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❛Tienes que recuperarla, Shoto.❜
OMNISCIENTE
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La alarma sonó repetidas veces, se podía oír por cada rincón de los pasillos afuera de esa habitación que mantenía una temperatura cálida, como también fría. Shoto estiró su brazo hasta que las yemas de sus dedos lograron apagar la alarma, la cual marcaba el medio día. Miró de manera vaga las notificaciones que tenía en su tablero de mensajes, varios yacían ahí sin responder. Respiro de una manera soñolienta, quedándose en el borde de su futón con las piernas cruzadas y sus manos dejando su peso del cuerpo encima de ellas. El exacto momento en que su mano se estiró para sostener aquella esfera donde la albina estaba atrapada se repetía de una manera constante en su cabeza, la temperatura de su cuerpo se volvía anormal y el lado derecho hacía sobresalir rastros de llamas. Apretó sus puños y entrecerró sus ojos, buscando calmar sus emociones. Con agua tibia restregó su rostro. Se sentía desesperado, lleno de impotencia, porque tanto él como los héroes que resguardaban el campamento habían perdido contra los villanos.

De momento vestirse se le hizo pesado, porque se encontraba desanimado, todo su cuerpo parecía estar en descontrol—, como si su don estuviera atado a las emociones que sentía—. Si era así, era un mal presagio para él. De fondo se oía la televisión encendida, pasando las noticias y como detallaban el altercado en el campamento de verano. Los adultos crearon un bullicio, el anuncio causó furor entre ellos cuando sintieron la falta de seguridad en dichas instalaciones de una academia prestigiosa como lo era la UA. De mala manera Shoto apago la televisión, lanzando el control con brusquedad. Sentada en aquel sofá su hermana mantenía la cabeza baja, sin pronunciar una sola palabra al respecto, se sentía en el ambiente tensión por los sentimientos de su hermano vinculados a la albina secuestrada. Habían enviado a los alumnos a casa, aunque la mitad de estos se encontraban en el hospital, luego de las lesiones que recibieron. Su teléfono estaba vibrando, mensajes llegaban al tablero de Shoto, quien lo ignoraba por un momento creyendo que podría ser su padre.

—¿Tú también recordaste?—le preguntó Fuyumi, se mantuvo sentada en el sofá, aún el dolor de jaqueca la invadía como a Shoto por el estrés.

—Todo.—afirmó el bicolor, manteniéndose en el margen de la puerta deslizadora, con sus manos en el bolsillo.

—¿Y crees que ellos puedan volver?—le cuestiono su hermana mayor, con la que no tenía conversaciones sólidas por la distancia de su crecimiento.

—¿Ellos?—se preguntó Shoto confundido ante una mención en plural, debía recalcar que él no recibió las mismas memorias que su hermana.

—Kailani y Naoto.—esclareció Fuyumi, se giró para ver a Shoto observar el brazalete de hilo rojo que había en su muñeca.

—¿Donde está papá?—preguntó Shoto, notando la soledad en su hogar, era evidente que Natsuo se debía encontrar estudiando en la universidad.

—La comisión de héroes lo ha llamado, han iniciado una convocatoria con otros profesionales. Hoy la UA tendrá que emitir un comunicado por lo sucedido, deberías quedarte.—indicó Fuyumi al ver que Shoto se distanció, caminando por el pasillo.

—Iré al hospital, quiero ver a mis amigos.—musitó Shoto, levantando su teléfono cuando recibió un mensaje de su compañero, Kirishima.—Hay cosas que debemos resolver.—artículo, frío.

—Pero ayer también fuiste.—infirió Fuyumi, levantándose algo ansiosa.—Es mejor que te quedes en casa, Shoto.—aconsejo, mirándolo.

—No sabía cómo ser un amigo, pero estoy seguro que ir a verlos en el hospital me hace ser uno.—expreso Shoto, validando los sentimientos de cada uno de sus compañeros.—Estaré bien, no me esperes para cenar.—añadió, poniéndose sus zapatos.

—Shoto.—volvió a llamar Fuyumi, mirando a su hermano menor con preocupación; se sentiría más segura si decidiera quedarse.

—No la voy abandonar.—esbozó con sutileza, mostrando con fidelidad sus sentimientos para así Fuyumi asentir.

