Jack Daniels? — interrogó.

— A veces siento que este mundo es una asquerosidad y me pierdo en el. — ella rio, Hoseok sintió una punzada en el corazón. — Lo necesita más que yo, tenga.

Hoseok le sonrió y cogió la botella. — No me gustaría beber solo, ¿me acompañas? — ella negó.

— Estoy trabajando, quizás luego. La cafetería está por allá. — le sonrió, señalando el lugar.

— Hoseok, Jung Hoseok. — le extendió la mano.

— Jennie. — la estrechó y ella se fue corriendo a su lugar al ver una familia llegar.

Hoseok la observó unos segundos, mientras ella charlaba con la familia. Sonrió y caminó hacia la cafetería.

Jungkook, quien había bajado a desayunar, se había encontrado con esa escena. El pecho le dolió al saber que Hoseok podía hacer su vida sin él. Después de todo, Hoseok siempre ayudó a Jungkook. Era hora de dejarlo ir, pero no así. Así no. Jungkook era muy egoísta. Vio a la recepcionista irse de su lugar con su teléfono en mano. Jungkook la siguió en total silencio.

Jennie había entrado al baño y se llevó el teléfono a la oreja.

— Primer hermano a bordo, señora.

Me gusta que me traigas buenas noticias, niña. Sigue tu trabajo. El siguiente objetivo está en tus narices.

— ¿Quién? ¿El idiota del que me habló la otra vez?

Ese idiota tiene un hermano el cual se hizo el muerto por dos años y ese niño, es muy bueno matando.

— Jeon Jung-...

Jungkook le quitó le teléfono de la oreja.

— Kook. — dijo él. — Es un placer en conocerte. Ahora, ¿Para quién trabajas, querida?

— ¿Qué mierda te importa? Dame mi teléfono. — Jungkook sonrió y dejó caer el teléfono al suelo, lo pisó haciendo que la pantalla se rompiera. Jennie lo miró.

— Eres hombre muerto, Jeon. — dijo ella y una patada llegó a sus genitales.

— ¡OH! — gritó Jungkook. — Perra...

Jungkook se arrodilló frente a ella con sus manos en su parte delantera. Ella se acercó a su oído.

— Más te vale alejarte de mis asuntos, Jungkook. Sí no quieres que Hoseok muera tan pronto.

— Tantas amenazas. — dijo Jungkook, haciendo un esfuerzo para levantarse del suelo. — ¿Una apuesta?

— Cállate.

— Oh, linda. Soy bueno con las apuestas. — dijo Jungkook sonriente. Se levantó del suelo y se acercó a ella. — Me dices para quién trabajas y te doy a Hoseok.

Ella estalló en risas.

— ¿Crees que soy idiota? — Jungkook ladeó la cabeza sonriendo. — No darías a Hoseok así como así, imbécil.

— ¿Estás jugando conmigo? — sonrió Jungkook.

Jennie se mordió le labio inferior y se acercó a Jungkook. Pasó una mano por su pecho y luego la subió hacia su clavícula.

— ¿Por qué debería jugar contigo? — y una sonrisa seductora apareció en su rostro. Jungkook se mordió el labio inferior y se pegó más a ella.

— Soy muy bueno en la cama, linda. — le susurró muy cerca de sus labios.

— Más bien, eres aventura de una noche, querido. — sonrió ella. — Pareces un niño.

Y Jungkook odia que le digan niño. Con un movimiento rápido, cogió el cuello de Jennie y la estrelló contra la pared, haciendo que su cabeza sangrara.

— Ni tú, ni nadie con Hoseok. — dijo Jungkook.

Cogió el teléfono del suelo y se lo guardó. Quitó el seguro del baño de mujeres y salió de el. Caminó por el hotel y se dirigió afuera del el. Su teléfono sonó, enseñando en pantalla un número privado.

— ¿Quién eres?

Jungkook...

A Jungkook casi se le salen los ojos de sus orbitas al escuchar la voz ronca salir del auricular.

— Ta-Taehyung...

Necesito verte, Jungkook.

