• CAPÍTULO 16 •

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Su corazón corría eufórico bajo su pecho, la ansiedad precipitándose en su boca que con nerviosismo mordía, sin mesura ni sosiego.

La cama se había vuelto demasiado incomoda para mantener su quietud, por lo que rodaba, se levantaba y sentaba cada tanto. Su pie derecho moviéndose impaciente, como si contase los segundos apresuradamente.

Un suspiro fuerte se abalanzó sobre su boca, sentándose de sopetón sobre sus rodillas, ofuscado y cerrando sus ojos para calmar sus pulsaciones.

¿Él vendría no es así?

La anciana se lo había dicho, pidiéndole que solucionasen sus problemas por el bien de sus lobos.

Por el bien de su cachorro.

Y que él debía estar al tanto de lo que Taehyung debía decirle. Nunca obligándole a perdonarle, pero si dispuesto a saber los motivos del Alfa.

Luego de eso la decisión sería totalmente suya.

Y es que su cuerpo lo necesitaba tanto y su mismo estómago se lo hacía saber, posando un agradable y a la vez desquiciante cosquilleo sobre su vientre. Aún así su lobo rehusándose a hacer aquello de forma tan fácil, exigiéndole mantenerse precavido ante el alfa.

Taehyung tonto.

Percibió el sutil aroma del rubio, cada vez tornándose mas espeso a medida que se aproximaba hacia su cuarto. Por lo que inconscientemente apretujó su blanco camisón con las manos, tensándose al sentirle tan cerca.

Alfa. Tonto Alfa.

Sentía a su lobo ceder, olfateando y buscando con su nariz la procedencia de aquella esencia que ya no se marcaba sobre su pelaje. Sin embargo se mantenía con sus colmillos en alerta ante cualquier peligro.

Y si, su omega estaba dudoso. Considerando incluso la posibilidad de que su alfa estuviese rechazando a su cachorro y solo deseando golpearle el vientre para arrancarle de allí.

Bebé.

Sus ojos se humedecieron y su cuerpo tembló, pues a pesar de su valiente entereza, sabía que por naturaleza no habría posibilidades de ganar frente a él. Que irremediablemente si aquel era el objetivo del alfa, esa noche terminaría perdiendo a su cachorro.

Y también su lazo, pues jamás le perdonaría algo así.

Su piel se erizó al sentir como la puerta se abrió, observando como la imagen del rubio se asomaba por allí. Aquella mirada miel apagada y ensombrecida. Como si necesitara de su autorización para entrar.

Jungkook le miró sin expresión, con su garganta doliendo por la necesidad sumisa de comenzar a llorar estrepitosamente.

Para rogarle a aquel lobo porque regresase con él.

Que le amara otra vez.

Diosa Luna. Que por favor les amara a ambos.

Pero no lo haría.

Por eso que con ningún gesto le dejó entrar. Viendo como el alfa a pasos inciertos avanzaba y se sentaba frente a él.

Las señales sin nacer desde sus manos, solo guardadas ahí durante minutos sin indicar algo, como si sus lobos estuviesen intentando recuperar el lazo de confianza que habían hecho alguna vez.

Jungkook miraba hacia la ventana de aquella habitación, donde la poderosa luna era todo lo que iluminaba aquel lugar. Y siendo bastante consciente de como el rubio solo esperaba con su cabeza gacha.

Tonto, tonto, tonto.

Un pequeño ruidito se escapó de la boca del omega, quien apagó el inicio de un sollozo que orgulloso no deseaba sacar. Logrando que el alfa alzara su cabeza, observando como lagrimas silenciosas se escurrían por el rostro del castaño, quien aun miraba hacia la ventana.

Amor mío.

Fue ahí cuando Jungkook sintió que se hundía el colchón a su lado y una tímida caricia se acomodaba sobre su cuello. Percibiendo como el rubio deslizaba su nariz a través de él, pasando justo por donde se encontraba su marca. Pero con ninguna intención de incomodarle y morderle la piel, sin su autorización.

