• CAPÍTULO 17 •

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El pelirrubio sentía su corazón quemarle bajo el pecho, mientras miraba a la chica nervioso e inseguro.

Demasiado inseguro.

Observando como ella había girado su rostro hacia la pared. El papel tapiz resultando demasiado interesante en ese momento.

No sabía como había accedido a esa petición.

Apretó la mano del castaño entre la suya, quién apenas le devolvió el gesto. Apreciando como el chico se mantenía atento y enfocado solo en la pelinegra. Con su respiración calmada y sus ojos bien abiertos. Pareciendole al alfa, casi indescifrable lo que podría estar pensando Jungkook en ese instante.

¿Por qué había aceptado aquello?

Y es que su omega era extremadamente terco cuando se proponía algo. Y se le había hecho imposible sacarle aquella idea de la cabeza.

Ahh vida mía.

El pelirubio suspiró suave e intentó relajarse, deteniéndose a pensar el como habían llegado a aquello.

Días atrás y luego de su reencuentro con el omega, Taehyung había despertado perezoso. Cuando de manera muy lenta se transparentó la mañana por entre las cortinas y percibió ese abundante olor dulce llenarle los pulmones.

Impregnado y enredado entre las mantas, casi como adherido a su piel.

Había abierto sus ojos. Cuidadoso y sin apuro. Sintiendo como sus rodillas chocaban con las del castaño, por lo que resultó inevitable deslizar una de sus manos por la orilla del muslo del chico. La que suave y tibia le recibió erizandose ante su toque.

Curioso buscó al omega, encontrándose con sus profundos ojos mirándole, pendiente de cada uno de sus movimientos. Como si le estudiase el rostro, pero levemente concentrado en aquella caricia sobre su piel.

Taehyung guío su mirada hasta los labios del castaño, distinguiendo como el sabor de ellos aún permanecía en su boca.

- "¿Ella quiere a Taehyung?" - le había dicho rápido, pero sin apuros. Solo con la impulsividad natural característica del omega. Palabras que salieron a través de de sus manos al llegar el alba.

Y es que luego de su conversación, donde el alfa le había explicado del modo más entendible la relación que mantenía con Seulgi, el castaño se había sumido en sus pensamientos. Y Taehyung temía mucho que malinterpretase sus palabras, pero le tranquilizó el hecho de que su omega le abrazara luego y se durmiera en sus brazos.

Jungkook estaba calmado y aunque no había mencionado nada, tal vez con eso se conformaría por el momento.

-"Si"- le respondió él con tranquilidad aunque comenzase a ponerse nervioso. Y es que deseaba transmitirle emociones positivas al omega, que le quedara claro de que era él a quien amaba.

Que era él con quien quería estar.

Jungkook lo miró pensativo, como si reflexionase toda la información que le había sido entregada -"¿Como Jungkook a Taehyung?- preguntó de pronto.

El rubio asintió delicado con su cabeza, mientras le escondía un mechón tras la oreja para acariciarle luego el borde de ésta.

De golpe sintió como el castaño se subía sobre su cuerpo, dejando escapar un pequeño gemido resultado de aquella acción. Viendo desde abajo y con la boca abierta, el cuerpo desnudo de Jungkook.

Sencillamente hermoso.

Sin embargo el castaño poco se percataba de lo atrevido que estaba siendo, solo enfocado en una cosa -"Esta bien" - le señaló al alfa, quien le miró intrigado -"Jungkook compartirá a Taehyung"- Y si, aquello desconcertó en tal medida al rubio que éste de sopetón se sentó, afirmando su torso en la cabecera de la cama -"Pero no besos. Besos solo de Jungkook".

El alfa no pudo evitar reir, aun un poco confundido por la situación -"¿Por qué?"

Los ojos del castaño le miraron afligidos. El omega era muy expresivo con su rostro producto de su condición -"Ella sola. Sola como Jungkook"-Suspiró despacio- "Taehyung importante, ella triste. Jungkook no malo"

El alfa le miró atónito, con su corazón latiendole con fuerza y aún intentando asimilar lo que Jungkook le decía -"¿Jungkook está seguro?", es decir -pronunció- "Taehyung solo besa a Jungkook", pero...

¿Por qué le estaba proponiendo aquello?

