𝐝𝐢𝐞𝐳

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Asalto.

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-Noah, perdóname.-susurre, abrazándolo con todas mis fuerzas.-Se que el amor tan grande que te tengo, hará que vuelva por ti, aunque sea en mil pedazos.-le decía en su oído, mientras que mis lágrimas caían.-Noah perdón por lo que mamá va hacer, pero si no hago esto, tú no podrás vivir plenamente. Y, no puedo permitir que guíes mis pasos, mi madre me enseño a hacer lo correcto, y hoy después de tanto, lo haré.-musité, besando su mejilla.-Mamá volverá por ti, no importa lo que pase, siempre volveré a ti.-expresé.

Caminando por aquellas aceras repletas de personas, no dejaba de pensar en ese suceso, en aquel fuerte lazo sanguíneo que llevaba con él. Ajustaba mi uniforme, estirándolo un poco. Mi cabello iba amarrado en una corta coleta, con flequillos alrededor, viéndome un poco despeinada y peinada a la vez, una gran habilidad. La noche había caído sobre mis hombros, haciéndome sentir pesada, con miles de emociones albergando en mi interior. Veía alrededor de una manera arisca, cualquier movimiento me alertaba, pero sabía que no era momento, sería un espectáculo, encima de otro espectáculo. Estaba tensa, con Colt caminando aún lado de mi. Buscaba la manera en la que pudiera salvarlo sin decirle, sin lastimarlo. No quería involucrarlo en esto, pero ya todos estábamos adentro sin tenerlo en cuenta. Deslicé mi mano a la suya, entrelazándola. Él se merecía todo, y no lo sabía. Había sido quien me rescató de ese gran hoyuelo oscuro, pese a que aún mis sentimientos por Eren continuaban rondando, yo había aprendido lo que era querer a Colt, con sus encantos, desencantos o mañas, al igual que él a mi. Sus ojos me miraron de reojo, podía tener conocimiento de que algo me sucedía, mi silencio me delataba, inclusive mi actitud tan tensa y desesperada a la vez, demostrando que no quería estar aquí, pero él no entendería, muchos no lo harían. Solo las personas como yo y Eren, estamos dispuestos a sacrificar todo, para obtener algo.

Veía a tantas personas, caminaban entre charlas y sonrisas. Estaban preparados para la charla que se avecinaría, la visita de los Tybur traía emoción a la gente Marleyana, por sus raíces, por quienes eran. Pese a ser como nosotros los Eldianos, eran respetados y sumamente admirados. No sentía envidia, sentía lástima, tenían que llegar muy lejos para que estas personas los respetaran, e idolatraran. Las sillas estaban colocadas frente a la tarima, no sabía en qué momento todo pasaría. Tenía conocimiento de lo que yo debía hacer, a donde debía ir, y como debía actuar. Habían afirmado con sus corazones que mi familia estaría a salvo, inclusive Pieck y Porcco, quienes estaban alrededor de nosotros, junto a Zeke. Lo único que me preocupaba, era que Colt estaba aquí, y Falco no. Quería imaginar que Eren no provocaría una gran desastre, solo una afirmación de guerra, pero algo decía que la noche sería larga y muy oscura. No podía esperar menos de alguien como él, un niño que creció sin libertad, pasando a ser un adolescente impulsivo y depresivo, por todas las cosas que sostenían sus hombros, pero aquí debía estar, siguiendo algún camino que desconozco, pero lo seguiría, hasta el final. Estaba consiente que no se lo merecía, pero después de todo, se lo debía, le debía a Eren más que a cualquier persona. No sabía si era correcto, solo se que mi corazón quería acceder, porque no podría quedarme sentada viendo todo pasar, sin haber puesto un grano de arena, no importa el daño que provocará ese grano, lo había dejado caer, para siempre.

-¿Donde estará Falco?-se preguntaba Gaby, a quien veía desesperada mirando entre las personas, mientras que tomábamos asiento.

-No lo sé, nunca llega tarde.-opinó Colt, observando también entre las personas, sentándose a mi lado, mientras que yo estaba cabizbaja, apretando mis manos en las rodillas, tenía frío, y estaba nerviosa.-Mi amor.-sentí la mano de Colt tocar mi mano.-¿Qué tienes?-me preguntó, a lo que alce la mirada para observarle, me estaba matando el mentirle, no podía hacerlo.