Y era delicado, como si apenas quisiese rozarlo. Pero aun así el omega percatandose de cada uno de sus movimientos.

Su pecho latía ferviente, siendo imposible para él no entreabrir sus labios para respirar con mayor facilidad.

El castaño le sintió alejarse, por lo que instintivamente giró su cabeza para buscarle, encontrandose con la mirada del alfa tan desgarrada como la de él. Sus ojos llorosos, evidencia inequivoca de su llanto.

Le vio apreciar su vientre mientras apretaba sus labios, para luego mirarle nuevamente. Como si una vez más le pidiese el permiso para su próximo acercamiento.

¿No le haría daño cierto?

Y es que los días lo habían vuelto inseguro, pasando por su cabeza ideas que le provocaban miedo. Muchísimo miedo. Pues no soportaría perder a su cachorro en manos de su alfa, creyendo con seguridad que también moriría con él.

Ambos lo harían.

Taehyung le miró intrigado, como si intentase descifrar las ideas que vagaban por la cabeza del omega. Entristeciendo su mirada al percibir lo amargo de su aroma.

Le temía.

-"Taehyung no lastimará a Jungkook"-sus manos se movieron rápidas y temblorosas frente a él-"Taehyung no dañará al bebé de Jungkook"-le dijo para que comprendiera que no debía temerle.

Jamás debiese hacerlo.

El castaño asintió y percatandose de algo que hizo doler su pecho -"También bebé de Taehyung" -y accediendo a su silenciosa petición, le permitió acercarse colocando sus manos a sus costados, para no molestar al alfa.

Taehyung se acercó tímido, agachandose un poco y ubicando su nariz por sobre el estómago del castaño. Olisqueando sobre la tela, aquel dulce aroma de su bebé provenir de allí. Muy similar a las flores de aquel valle por entre las montañas.

Cachorro. Mi pequeño cachorro.

¿Aún soy digno de llamarte así?

El castaño sin controlarlo comenzó un ligero ronroneo, su lobo siendo complacido por los toques del alfa, el que movía su nariz gentilmente sobre su vientre. Con sus manos apoyadas sobre las mantas de la cama, sin intenciones de apabullar al omega con la necesidad que tenía por tocarle con ellas.

Permanecieron en aquello sin pensar demasiado y Taehyung moría por retirar aquel camisón que cubría al castaño, para así poder sentir de mejor manera la esencia de su cachorro.

Pero no podía.

Él le había lastimado y perdido todo derecho sobre el omega. Por lo que con su cuerpo estremeciendose se levantó de aquel lugar, no sintiéndose capaz de pedirle al chico que le perdonara.

No creía merecerlo.

Por lo que negó con su cabeza, mirando a Jungkook, quien le observaba con sus ojos atónitos apenas comprendiendo lo que sucedía.

Cobarde.

¿Acaso lo era?

No, él solo estaba asumiendo su culpa.

El abandono del omega repercutía ahora en ellos, en el aroma que desprendía.

Jungkook considerando que lastimaría a su cachorro.

Y aquello dolía como el infierno.

Eres un ímbecil.

Sus ojos escocieron y giró su cuerpo hacia la pared, su lobo aún pidiendole mantener su dignidad frente al omega. Pero lastimado por el modo en que habían sucedido las cosas.

Por el modo en que él se había equivocado.

Y el alfa deseó salir de allí solo un momento, pues el aire era pesado y debía sopesar su respiración. Aquel dolor que pesaba sobre su lobo.

Por lo que con ímpetu Taehyung caminó hacia la puerta, posando su mano derecha en el pomo y escuchando aceleradas pisadas a medida que se acercaba. Sintiendo como el omega le abrazaba fuerte desde su espalda, aprisionando su panza entre ellos.

Cariño mío.

No tardó en escuchar el angustiado llanto de Jungkook, percibiendo como este se estremecía al hacerlo. Por lo que de golpe se giró para encararlo tomandole el rostro entre las manos. Observando como los ojos del omega le imploraban.

No me dejes.