— ¿Dónde? Necesito una explicación.

No habrá explicaciones, Jungkook. Solo quiero verte.

— ¿Por qué? ¿Para qué?

Quiero hacerte mío. Recuperar lo que es mío.

— Te recuerdo muy bien, que el que terminó conmigo fuiste tú.

Bebé, sabes muy bien que siempre serás mío. Ven conmigo.

— No soy como crees, Taehyung. No voy a ir cada vez que tengas unas malditas ganas.

Un auto negro brillante se detuvo frente a él.

Más te vale subir, llevo una erección y necesito que la atiendas.

Taehyung bajó la ventanilla con una sonrisa de oreja a oreja. Jungkook colgó la llamada y guardó el teléfono. Se acercó al auto y miró a Taehyung.

— Sube, Jungkook. — dijo Taehyung.

— ¿Por qué lo haría? — Taehyung le sonrió y apretó el volante. — ¿Por qué no te moriste?

— Porque no te quería dejar, Jungkook. No podrías vivir sin mí, ya que Jimin no está.

— No te pongas sentimental, Kim. Sabes perfectamente que tú y yo terminamos.

— ¿Fuimos algo? — Jungkook apretó los puños. — Su-be.

— No.

— Sube, Jeon. ¡Última advertencia! —Jungkook se cruzó de brazos.

— ¿Eres sordo? ¿O te haces? — dijo Jungkook. — No subiré, no iré a ningún lugar contigo, idiota.

Taehyung golpeó el volante muy fuerte y una sonrisa cínica apareció en sus labios.

— Bien, Jeon Jungkook. ¡Bien! — dijo Taehyung, se notaba lo enojado que estaba.

Taehyung se bajó del auto y caminó a paso rápido hacia Jungkook. Su puño chocó contra la cara de Jungkook y cuando cayó al suelo, Taehyung cogió la cabeza de Jungkook y le pegó con la rodilla en el rostro rompiéndole le labio y la nariz, lo dejó inconciente.

— Ni por las buenas quieres, Jeon. — dijo Taehyung y arrastró el cuerpo de Jungkook hacia el auto. — Tan masoquita.

Taehyung subió a Jungkook y un niño de cinco años aproximadamente se le acercó.

— ¿Qué le pasó a ese señor? — preguntó el niño.

— Se ha portado mal y necesita un castigo. — sonrió Taehyung.

— Pero, él ya es adulto, no necesita un castigo.

— A veces los adultos también castigamos cuando hacen lo que no quieren.

— ¿Qué no hizo? ¿No quiso ir a trabajar? — Taehyung rio y le acaricio la cabeza.

— Te daré un consejo, siempre que te ofrezcan hacer algo, hazlo. Nunca digas que no, alguien podría castigar peor que tus padres.

— ¡Está bien! — y entró al hotel junto a sus padres.

Ese niño le recordó a él. Suspiró y entró al auto junto a Jungkook. Pisó el acelerador y se fue ahí junto a Jungkook.

Durante el camino, Taehyung le desabrochó el pantalón a Jungkook y le fue quitando la camisa poco a poco con una mano. Pues, él estaba inconsciente, pero eso no le permitía a Taehyung que lo desnudara con facilidad. Con una servilleta, limpio la sangre que brotaba del labio y de la nariz. Acaricio su rostro y sonrió. Detuvo el auto frente a una casa grande y vieja, más bien, una cabaña. Daba miedo con solo verla y el lugar en el que estaba no era el mejor.

Taehyung fue el primero en poner los pies en la tierra y luego bajar a Jungkook. Lo arrastró por la tierra y con brusquedad, lo subió por las escaleras de la entrada. Empujó la puerta con el pie y arrastró a Jungkook dentro de la casa. Taehyung inhaló el olor a tierra mojada, humo y metal que estaba guardado en esa vieja casa. Con solo el aroma, podía hacer que su mente se llenara de viejos, asquerosos y dolorosos recuerdos de niño. Sonrió al recordar que su madre y él, vivieron alguna vez ahí.

