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Lo que soy capaz de hacer por ti.

───

Aliana Johnson

Observe la Iglesia repleta de los residentes de Alexandria, mientras que la luz del sol entraba de forma iluminada por las ventanas, alumbrando todo. Me fui acomodando aún lado de Maggie y Glenn, quienes no tardaron en sentarse adelante mientras que Rick Grimes se mantenía adelante, estaba parado en la tarima con Jesús quien estaba sentado en esa misma. Los murmuras no se dejaban de escuchar, pues este desconocido había sido encontrado ayer y hoy fue acompañado por mi grupo ante su comunidad. No sabia que era lo que había pasado realmente, pues me había despertado hace poco, no había descansado absolutamente nada. Me removí de la banca de la Iglesia varias veces, observando cómo en una de las bancas estaba sentado Carl junto a Michonne, observé cómo ambos sonreían y parecían mantener una charla, no tarde en sonreír ante eso.

Observe en cómo esté aún no había captado mi presencia, pero ver a Carl sonreír era algo extraordinario, pues él era un niño muy reservado y no solía parecer un buen humor todo el tiempo; tenía parecido con Daryl Dixon. El hombre estaba en la banca detrás de la mía, sentado junto a mi hermana con quien parecía tiene una charla sobre la situación que aún no entendía. Ambos tenían la mano entrelazada, eso me llenaba de una gran satisfacción, veía en los ojos verdosos de mi hermana aquel brillo de felicidad ante la mirada de Daryl puesta en ella. No podía entender este mundo tan cruel pero podía agradecer que el amor aún flotaba en el aire y que nada parecía hacerlo desaparecer, hablaba de esto ya que otra pareja aún no había revelado su romance... Rick Grimes y Michonne. No tarde en llevar mi vista adelante ante el carraspeo de Rick para qué todos hicieran silencio, sintiendo la mano de Maggie pasar por mis hombros para acercarme a ella, a lo que opté por abrazarla y observar a Glenn hacerme una mueca de enojo, le saque la lengua.

—Los he reunido hoy aquí ya que debemos conversar sobre ciertas cosas que sucederán en el futuro.—fue lo primero que habló Rick en voz alta para que todos los residentes pudieran escucharlo desde donde él estaba parado.

—A penas me levante vivo esta mañana y ya quieren hablar del futuro.—atrás de mi banca resonó la voz baja de Daryl, quien hablaba con ese toque de seriedad.

—A penas logras tocar el agua y aún así quieres que me levante cada mañana con ganas de vivir junto a ti.—logre escuchar la risa de Glenn ante la respuesta que le había dado mi hermana atrás de nosotros, no tarde también en sonreír.

—Natasha, silencio.—le pidió adelante Glenn con un toque de burla, amaba en la forma en la solíamos llevarnos con Glenn Rhee, se sentía paternal.

—Gracias por querer traer el circo a una Iglesia, no creo que a él Padre le agrade.—gire a mi izquierda, observando a Abraham con un palillo en la boca y uniéndose a nuestra conversación, reí.

—Podemos trabajar con los de Hilltop, Maggie hizo un buen trato.—la voz de Rick fue de un tono más alto, pues así todos haríamos silencio y empezó a explicar lo que estaba sucediendo.—Tendremos huevos, mantequilla, vegetales frescos. Pero no lo están dando por nada.—mire a mi lado como Maggie dirigió su mirada hacia mi, pues ella había llegado a un acuerdo con la nueva comunidad, le sonreí.—Estos Salvadores, atacaron a Daryl, Abraham y Sasha en el camino. Ahora, tarde o temprano querrán encontrarnos y lo lograrán. Así como los Lobos, los que nos atacaron la última vez lo hicieron, así como Jesús lo hizo. Matarán a alguien de nosotros y luego tratarán de someternos a sus órdenes. No nos someteremos a sus órdenes, no tenemos mucha comida, ni mucho menos provisiones... perderemos.—empezaron los rumores ante la mención de que alguien moriría, incluso yo me sentí dudosa con esto que mi líder explicaba.—Haremos esto por los de Hilltop y así es como mantendremos a Alexandria en pie. Esto debe ser una decisión de la comunidad, si alguien tiene una objeción lo hará ahora.—los murmullos empezaron, incluso atrás de mi Natasha explicaba que sería arriesgado, pensaba lo mismo.