-Estoy triste por la muerte del padre de Berthold.-musité, mintiendo, pero a la vez no.-Ahora podrá reencontrarse con su hijo.-añadí.

-No sabemos si Berthold murió, al igual que Annie, quizás haya sobrevivido.-acaricio mis manos, pero me estremecí, sabía toda la verdad y aún así, no decía nada.

-Ya basta Amaya.-me pidió Pieck, sabiendo que los niños estaban sentados delante de nosotros, hablando sobre las grandes personas que yacían aquí, en la zona de internamiento, tanto soldados honorables, como embajadores y reporteros.

-Déjala Pieck. La presionan siempre, el único que piensa en ella es Colt. Déjala que saque sus emociones.-pidió Zeke, a lo que Pieck tan solo le evadió, y continuó molestando a Sofía.

-Es asombroso, el poder de la familia Tybur.-opinó Colt, intentando de desviar la tensa situación entre la actitud de Pieck ante la mía.

-Si, y eso que son Eldianos como nosotros.-murmuro Porcco, incómodo ante eso, mientras que él espectáculo daría comienzo.

-Ustedes Guerreros de Marley, el general Magath los ha convocado.-alce la mirada, observando detenidamente a esa persona, su gruesa voz fingida y su altura, era ajena, pero sus ojos, pude reconocer quien era ella.

-¿Nosotros?-pregunto Porcco, señalándonos, a lo que ella sostenía su arma, y una barba estaba pegada en todo su mentón, denegó.

-Solo a ti, Jeager y la mayor de las Finger.-respondió, a lo que ellos tres se miraron, confundidos accedieron, levantándose de sus asientos.

-Amaya, disfruta del espectáculo, hasta que sea hora.-Zeke pasó por mi lado, apretando mi hombro, me miró detenidamente, a lo que me quede seria, sin ni siquiera asentir, viendo como se iba con los demás, y podía sentir a Colt mirarme.

-Ya va empezar, y Falco no ha llegado.-comente, preocupada por la ausencia.

-Debió quedarse con Noah en casa de tu papá.-opinó Gaby, mirándome fijamente, a lo que acaricie su castaño cabello y le sonreí, observando juntas como el telón de levantada, mostrando aquel hombre de cabello largo y rubio.

-Les voy a contar una vieja historia. Esto ocurrió hace cien años atrás.-su voz era escuchada por miles de personas, saludaba, y todos parecían emocionados por su presencia.-El imperio Eldiano gobernaba al mundo con el enorme poder de los titanes, desde la aparición de la fundador Ymir, hasta nuestros días se han perdido las vidas inclusive hasta tres veces la población de toda la humanidad actual, siendo los titanes responsables de tal acto.-contaba.-Por culpa de los titanes, se extinguieron un sin fin de números etnias culturas, les arrebataron las historias a sus pueblos. Las masacres ahora son nuestra única historia, eso fue lo que forjó el imperio Eldiano, y así cuando la nación de Eldia no tuvo más sucesores, su propia gente empezó a matarse entre ella. Así fue como inicio la gran guerra titán. Las familias que tenían a los ocho titanes, derramaron sangre en combate. No obstante, un valiente Marleyano, encontró la oportunidad de victoria en esa ocasión. Se trataba de nuestro héroe Helos, con habilidad de traspasar información. Manipuló al imperio Eldiano, para que terminaran matándose a sí mismos. Al final Helos, se alió con la familia Tybur y así lograron derrotar al Rey Fritz, desenterrándolo a él, y a su gente, a una isla desierta.-cerré los ojos un momento, estaba tan tensa que no me concentraba en escuchar, solo esperaba con nervios lo que pasaría luego de esto.

-Amaya.-Colt me llamaba, abrí los ojos observando su abierta expresión, quería descubrir que me sucedía

-Tengo nauseas.-le conté, viendo como su expresión cambió, mirándome tediosamente.

-No creó que Noah quiera un hermano.-opinó, a lo que sonreí, y negué ante eso, viendo como él colocaba su brazo detrás de mis hombros, para abrazarme de lado.

