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Un último día en la tierra.

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Carl Grimes

Veía fijamente esa extraña arma que estaba aquí en la armería, era diferente a las demás y podía apostar que prevenía de las armas que le habían robado hace dos días a los salvadores. Tenía diseñado un bate lleno de púas, por esa razón era diferente a los demás. Suspire y la cogí, colocándola en mi cinturón, pues papá había ordenado que todos debíamos estar alerta y claramente protegido. Alexandria estaba bajo guardia y cada residente debía estar preparado para cualquier altercado, pues hace cuatro días un grupo escogido por papá había derrotado a cierto salvadores, lo que provocó que en la salida de ayer ante una nueva expedición de Daryl, Rosita y Denise, los salvadores se encontraran con ello; perdiendo lamentablemente a Denise. Aunque yo sabía que no había sido casualidad, pude jurarle a papá que ellos venían por nosotros; pero no pareció escucharme. Acomode mi sombrero, dispuesto a salir de la enfermería y queriendo dirigirme a mi casa, papá me había pedido que me mantuviera todo el tiempo posible aún lado de Judith.

Salí de la armería, observando la comunidad formada como un desierto, los residentes permanecían más en sus casas y alertados ante cualquier ocasión. Incluso había vigilancia rodante, salía uno del turno y venía otra hacer el turno, la vigilancia estaba las veinte y cuatro horas del día. Baje los escalones del balcón de la armería, viendo a un residente pasarme por lado con intenciones de entrar a la armería, supuse que iría a buscar varias armas también. Empecé a caminar por la acera de la comunidad, viendo así a lo lejos a Natasha Johnson teniendo un tipo de confrontación con Daryl pues esta no parecía estar contenta y desde aquí la escuchaba hablar muy alto y alterada. Decidí no observar y mantenerme distante ante eso, viendo así desde mi andar como Aliana estaba sentada en los escalones de mi balcón, ella estaba cabizbaja, mientras que parecía sostener su navaja en manos. Aliana había estado dos días en la enfermería, siendo cuidada ante un terrible golpe que recibió en la cabeza, en el día de ayer le habían dado de alta. Aunque parecía estar de todas formas bajo cautela por Maggie.

—Te anduve buscando.—dijo ella al yo acercarme hasta él área de los escalones, observando así las pequeñas benditas que tenía en su cien para cubrir su satura, me senté aún lado de ella, mirando adelante.—¿No piensas hablarme?—me pregunto, lo decía por el hecho de que estuve cortante con ella estos dos días y no era por algo que me hubiese hecho.

—No vas a entender... —susurre, mirándola y observando sus ojos verdosos mirarme, mientras que su cabello estaba suelto y bastante peinado. Ella bufó.

—Nunca nadie entiende porque nunca puedes explicar cómo te sientes.—suspiro, enterrando su navaja en un poco de tierra que había aún lado de la acera.

—¿Qué tal si hace cuatro días hubiese sido yo quien me hubiera ida con el grupo?—le pregunte, ella bajo la cabeza y suspiro algo molesta, pues sabía que no me agrado la idea de que saliera.—Llegaste aquí en los brazos de Daryl totalmente inconsciente y con sangre en todo tu rostro, fue suficiente para sentir miedo y no quiero sentir nada de eso, menos tener una preocupación de que podría perderte.—le dije, mientras que evadí su mirada y mire al suelo.

—Wao, te escuchaste tan hermoso diciendo eso.—sonreí, ella nunca tomaba las cosas con seriedad pero siempre le daba un toque de felicidad.—Lo siento, realmente lo siento.—se disculpo, sentí su mano rozar mi mano y como la dejo allí.—Carl, no vas a perderme, nada malo me pasará. No puedo asegurártelo pero puedo asegurarte que puedo protegerme de la mejor forma posible ambos sabemos que podemos morir en cualquier momento, siempre hay que estar preparado para decir adiós.—me dijo ella, observándome a los ojos y llevando sus manos a mis mejillas acariciándolas.