El rubio negó, tocando su nariz con la suya, sintiendo como el aliento del castaño chocaba en su boca entre hipidos y sus propias lágrimas bajaban por sus mejillas - "No ruegues amor. Tu no mereces rogar por nada. Tú no eres quien debe hacerlo." N-Nunca- su corazón latía vigoroso, a la vez que sentía como Jungkook se aferraba con ambas manos a su ropa - "Es Taehyung quien debe pedir por tu perdón. Es Taehyung quién se ha equivocado tanto."

Decidido y aún ambos entre sollozos, besó sus lágrimas, deseando calmarles a ambos. Pues sus lobos lloriqueaban mientras se lamían, demasiado asustados de la distancia que les habían impuesto.

Que él les había impuesto.

Taehyung besó sus ojos. Sus dulces ojos, los que se cerraban cada tanto, permitiéndole aquellas caricias con sus labios. Para luego bajarlos hasta su cuello, aspirando fuerte el aroma azucarado de su omega y regalar palabras tibias sobre su oído.

Amor.

Tu alfa es un imbecil.

Repitieron aquello como un poema, tranquilizandose mientras las manos del castaño hechas puños sobre el rubio, se relajaban hasta convertirse en suaves toques de sus yemas.

El estómago de Jungkook hizo cosquillas, cuando sintió que el alfa que aún sujetaba su rostro con sus manos, asomaba su un pequeño beso sobre su marca en en el cuello. Buscando aliviar el dolor que allí había sentido, durante su tiempo de lejanía.

Y sus vellos se erizaron y su corazón machacó ante la necesidad. Sabiendo lo mucho que su lobo le necesitaba. Lo mucho que su cuerpo lo hacía. Por lo que luego de dejar escapar un pequeño gemido, tomó entre sus manos el rostro de Taehyung.

La miel de sus ojos luciendo encandilante, llamando a su lobo del mismo modo en que el suyo lo hacía. Por lo que con coraje el omega acercó su boca a la suya, sintiendo como el aliento del rubio pedía por él y su propia boca.

Y no soportandolo más le besó.

Ambos fundiendose impasibles, percibiendo como el sabor del otro se adheria a ellos hasta los huesos.

Taehyung movió sus labios a juego con los del castaño, quien le seguía seguro y consistente. Y es que su piel pedía sentir el calor de su alfa, desmoronarse y desmoronarle a él todas las veces posibles.

El rubio sintió como Jungkook rompía suevemente el beso, mirandole con sus mejillas rosas y respiración entrecortada. Haciendo que éste liberase su rostro de sus manos.

El alfa le apreció dudoso, como si estuviera debatiendose consigo mismo ante lo que haría. Por lo que con la sola intención de tranquilizarle, Taehyung se atrevió a acariciarle el pómulo izquierdo con sus nudillos.

El omega suspiró y llevó sus manos hacia su espalda, allí donde se abotonaba su camisón. Aquello hizo temblar al alfa, no porque no lo quisiese. Por la Diosa luna que lo quería. Pero debían primero solucionar aquello.

- "No lo hagas. No cariño" - el alfa había señalado, mas el omega determinado le había rebatido.

-"Jungkook necesita a Taehyung"- los ojos del alfa se abrieron grandes y aturdidos.

- "Lo se cariño. También Taehyung lo hace, pero..." - el rubio había detenido mientras sopesaba que señalaría. Que sería lo más adecuado - "He sido un cobarde, no debí dejar a Jungkook nuevamente solo. Taehyung no ha actuado como debe y no ha cuidado de Jungkook, ni del cachorro."

-"No..."- el pelicastaño le miró tremulo - "No debió. Jungkook sintió mucho dolor."

El alfa asintió, comprensivo de cuanto que había lastimado al omega, reconociendo que había sido él el origen de aquel dolor. Por lo que había doblado su cuerpo hasta reposar sus rodillas sobre la madera del suelo, escuchando como la sorpresa había asomado desde los labios de Jungkook.