El castaño asintió, percibiendo como le alfa le tocaba de manera suave la cadera, solo con la yema de sus dedos- "Ella triste, Taehyung lejos. Jungkook no quiere eso"

Los ojos del alfa brillaron y quiso besarlo tan fuerte, pues su lobo aullaba encantado del omega -Eres hermoso ¿Lo sabías? - le dijo embelesado por la actitud del castaño, quien lo miró curioso al ver como Taehyung movía sus labios -"Te amo"... te amo tanto car... - le dijo ya finalmente y sobre su boca, dejandole un pequeño beso que duró unos segundos en Jungkook.

-"Pero solo Jungkook toca a Taehyung"- los ojos del omega que antes reflejaban comprensión, se enfurruñaron posesivos.

El castaño no le compartiría de aquel modo y aquello estaba muy bien para el alfa, quien le soltó una risita- "Solo Jungkook toca a Taehyung" - le indicó para luego aspirar el aroma de su cuello y mirarle desde abajo-"A Taehyung le gusta solo que Jungkook lo toque"- el rostro del omega enrojeció, abriendo un poco sus ojos y percatarse de cuán cerca estaban sus cuerpos.

Y aún desnudos sobre la cama.

Taehyung rió y tomó la sábana blanca a espaldas del el omega, cubriéndolos a ambos a la vez que invertía con cuidado sus posiciones. Iniciando un coqueteo con el castaño - "¿A Jungkook le gusta que Taehyung lo toque?" - el chico le miró aun sonrojado y percibiendo como el alfa le apretaba los muslos- "Porque Taehyung ama tocar a Jungkook"- subió su mano hacia arriba, encontrándose con el vientre de Jungkook, quien rió inconsciente al sentir que aquella acción le producía cosquillas.

-¿Tienes cosquillas ahí eh?- Taehyung le dijo pinchandole el estómago suavemente, pero lo suficiente para que el omega se retorciera desesperado bajo él, mientras carcajadas salían de su boca -¿Haces a papá más sensible cachorro?

Sus cuerpos bajos las telas, crearon un bello contraste que los dibujaba a ambos sobre el fondo blanco.

El alfa gozaba de aquel juego, que aunque sabía era tortuoso para el castaño, estaba disfrutando mucho. Sobre todo al observar como el omega lagrimeaba de risa.

Las cosquillas siempre eran algo adictivo y angustiante a la vez.

Estaba en eso cuando de pronto escuchó que un quejido salía de los labios del castaño, quién se tocó el vientre con las manos y frunció sus cejas. Algo que alarmó al rubio, quien se retiró con rapidez de encima de Jungkook.

- ¡¿Qué?!¡¿Te he hecho daño?!- le dijo el alfa asustado y nervioso, al considerar el hecho de haberlo lastimado.

Sin embargo no esperó que Jungkook se levantara de golpe y tirara de la sábana, cubriéndose con ella y riendo ruidosamente mientras comenzaba a correr fuera de la habitación.

¿Lo había engañado?

Ese infantil omega ¿Se había atrevido a engañarlo?

Había sentido su corazón palpitar fuerte -¡Oh no! ¡Ni pienses que te escaparás cariño!- dijo para luego correr desnudo tras el chico, capturandole no muy tarde cuando le encontró escondido, justo bajo la mesa de la cocina. Y el omega había gritado a la vez que reía cuando Taehyung le intentaba sacar de ahí.

Aquel día habían estado tan sumergidos en su burbuja, que ninguno de los dos se percató de que alguien había entrado en la cocina.

-Hace años que no veía ese trasero-Sarang le había dicho sin mas preocupaciones que buscar lo que necesitaba en uno de los estantes de aquel lugar. Mientras el alfa se ruborizaba bastante avergonzado e intentaba cubrirse con la sabana del omega, quien reía tironeando de ella para que este no pudiese ocultar su desnudez.

Taehyung apaciguó su mirada pensando en en aquella precisa mañana, tomando la fortaleza necesaria de la calidez de sentimientos que el omega le había entregado. Despidiéndose de él con una petición que jamás consideró que le solicitaría.

-"Jungkook quiere conocerla"- aquellas palabras habían salido claras y sinceras desde sus manos. Y Taehyung no supo como responder en ese momento, solo asintiendo y esperando que esa idea saliera de la cabeza de su omega.

Pero aquello no sucedió.

Y por el contrario, con el pasar de los días Jungkook era más insistente cada vez que se encontraban.