—¿Están seguros sobre esto?—ante el silencio que provocó la voz de Morgan por su pregunta, opte por girarme y observar al viejo amigo de Rick Grimes parecer dudoso ante lo que Rick quería arriesgarse.—¿Sobre si podemos vencerles?—volvió a preguntar, observando a nuestro líder desde el banco de la Iglesia.

—Con todo lo que hemos logrado a esta hora, lo que nos ha sucedido para llegar aquí y lo que somos todos nosotros podremos.—le respondió Rick, dándole más razones de luchar que de echarnos para atrás.

—Entonces tendríamos que decirles, es una salida para ellos, para nosotros.—la tensión y el desacuerdo se hicieron notar, aunque simplemente Morgan quería una salida sin consecuencias, Rick se negó.

—No van escuchar, quieren pelear. Y los confrontaremos a ellos antes de que nos confronten a nosotros.—mi líder se expresó con intenciones de convencer q los residentes de pelear, mientras que Morgan se mantuvo en silencio y se sentó en la banca.—El grupo de expedición, nos reuniremos aquí en dos horas, los que quieran salir y ayudarnos, vengan en dos horas.—finalizó este.

Observe cómo Rick Grimes se bajo de la tarima, su semblante estaba molesto y incómodo, pues sabía que no le había agradado para nada la idea de Morgan en no querer luchar; de todas formas, no sabíamos a lo que nos enfrentábamos. A mi lado Maggie y Glenn se levantaron de la banca, esperando a que yo lo hiciera, pues sabría que estos irían a la reunión y tenía intenciones de ir; aunque no debiera. Observe delante de mi también a Daryl agarrando a mi hermana de la mano, supuse también que estos dos irían para pelear en esta pequeña batalla y con más razones deseaba ir. Cruce la mirada observando a ese apuesto chico cerca de mi, alto, con ese sombrero de alguacil y su cabello castaño ondulado estar tocando sus hombros. Sonreí, pues Carl había captado mi mirada y en la noche de ayer ambos habíamos disfrutado una bonita experiencia de la cual nos interrumpieron. Seguí caminando con intenciones de salir de la Iglesia, pues quería encontrarme con Rick Grimes, quien estaba afuera hablando con Carol, quien parecía también dispuesta a acompañarlo.

—Rick.—lo llame, observando sus ojos azules mirarme fijamente, mientras que Carol a su lado me sonrió, dándonos espacio y alejándose.

—¿Todo bien Aliana?—me pregunto, este se acercó a mi y colocó su mano en mi hombro, mientras que de reojo vi como Carl y Michonne salían de la Iglesia.

—Si, todo esta bien y sobre lo de ayer, realmente no sucedió absolutamente nada, sólo dormíamos.—dije antes de preguntarle lo que quería preguntarle, aunque este sonrió pícaro asintió ante mi honestidad.—Rick quiero salir, quiero ayudar.—pedí, observando como este me miro algo dudoso, pues pareció no agradarle lo que le pedí.

—Es muy arriesgado Aliana, no creo que Glenn y Maggie, mucho menos Natasha vayan a aceptarlo.—me explico, sabia que era así, pero quería ir. Bufé.

—Puedo convencerlos, sólo dame el permiso de acompañarlos.—le insistí, notando como Rick no quería que fuera, pero yo si quería ir y sabría hacer las cosas bien.

—Aliana, no estoy dispuesto a perderte allá afuera, un pequeño error y todo puede acabarse en un segundo.—volví a bufar, haciendo que este riera ante mi molestia.

—Rick, confía en mi, por favor.—le pedí, mientras que esté empezó a tener intenciones de caminar, sabía que debía estar ocupado.—Te pido que me dejes empezar a crecer con ustedes, no puedo defenderme y aprender a luchar vigilando cada mañana.—hable, molesta, realmente quería ayudar.