Condujo por el suelo el cuerpo pesado de Jungkook y lo sentó en la única silla que se encontraba en la sala. Cerró las ventanas que yacían abiertas al llegar, escondiendo la luz del cuerpo de Jungkook y de su rostro. Taehyung se lamió los labios al ver todo oscuro, pero, aun así, no podía quitar los ojos del preciado y desnudo cuerpo de Jungkook. Se apresuró en buscar las cuerdas y una de sus armas — juguete— para empezar con la diversión. Al ver que aún no se despertaba, se acercó a él y le quitó la ropa interior, dejándolo ahora sí todo desnudo. Acarició el miembro de Jungkook y se mordió muy fuerte el labio inferior, dejó de acariciar.

Los quejidos y gemidos de Jungkook inundaron la oscuridad y la solitaria casa. Taehyung, quien estaba con la espalda apoyada contra la pared en una esquina de la casa y con los brazos cruzados, miró hacia Jungkook y caminó hacia él. Pero, el sol había bajado y la casa se volvió aún más oscura. Jungkook no veía a nadie, solo podía escuchar la suela de los zapatos caminar de aquí a allá.

— Taehyung. — llamó él. — ¿Por qué mierda me tienes aquí? — pero el silencio le respondió su pregunta y las suelas de los zapatos que sonaban con cada paso que daba, cesaron. — Taehyung, malditasea. ¡Contesta!

Jungkook trató de moverse, pero sus muñecas se encontraban atadas a la espalda y sus tobillos igual. Sí se movía, se iba de cara contra el suelo.

— ¡Suéltame! — la macabra risa de Taehyung hizo que Jungkook mirara a todos lados con sentido de paranoia. — Taehyung...

— Kookie... — cantó, pero la melodía con solo escucharla daba escalofríos.

— ¡Taehyung! ¡Suéltame!

— Alguien quiere jugar contigo y ese soy yo... — dijo Taehyung y Jungkook pudo sentir como su corazón palpitaba muy rápido. Entonces, sintió los cálidos labios de Taehyung en su oreja. — Nos vamos a divertir mucho, bebé.

Taehyung dejó caer a Jungkook al suelo, dejando su cara como apoyo para todo su cuerpo. Jungkook sintió la mano de Taehyung tocar y acariciar su desnudo culo y jugar con su entrada. Jungkook jadeó al sentir que miembro despertaba poco a poco. Taehyung le levantó la cabeza con solo tirar de su cabello hacia atrás. Lamió la mejilla de Jungkook y luego rozó sus labios con su cuello. Jungkook jadeó aún más y se mordió los labios en la oscuridad.

Taehyung se levantó del suelo y caminó hacia una pared, encendió una luz opaca roja y Jungkook tuvo que pestañear varias veces para que sus ojos se acostumbraran a ella. Vio a Taehyung de espaldas contra una mesa. Vio sus codos moverse, pero no pudo descifrar lo que hacía. Fue ahí, cuando el látigo rojo fue chocado con fuerza contra mesa. Jungkook cerró los ojos por el impactó. Abrió los ojos lentamente al escuchar de nuevo los zapatos de Taehyung crujir en el suelo de madera, acercándose a él. Taehyung pasó la punta del látigo por el rostro de Jungkook y lo fue bajando lentamente por su desnudo cuerpo hasta dar con su miembro erecto. Taehyung sonrió de lado y volvió a subir el látigo. Lo detuvo en la barbilla de Jungkook haciendo que él levantara la mirada hacia él. Jungkook tragó duro.

— Dos años sin sexo, dos años sin ti, dos años sin dolor, dos años... — dijo Taehyung. — Dos años sin escuchar llorar a alguien, lo extraño. — Taehyung le pegó con el látigo en el rostro a Jungkook. Jungkook apretó los puños y trató de contener su rabia. — Dos años sin experimentar de nuevo con un cuerpo... ¿Quieres ser el primero después de todo?

— ¡¿Para qué mierda me preguntas?! Después de todo aquí me tienes. De rodillas ante ti, esperando a que me hagas tuyo, idiota. — dijo Jungkook. Taehyung se mordió el labio inferior y sintió como su miembro volvía a levantarse.