-Sin embargo, el monarca se fue a la Isla Paradis. Aún conserva su poder, y los miles de titanes capaz de borrar al mundo continúan en aquella Isla. Hasta ahora dicen que el planeta aún este continuando sin ser aplastado por los terribles titanes, es casualidad.-miraba la tarima, escuchando a Willy Tybur, y como las luces atrás suyo cambiaban, reflejando luz y oscuridad, miedo y esperanza. -La única explicación que dieron los investigadores. Marley, nuestra madre patria, para erradicar esta gran amenaza, decidió enviar cinco titanes a la Isla Paradis, pero fueron derrotados. Y dentro de ellos, solo volvieron el titán acorazado, y el titán cristalizado femenino. En resumen, el imperio Eldiano, la mancha más oscura de nuestra historia, no han muerto y son un peligro.-continuaba detallando, a lo que los que me conocían, me miraban alrededor, sabían que yo había sido una de ellos, pero miraban buscando a Reiner, y mi impresión cambió en cuanto no lo vi, como si ahora todo me concordara, estaba con Eren, al igual que Falco.-Ahora bien, la historia que he relatado, es la que todos conocemos. Aunque es algo también que dicta la verdad, así que quiero contarles esto. Los recuerdos del titán martillo de guerra heredado por mi familia, por primera vez en este enserio les revelare públicamente lo que los Tybur sabemos. Hace tiempo, exactamente hace cien años, quien acabó con la guerra titán, no fue Helos, ni tampoco la familia Tybur. Quien finalizó el conflicto entero, y salvo al mundo, fue el Rey Fritz. Ese hombre lamentaba la sangrienta historia del pueblo Eldiano, estaba cansando de aquella interminable lucha, pero sobre todo, se le infringía el corazón con la constante lucha que mantenía con Marley. El rey Fritz, cuando o heredó el poder del titán fundador, conspiró con la familia Tybur y fabricaron a un héroe Marleyano para que fuera el salvador del mundo. Fue llamado Helos.-mi respiración cambió, sabiendo en que Falco debía estar con Eren, no podía dejar de pensarlo, lo había utilizado como peón en sus acciones, todo estaba concurridamente analizado. -Después de realizar tal acción, se llevó a los Eldianos que pudo a la isla y cerró las puertas de las murallas. En ese momento clamó que si se alteraba la paz, se vengaría con los miles de titanes que tenía a su disposición, a pesar de ello, esa no fue jamás su verdadera intención. El rey Fritz, pasó sus ideales a sus herederos, y forjó el pacto de renuncia a la batalla. De esa forma, la voluntad de Karl Fritz pasó a otras generaciones, y hasta ahora ninguno de los titanes ha salido de la isla para atacarnos. Es decir, que el protector del mundo, fue la persona más odiada. El rey detrás de las murallas, Karl Fritz, y su anhelo por la paz en toda la tierra. Su verdadero y único objetivo, era la paz.-explicaba.-"Si Marley intenta fortalecer su poder, e intenta robar el titán fundador o exterminar a la familia real, entonces lo aceptaré. Tengo lo aceptaré, tengo plena conciencia de los números pecados del pueblo de Eldia, se que lo que hicimos no tiene perdón, no obstante, hasta que llegue el día que decidan vengarse, solo quiero disfrutar del paraíso, lejos de la guerra y dentro de las murallas. Les suplico que me dejen cumplir mi único deseo". Esas fueron las últimas palabras que dejó el rey.-finalizó en decir, miles de voces se mezclaron en abucheos, inclusive en impresiones por su confesión.

-Cállense.-pidió Colt a los niños, ellos estaban cuestionando cosas que no entendían, ni siquiera habían nacido para ese entonces.

-Así es, la familia Tybur lo hizo a cambio de nuestra propia seguridad, por eso nos aliamos con Karl Fritz, vendimos a los Eldianos, nosotros los Tybur solo somos unos inmundos ladrones, con un honor que no merecemos. Me encuentro delante de ustedes despidiéndome de toda esta falsa gloria porque comprendo el gran peligro que está abundando de albergar nuestro mundo-la luz oscura y tenebrosa, incluso la música altero el espectáculo, y más mi tensión.-El rey Karl Fritz, usando el poder del titán fundador pudo alzar tres grandes murallas, estos muros fueron construidos con los cuerpos de miles de titanes colosales y así protegieron la paz, sirviendo como lanza y escudo. Pero en los últimos años, en la Isla Paradis, ocurrió una revolución, evadieron el deseo de paz del rey Fritz. El titán fundador fue robado, y por segunda vez nuestro mundo corre un gran peligro. Hay un traidor de la paz, su nombre es Eren Jeager.-Colt me miró fijamente ante el nombramiento de esa persona, la cual rondaba por mi mente.-La amenaza de la Isla Paradis es la de los miles de titanes colosales que arrasarán con la tierra, como lo comenté hace un momento. La sangre real está sujeta al pacto de renuncia a la batalla por lo cual no pueden utilizar al titán fundador, pero en este instante quien tiene en su poder el titán fundador es Eren Jeager, y puede crear una terrible catástrofe que acabe con todo el mundo, si él logra llevar acabo este terrible ataque, no habrá nada que nosotros podamos hacer. La humanidad huirá de las pisadas que la humanidad, acabarán con todo. Se destruirán las tierras y las civilizaciones, literalmente la superficie de la tierra terminará bajo sus pies.-incómoda me levante, sintiendo como la mano de Colt apretó la mía.