—Yo no quiero decirte adiós.—le dije, viendo en ella ese sonrojo ante mis palabras, quise terminar la frase pero ella tan solo se acercó a mi dándome un beso, un apasionado beso que disfrutaba darle pues podía decir que había subido de nivel.—Realmente sabes cómo contentarme.—reí, llevando mis labios a su mejilla y dándole otro tierno beso.

—Ya que no me dejaste terminar... tu papá ha salido.—dijo, a lo que rápidamente llené mi cara de seriedad ante eso.—Carol se fue, dejó una nota, él junto a Morgan decidieron salir a buscarla. Él dijo que intentaría volver antes de que anocheciera, se supone que esté haciendo guardia con Abraham pero Rosita decidió acompañarlo.—me explicó.

—Se supone que nadie debía salir, incluyéndolo, por protección.—le respondí a Aliana, notando cómo está parecía estar perdida en sus pensamientos.—¿En que piensas?—pregunte, notando cómo ella captó mi atención ante su mirada llena de preocupación.

—Creo que nos están cazando, no creo que haya sido casualidad que ayer se encontraran con el grupo de Daryl, simplemente no lo creo.—comentó ella—Siento que lo peor está por venir, estamos en el comienzo, es lo que pienso.—supuso ella, llevando su mano a mi cabello, desenredando un nudo.—Vi a Nate en el bosque cuando los salvadores escapaban.—dirigí mi mirada completamente a ella, era algo que no me había comentado.—Puedo jurarte que era él, pero se sintió irreal.—susurro, mientras que un rugido de un motor resonó y un grito femenino reconocido como el de Natasha, se escuchó.

—Natasha... —susurro Aliana, levantándose de los escalones y emprendiendo una corrida, no tarde en hacer lo mismo, teniendo mi arma en mi cinturón y corriendo detrás de mi chica, quien era totalmente ágil y ambos pudimos presenciar los portones de Alexandria abiertos y como Daryl ponía su motocicleta en marcha.

—¡Maldito idiota!—grito Natasha, dirigiéndose a la caja de armas que papá siempre dejaba debajo del puesto de vigilancia, cogiendo una. Mientras que observé en cómo Glenn junto a Maggie y Michonne llegaron corriendo como nosotros.

—¡Se supone que nadie salga!—grito Michonne, alejándose de nosotros y corriendo hacia él área de los autos.

—Natasha, oye cálmate.—le pidió Glenn, mientras que observé cómo Aliana se acercó a él.—¿A donde va?—pregunto, mientras que el portón permaneció abierto y la tensión creció más. Mientras que Michonne apareció con una furgoneta en la entrada y me acerqué a la puerta abriéndola.

—Michonne.—la llame, pues con tan solo decir su nombre ella entendía todo, no podía salir y dejar el lugar de esta manera.—¿Qué debo hacer?—le pregunte, mientras que vi cómo Glenn y Natasha se colocaron en la furgoneta.

—Oye, oye no, Maggie haz algo.—observe cómo Aliana se acercó a la puerta del pasajero, refiriéndose a Natasha y Glenn quienes interfirieron para ir a buscar a Dixon.—Natasha bájate, Glenn, Glenn dile que se quede.—se escuchaba a Aliana un poco nerviosa.

—Mantén en lugar cerrado, cada residente que veas dile que estén alertas. Espera a Rick y dile lo qué pasó.—me explico, mientras que observé en si como Rosita también se les unió, dejando el puesto de vigilancia para Abraham. Le cerré la puerta a Michonne y esta arranco. Mientras que la observé irse...

—Todo esto es tan jodido, maldita sea.—bufó Aliana, chocando su hombro con él de Maggie y alejándose de ambos. Mientras que Maggie Greene se quedó a mi lado observando cómo nuestros amigos se iban.

