4

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Piedad.

───

Cerré la puerta de la camioneta con delicadeza, teniendo en mis manos una cubeta para la gasolina. Observe el perímetro de la carretera vacío, como siempre. Me había arriesgado en venir acá solo sin nadie con tal de que tengamos gasolina extra en caso de una emergencia. Había decidido venir solo para despejarme, para tan solo respirar aire fresco sin que nadie más lo respirara a mi lado, solo yo. Aunque más tarde debía encontrarme con papá, quería un tiempo a solas. Caminando por la carretera no tarde en pisar el césped, encontrándome con algunos autos abandonados. Era la gasolinera más cercana de Alexandria, la había descubierto el día en que acompañe a Enid hacia Hilltop. Había sugerido que podían venir a revisar si había gasolina pero nadie me hizo caso, así que hoy había venido por mi cuenta.

Pisaba el césped, algunas hojas secas crujir, mis pasos era lo único que podía escuchar. Me sorprendía no ver a ningún caminante, no olerlos, no habían en el área. Observe más autos abandonados alrededor de mi, observando también un pequeño triciclo, solía tener uno cuando era niño. Pase por el lado de este, acercándome mucho más a la gasolinera, observando los autos y viendo si adentro había algún caminante atorado pero no había absolutamente nada. El polvo abundaba en aquella ventana pero no me había detenido por esa razón. "Aliana", era lo que estaba escrito en esa ventana que había llamado mi atención, su nombre me seguía en todos lados. Me quedé parado observando con detenimiento esa ventana, lleve mi mano hasta ella sin querer dañar su nombre; ella había estado aquí. Suspire gruesamente y lleve mi dedo a la ventana, ensuciando mi yema de polvo mientras escribía algo más abajo de su nombre.

—Hola.—di un leve brinco ante escuchar una voz desconocida, había dejado caer el bote vacío de gasolina para buscar mi arma y apuntar pero no había nadie delante de mi.—Estoy bien, digo... no lo estoy pero alguien me disparo, me tiro un microondas. Así que solo dire algo que mi mamá solía decir y espero lo mejor aquí. Mi mamá decía que ayudar al aventurero, a la persona que tenía un hogar lo era todo. Se que has visto cosas, se que has estado en cosas y que no confías en la gente por eso.—confuso y deseando no estar alucinando con una voz masculina, miraba todo mi alrededor pero no había absolutamente nada, me movía con pasos lentos por la gasolinera esperando poder encontrar a quien me hablaba.—Lo entiendo, lo entiendo. He estado en cosas también, he visto cosas. Mi mamá solía decir, "mi misericordia prevalece sobre mis paredes".—me baje lentamente al suelo para observar debajo de un auto, a lo lejos pude ver unos pies, lo había encontrado, me levante para dirigirme con rapidez a esa dirección.—Se que no te conozco pero no he comido en días, quizás no seas real.—corría sigiloso hasta allá mientras la voz estaba aún más cerca.—¡Manos arriba!—apunte aquel hombre de tez trigueña, este quien alzó las manos y parecía tembloroso ante mi postura.

—Escucha, me iré.—dijo él temblando, mientras observe su ropa sucia, él no tenía arma; no que yo supiera o que estuviera a mi vista.—Solo quiero comida, solo eso.—me mantuve en mi postura, lo apuntaba pero yo no iba herirlo, solo esperaba y veía si había alguien más.—La chica me traía comida comida pero no volvió más.—baje mi arma ante ese comentario, "la chica", no tenía duda que fuera ella; Aliana.

—¿Qué chica?—le pregunté, note como él se mantuvo distante y parecía calmado ante ver cómo bajaba mi arma pero tan solo observe cómo se echó a correr cuando unos disparos resonaron en la gasolinera. Alce mi ama preocupado que pudiera ser alguien más pero no era alguien que no conociera.

—Se supone que nos encontráramos en la intersección.—papá se paró delante de mi pero me sentía molesto y negué con la cabeza.—Le dispare sobre su cabeza, solo quería que se fuera.—bufé ante las palabras de papá.

—Él dijo que...

—Se lo que dijo, Carl.—me interrumpió él, acercándose a mi mientras respiraba algo agitado por el pequeño enfado que sentía.—Puede ser uno de ellos, una trampa.—papá miraba alrededor, no creo que nadie estuviera ahí, ese hombre lucía indefenso.

—¿Como un espía?—pregunté sarcástico, aún molesto por sus acciones tan solo me distancié de él para buscar mi sombrero al no sentirlo en mi cabeza.

—Le dispare sobre su cabeza.—me volvió a recalcar él ante ver cómo yo estaba molesto, más bien estaba preocupado por ese hombre.—Si no era uno de ellos espero que pueda lograrlo.—bufé ante sus palabras, dándome la vuelta.

—Eso no va ser suficiente papá.—le dije, caminando hasta donde dejé caer mi sombrero y poniéndomelo en la cabeza, cogiendo así el bote de gasolina. Escuchando un sonido viscoso, dirigí mi vista hacia donde mi papá mataba con su hacha a un caminante, esa hacha que no soltaba en ninguna esquina.—No será suficiente... —susurré para mi mismo, abriendo una bomba de gasolina y sonriendo ante ver que esta tenía algo, puse la manga en el bote y empecé a llenarla.