- "Taehyung hará las cosas bien desde ahora si Jungkook se lo permite. Pero Jungkook tiene que saber que le ama tanto que si ya no quiere a Taehyung a su lado, lo entenderá" - el omega había negado con ansiedad - "Perdón por haberme equivocado. Taehyung es un alfa tonto, aún está aprendiendo y no ha sabido como cuidar de Jungkook adecuadamente".

- "Jungkook va a confiar una última vez " - el castaño había señalado con rapidez y nerviosismo, mientras sus ojos se llenaban nuevamente de lágrimas - "Solo no vuelva a fallar a Jungkook. Jungkook no lo va a soportar una vez más. Jungkook ya no solo, ahora tiene un cachorro que cuidar. No puede esperar más tiempo por Taehyung".

El alfa había asentido, mirándole con devoción. Tomando las manos del omega entre las suyas y besándole - "Ya no. Jungkook ya no tendrá que esperar más. Taehyung ya no le va a dejar solo. Nunca más cariño. Nunca más".

Fue entonces que el omega había llevado nuevamente sus manos hacia su espalda, desatando el nudo qué sostenía su camisón. Dejando expuesta su piel desnuda, desde sus hombros hasta sus pies. El camisón rodeandole ahora los pies en círculo en el suelo.

Taehyung observó su desnudez, un poco más delgada y solo llevando una ropa interior de algodón que supuso le habían entregado al llegar al palacio. Su blanco pecho que subía y bajaba agitado, sus caderas un poco más anchas de como las recordaba y su pequeña panza apuntandole con su ombligo.

El castaño se aproximó hasta él para alzar sus manos hasta su cuello, juntando su boca con la del alfa, marcandola tranquilo con sus labios. Justo lo necesario para que Taehyung le tomara desde la cintura, acercandole hacia él -También te necesito cariño...no sabes cuanto lo hago- le dijo para luego romper aquella distancia en un beso profundo.

Sus bocas chocando firmes. Donde Taehyung saboreaba cada parte de la del omega, pidiendo mediante un roce de su lengua, que éste asomara la suya. Entrelazandolas sedosas y juguetonas.

Sin cortar aquel beso y con las manos temblando, Jungkook comenzó a desvestir al alfa. Quitando con suavidad su ropa, el que cayó con facilidad al frío suelo. Dejandole con su ropa interior.

Jungkook enrojeció cuando este se alejó para mirarle, sonriendo por lo atrevido que estaba siendo el castaño.

Soy tuyo omega.

Aun con la risa en sus labios Taehyung comenzó a besarle el cuello, a medida que los arrastraba a ambos hacia la cama y oía como jadeos dulces, muy dulces, salían de la boca del omega.

Sabía que Jungkook era su todo, sabía que él era el del castaño.

El omega sintió chocar la parte trasera de sus rodillas con el catre de la cama, subiendose en ella mientras Taehyung dejaba besos sobre su clavícula derecha.

Tuyo.

El rubio retiró la camisa blanca que traía bajo sus prendas, percibiendo como la piel le ardía y la ropa le parecía molesta.

Una pequeña luz dorada capturó la atención del castaño, distinguiendo como una delicada cadena con una pequeña ave le rodeaba el cuello al alfa.

Su collar.

Su pecho sintiendose vaporoso y cálido al percatarse de ello.

Y Taehyung vió al omega respirar agitado sobre la cama, inclinandose sobre él y por entre sus piernas, para delinearle los labios con la lengua, a lo que éste timido asomaba la suya para chocarla con la de él.

Ninguno despegando sus ojos del otro, como si quisieran inmortalizar aquella imagen.

Taehyung le acarició de manera suave el vientre, estremeciendo al omega. Para luego bajar aquella mano hacia la orilla de su ropa interior, desatandola de forma pausada hasta dejar expuesto su sexo. Aspirando su excitación, tocandole superficialmente y apreciando como Jungkook encorvaba su espalda buscando su tacto.

Y él mismo palpitó ante ello.

Fue entonces que le delineó el hueso de la cadera, subiendo curioso hasta sus costillas, distinguiendo lo marcadas que estaban. Comprendiendo de inmediato la razón de aquello.

Perdoname.

Sabía que había errado y que todos los días de su vida los dedicaría a adorar a su omega.