• • •

Dirigí mi mirada a la ventana, como los portones se abrieron y no sabía si sentirme emocionado o algo desesperado, pues quien había vuelto había sido Papá y había vuelto solo. Los demás se habían ido hace un buen rato y todavía no habían regresado. Había seguido cada instrucción de Michonne pero ahora me tocaba rendirle cuenta a mi papá, quien fue frenado ante todo por Abraham. Decidí salir de mi cuarto, cerrando la puerta y bajando las escaleras hacia la primera planta, observando a Olivia estar jugando con Judith en el comedor. Me mantuve lleno de tranquilidad ante ella tener quien la vigilara, así que opté por salir de la casa con rapidez, de hecho parecía que corría en vez de parecer que caminaba. Observé su mirada puesta en mi, esté algo lento empezó a dirigirse hacia mi, me quedé observando a mi figura paternal y en cómo me sonrió... hasta que toda esa sincera sonrisa se esfumó ante el terrible grito de Enid.

—¡Rick!—pude verla a lo lejos, venía corriendo con cierta prisa. Papá y yo la miramos con horror, no dudamos dos veces en avanzar hacia ella, incluso Abraham quien estaba cerca se alertó.—¡Es Maggie! ¡El bebé! Necesita un doctor, Rick debemos darnos prisa.—ella llegó hasta nosotros, se veía temblorosa.—Aliana está con ella, debemos llevarla q Hilltop, es el único lugar donde hay un doctor.—comentó Enid, ella observó a papá quien estaba dudoso.

—Traigan un bolso de armas.—dijo papá, algo furioso, pues no podíamos salir, la mitad no había regresado.—Abraham ve por Maggie y Aliana, iré por Gabriel, dile a Sasha que si quiere ayudar, necesitamos la caravana. Debemos avanzar antes de que oscurezca.—dijo papá en voz alta.

—Carl vamos.—Enid me jalo por la camisa, mientras que observé cómo papá empezó a correr y Abraham de igual forma a la dirección donde venía a Enid mientras que está y yo corríamos a la armería.

—Coges la bolsa, mete todas las armas que puedas.—dije al entrar con rapidez allí, viendo cómo Enid cogía una de las bolsas que Olivia dejaba allí para esas ocasiones.—Necesitó esa arma, pásamela dame esas balas, haré que las carguen en la caravana con quienes vayan.—le dije, obteniendo el arma que ella me pasaba.

—Puedo cargarlas allá, sólo necesitamos llenarlas, debemos estar todos cubiertos.—me respondió ella, aunque no me agrado el principio pues ella no iría.

—Enid, no vendrás con nosotros.—le dije, poniéndome frente a frente con ella, viendo cómo pareció estar confundida.

—Sal de mi camino.—me hablo ella molesta, mientras que dirigí mi mirada al armario de la armería.—¡Carl!—reaccione, creando un plan para evitar que ella viniera, quería protegerla, eso era todo.

—Coge algunas armas en el armario, pero rápido tenemos que irnos.—mentí, viendo cómo ella pareció asentirme más relajada y adentrándose al bosque.—Lo siento... —susurre, cerrando la puerta con brusquedad, colocándole una silla en la cerradura para que no pudiera abrirse y los gritos de ellas no tardaron en empezar.

—¡Carl! ¡Carl sácame de aquí!—me pidió, mientras que agarre la bolsa llena de armas y me quedé observando la puerta del armario.—¿Que se supone que haga si no vuelven? ¿Como voy a vivir con eso?—habían sido dos preguntas que habían dado un revolcón a mi hermana, no sabíamos si volveríamos.

—Sobrevive como sea.—suspire, cogiendo la bolsa y escuchando a Enid gritar y gritar, incluso como quería tumbar la puerta. No tarde en salir afuera, observando en si, a Aliana con sus armas y colocándose por encima de su camisilla color toronja, aquella camisa que le había dado color gris, manga larga y se la había prestado el día en que Jesús entró a mi hogar.—¿Tu a donde vas?—le hable algo molesto, mientras que le agarre del brazo con delicadeza y está me observo.