Ella se quedó mirándolo, sin poder hacer nada al respecto para detener a su hermano, pero sabía que Shoto no se detendría ni aunque alguien se lo rogara. Se sentía con tanta impotencia. Un sabor amargo lo molestaba en el paladar, camino por la acera con el ceño fruncido, porque había perdido—, permitió que se llevaran a su compañero y a la chica que quería—. Sin duda, su padre estaría desilusionado. Después de todas las arduas prácticas que sostuvo en su infancia, no puso en práctica en lo absoluto lo aprendido de una manera perspicaz por parte de su padre—, olvidando por un momento lo abusivo—. Gruñó entre dientes y bajo la cabeza. La imagen de la albina tendida en los brazos de aquel joven adulto como una presa fácil de retener le hacía el estómago un tornado de emociones. Debió haberse esforzado más. Había una manera de resolver esto y recuperarla, solo que la manera en que podían hacerlo, no era la adecuada. Camino hasta llegar enfrente de ese hospital donde los ojos de su compañero impotente lo sostuvieron con la mirada.

Por otro lado. Los autos seguían pasando, entre ellos uno con impedimento a que otros miraran hacia adentro se mantenía el profesor estimado de la UA. El héroe profesional con licencia Eraser portaba una ropa bastante fina y profesional, incluso un peinado tan diferente al que suele llevar. La cicatriz debajo de su ojo se hacía de notar, al igual que la presión que sacudía su cabeza hasta causarle una leve jaqueca. La confianza hacia la UA se veía en jugo, solo esperaban la mejor oportunidad para resolver la situación. Por el paso de la calle, se vio en una pantalla digital la imagen de sus dos alumnos secuestrados. Desde que la albina se adentró a la UA había estado pasando problema tras problema, como si estuviera maldecida. Bajo su cabeza y puso sus manos como si rezara, —donde sea que estuviera la heroína de agua que había desaparecido hace unos meses, Aizawa añoraba que regresara de cualquier forma y no era por él o lo que sentía por esa mujer desde que era un adolescente—, por el bien de su hija, Hikari debía volver.

—¿Pero como responderán a las familias de ese incidente? Hay dos niños secuestrados.—mencionaban en la calle, mientras que Shoto se adentraba al hospital.

—Todoroki.—el bicolor levantó su mirada para observar a la mayor parte de sus compañeros en la sala de espera, sonriéndoles.

—Iida, chicos.—mencionó, deteniéndose frente a su delegado para ver a sus compañeros con detenimiento, se veían preocupados.

—¿Como te has encontrado? Te he dejado mensajes.—comentó Iida cuando rodeo a Shoto, quien era observado por los demás, debían vincular sus emociones con el secuestro de Kai.

—Muy confundido.—admitió, manteniéndose distante y en una posición cortante, sin difundir de su sentir delante de sus demás compañeros.

—¡Vayamos a ver a Midoriya! Espero que hoy ya haya despertado.—incito Kirishima, quien mantuvo una mirada detenida en Shoto.

Si. Había mucha confusión en la mente de Shoto, pues imágenes aún seguían invadiéndolo desde las noches anteriores. Podía decirse que tenía algo de jaqueca, ademas que la noche anterior se quedó despierto escribiéndole una carta a su madre donde le explicaba todo el revuelo y le pedía que no se preocupara por él. ¿Acaso ella también habría recordado a la albina en sus brazos cuando pequeña? Corriendo por el patio oriental y jugando a la pelota con Natsuo cuando Shoto no podía jugar con ella. Todo se sentía como un balde de agua fría con melancolía, una canción se repetía en su mente, adjuntándose con esos pensares, pero la imagen más fría que tenía, eran los ojos de Kai decaídos y su frente ensangrentada. El hecho de no haberla podido alcanzar se sentía como un fracaso en su camino a ser un héroe, porque sus manos no dieron para poder llegar a ella—, como si el destino le dijera que no estaban hechos el uno para el otro—. Iida lo observó, notando su expresión pensativa e incluso pérdida. Tal vez después de todo, quizás Bakugo si podía cuidarla mejor que él.

—Estoy seguro de que pronto todo se resolverá, Todoroki.—mencionó Iida, manteniéndose aún lado de su amigo para animarlo.

—Espero.—respondió Shoto, caminando por el pasillo hacia una de las próximas habitaciones.—O enloqueceré.—admitió.

—¡Midoriya, ya despertaste!—anunció Kaminari con emoción.—¿Viste las noticias? La prensa tiene rodeada la escuela.—comentó cuando se adentró con toda la clase, para así Shoto ver a su compañero en camilla y con sus brazos enyesados.

—Te cause problemas, lo siento.—mencionó Tokoyami algo apenado, en una diestra y seria expresión que Midoriya algo soñoliento ignoró por completo con empatía.