—No puedo arriesgarme a perderte.—susurro él como respuesta, en ese instante Carl había pasado cerca de nuestro lado con intenciones de quedarse, este nos miro confuso, así que tan solo baje la cabeza sabiendo que no podría ir—Convence a tu hermana, al menos a Maggie y Glenn, así vendrás con nosotros. —finalizó Rick la conversación, a lo que rápidamente sonreí bastante emocionada.

—¿Convencer sobre que?—preguntó Carl, incluso sonrió ante mi rostro lleno de felicidad, no opté en abrazarlo pero rápidamente me dirigí a sus labios dándole un gran beso, un hermoso beso...

—Ey tórtolos, ya basta.—hablo Abraham riendo y tirándonos su cigarro, a lo que no tarde en sacarle el dedo del medio.—Me alegra saber que la familia se agranda... —susurro Abraham mientras se mantenía cerca de Glenn y de Maggie, todos estaban emocionados incluyéndome.

—Aún no puedo creer que Maggie vaya a tener un bebé.—le dije a Carl, mientras que esté sonrió y llevo su brazo a mi hombro, mientras que nos encaminamos a Maggie Greene.

• • •

Sentía mi respiración agitada, incluso como mi pecho estaba inflado, era una sensación de como mi corazón quería salírseme por la boca. Corría entre medio de la oscuridad mientras que aún la alarma que los Salvadores habían encendido ante descubrir que iríamos por ellos; sonaba en mis tímpanos. No había sabido cómo pude convencer a Natasha de ir, incluso no sé cómo Glenn y Maggie lo permitieron pero ahora comprendía las razones; querían protegerme. La oscuridad de la noche me invadía ante mi corrida, tenía el walkie-talkie en la mano y mi arma también, no veía absolutamente nada pero sentí esas ansias de desmayarme. Mis ojos no habían podido ver más claro a esa figura, porque donde sea que estuviera reconocería esa presencia donde sea. Minutos antes de encontrarme en esta corrida en el bosque oscuro, Rick Grimes había divido los grupos para el plan contra los salvadores, quienes se establecían en una casa de satélites; con rehenes que provenían de Hilltop, por esa razón ayudábamos a la comunidad de Jesús.

Me había tocado junto a Maggie y Carol, ambas mujeres que vigilarían él área este por si algunos llegaban a escaparse, habíamos venido a matarlos a todos pero siempre había algo que fallaba. Me encontraba en el bosque, corriendo y sintiendo mi aliento irse, incluso sentía mis piernas tambalear y no del miedo, quizás estaba tan nerviosa y tan cegada por lo que había visto que quizás no me importó alejarme de Maggie Greene, quien ahora debía estar llena de desespero buscándome y sabía que había echado todo a perder. Me detuve en seco en medio del bosque, entrando en algún tipo de pánico mientras que apunte a direcciones opuestas, escuchaba pasos y la linterna se había quedado con Maggie. El frío me erizaba la piel, incluso la coleta alta que me había hecho se me empezaba a caer, quizás debí haberme quedado con Carl cuando me lo pidió el día de ayer, pero sentía necesidad de ayudar y creo que todo lo había empeorado. 

—¿Nate?—pregunte con mi voz temblorosa, aquel nombre que había salido de mi boca fue por la razón de que jure haberlo visto a él corriendo luego de Rick atacara él área de satélites, podía jurar que era él; o me estaba volviendo loca.—¿Nathan?—pregunte nuevamente con su nombre completo ante el sonido de las hojas pisadas, sentía mis piernas tambalear.

—Michelle.—una voz femenina resonó en mis oídos, hasta que simplemente me sentí un terrible dolor en mi frente ante el tacto de algo pesado, había sido tanto que caí al suelo viendo todo nublado.

—¡Déjala!—pude haber jurado escuchar la voz de Maggie y cuando intente aclarar mi vista había sido testigo de como un hombre que no veía bien, la empujó cayendo a mi lado. Observando así los ojos de Maggie mirarme, mientras que gotas de agua fría tocaban mi piel, llovía.

—Cierra la boca, no tengo paciencia para ninguno de ustedes.—estaba aún en el suelo, mientras que las gotas de lluvia se volvían más seguidas, mi vista se nubló aún más.—Maldición, nadie responde en la línea.—hablo la misma mujer delante de mi, mientras que veía su cabello teñido de un color rojizo, o veía mal.