—Iré con ustedes.—afirmó, mientras que negué con rapidez, observando a papá y Gabriel delante de la puerta de la caravana, también observé a Eugene y Aarón entrar.—Suéltame no tenemos tiempo.—me dijo ella, intentando de que la soltara.

—Maldita sea... —gruñí soltándola con brusquedad y viendo cómo ella me miró confundida, no tarde en pasarle por un lado a papá y Gabriel, quienes daban terminada la conversación, mientras que Spencer abría los portones.

—Carl.—escuche la voz de Aliana llamarme, dirigí mi mirada a Aarón, quien estaba sentado en la mesa de allí, coloqué el bolso de armas allí para que este escogiera una.—¿Cual es tu problema?—ella giró mi cuerpo con suavidad, mientras que observé sus ojos verdosos mirarme.

—Bien, pongámoslo en marcha a Hilltop.—Papá entró a la caravana, mientras que aproveche esto para ignorar la pregunta de Aliana, sintiendo como Abraham quien guiaba, aceleró la caravana junto a Sasha de pasajera.—Gabriel cuidara a Judith, les avisara a los demás si llegan lo sucedido.—me dijo papá, colocando su mano en mi hombro mientras que asentí.

Gire mi vista, viendo así como papá tomo el camino largo hacia Maggie. Mientras que me quede entablando una corta conversación con Aarón, delante de él estaba Aliana, sin dirigirme la mirada o la palabra. La mire fulminante, aunque ella evadió mi mirada, no quería que viniera; se supone que ella no debía salir y no sabía la razón por la cual papá permitió que ella fuera. Eugene se colocó aún lado de mi, obteniendo la bolsa de armas y sacando tres nuevas armas, suponía que iría a llevarles una a Abraham y Sasha. La caravana avanzaba de prisa, mientras que en mi mente estaban plasmadas las imágenes de mi pequeña hermana, pues tenía miedo que algo malo sucediera en Alexandria mientras no estuviéramos presentes. Aliana se paro de mi lado, caminando con lentitud por el pasillo de la caravana y yéndose hacia Maggie Greene, quien lucia mal y también me hubiera arriesgado a salir por ella. Maggie era una de las mujeres más importantes en mi vida y si algo le llega a suceder no sé cómo podría vivir con eso. Suspire, restregando mi rostro y observando a ambas chicas animarse, tenían una increíble relación.

—Rick tenemos problemas.—se escuchó Abraham adelante y la caravana la cual había empezado acelerar hace quizás unos ocho minutos, ya se había detenido.—Rick.—observé cómo mi papá salió de la habitación en donde estaba con Aliana y Maggie, asomándose al igual que yo, por la ventana del conductor viendo una fila de carros y hombres...

—Son ellos.—dijo Sasha en el lado del pasajero, cargando su arma y esperando una señal de papá.—Son demasiados, no podríamos combatirlos.—dijo ella.

—Bajemos, sólo hablaremos. Si no, tomamos otra ruta.—papá le hizo una seña a Aarón y Eugene para que bajaran junto a nosotros, no tarde en cargar mi arma y empezar a bajar los escalones de la caravana cuando me toco salir.—Podemos hacer un trato, justo ahora.—Papá empezó la conversación, mientras sostenía su arma y parecía estar lleno de seriedad ante la línea de autos que nos rodeaba; salvadores. El hombre que estaba adelante, negó.

—Claro, si se puede, danos toda tu mierda.—le respondió él a mi papá, quien pareció lleno de seriedad y en desacuerdo , este dirigió su mirada a mi y suspiro. Él no iba provocar algo que podía perjudicarme, parecía querer estar lleno de paciencia.—Lo más probable tendré que matar a uno de ustedes, luego podrán continuar. Así no nos meteremos en sus cosas pero solo deben escuchar.—sostuve mi arma con fuerza ante la amenaza del salvador, quien parecía líder de esa pequeña banda de salvadores.

—Si, creo que ese trato no va a funcionar.—le respondió papá junto a mi, algo de burla y sarcasmo se escuchó en su voz, algo que al hombre no le agrado. Aquel hombre sonrió, mientras que atrás de él, llenaron de aerosol al hombre que estaba tirado al suelo.