— Así me gusta, bebé. — dijo Taehyung y rodeó a Jungkook. Le pegó con el látigo en la espalda, Jungkook gimió por el dolor que le causaba y el ardor satisfactorio que sentía. — Te has portado mal, Jungkook. Has estado con otra persona que no soy yo, eso me enojó.

— Tú también has estado con otras personas, Kim. Apuesto y te has acostado con ellos y yo no te estoy reclamando ni una mier- — el látigo se hundió en la carne de Jungkook y un grito salió de su boca. — Te pareces tanto a Min... — Taehyung volvió a tirar del cabello de Jungkook hacia atrás y le susurró algo en el oído.

— Así hay que tratar a los animales que se portan mal. Que se creen libres cuando su amo está frente a ellos, bebé. — le dijo Taehyung y lamió su cuello. — A veces los animales domésticos hay que darles un gran y doloroso castigo porque no se sabe cuándo se querrán comportar como un animal salvaje. 

— Taehyung... — dijo jadeante Jungkook.

— Vamos con mi primer juguete. — Taehyung se levantó del suelo.

Caminó hacia la mesa — aún con el látigo en manos—, cogió un cuchillo de punta larga y delgada. Se acercó a Jungkook y lo empujó con el pie para que se acostara en el frío suelo. Se arrodilló frente a él y le acomodó las manos arriba de su cabeza. Le estiró los pies y con sus dos manos ya libres, acarició su pecho desnudo. Acercó su boca y fue dando besos, mordiendo, lamiendo y sobre todo succionando hasta bajar a su entre pierna donde de detuvo y besó el tronco de su miembro erguido. Jungkook gimió ante la sensación de placer, lujuria y deliciosa que sentía. Estaba en el infierno, por el calor y el fuego que sentía cada vez que Taehyung lo tocaba.

Cogió el cuchillo con una mano y con la otra acariciaba la entre pierna de Jungkook. Por la luz roja, la cual no dejaba ver bien lo que Taehyung le hacía. Jungkook sintió la fría punta del cuchillo encima de su cuello. Pasó saliva haciendo que Taehyung se diera cuenta cuando su manzana de adán se movió. Movió la punta filosa del cuchillo hacia abajo, mientras la clavaba poco a poco en su brillante, hermosa y delicada piel. Jungkook dejó escapar un gemido de placer al sentir lo bien que se sentía, su cuerpo se retorció debajo de las manos y el cuchillo de Taehyung, haciendo que él se excitara aún más al verlo.

El miembro palpitante de Jungkook pedía atención, dolía porque aún Taehyung no lo tocaba como quería en esa parte y lo necesitaba. No hacía falta hablar o decir algo entre ellos porque con todo lo que le hacia Taehyung a Jungkook, se conectaban tan bien que podían adivinar que estaba pensando el uno y el otro. Cuando la punta filosa y fría llegó a las caderas de Jungkook, sus manos fueron hacia delante y alcanzaron el cabello de Taehyung. Jungkook alcanzó a tirar de unos mechones. Taehyung le apartó las manos y quitó el cuchillo de su pálido cuerpo. Se colocó encima de él y besó todo su cuerpo de nuevo, haciendo que Jungkook se volviera una máquina de gemidos automático.

Taehyung bajó sus labios por el miembro de Jungkook y se lo llevó a la boca. Lamió la punta rosada y luego succionó con lentitud. No apartó sus ojos en ningún momento del rostro de Jungkook. Quien se retorcía bajo él y gemía bajo. Se mordía los labios cada segundo dejándolos un poco rosados y mojados. Taehyung se sacó el miembro de Jungkook de la boca y con una mano empezó a bombear, haciendo que Jungkook gritara del placer que sentía, pero Taehyung no quería eso. Quería escucharlo llorar y pedir que se detuviera. Pero no, a Jungkook le gustaba todo lo que le hacia Taehyung.