Por lo que aceptó.

Y es que que le diría ¿Qué temía que le arrancara los ojos? O tal vez ¿Ella quisiese arrancárselos a él?

¿Por qué debía ser todo tan complicado?

Porque eso es lo que pensaba, sobre todo al verlos ahora a ambos en actitud de precaución. Pues si bien no no podía sentir el lobo de la chica, olía muy bien la señal de alerta en el aroma del castaño.

-Él es Jungkook-la voz de Taehyung había sonado pesada, sin la real intención de que así fuese, pero con su cuerpo bastante agitado como para concentrarse en no hacerlo.

- Se muy bien quien es Taehyung - Seulgi le respondió tajante - Lo que no entiendo es ¿A qué le has traído?

El rubio suspiró, aquello sería más difícil de lo que esperaba.

-Él quería saber de ti... conocerte...yo..

La risa de la chica interrumpió al alfa-Me dices que has traído a tu amante porque se le ha ocurrido conocerme. Discúlpame pero no había escuchado semejante idiotez.

El alfa observó de reojo al castaño, quién no despegaba su mirada de la chica-Él no es mi amante Seulgi, él es mi omega- y si antes Taehyung no había deseado ser duro, ahora lo consideró necesario.

La chica liberó un sollozo-E-eres un imbécil- solo dijo para luego comenzar a llorar y Taehyung solo bajó su mirada. Porque sí, tal vez era consciente de que se merecía aquel insulto de parte de la chica, ella había callado lo suficiente.

De pronto fue tan vaporoso el movimiento, que apenas percibió cuando Jungkook le soltó la mano y avanzó hacia la chica. Su estómago se apretó sin saber que hacer, poniéndole nervioso.

¿Debería llevárselo?

¿Debería sacarlo de allí?

Vio al omega de pie frente a Seulgi, quien agitaba sus hombros con su cabeza agachada y apretaba su vestido firmemente con ambas manos. Taehyung avanzó unos pasos, deteniéndolos al instante cuando apreció a Jungkook arrodillarse frente a la chica y tomar una de sus manos.

Lo siento. Lo siento tanto.

Palabras silenciosas que ninguno pudo oir, pero que sin embargo el castaño de alguna forma le hacía saber.

Ella sintió su mano siendo sostenida por alguien, siendo consciente que no era el alfa quien la tomaba. Pues ésta era mas pequeña y más cálida.

Su cabeza quiso quitarla con rabia, más su cuerpo se sintió tibio sobre todo cuando percibió la suave caricia que el omega le dejaba sobre el dorso con uno de sus dedos. Así como escuchaba los breves y cortos sonidos que salían de su boca, no siendo armónicos ni congruentes. Una melodía disonante pero que a ella le resultó la más dulce canción.














Sooyoung bordaba sentada bajo el gran rosal, flores de un suave color rosa pastel que aparecían solo a finales de la cálida estación. Con sus cejas fruncidas, como que si esa actividad no le relajara para nada.

-Ella no luce muy complacida- la voz de Jung le llegó dulce a través de sus oídos, por lo que se volteó encontrandole con una sonrisa cómplice en sus labios.

Y es que luego de aquel encuentro entre ambos, Hoseok se comportaba diferente.

Bueno, los dos lo hacían.

Siendo más naturales y cohibiendo menos aquel sentimiento que los unía. Y claro que aquello no estaba permitido para los ojos de los demás, pero para ellos así estaba bien.

Aquello estaba bien.

-Lo detesta- le respondió Jimin, quien observaba desde lejos a la chica- Odia todo lo que conlleve estar demasiado tiempo concentrada y en silencio- se giró hacia él para enfrentarle, tocándose nerviosamente una mano con otra -Y yo agradezco eso, también me aburren.

Jung lo miró sonriente - He venido a a saber que has pensado acerca de lo que te propuse - le dijo casi en un murmuro, claramente para que Sooyoung no le oyese.

El rubio se acercó un poco más hacia él - Me pregunto que te tiene tan seguro de ello. Aún no has traído los papeles que te he pedido - suspiró para tomar las hebras rubias de su cabello y sacudirlo peinandolo hacia atrás- No es fácil Hoseok, tampoco es como que fuese a desconfiar de él de la nada.