—Tokoyami, yo hice lo mismo. ¿Vino toda la clase A a verme?—se preguntó algo desconcertado, notando a la mayoría en la habitación.

—No.—respondió Iida.—Jiro y Hagakure todavía están inconscientes por el gas de los villanos, y Yaoyorozu se golpeó la cabeza, también está internada aquí. Al parecer despertó ayer, así que vinimos excepto por ellas tres.—artículo, oyendo los comentarios de los demás.

—Porque faltan Bakugo y Nakamura.—añadió Shoto, una expresión fría y serena acompaña su rostro, con la mención de la albina amargando su paladar.

—¡Todoroki!—le reprendió Ashido, pues notó el severo y decaído rostro de Midoriya ante ese plano de palabras directas.

—All Might una vez dijo, "no puedo salvar a las personas que no puedo alcanzar" por eso él siempre salva aquellos que tiene a su alcance, los tuve al alcance en el momento que se los llevaron. Debí salvarlos, para eso sirve mi don.—mencionó Midoriya en llanto e impotencia.—Es exactamente como lo dijo el profesor Aizawa. Mi cuerpo no se movió, hice todo lo que pude para salvar a Koda, pero no pude salvar a Kacchan y a Kai, con todo lo qué pasó, deje que se la llevaran.—sollozo, decepcionado.

—Bueno, salvémoslos ahora.—dijo de pronto Kirishima.—Todoroki y yo vinimos ayer de hecho. De camino a tu habitación, vimos a All Might y a un policía hablando con Yaoyoruzo, supimos que ella implantó un rastreador a uno de los villanos y que puede localizar vía un aparato. Creemos que sería útil para llegar hasta la ubicación donde tendrían a Bakugo con Nakamura.—explicó.

—¿Significa que le pedirán a Yaoyorozu que haga otro receptor?—se cuestionó Iida en una actitud cortante, se veía tenso.

—¿Qué pasa con eso?—le reprocho Shoto, sintiendo la posibilidad de que lo alejaran de su propósito, querer tener a Kai al alcance.

—¡Es como dijo All Might, dejémosle eso a los profesionales, no es momento de entrometernos idiotas!—grito Iida, alarmando a los demás en su inesperada reacción.

—¡Ya lo sabemos! Pero no pude hacer nada ese día, ¡sabían que perseguían a mis amigos y no hice nada, en lo absoluto! Si no hago algo ahora... ¡no seré un verdadero héroe, ni tampoco un hombre!—contradijo Kirishima, en desacuerdo con él.

—Me siento igual.—adjunto Shoto, sin detallar más a fondo su deseo, el cual todos podían saber y notar sin esperar que lo mencionara.

—Todoroki, comprendo tu postura y como te sientes al respecto, pero con todo lo que ha pasado, Nakamura no querrá que intervengamos.—mencionó Tokoyami, viendo a Shoto mostrarse aún firme en su postura anterior.

—Kailani ya nos hubiese encontrado, con lo persistente que es, dudo que se hubiera quedado de brazos cruzados. Y eso lo sabes, Iida.—indicó Shoto, mirando a su delegado denegar.

—Tienen razón, lo sé perfectamente, ¡pero escucha Midoriya, ellos todavía están a tu alcance, podemos ir a salvarlos!—incitaba Kirishima en medio de su gran impotencia, se le veía la desesperación.

—Aunque los villanos hablaron de matarnos, se llevaron a Bakugo y Nakamura con vida, pero podrían matarlos prontos, iremos Kirishima y yo.—comentó Shoto, desacreditando.

—¡No vayan hacer una estupidez!—pidió Iida, aún en su negación, miró a sus compañeros no querer desistir de su decisión.

—Iida, entiendo la frustración que siente Kirishima, Todoroki incluso vio cómo se llevaron a Bakugo, más aún a Nakamura frente a él, pero no podemos dejarnos llevar por las emociones. ¿No creen?—se cuestionó Shoji, manteniendo un silencio.

—Nakamura ha pasado por mucho. No desacreditó cómo pueda sentirse Bakugo en esta situación, pero debe ser difícil para ella.—musitó Uraraka con la mano en su pecho.—Quizás si hubiéramos estado con ella...

—No te culpes Uraraka.—pidió Asui.—Dudo mucho que Bakugo permita que algo le pase, pero espero que esto no le afecte más a ella de lo que nos afecta a nosotros. Después de todo, ¿creen que ella siga creyendo en los héroes?—se preguntó Asui, mirando a todos.

—¿Por qué dices eso?—le cuestiono Iida, molesto e inquieto por esa pregunta que llenó la habitación de más dudas.