—Son dos mujeres y una niña.—hablo una voz desconocida, mientras que sentí el tacto de mi arma aún lado de mi. Me sentía mareada, pero dirigí mi arma al hombre que había empujado a Maggie.

Mi vista se aclaró ante la linterna que estaba encendida en medio el bosque, mientras que el ruido de la alarma había cesado. El hombre hablaba, pero era como si no escuchara lo que decía, así que simplemente jale el gatillo molesta; pues él había empujado a Maggie. Escuche su grito desgarrador, incluso escuché el sonido cuando cayó al suelo. Cuando intente levantarme viendo a Maggie a mi lado tirada, recibí otro gran golpe en mi cabeza, cayendo en el suelo y viendo todo nublado. No había sabido cuanto rato había pasado luego de eso, pero había escuchado grito su voces distintas confundir mi cabeza. Me sentía mareada, teniendo en mi mente las imágenes de mi hermana acecharme por el bosque, juraba que era él y podía estar segura que mi instinto no me iba a defraudar. No sabía donde estaba o por qué aún no podía abrir los ojos, pero el dolor inmenso que mi cabeza tenía era horrible, aunque mis párpados se veían pesados, podía descifrar que aún era de día. No sentía mis manos, ni siquiera mis piernas, era como si me hubiera ido y me hubiera dormido, pero podía sentir cada movimiento que se hacía a mi alrededor, absolutamente sentía todo.

Sentí mi cabeza querer explotar, de un momento a otro me encontraba siguiendo las reglas de Rick, el plan de él iba en marcha y de un instante, corría por el bosque oscuro persiguiendo una sombra del pasado. Nunca hubo una conclusión de que había sucedido realmente con Nate, aunque puedo asegurar que cada día que pasaba lo extrañaba demasiado, aunque nunca narraba el suceso de como fue su ausencia para mi y para Natasha, creo que ambas nos obligamos a vivir sin él aunque nos doliera en el alma. Sentí voces, voces que se escuchaban lejos y un sonido alertó mis tímpanos, un cierre de una puerta con brusquedad había sido lo que me alertó. Poco a poco sentía mis párpados empezar a abrirse ante la pesadez, viendo así delante de mi a Carol tirada en el suelo con sus manos envueltas en una soga, igual que sus piernas. Yo estaba de igual forma, notando las sogas envuelta en mis tobillos para ni siquiera levantarme, observando mis manos atadas y como parecía tener un pañuelo cubriendo mi boca, no podía hablar. Mire a todos lados, era un lugar desconocido en donde nunca había estado e incluso mi corazón latió con fuerza y temor ante no tener la presencia de Maggie Greene.

Había pensado en la castaña de ojos verdes, con la cual tenía un gran parecido, pues cualquiera diría que somos madre e hija por la igualdad de físico y pensamientos. Maggie estaba puesta en mi mente y lo último que recuerdo fue haberla visto tirada en el suelo aún lado de mi, incluso la defendí de un hombre dándole un buen disparo, aunque no sabía en donde le había dado el disparo; sé que lo había herido. Estaba preocupada por ella, pues en la noche anterior cuando todo se planeó, Glenn me pidió que aunque ella quisiera cuidarme a mi; yo la cuidara a ella. Dirigí mi vista Carol y en cómo está aún no se había dado cuenta de mi presencia, observe en su cómo parecía estar cortando la soga con un crucifijo. Empecé a removerme de mi lugar, sintiendo así un dolor de cabeza invadirme y no tarde en sentir mi cuerpo deslizarse, perdí el control de él. Caí de lado, impactando un poco mi cabeza con el suelo y quedé de lado, observando a Carol mirarme algo preocupada y cómo está al soltarse de las sogas fue directamente hacia mi, con rapidez. 

—Estás herida, no debimos haber permitido que vinieras.—me hablo ella rápidamente mientras que llevo sus manos a mis sogas y empezó a desamarrarlas, me sentía débil.—Estas pálida, puedes volver a perder la conciencia en cualquier momento. Así que escúcheme con atención, hay tres mujeres aquí, un hombre herido que tiene pocas probabilidades de vivir, así que me seguirás y harás lo que te ordene.—susurro ella, asentí, aunque empezaba a ver doble.