El alfa castaño miró disimulado hacia la chica- Lo se Jimin, pero pensé que te había explicado lo importante de ésto aquel día.

Jimin rió, atento también a como Sooyoung liberaba una palabrota debido a lo frustrada que se encontraba - Veo que ese omega si que se ha vuelto especial para ti. Ahora entiendo el enojo de mi primo.

Y es que claro, era evidente el como había frecuentado a Jungkook durante las últimas semanas, visitándole en cada ocasión que tuviese. Él chico le provocaba la necesidad de cuidarle y protegerle.

Pero no de la forma en la que Jimin se imaginaba.

-No es lo que crees Jimin- Jung le respondió firme, con ningún atisbo de dudas en sus palabras.

Porque no las había.

Él deseaba estar con alguien y ese no era el omega.

Sin embargo el rubio rió ante su respuesta -¿Y que quieres que crea Hoseok? Le has estado visitando día tras día. Y oye está bien, no pienses que te culpo por algo, el chico es bonito.

-En serio te lo digo Jimin. Mis intenciones con el chico son de protegerle, pero no de la forma en la que estás pensando- el castaño observó como la mirada del rubio se tornaba seria y miraba a la chica para ver si ésta se percataba de su conversación- Él corre peligro. Podría asegurarte de que es así.

-¿Por qué piensas eso? -dijo el alfa mas joven, ahora con su actitud más calmada e incluso preocupada -¿Por qué crees que él quiera hacerle daño?

-Tengo mis razones para creerlo. Y te aseguro que te explicaré cada una de ellas en detalle- le respondió Jung, colmando su respiración- Pero primero debo saber si estarás de mi lado. No me arriesgaré a que me traiciones y algo le pase a ese omega Jimin- el chico le miró con aflicción, mas él no podía explicar de otro modo las cosas en esa situación- Y no es que desconfié de ti y es que ya no me fió de nadie. Y podríamos perder mucho mas que un omega en gestación. Eso te lo aseguro.

Un silencio se formó entre ambos y Jung podría entender el conflicto que tenía el chico. Pero necesitaba que confiara en él.

Tenerlo de su lado.

De no ser así todo le resultaría el doble de difícil.

-¡Mierda otra vez me he pinchado el dedo!-se oyó el grito de Sooyoung a sus espaldas - ¡Maldición Jimin haz tu esto que yo me he hartado!- fue lo último que la chica dijo para luego entrar furiosa al interior del palacio.

Y a pesar de que al rubio le causara mucha gracia la actitud de la beta, no pudo realizar gesto alguno de jocosidad debido a que su mente solo iba a la conversación con Jung.

- Espérame hoy en tu habitación- le dijo Jimin para seguir el camino de su esposa -Escucharé todo lo que tengas que decirme.

El alfa mayor asintió, esperando a que sus palabras fuesen sinceras y no se tratasen de un engaño. No podría con aquello.

No me falles Jimin. No otra vez.









Sus ojos le recorrían el rostro, distinguiendo aquel pequeño puntito bajo su finos labios, su dibujada nariz y aquella azul mirada como la de él.

¿Quién?

El silencio los rodeaba a ambos, pues las palabras habían sido olvidadas hace años en algun lugar. Pérdidas e inservibles luego de haberla dejado.

El chico le tocó el rostro con un tibio y húmedo paño, como si intentase remover los años de tormento que se marcaban sobre el.

Le vio sonreír. Silencioso pero sin miedo, como si llevase mucho tiempo acostumbrado a apagar su voz.

Extraño.

Su aroma era dulce, recordandole mucho a ella.

A ella y su panza.

A ella y su bebé.

Observó sumido en su claustro, el pequeño vientre del joven chico. Percibiendo como aquel aroma de cachorro le calentaba el pecho.

¿Cachorro?

¿Acaso aquello era posible?

Se supone que...

No

Todos están muertos, todos...

Y de pronto y de la nada se sintió observado, esos ojos resultandole como un espejo. Percibiendo a la vez, como las suaves manos del pálido chico le secaban las lágrimas que caían de sus ojos.

Estaba llorando.

Pero era tan silencioso aquel llanto, que le resultaba agonizante. Como si su cuerpo no pudiese romper con la coraza que había creado durante todo este tiempo.

Le vio sonreír. Esa delicada y tan efímera sonrisa que había guardado tan firme bajo su pecho.