Él se quitó de encima de Jungkook, se levantó del suelo y caminó hacia la mesa en donde tenía todo. Dejó caer todo el suelo y soltó un grito. Jungkook, asustado por la actitud que adoptó trató de sentarse sin ayuda de las manos. Lo logró y pudo ver a Taehyung se espaldas apretando con sus manos los bordes la mesa de madera. Taehyung miró por encima a Jungkook y se giró, caminó hacia él y lo levantó del suelo. Lo jaló de las muñecas atadas y lo subió a la mesa. Puso sus manos de nuevo encima de su cabeza y le estiró las piernas.

— ¿Qué me harás? — preguntó Jungkook un poco nervioso.

Él amaba lo que le hacia Taehyung. Estaba enfermo y no tenía el derecho de decirle que no lo hiciera porque su cuerpo lo pedía a gritos, pedía ser maltratado por él.

— Tú solo grita y disfruta, Kookie. — dicho eso, Taehyung cogió las muñecas de Jungkook y con la cuerda las subió a un más y las amarró con otra cuerda para que él no se moviera e hizo mismo con los tobillos.

— ¿Qué me harás, Taehyung? — preguntó de nuevo sin apartar la mirada de los ojos de Taehyung.

Taehyung le dedicó una mirada y le acarició la cabeza.

— Primera vez que intento esto, por favor no mueras, no aún. — Jungkook no entendía lo que decía.

Fue ahí cuando Jungkook le sonrió y sus lágrimas empezaron a salir de sus ojos. Taehyung lo miró y con sus pulgares las quitó. Jungkook tragó duro.

— Si me matas, no podrás volver hacer esto conmigo, Taehyung.

— Te pido que no mueras, Jungkook.

— Tú eres él único que decide por mí, Taehyung. — el corazón de Taehyung dio un salto.

Taehyung pasó saliva y se alejó de la mesa un poco. Se pasó una mano por el cabello y volvió a acercarse a Jungkook. Él aún le sonreía. Parecía un loco enamorado, y lo estaba. Estaba loco y enamorado de Taehyung. Taehyung le acarició la cabeza.

— Te va doler a muerte.

— No me importa si me duele, me importa que te guste a ti.

— Estás loco, Jeon.

— Tú me convertiste en eso, Kim. — Jungkook lloraba.

— Deja de llorar, haces que mi miembro duela más.

— Entonces mételo en mi boca, Taehyung. Ten sexo conmigo como se te plazca.

— ¿Te estás escuchando?

— Sí, me escucho. Y no sabes las ganas que te tengo, Kim. ¡No sabes lo que siento por ti!

El pecho de Taehyung dolía. Taehyung acercó dos máquinas, una para los tobillos y otra para las muñecas. Colocó cada cuerda en ellas. Iba a estirar el cuerpo de Jungkook.

— No me importa el maldito dolor, me importas tú. ¡Tú, Kim Taehyung!

— ¡Cállate! — le gritó. — Quiero hacerte daño.

— ¡Hazlo! Después de todo, desde que conocí has sido como un vidrio roto. Cada vez que te veo, te toco o beso, te clavas en mí y no te puedo sacar porque eres muy pequeño. Lástima, pero te acostumbras a vivir con eso. — Taehyung se acercó a Jungkook y se inclinó para posar sus labios en los de él y mover sus labios con desesperación encima de los de él. Él se separó.

— ¿Pasear o morir conmigo? — preguntó Taehyung.

— Morir contigo. — respondió jadeante Jungkook. — Te quiero para que me perdones y me castigues a mí cuando las otras personas se equivoquen. Estoy hecho para esto, para el abuso que tú haces en mí. — Taehyung estalló en risas.

— Estás loco, Jeon Jungkook.

— Estamos locos, Kim Taehyung.

Y Taehyung encendió las máquinas, haciendo que ellas empezaran a tirar del cuerpo de Jungkook. Los gritos que salían de su boca hacían que Taehyung riera con más fuerza.

— ¡Por ti! — gritó del dolor. — ¡Kim Taehyung! — la maquina los estaba estirando más de lo normal.











































































Esto se pondrá mejor. 










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