—Maggie...—susurre, mientras que Carol se esforzó en levantarme, caminando en cuclillas y en completo silencio, yendo hacia una puerta.—¿Donde está Maggie?—pregunte en un tono bajo, mientas que Carol me ayudaba a mantenerme de pie.

—Debe estar justamente allí... —Carol señaló una puerta, la cual estaba media abierta, esta se adelantó, soltando mi cuerpo a lo que me obligue a caminar sola. Observando cómo ella me hizo una señal y me fui acercando, asomándome a la puerta y viendo a Maggie amarrada de la misma forma en la que yo estaba junto a Carol, sentí tranquilidad cuando la vi sana y salva.—Debemos salir de aquí, Aliana esta débil, esta pálida.—dijo Carol, aunque Maggie pareció no escucharla pues llevo sus brazos hacia mi, me abrazo con fuerza.

—Por eso no quería que vinieras...—me susurro, llevando sus labios hasta mi frente, mientras que me aferré a ella llena de temor ante que nos hicieran algo.

—Es el hombre, es Donnie, está muerto... debió haber sido por la herida, se desangró.—vi como Carol se asomó a otra puerta delante de ambas, mencionó a un hombre que no había escuchado, pero debía ser de los personajes que nos atraparon.

—Debemos salir de aquí, no harán el intercambio, Aliana puede quedar inconsciente la sangre sigue escurriendo.—Maggie se quedó observándome, igual que Carol, quien se deslizó a la habitación donde Maggie estaba, cogiendo unas sogas.—¿Que harás?—pregunto Maggie a mi lado mientras observe a Carol abrir la puerta, observando al hombre tirado en el suelo, desangrado.

—Le amarrare la soga en la cintura, la deslizó a la cerradura de la puerta y si alguien entra de seguro...—el hombre empezó hacer ruidos extraños, así que vi como Carol se apresuró, amarrando todo y cerrando la puerta.—Métanse...—susurro Carol, mientras que pasos se escucharon y no tardamos en entrar a la habitación donde Maggie estaba, me sentía llena de tensión y de preocupación.

—La línea del santuario parece estar muerta, cambio y fuera.—se escuchó una voz femenina desde afuera, mientras que observé a Carol pasarle un arma a Maggie, igualmente a mi, eran nuestras armas.—¡Ah, no Donnie!—un desgarrador grito se escuchó en mis tímpanos, no tarde en observar en cómo Carol me hizo una señal para que saliera y así lo hice, encontrándome de frente con una mujer que parecía mayor con su brazo ensangrentado.—¡Maldita hija de puta!—me grito esta fuertemente, llevando sus brazos a mi chaqueta de cuero negra y empujándome con fuerza contra la pared, nuevamente me había desvanecido.

Vi desde mi visualización como Maggie Greene la empujo al suelo con fuerza, aunque intente levantarme preferí quedarme allí transmitiendo en mi mente lo que mis ojos empezaban a ver. La arma que Carol le había dado a Maggie había sido la misma con la que Maggie atacó a la mujer mayor quien estaba mordida, Carol no tardó en rematar al caminante, mientras que está al igual que yo... observamos con horror la accion de Maggie. La mujer que estaba delante de mi empezó a golpear con su arma la cabeza de la mujer quien gritaba aún de horror, habiéndola callar por la simple razón que él fuerte tacto del arma con su rostro, hizo que se llenara de sangre y lo desfigurara, Maggie la había matado de una forma horrible y nunca pensé que fuera capaz de hacer eso, si de matar, pero no de esa forma. Maggie giró su rostro, estaba lleno de sangre, aunque esta lo evadió y no tardó en dirigirse hacia mi. Intente levantarme para que Maggie no tuviera que hacer fuerza, pero había sido imposible.