En su memoria. En su corazón.

Creyéndola perdida, más había estado guardada. Como algo preciado y querido que no debía marchitar.

Nunca. Jamás.

Apreció sentado desde su sitio, casi inmóvil. Como el castaño sacaba diferentes frutas desde su bolsa y una pequeña botellita con leche fresa, mostrando cada una de ellas pasándolas frente a su vista. Para luego ubicarlas a su lado.

Sus órbitas azules eran las únicas que les permitían seguir las facciones del chico, ya que su cuerpo se encontraba inerte y observando como este le regalaba una última sonrisa, distinguiendo la calidez de sus manos tocar una de las suyas. Capturando su atención el como él, delineaba con sus yemas los profundos surcos de su piel.

¿Quién?

Aquello era tan cercano, como si su mente removiera recuerdos de algo que antes fue. De algo que aún se encontraba viviendo en él.

El chico hizo un gesto muy similar a una despedida, lo que provocó que algo se contrajera tan fuerte sobre él que inevitablemente le apretó su mano contra la suya. A lo que el castaño sorprendido pero al mismo tiempo curioso, movió sus manos diseñando con ellas palabras que el hombre no pudo entender.

"Volveré"

Para después sonreír una vez más y marcharse de aquel lugar.

Un lugar demasiado frío y húmedo para el gusto de Jungkook, quien pensó que sería bueno llevar consigo prendas más abrigadas, la próxima vez que le visitase.

Porque no sería la última. Y tampoco era la primera vez que lo hacía. Sintiendo mucho remordimiento por no contarle a Taehyung sobre su hallazgo.

Sabía que debía hacerlo, pero aquel hombre se veía tan frágil, tímido y temeroso, que tenía miedo a que la presencia de alguien más le ahuyentara. Y no quería aquello, pues él era como Jungkook.

Era evidente que sus ojos no habían pasado inadvertidos para el castaño, así como la nula comunicación que este compartía a través de sus labios.

Si, él era como Jungkook.

Por eso debía cuidarle.

Así como la pequeña luna que se estaba formando dentro de él.

Le acarició, pensando mucho en si le gustarían sus mimos o los de Taehyung. Mientras caminaba para salir de aquel bosque, poco pendiente de lo que le rodeaba y solo concentrado en su pequeño cachorro.

¿Se parecería a él? ¿o tal vez a Taehyung?

Jamás había visto a un bebé, salvo en los pequeños libros de la biblioteca de Hyejin. Sabía que eran pequeños, pero al parecer este sería enorme pues no dejaba de crecer.

¿Por donde saldría?

¿Dolería?

Tenía miedo de ser demasiado torpe y se le cayera.

Tenía demasiados miedos.

Sintió de pronto como alguien le sostenía de los hombros y le apresaba con fuerza para abrazarle.

Lluvia y tierra mojada.

Aquel tan particular de su alfa, el que le erizó la piel al instante y quien le miró intrigado. Por lo que antes que preguntará decidió calmar sus dudas.

-"Jungkook paseaba. Casa todo aburrido"-dijo con rapidez a lo que el rubio solo pudo asentir y analizarle por completo, constatando que su omega no presentase ningún daño visible.

-"Taehyung preocupado. Jungkook debe avisar" - le respondió el alfa negando con su cabeza, para luego suavizar su mirada y dejar un tierno beso sobre la frente del omega- "Ven, alguien te espera"

El castaño le observó curioso, tranquilizando le que hecho de que una sonrisa se posaba sobre la boca del rubio. Sintiendo que este le tomaba la mano y comenzaban juntos a caminar, haciéndose visible al final de aquel bosque, la imagen de Seulgi sentada y en compañía de Sarang.

Le resultó imposible no sonreír.








-¿Lo has visto no es así?- aquella voz le revolvía el estómago y su cabeza dolía automáticamente - ¿Lo has notado? ¿O es que ya la has olvidado? - le dijo tomando una la botella de leche que había le traído el castaño - Es irónico. En realidad la vida lo es - distinguió el sonido de la botella abrirse, sintiendo como el chorro del líquido blanco caía sobre sus pies - Buscaste protegerle, aún así él solo ha venido a mi. Y es bonito, se parece a ella - una risa que odiaba y enfriaba su cuerpo se coló por sus oídos - Me pregunto si se me antojará probarle antes de matarle.

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