Pedirle perdón por aquello.

Haciéndole saber lo mucho que significaba para él.

Lo mucho que agradecía que le permitiese regresar a él.

Por lo que arrastrando sus manos por las piernas del omega. Tersas y tibias. Le atrajó hacia él, levantandole y dejandole sobre las rodillas, para luego besarle y terminar ambos jadeando sobre sus bocas.

Y es que sus lobos habían sido lo suficientemente pacientes durante todo ese tiempo y ahora batallaban por mantener el control durante aquel encuentro.

El alfa bajó una de sus manos hasta el comienzo de la columna del castaño, palpando suavemente uno de sus gluteos mientras le lamía el cuello.

Jungkook gemía y se sostenía de los hombros de Taehyung, sus ojos cristales debido a la ansiedad por sentir al rubio.

Su piel necesitandole desde hace meses.

Taehyung se separó del castaño, tomandole desde cintura para girarle. El omega le miró intrigado, a lo que éste le regaló un pequeño beso sobre la nariz y le sonrió, terminando de voltearle.

El alfa se posó tras él, cubriendole la espalda con su pecho desnudo. Pasando los dedos de una de sus manos sobre uno de los pezones del castaño, mientras que con la otra le tomaba el rostro para besarle.

Dulce.

El sabor de su omega endulzandole la boca.

Un gemido más agudo salió de la boca del castaño, cuando la mano que atendía su pezón bajo hasta su sexo, sintiendo como el alfa le masturbaba suave y sin prisa.

Jungkook percibió como Taehyung se alejaba para comenzar a besarle la espalda, provocandole escalofríos al sentir su lengua sobre la línea de su columna.

Y éste gruñó ronco, sintiendo como la esencia del omega se sentía más intensa en aquel lugar, por lo que de forma rápida inclinó hacia adelante el torso del castaño.

Pero el desconcierto duró poco en el omega, quién tiritó al sentir la lengua de Taehyung sobre su húmeda entrada. Aferrando las mantas con sus manos, mientras sentía los suaves movimientos de su alfa en aquel lugar.

El rubio sostuvo al omega desde las caderas, saboreando todo de él. Su lobo sintiendose codicioso e intentando ir más profundo, al oír los jadeos de Jungkook resonando en aquella habitación. Y su paciencia parecía desear romperse, al sentir como el castaño empujaba hacia atrás buscando su boca.

Tócame.

Su omega pidiendole que se fundiera en él. Y el brutalmente deseando hacerlo.

Por lo que decidió hundir uno de sus dedos, sin dejar de lamerlo. Presionando con cuidado para no lastimar a su omega. Pues había sido demasiado tiempo desde la última vez.

Y la electricidad le llenó la sangre al castaño, hormigueandole la yema de los dedos por la sobre estimulación.

Le necesitaba.

Su cuerpo le añoraba desde hace meses y su lobo se revolcaba impaciente por acoplarse con el alfa. Por lo que luego de sentir que Taehyung le dilataba con dos de sus dedos, decidió apartarse y encararle. Besandole sin mesura, sintiendo el dulzor de su propio sabor en la boca del rubio.

Alfa mío. El omega le reclamó.

Taehyung le soltó momentáneamente, para levantarse y retirar su ropa interior. Evidenciando lo mucho que deseaba estar con su omega.

Lo mucho que su carne pedía por la de él.

El corazón del castaño palpitó frenético, mientras veía como Taehyung se sentaba desnudo sobre la cama, indicándole que se acomodara sobre su regazo.

Y obedientemente lo hizo. Rodeando la cadera del alfa con sus piernas.

El rubio gimió suave, al sentir como sus sexos se tocaban. Sintiendose demasiado sensible ante aquello.

La panza de Jungkook chocó con su vientre, por lo que le alzó un poco para poder besarle allí.

Bebé.

El castaño enmudeció frente a su gesto, con su cuerpo con demasiadas emociones empujandose sobre el.

Las manos de Taehyung le acariciaron el vientre, con lentitud y afecto. Donde luego apoyó sus labios y nariz alternadamente.