—Lo lamentó, mi trato será el único.—volvió a hablar el hombre, encogiéndose de hombros y sonriendo, papá hizo una seña para que empezáramos a retroceder.

—Entonces dejarás que mi gente se vaya.—finalizó papá la conversación, mientras que empezamos a retroceder hacia la caravana.

—Está bien amigo, estaremos en cada camino.—Papá se detuvo en seco ante las palabras del hombre, todos nos detuvimos y pude ver la mirada de intimidación que Abraham colocó ante esa amenaza.

—¿Acaso quieres que sea tu último día en la tierra?—la amenaza de papá había llenado de burla al hombre, este empezó a reírse y a mirar a su grupo. Se acercó a nosotros, pero no tanto y tan solo miro al cielo, volviendo a reír.

—Es una buena cosa que deberías pensar. Piénsalo, ¿qué tal si es el último día en la tierra para ti? ¿Para alguien que amas? ¿Qué harás si es cierto?—los ojos azules de mi papá se penetraron e mi ante las preguntas que aquel hombre hizo, puedo admitir que me habían intimado sus palabras.—Deberías ser más amable con las personas que están en esa caravana, como dijiste, quizás sea el último día en la tierra para alguno de ellos.—hablo él, dándonos la espalda y así ver cómo papá retrocedió todos lo hicimos.

Quede algo pensativo ante esas palabras que ese hombre había hecho, no tarde en subirme a la caravana, viendo a Aliana estar justamente pegada al margen de la puerta con su arma, pareció haber escuchado todo. Sus ojos verdosos me evadieron, mientras que pase por su lado, observando cómo papá se dirigió a la mesa con Eugene, colocando un mapa con rapidez; buscaban opciones. Abraham empezó a retroceder, mientras que veíamos por la gran ventana delantera a la fila de autos aún ahí observando cómo retrocedíamos. Estaba sudado y no por calor, era miedo, sentía miedo y podía asegurarme que una tormenta vendría para nosotros de una forma u otra. Me senté en el sillón donde estaba Aarón sentado nuevamente, quien también estaba pensando y ayudando a papá a buscar una nueva ruta. Las palabras del líder, "estaremos en cada camino", rondaban por mi mente y sabía que las cosas empeorarían. Observé a papá algo desesperado en querer buscar otra ruta a Hilltop y tan solo lo veía como un tesoro, no quería que algo le pasara a él o alguno de los que estaban aquí.

Aliana estaba en el fondo, estaba arrodillada y delante de Maggie, desde aquí podía ver a la castaña sonreír y apretarle las manos a Maggie con algo de fuerza. Fue una tierna imagen ver cómo Aliana le acariciaba la barriga a Maggie, aunque aún no empezaba a crecer como una embarazada, había una criatura allí. La única esperanza que teníais era ese bebé, incluyendo a Judith que aprendimos a hacerla sobrevivir en este horrible caos, en este horrible mundo. No me imagine en un futuro teniendo una familia increíble y quizás si me la imaginaba, por tal razón quería avanzar tanto con esa chica de ojos verdosos quien me traía loco, no quería que viniera... no quiero que nada malo le pase, era muy temprano para perderla en estos momentos. Nunca espere terminar enamorándome de ella cuando llego por primera vez a mi grupo, pues me toco estar con ella en muchas ocasiones en nuestro camino como compañeros de grupos y finalmente terminé enamorándome de ella, pensaba tan feliz pero siempre la felicidad se esfumaba ante una terrible alerta.

—¡Carajo, hay más!—dirigí mi mirada a Abraham, levantándome del sillón y viendo a papá dirigir su mirada a la ventana de cristal, había otra línea de autos.

—¿Defenderemos nuestra postura?—pregunto Sasha, observando también algo dudoso a la fila de autos repletos de hombres, de salvadores y incluso tenían armas.