-Vámonos.-le pedí con un tono suave, y bajo, para que no se creara una escena aquí, pero Colt con delicadeza me sentó.

-No.-denegó, mientras que yo miraba a todos lados, debíamos irnos.-Primero me vas a decir qué está sucediendo.-me pidió, a lo que sentía mi respiración faltar, era el momento menos adecuado para un ataque de pánico.-Dímelo Amaya, por favor.-continuaba pidiéndome con insistencia.

-Colt, por favor.-intentaba de que soltara mi mano, para poder agarrar la suya e irnos con los niños, pero no me dio acceso, era fuerte.

-Ahora les ruego, todos aquellos que quieran vivir, luchen conmigo. ¿Qué dicen?-la gente gritaba en aplausos, las luces de las cámaras fotografiaban ese momento.-¡Vivamos para tener un nuevo futuro! Si luchamos todos juntos, se que podremos superar cualquier obstáculo. Por favor, unamos nuestras fuerzas, ¡enfrentemos juntos a los demonios de la Isla Paradis!-gritaba aquel hombre, a lo que yo, me volví a levantar, mirando a Colt desafiante.-¡Yo Willy Tybur! ¡Deseo la paz para toda la tierra! ¡Proclamó aquí y ahora la declaración de guerra a Paradis!-exclamo, con esperanza, en medio del caos.

Mis ojos se abrieron grandemente, observando cómo la tarima se despedazaba parte por parte, y como aquel rugido erizó mi piel, como la de cada uno de las personas que estaban sentadas, expuestas a un ambiente de destrucción. Pude verlo, en vivo y a todo color como en los viejos tiempos. Era él. Su poder se veía más desarrollado, a pesar de continuar siendo el mismo. Mis tímpanos se taparon, era como si solo viviera el momento en un transe. La gente gritó ahogadamente en cuanto aquel cuerpo se elevó, se veía tan pequeño, pero tan claro de que era Willy Tybur. Desesperante el momento, pero así sucedió, Eren Jeager se lo trago vivo. Me quede aturdida en la situación, no sabía que sucedería de esta manera, pero no había marcha atrás. Veía como aquel gran titán de ataque y fundador, aplastaba con sus grandes manos las gradas, la gente gritaba en el desespero de no querer morir, pero no pudieron huir, fueron alcanzados por ese demonio el cual las luces de Marley alumbraban cómo su enemigo. Todo se estaba moviendo, la gente me empujaba, pero lo caía, veía el asombro de algo que nunca había visto, la destrucción a manos de Eren Jeager. Me lance al suelo, siendo cubierta por Colt. Los cimientos de la tarima caían encima de nosotros, había destrozado el mural donde yacían sentado los embajadores, y la tierra temblaba, se movía, pero estaba cubierta en oscuridad, y escuchando huecamente la gente gritar con pánico. Mi respiración faltaba, pero sentía el polvo decaer encima de mi. Incluso mi cabello se soltó en medio del desastre.