Jungkook se tuvo que sostener de los hombros del alfa, cuando se sintió tambalear y percibió que éste movió su boca incomprensiblemente sobre su piel, justo por encima de la curva de su estómago.

- Soy papá - la boca del alfa chocaba con la piel cálida de Jungkook y a éste se le prendían los poros ante la sensación -He tardado en venir, debes saber que tienes a un padre bruto -rió mientras cerraba sus ojos -Pero pretendo que valga tu espera cachorro mío. Aún ni asomas tu carita y ya me pareces perfecto desde acá afuera - sintió la mirada de Jungkook sobre él, por lo que decidió acabar su corta conversación- Te amo - le habló finalmente para luego dejar un pequeño beso sobre el vientre del castaño.

El rubio levantó su rostro, encontrándose con los azules ojos de Jungkook mirándole curioso y él solo le devolvió una risita que vibró sobre la boca del omega. Luego de que el alfa le atrayera para besarle una vez más.

Te amo tanto.

Aquel beso era tierno y calmo, explosión fragil de algo más trascendente que el mero acoplamiento de sus lobos.

Ellos estaban guardando su juramento, siendo los únicos testigos la brillante luna y su pequeño vientre que crecía, muy decidido a apresurarse en salir.

El alfa buscó con sus dedos la entrada del omega. Asegurandose que continuase lubricada y preparada para recibirle. Mientras que con su mano libre, apretaba la carne de uno de sus glúteos. Gimiendo sobre la boca de Jungkook , cuando este nervioso se atrevio a tocarle.

Mío. Tuyo.

Sus aromas se combinaban silenciosos en aquel lugar, solo los pequeños sonidos que huían de sus labios siendo la confirmación de lo que ellos compartían en ese momento.

El rubio se acomodó y alineó al omega, permitiéndole que fuese el mismo quien lo ubicara con sus manos y controlara la profundidad de la penetración.

Y los ojos del omega se apretaron al percibir a Taehyung ingresar a él. Sus cuerpos siendo nuevamente uno bajo esa oscura noche. A la vez que el rubio le sostuvo de la cintura, jadeando suave al sentir las paredes calientes del omega apresarle.

El omega le observó desde arriba, bajando con desicion el espacio que restaba y besandole superficialmente los labios mientras se acostumbraba a la intrusión. A la vez que Taehyung le acariciaba la espalda, creando nuevas formas con sus dedos en la curva de su columna. Y su boca apresaba el labio inferior del omega, chupandole suave.

Taehyung se alejó del chico cuando este inicio pequeños movimientos con su cadera, presionandose un poco mas contra él. Mirandole desde su sitio con sus mejillas rosas, su cabello mojado en las puntas y su boca mostrando el comienzo de sus paletas.

Era sublime.

Sobre todo cuando vio los ojos de Jungkook iluminarse en colores boreales, ajenos a la conciencia de su razon y siendo guiado unicamente por su lobo.

Ambos se estremecieron, por lo que Taehyung le atrajo hacia él empujandole hacia abajo desde la cintura.

Jadeando y exigiendo mas.

Por lo que ya sin poder contenerse más, por lo que inició embestidas lentas hacia la pelvis del omega, tomando uno de sus pezones entre sus labios y pasando su lengua sobre este.

Jungkook gimió y enterró ligeramente sus uñas sobre la piel canela del alfa, justo sobre sus hombros, retorciendose en cada empuje que este le entregaba. Y es que habían sido tantas las noches en que le necesitó, que ahora su aroma le resultaba sencillamente embriagante.

Tierra húmeda bajo la lluvia de verano.

Taehyung comenzó a intensificar la arremetida de sus penetraciones, deseando golpear el dulce centro de su omega, quien ahora le intentaba besar mientras empujaba su cadera al encuentro de él.

Omega mío. Alfa mío.

Sus lobos eran posesivos, marcandose e imprengnandose de sus aromas, pidiendo que estos les atravesasen la carne y estos se quedaran en sus huesos.

Bendito destino.