—No, con uno detrás del volante eso sería cinco sobre dieciséis. Lo haremos a nuestra manera.—papá me miro, a lo que asentí estando de acuerdo con él, cómo todos.—Vamos, da reversa, Eugene ayúdame, busquemos otra forma.—papá toco mi hombro, alejándose de mi.

—Hey... —gire mi cuerpo ante el tacto de la mano de Aliana con mi espalda, mi piel estaba algo tensa, la situación me tenía nervioso.—Todo estará bien.—me dijo, mientras que nos alejamos del área de Abraham y Sasha, colocándonos cerca de la pequeña mesa que había allí. Aunque observe que no portaba mi camisa manga larga gris.

—Nada lo estará pero me aseguraré que tú si lo estés.—respondí algo cortante, observando su rostro y su cabello suelto, se veía totalmente hermosa con su cabello y su pollina dividida, la hacía ver algo más mujer.—No debiste venir... —le susurre, tocando su rostro y estando algo cortante con ella.

—Ella es muy importante para mi, no pretendía dejarla sola, no defraudaría a Glenn.—me respondió ella, había sido una buena respuesta defensiva, aunque estaba muy cerca de mi y podía sentir casi su respiración.—Tampoco quería dejarlos solo, si pasa algo, estaremos todos juntos.—comentó, llevando sus manos a mis mejillas y acercando mi rostro cerca del suyo, dándome un beso.—No te iba dejar venir solo, no te llevarás el crédito...—ella sonrió ante eso, aunque también lo hice, al alejarme de ella pude observar a papá mirarnos, sonrientes.

—Rick, tenemos otro problema.—la voz de Abraham ya se encontraba algo molesto, incluso yo lo hice y el bufido de papá no tardó en resonar. Mientras que todos nos acercamos a la gran ventana, observando nuestro problemas.

—Tomen sus armas, bajemos todos.—ordenó papá, lleno de molestia mientras que tenía su hacha roja en sus manos, abriendo la puerta de la caravana y bajando, mientras que opté mi arma y baje detrás de él.

—Se necesitan demasiadas personas para hacer un bloqueo como este.—opinó Eugene, mientras que a su lado Aliana asintió ante su comentario, esta portaba un arma y veía con atención el bloqueo de caminantes amarrados en cadenas.

—Son bastantes ingeniosos para haberlo hecho también.—comentó Aliana, acercándose a los caminantes, de igual forma lo hice al igual que todos.—¿Cómo sería esto posible?—siguió preguntándose Aliana, mientras que me acerqué a un caminante que llamó demasiado mi atención, un caminante que tenía una flecha mientras que a su lado tenía una chaqueta de cuero negra, la misma que Aliana y Natasha solían usar.

—Papá...—lo llame, mientras que vi cómo Aliana se acercó a mi lado y observo con cuidado, además de observar con horror, las pertenencias de su hermana, esa chaqueta la tenía puesta esta mañana. Aunque quede aturdido ante observar el rastro de cabello colocado y enterrado en uno de los caminantes, pertenecía a Michonne.—No puede ser...—susurre, observando a papá postularse a mi lado.

—Los tienen, Rick, los tienen.—hablo Abraham en voz alta ante darse cuenta de lo que estaba pasando, note en la mirada de papá la furia ante eso, arrancándole al caminante el trozo de cabello de Michonne, mientras que Aliana a mi lado parecía estar en un estado de pánico.