Tosí, siendo levantada por Colt, pero la lanzada que me dio al suelo fue brusca, así que estaba un poco desconcertada con lo que sucedía a mi alrededor, solo se que en el reflejo de la gente huir de aquel titán, pude ver al distrito de ShingaShina, hace casi nueve años atrás, cuando nuestro poder, invadió sus tierras de una manera inesperada, arruinando su paz. Podía sentirlos, corrían, querían salvarse, pero no podían, tenían conciencia de que morirían sin importar cuánto corrieran. Los callejones de aquel distrito se reflejaban en los de esta zona de internamiento, no podía dejar de imaginar cómo había sido, las personas se ahogaban en su sangre, agonizando en el sufrimiento que los llevaría a la muerte, y era así como ahora mismo lo estábamos viviendo, a plena noche fría. Mis ojos se humedecieron, pero también mi corazón se quebrantó en miles de pedazos cuando vi aquella gran roca cubierta de sangre. El bache del suelo manchaba mis pies, mis dientes se apretaban para evitar sollozar. Veía las piernas de Sofía por fuera de la roca, la había aplastado, ella debió morir al instante. Lleve mis manos temblorosas a mi boca, esa niña a quien vi crecer estaba muerta delante de mi, en un parpadeo murió, y no sabía cómo sentirme, solo se que la presión de seguir adelante me estaba matando, no podía retroceder, aunque quisiera.

-¡Sofía!-grite desesperada, sintiendo la impotencia, y el sufrimiento de lo que su madre seria capaz de sentir, algo que yo no podía sostener, Noah era mi única luz.-¡Ah!-grite desesperada, era aquí donde mi espíritu se quebrantaba nuevamente, se sentía como en Paradis, me estaba dividiendo en dos.

-¡No, Udo, espera!-grito Colt desesperado, y en ese instante cuando intente de agarrar al niño para que no viniera, la multitud de gente me empujó, casi atrás de la roca, golpeando mis labios con sus pies, me lo habían roto.

-Amaya.-alce la mirada, observando a Eren mirarme, ambos estábamos sostenidos de aquella pared, poniendo todo nuestro peso mientras que veíamos las estrellas.-¿Estás segura de esto?-me preguntaba, y yo observaba su largo cabello, además de todo el vendaje que cubría su ojo izquierdo.

-No.-afirme.-Pero te debo más que nadie esto, Eren.-le indicaba, viendo como Zeke delante de nosotros, sentado en aquel banco nos observaba.-Cometí el mismo error dos veces, cuando salí de aquí, y cuando volví, pero no lo volveré a cometer. Si no haces esto, si no sacrificas todo, no podremos ganar, seguiremos en el círculo, año tras año. Generación, por generación cometerán los mismos errores, no podrán salvarse.-explicaba detalladamente.-Después de todo, soy una Eldiana, no una Marleyana. Es hora que pelee por mis raíces, no para expiar mis pecados, si no para salvarla. No lo hice cuando salí de aquí, tampoco lo hice cuando volví, no seguiré viviendo en la fantasía, ha sido bonito, pero quiero enfrentarme a la realidad, y si es a tu lado, así lo haré, Eren.-me giré, observándolo para estrechar mi mano, y así apretarla con la suya, sintiendo ese cálido tacto.

-Amaya. Gracias.-agradeció, a lo que asentí, y reabriendo los ojos, dejando ese recuerdo, pude ver la claridad de unos rayos adentrarse, veía el renacer del martillo de guerra delante de Eren Jeager.

-¡Amaya!-la voz desesperante de Colt se introducía en mis tímpanos, me agitaba, removiéndome, mientras que sentía líquido amargo salir de mi boca, sangre.-Levántate.-me pidió, mientras que de una manera abrumadora observe el cuerpo de Udo tirado en el suelo, sin movilidad.

-Dios... -exclame en cansancio, levantándome con la ayuda de Colt, quien me miraba detenidamente con una Gaby aturdida.-¡Tienes que salir de aquí!-le grite, mientras que él apretaba mis brazos, negando.-¡Por favor, Colt! ¡Vete!-le gritaba, pero él no se movía.-Llévala a un lugar seguro, busca a Falco, y quédate con Noah.-pedí desesperada.

-Ya sabías que esto pasaría, por eso estabas así.-Colt no me soltaba, y podía sentir sus manos templando, a lo que continuaba mirándome fijo, pero con prisa amarre mi cabello.

-Perdóname, se que vas a entenderlo, Colt.-musité agitada, apretando sus brazos también.-Te necesito a ti y a Noah seguros.-expresaba, en medio de aquel caos, y Colt no tardó en abrazarme fuertemente.-Le prometimos que siempre uno de los dos volvería a casa, y si no hago esto, no podré volver. ¡Por favor, promete que vas a proteger a nuestro bebé!-le pedía, viendo como él me asentía en ese abrazo.-Tú y él, son la mitad de mi corazón. Quiero que vivas.-le decía en su oído, abrazándolo fuertemente.