Y entonces el alfa lo vio.

A él. Jungkook y sus cachorros.

Todos sobre el verde césped, que iba apareciendo entre las flores de aquel valle. El omega con su lengua asomada entre sus dientes, concentrado y haciendo pequeñas coronitas de flores para sus cachorros. Dos de ellos corriendo a su alrededor, con sus piernitas cortas y pancitas al aire. Siendo atrapados por el alfa, quien restregaba su nariz por encima de ellas haciendoles cosquillas a ambos. Su mirada dirigiendose luego al pequeño bultito arrullado entre los brazos del omega, sostenido por una fina tela y aferrado al pezón del castaño.

Y deseó llorar.

Su cuerpo rompiendose en la sensación de euforia y preciosa agonía.

Y maldición.

Bendito aquel día en el que inconciente despertó en aquel valle. Bendito su precioso omega por encontrarle. Y bendito el silencio que les arropó a ambos para enamorarlos.

El alfa percibió como Jungkook le abrazaba más firme por el cuello, metiendo sus manos entre las hebras humedas de su rubio cabello, gimiendo sobre su oído y regando besos en este cuando su respiración se lo permitía.

Sus piernas abiertas haciendo más presión, movimientos enérgicos y circulares hacia la profundidad de su climax.

Taehyung los sentía cerca a ambos, por lo que sujetando con una de sus manos la cadera de su omega, tomó con la otra el sexo de éste. Estimulandolo para que obtuviera aquello que tanto buscaba. A la vez que se empujaba más fuerte, sintiendo que sus ojos se humedecian precipitados sobre el placer.

Olisqueó la piel del cuello del omega, saboreando la sal desde la piel de su omega a través de rápidas lamidas. Fundiendose con el extasiante dulzor de su esencia.

Y de pronto sucedió.

Para Jungkook siendo tan imperceptible como palpable en aquel agradable dolor, el que punzaba sobre su cuello. Curvando la punta de sus pies a medida que se liberaba sobre el vientre del alfa. Su alfa. Percibiendo como este caía tibio por entre sus muslos.

Y se asustó, sintiendo como Taehyung le abrazaba y temblaba bajo su cuerpo, como si intentase contener algo intangible. Por lo que aun aturdido y sin siquiera salir de su propio éxtasis, le tomó inquisitivo el rostro entre sus manos. Frunciendo su ceño y exigiendo encontrar una respuesta en el rubio.

Fue la imagen de Taehyung con sus labios entreabiertos y sus ojos llorosos, la que le hizo sentir tanto temor que deseó salir de golpe de sobre el chico. Sin embargo este negando con su cabeza le sujetó firme de las caderas, no queriendo cortar aquella unión.

-"Jungkook lastimó a Taehyung "- le dijo el omega para luego bajar su mirada, sintiendose inseguro.

-Ey no, cariño- le respondió el alfa moviendole el rostro con sus dedos- "Jungkook no hizo daño"- el alfa dejó un corto beso sobre su boca y movió nuevamente sus manos- "Taehyung solo ama a Jungkook . Taehyung llora de felicidad"

Y el omega rozó su nariz con la del rubio y cerró sus ojos, solo guiandose del tacto de sus dedos, para retirar con delicadeza la humedad de sus mejillas.

Se mantuvieron ahí durante algunos minutos, en silencio y solo percibiendo como sus corazones recobraban el ritmo normal.

Hasta que el alfa anhelando sellar aquel momento, se alejó y miró a los ojos azules del omega, llevando su dedo anular hacia los labios del castaño -"Taehyung es de Jungkook "- y el omega recordando aquello le regaló un pequeño beso, acercando su propio dedo hasta la boca del rubio -"Jungkook es de Taehyung"- y éste le besó del mismo modo. Para luego entre risas juntar ambos sus labios y juguetear como cachorros.

Y sabían que debían establecer los cimientos de su aún lozana relación desde ahora. Algo inminente y necesario.

Pero por el momento solo requerían de aquello.

Su aroma, su sabor.

Simplemente el calor de sus pieles desnudas tocandose entre ellas.

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