Quede algo aturdido ante la situación, habían cazado a mis amigos que habían salido en el medio día, ahora venían por nosotros. Papá estaba molesto, estaba lleno de molestia y entendía sus razones, habíamos salido a una trampa. Aliana se quedó aún lado de Abraham observando otro caminante que tenía la misma gorra que Rosita solía usar, era exactamente igual. Lleve mis manos a mi fisgo restregándola, con intenciones de irme detrás de Aliana quien parecía querer irse a la caravana en busca de Maggie, aunque todo fue peor cuando los disparos empezaron a resonar cerca de nuestros pies. El grito de papá fue alarmante, no tarde en alzar mi arma y observar con claridad a los caminantes disparar a través veces del bosque. Empecé a disparar a ciegas, pues tenía más intenciones de cubrirme. Los gemidos que provenían del bosque me alertaban que debimos haber herido a algunos. Me mantenía con mi corazón en la boca ante la agitación que tenía y la adrenalina, pero todo se había esfumado ante el desgarrador grito que dio Aliana. Ellos nos apuntaban a los pies, poco a poco me acercaba a la caravana y Aliana había caído con lentitud al suelo, mi corazón se había detenido por un milésimo segundo.

Observe cómo Abraham la agarró por el brazo y la alzó, no supe cómo, pero había sacado fuerzas para alzarla y montarla en la caravana. Sentí esa sensación de como mi aliento había ido ante la desesperación de que ella había sido herida, papá me gritaba y no tarde en sentir como halo mi camiseta y me llevo hasta la caravana, corrí, hasta montarme y ver cómo papá hizo lo mismo y cerró la puerta, dándole una orden a Eugene de guiar ante Abraham estar con Aliana en el suelo de la caravana al igual que Sasha y Aarón, estos buscaban algún botiquín de ayuda. Sentí mi respiración irse, me sentía agitado y más al ver el costado de Aliana llenarse de sangre, incluso la veía a ella algo inconsciente y llena de sudor, parecía quejarse y no tarde en arrodillarme en el suelo para ayudar, ahora ella también estaba herida. Abraham no tardó en alzar su camisa, dejando ver la terrible mancha de sangre, parecía haber sido un roce de bala pero se veía muy mal, sentí un alivio, observando cómo Sasha con unos algodones y alcohol, rozo la piel de Aliana. Esta dio un gran grito y vi cómo empezó a removerse, dándome sin intención con su pie en mi muslo, no tarde en moverme y irme cerca de donde estaba su cabeza viendo su rostro lleno de sudor.

Dirigí mis manos a su frente, limpiándole el sudor y viendo su rostro de dolor cuando el alcohol entraba en su herida para limpiar, incluso se movió y pataleó, ardía y podía saberlo. Observe en cómo Sasha aún limpiaba la herida, mientras que Aarón y Eugene buscaban una alternativa para salir de este hoyo sin salida, pensando en que nos estarían cazando poco a poco y temía por la vida de mis amigos allá afuera. Aliana giró su rostro, mientras que observe cómo lágrimas bajaban por sus mejillas, sonreí, realmente fue gracioso verla así parecía una niña pequeña. Lleve mis manos a su rostro, limpie sus lágrimas y dirigí mis labios a su frente, quedándome un rato allí y acariciando su rostro, la quería, no quería que nada le sucediera y menos hoy, parecía que todo andaba mal. Alce mi rostro, observando a Sasha y Abraham mirarme, no tarde en sonrojarme ante las sonrisas que estos dos esbozaron, desde que me conocían sabían lo cortante que oye haber sido con Camila...

—Solo fue un roce de bala...—dijo Abraham suspirando, mientras que papá pareció agradecer.—Le quitare la camisa, vi que trajo otra, tráiganmela, así estará fresca le pondré un vendaje para que la sangre no siga escurriendo y se llegamos a Hollywood deberán saturarle la herida.—no tarde en seguir la orden de Sasha, levantándome Ake suelo y observando todo el área, hasta que vi en la camilla de Maggie la camisa manga larga gris que me pertenecía.

—¿Carl?—me llamo ella, mientras que cogí la camisa y me quedé observando lo pálida que estaba, estaba igual de sudada.—¿Qué sucedió?—me pregunto en voz baja, no podía hablar demasiado.