-Confío en ti.-expresó, dándome un beso en los labios, apretando mi rostro.-Confío en tus acciones y decisiones, lo único que pido es que, encuentres el camino a casa, y si yo estoy en ese andar, te esperare con los brazos abiertos.-continuaba diciéndome, mientras que asentía, sintiendo mi corazón latir fuertemente, sabía que no lo merecía.-Te amo, hoy, mañana y para siempre.-beso mis mejillas.-Eres libre.-musitó, como si entendiera lo que fuese hacer, por lo cual mis ojos se abrieron.

-¡Espera!-pidió Gaby cuando empezó a ver cómo me distanciaba, pero les dejé ir, con un amargo aliento, les dejé ir.

Me giré sin temor, dejándolos atrás. Debía ser fuerte, porque a pesar de demostrar debilidad, siempre fui jodidamente fuerte. Empecé a correr, el viento removía mi coleta, inclusive mi ropa. Todo había iniciado, todo como él lo planteó. Sabía que mi hermana y cuñado debían estar en un hoyuelo sin salida, que la casa de mi padre debía estar repleta de soldados que seguían a Zeke para proteger a mi hijo. Este último debía estar en preparación, como yo lo haría, pero no debía pelear, no debía unirme, debía afirmar el pacto de traición para recrear una revelación. Debía alentar aquellos quienes vivían soñando con ser libres, debía alentar a esos quienes no se atrevían a levantar armas contra Marley, como yo lo haría hoy, como lo haría en este instante. Me detuve en seco en ese callejón, sintiendo la adrenalina mientras que el suelo se retumbaba con los golpes del titán martillo de guerra contra Eren, pero no me detenía, me quitaba mi ropa. La eche a la basura, revelando mi oscuro y armado uniforme. En ese mismo callejón estaban esas armas, aquellas que aún recordaba cómo poner y ajustar, a pesar de que pesaban, y de que eran nuevas, sabía detalladamente cómo funcionaban. Mis equipos de maniobras tridimensionales quedaron ajustados a mi cuerpo, al igual que hace años atrás quedaron como siempre los colocaba. Mire al cielo, cogiendo aquella arma, lanzando una bengala color verde que alumbraba todo el cielo nocturno.

Y con ella, me eleve en el cielo, volando nuevamente, respirando aquel aire en medio de la melancolía. La pólvora verde caía, pero la alerta de mi entrada, era lo que todos esperaban. Mis pies cayeron en aquel borde del techo, caminando de manera lenta a la esquina del tejado. Observaba en primera plana la pelea, hace muchísimo tiempo no se veía el poder de ese titán, era extraordinario y magnífico a la vez, en cómo plasmaba sus armas con su creación mental, eso le quitaba de seguro ventaja a Eren. Ella observaba todos sus movimientos, pero Eren no se removía, esperaba algún tipo de señal que estaba más cerca de lo que creíamos. El viento se removía, y aquellos sonidos de gases se acercaban a mi, mi piel se tensaba, pero me quede dando la espalda, a pesar de que los sentía llegar, de que sentía sus pasos, me quede observando cómo Eren buscaba una ventaja, hasta que la presencia atrás de mí era tan pesada que no podía ignorarla. Alce la mirada, muchos traspasaban los cielos buscando sus posiciones, pero era la mía quedarme aquí. Me giré, observando de reojo, hasta que tuve la valentía, estaban ahí, estaban frente a mi otra vez, como nunca antes lo pensé que estarían. Los grisáceos ojos de aquella mujer me miraban con detenimiento, al igual que los de aquel hombre de baja estatura, estaban todos en filas observándome. Su cabello estaba corto y pegado, se veía alta y con formalidad en su cuerpo, se acercó a mi, mientras que yacíamos serias.

-Amaya, es un gusto volver a verte.-musitó Mikasa apretando mi hombro, mientras que los demás se quedaban mirando como ella con su alma tan genuina, me abrazo.-Bienvenida de vuelto al cuerpo de exploración.-afirmó, a lo que ambas dejamos nuestros sentimientos en ese maravilloso reencuentro.

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Próximo capítulo: Oscuridad.
En medio de la oscura noche, Amaya porta su uniforme de la legión de exploración, firmando con sangre su traición a Marley, para unirse a sus antiguos amigos.
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