Carol se quedó observando a la mujer con su rostro desfigurado, estaba muerta y no reviviría, Maggie la había explotado la cabeza de una forma asquerosa. Me levante un poco para no darle tanta fuerza a Maggie, podía jurar que me sentía débil y no tardó en levantarme para que allá no tuviera que hacer todo el trabajo. Los pasillos eran largos, larguísimos, así que las tres empezamos a caminar sumamente alertas y en silencio. Podía jurar que los demás debían estar cien por ciento preocupados, no quería imaginarme como Natasha debía estar y la explicación que debía de darle si Maggie y Carol le dicen que evadí el trabajo que me tocaba, yéndome por los bosques pensando en que Nate había pasado justamente por mi lado. Maggie me miraba, podía verla de reojo mientras que caminábamos, pero evadí su mirada mientras que me aferré a ella, Carol iba adelante de nosotras y pude sentir mis piernas flaquear cuando se escucharon disparos, ¿habían más? Me pregunte a mi misma, pues no recordaba nada. No tarde en asquearme al sentir en mis fosas nasales el olor a podrido, viendo delante de mi a caminantes descuartizados y enterrados en trozos de metal.

—Seguramente los usan para protegerse... —susurre, mientras que empezaron a escucharse gritos femeninos cerca, haciéndome caer en tensión.

—No se irán a ningún lado.—delante de nosotras apareció una mujer pelirroja y esa si recuerdo haberla visto en el bosque, ella dirigió su arma hacia mi y pude sentir el escalofrío de cuando jalo el gatillo y su arma se había quedado sin balas.—Oh Paula, que día de suerte este... —susurro ella, tirando el arma al suelo y mirándome, sentí como me quedé sin aliento ante tal susto.

—Te estoy dando una última opción y es que te largues.—hablo Carol aún lado de mi, con su arma apuntando a la pelirroja quien tan solo rio llena de sarcasmo.

—Acabala, tenemos que salir de aquí, ahora.—Maggie estaba aún lado de mi, mientras que empezamos a caminar por el pasillo esperando a que Carol decidiera avanzar o matar aquella mujer...

—Creo que deberías hacerlo, tú pequeña niña hizo que Donnie muriera, mataron a Molly, ¿crees que realmente me importaría vivir?—pregunto ella, observando a Carol. Mientras que me despegue de Maggie observando cómo Paula se acercaba a Carol, parecían quedar frente a frente.—No sabes nada de lo que hemos hecho para sobrevivir, así que aunque me mates ahora, luego tendrás que enfrentarte al diablo en persona; a Negan.—susurro ella, mientras que otros gritos femenino nombrando su nombre la alertó, observe cómo está abrió una puerta que estaba delante de Carol.

—¡Paula!—detrás de mí apareció una mujer de tez trigueña, quien nos observó y cuando decidí mirar a la pelirroja ya se había echado a correr, no tarde en dirigir mi arma a los caminantes que se le habían echado encima a Carol, dándoles justamente en la cabeza; no sabía cómo, yo estaba toda temblorosa.

—Iré por ella... —Carol ni siquiera se había escuchado, pero se había ido a correr, mientras que me giré observando a la mujer estar atacando a Maggie, todo estaba pasando con rapidez.

Mi vista se veía nublada, mientras que si talones pisaban las viseras de los caminantes, pude ver con claridad cómo está mujer rozo con su navaja el estómago de Maggie. Quedé totalmente ida ante eso, pues Maggie había soltado un leve gemido ante el roce de la navaja cortando su piel. No supe cómo reaccionar ante eso pero al ver cómo ella había sido atacada en esa parte tan sensible yo no tarde en acercarme, colocando mi arma en la cabeza de la mujer y jalando al gatillo, ni siquiera pude sentir mis dedos titubear cuando jalé para atrás el gatillo, sintiendo así las gotas del cráneo de la mujer caer en mi rostro. Había cerrado los ojos ante el tacto del líquido, sintiendo en mi mente las vivas imágenes de cuando me toco a mi darle el tiro final al cráneo de mi tía, a quien he creído siempre como mi mamá. Su viva imagen se reflejó con la mujer, quien cayó al suelo totalmente muerta, y pude ver como Maggie me observo con los ojos como platos, pero mi vista se nubló totalmente y creo que el sonido de la bala en mis tímpanos hizo que me marease. Viendo por última vez a Maggie gritar mi nombre y como intento de atrapar mi cuerpo cuando caí al suelo.

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Posdata, ¿que actriz me siguieran para que interprete a Natasha Johnson?

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