—Los salvadores lastimaron a Aliana pero ella estará bien.—papá se asomó, ella intentó levantarse aunque papá se lo negó.—Maggie, no, tranquila. Todo estaré bien, podemos hacer lo que sea si estamos juntos.—papá se arrodillo delante de Maggie, acariciando su cabeza y sujetando sus manos mientras que salí de la habitación y no tarde en lanzarle la camisa a Sasha.—

—Bien dulzura, vamos a quitarte esta camisa.—me quedé observando cómo Sasha intento incorporar a Aliana, quien gruñó un poco pero coopero.

—¿Alguien tiene una paleta? Creo que alguien la merece.—Sasha, al igual que yo reímos ante él comentó de Abraham.—¿Puedes ver bien?—le pregunto Abraham a Aliana quien se tambaleó un poco mientras que Sasha logró colocarle la camisa que me pertenecía.

—Puedo ver dos dedos... —reí, al igual que papá quien estaba en el margen de la puerta ante Aliana sacarle los dos dedos del medio. Me acerqué a ella, ayudándole a levantarse y observando cómo está se aferraba a mi.

—Espero que tengas más vidas que un gato, porque me lleve un gran susto.—le dije, mientras que ella solo suspiró y fui entrando a la habitación donde Maggie estaba, ayudándole a acostarse en su lado.—Vamos, con cuidado.—le pedí, mientras que vi como Maggie Greene la ayudo a acostarse a su lado, observando cómo se abrazaron.

Sonreí ante esa tierna imagen de ambas, podía jurar que se parecían tanto en el físico y la mentalidad, cualquiera diría que son madre e hija. Papá se quedó allí como yo, estaba al lado de mi, observando a ambas chicas estás acostadas y con cansancio. Puedo admitir que sentí un gran alivio cuando supe que a Aliana no le había dado una bala, no hubiese sabido que hacer si ella le hubiera pasado algo, ya todos sabía que estaba completamente enamorado de esos ojos verdosos que estaban en este momento apagados. La luz del Sol se había esfumado, creábamos planes y planes, ninguno salía y las horas habían pasado. Siempre algo debía costar y esta vez Eugene se había sacrificado con gran valor en irse solo en la caravana, así los salvadores lo seguirían a él y a nosotros no, así que iríamos por el bosque y seguiríamos el camino a pie a Hilltop. Aquí me encontraba, en medio de la noche y en el oscuro bosque lleno de frío, mi piel estaba completamente erizada ante la tensión que había en estos instantes. Tenía un palo de madera encima, lo que se me hacia facilitar para matar a un caminante, mientras que también le daba fuerzas a Aliana, pues sus brazos estaba en mis hombros para ayudarla a caminar.

—Tengo miedo, Carl... y me duele demasiado el costado.—me susurro Aliana aún lado de mi, podía sentirla temblar del frío nocturno, la aferre más a mi cuerpo.

—No eres la única que tiene miedo, créeme...—le respondí, mientras que no se escuchaba absolutamente nada en el bosque, tan solo nuestros pasos.

—Aarón, bájame, puedo caminar sola.—atrás se escucho la voz cortante de Maggie, Aarón, papá y Abraham agarraban la camilla que pertenecía a la caravana, mientras que Sasha estaba cerca de mi cubriéndolos mientras que apuntaba con un arma.

—Escuche lo que le dijiste a Maggie.—hable al ver a papá cerca de mi, él estaba adelante sosteniendo la camilla.—Podemos hacer lo que sea si estamos juntos. Lo que nos pasó, lo que le pasó a Denise, no dejaremos que le pase a alguien más.—comente, mientras que caminaba algo más deprisa.

—Hijo...—mi piel se erizo por completo al instante en que varios silbidos se empezaron a escuchar a la vez, quede como estatua observando el rostro de pánico que papá colocó al saber lo mismo que todos, nos encontraron.

• • •

Posdata, por ahora Natasha Johnson será interpretada por Emilia Clarke, si tienen alguna sugerencia favor de dejarla en los comentarios recuerden que la novela se basa en el gusto de ustedes lectores. Emilia Clarke no es nada parecida a Aliana quien es interpretada por Adelaide Kane, necesito una actriz con parecido, si la encuentran dejarla en el área de los comentarios.

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