—El villano que la capturó dijo que ella decidió ir con él. ¿Qué pasará si no quiere ser rescatada? Hay que dejárselo a los héroes.—incito Asui.

—No lo permitiré.—afirmó Shoto, para así dejar que todos miraran su expresión y en cómo solamente pensaba en la niña de ojos cristalinos con ahora un cabello blancuzco.

Shoto miró a la ventana, cerrando su nudillo. Aún los pensamientos lo mantenían afligidos a su sentir, así que hizo caso nulo a las advertencias de sus amigos. Aún no entendía bien esas emociones, ver a sus amigos molestos, desesperados e incluso en llanto era algo nuevo para él, porque nunca había tenido a personas que calificaba como "amigos"—, por eso no deseaba abandonar sus nuevos principios y el camino que recorría—. Aquel al que su padre no le envió. Se quería esforzar. Quería ser una versión nueva de sí mismo que nadie olvidaría, por eso su espíritu lo llevó a lanzarse hacia Kailani cuando la vio aquel día en el examen de admisión. La recuerda, caminando con esos ojos decaídos y expresión seria. Incluso cuando se cruzaron en las escaleras, todo parecía indicar que el futuro los señalaba y que por eso, Shoto no podía dejar de pensar en ella, porque la quería. La noche fría cayó, conjunto a Kirishima frente aquel hospital, esperaba la presencia de a quien más necesitaría en esta leve situación.

Estaban ahí los dos. Apoyaban sus principios, nunca de hecho pensaron formar un tipo de alianza así, menos cuando Todoroki ya tenía vínculos con otros compañeros antes que Kirishima. En total silencio y esperando, pues le habían dado a Midoriya unas indicaciones, aunque sus compañeros desistieron y se vieron en desacuerdo con ellos—, no dieron su brazo a torcer.—De por si, la UA había iniciado un comunicado donde respaldaban su academia y se responsabilizaban de sus actos. La comisión de heroes había iniciado su redada al escondite de los villanos, más aún cuando los profesores suponiendo en una reunión sobre un posible impostor. Todo eso pasó de pronto. Muchas teorías y pensares de la gente en las plataformas sociales, los periodistas y las noticias estelares no se imaginarían el día que se llevarían, tampoco cómo terminarían cuando los héroes llegaran al lugar donde parecían estar escondiéndose los villanos que buscaban.

—¿Los recuperaremos?—se preguntó Kirishima, no se mostraba inseguro, pero no quería fallar.—¿A Nakamura y Bakugo?—añadió.

—Nos aseguraremos de eso.—respondió Shoto, mirando como así, fuera del hospital salía Midoriya, para su aproes con dos compañías más.

—Sabía que vendrían.—musitó Kirishima con emoción, no solo por ver a Iida conjunto a una Yaoyoruzo más estable, si no porque podrían llegar al fondo de todo eso.

—Recuperemos a Kai, Shoto.—artículo Midoriya, estrechando su mano hacia su compañero quien analizando, acepto la mano y asintió.—Y a Kacchan.—añadió.

—Hagámoslo.—afirmó el bicolor, conjuntándose por la acera con los demás, para así dirigirse al lugar que presentaba la localización.

Unos imponentes pasó se presentaban en ese oculto almacén. Una sonrisa se esclareció en el rostro de aquel alto hombre, pues varias camillas se veían enfrente y Nomus hibernando hasta que estuvieran listos. Se quedó en medio de esas dos camillas, ignorando donde yacía una de las heroínas e integrantes de las Pussy Cats. Ragdoll estaba ida como también inconsciente, con unas finas sábanas cubriendo sus partes íntimas. El hombre se mantenía sonriendo, mirando al par de hermanos también estar en un estado de inconsciencia. Estiró sus manos para tocar los brazos de ambos, quienes presentaban en conjunto unos cabellos albinos con destellos azules. Kailani y Naoto estaban uno al lado del otro, con sus ojos entumecidos en la inconsciencia, All For One los estaba mirando como todo un ganador. Después de todo, su plan estaba yendo a la perfección y solo faltaba una sola cosa para ponerlo en marcha. Se alejó de los hermanos, de la albina que tenía sus heridas vendadas y la ropa manchada de su sangre.

—Solo faltas tú, Hikari Tamira.—mencionó, sentándose enfrente donde yacía aquella televisión que daba visual al bar clandestino donde mantenían retenido al joven Katsuki Bakugo.—O mejor dicho, Hikari Shimura.—artículo, sonriendo.

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Próximo capítulo: All For One contra Illusion.

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