—¿No será suficiente que?—escuche la pregunta de papá lejos de mi pero tan solo llene el bote de gasolina y me levante, con intenciones de volver a la camioneta.

Acomode mi sombrero y le di la espalda a mi papá, algo molesto aún por lo qué ocurrió, dirigí mi mirada una última vez a aquel auto donde podía ver los escritos en la ventana, solo esperaba a que si ella volvía; pudiera verlo. Olvide que papá estaba atrás mío, así que tan solo me mantuve en silencio y decidí seguir caminando a mi ritmo rápido. No podía dejar de pensar en aquel indefenso hombre, no sé en qué bando estaba pero él se veía que necesitaba ayuda y no tenía absolutamente duda de eso. Las palabras que me dijo daban vueltas por mi mente, no podía estar bien al pensar que alguien estaba pasando hambre; alguien a quien pude haber ayudado. Aunque saber que quizás la chica que lo estaba ayudando era Aliana me aliviaba algo pero no lo suficiente para sentirme tranquilo. Note como dejaba la gasolinera atrás, caminando nuevamente en la carretera. Los pasos de papá se escuchaban continuamente dejándome entender que este quería alcanzar mi paso.

—Oye, oye.—seguí caminando ante el llamado de papá hacia mi, sus pasos se escuchaban cada vez más cerca.—¿Qué significa lo que dijiste?—una nueva pregunta llegó hasta a mi, mirando atrás y viendo que papá me alcanzaba el paso.

—Lo que dije.—le respondí cuando él llego a mi lado.—Esperas que ese hombre lo logre.—le recalque sus palabras anteriores antes de espantar a ese indefenso hombre.—No es suficiente, te importa una mierda.—dije con toda sinceridad.

—Carl.—papá me miró fulminante, con una postura de seriedad ante mi falta de respeto a él.

—Si te importa, ayudas, no tan solo "esperas". Es más que eso, a eso me refería.—defendí mi comentario anterior, este aún me miraba algo desconcertado por mi actitud.—Tiene que ver algo más cuando la pelea acabe.—dije, volviendo al tema de la noche anterior, donde no quería seguir en esta pelea.

—No para todos.—me corrigió, caminando a mi lado y dejando de observarme, mirando tan solo el camino.

—Vas a vivir papá.—le reafirme.—¿Por qué hacemos esto? ¿Por qué peleamos con ellos?—le pregunté seriamente, notando como sus ojos azules me miraron detenidamente pero él no contestó, tan solo me miró.—¿Por qué viviremos para ellos y trabajaremos para ellos?—volví a preguntar esperando su respuesta pero no fue así.—Entonces pelearemos y trabajaremos todos juntos para acabarlos, para matarlos.—dije mirándolo, él tan solo suspiro.

—¿Qué? ¿Quieres entonces estar en el patio recogiendo fresas para Negan?—pregunto con sarcasmo, incluso con burla, algo que me enfado ante su actitud.

—Si eso es lo que se necesita, si. Papá, es más que "espero que lo logré". Es más que eso.—le dije, volviendo a repetir las palabras que me dijo ante espantar al hombre anterior.—¿Entonces los mataremos a todos y ya está?—pregunté, papá tan solo no respondió.—Encontrar alguna manera de avanzar es más difícil pero eso si es algo más, es así como debe ser papá.—susurré, notando como él tan solo continuó caminando.

—"Estuve aquí".—lo mire confuso ante sus palabras, las mismas que escribí en la ventana de aquel auto en donde plasmaba el nombre de Aliana.—¿Crees que ella lo entienda?—pregunto papá, a lo qué no tarde en asentir.

—Espero que lo logre... —él me miró ante mis palabras, mientras que miramos adelante pero papá se había detenido en seco en medio de la carretera.—¿Papá?—lo llame confuso pero este llevo su dedo a su boca, dándome una señal de silencio, agarro mi camisa con delicadeza y me obligó a caminar con él, dejándome un poco intrigado ante su repentina actitud.

—Vamos... vamos.... –me hablaba en un tono bajo, jalándome hasta el bosque, donde ambos nos adentramos y me mantuvo atrás de un árbol sin entender el por qué nos escondíamos o de quién.—Salvadores.—me dijo ante escuchar un motor de un auto bastante cerca, eso era lo que papá había escuchado a lo lejos pero ante yo estar concentrado en lo que había pasado; no me había percatado.—Justo ahí.—papá señaló la carretera, en mi lado izquierdo observe dos camiones detenerse en seco Justo ahí.

Observaba esos dos camiones detenerse justo en donde papá y yo caminábamos. Mire a papá quien me pidió que me mantuviera en silencio, observe cómo él con cuidado sacó su arma de su estuche, llevándola a sus manos y manteniéndose alerta. No tarde en copiar su acción, quitándome el sombrero para que por si acaso no fuese visible para ellos. Me sentía algo agitado pues la adrenalina que nos encontraran me agobiaba, estábamos en guerra y no dudarían en matarnos a tiros después de lo qué pasó en mi zona. Asome mi vista, escuchando unas voces masculinas, en cómo observe a ese quien había estado compartiendo información con nosotros; Dwight. Observe cómo nuestro "aliado" portaba un arma mientras que parecía mirar la zona, aunque a su lado me llamó la atención observar a aquellos dos hombres que reconocía, que incluso compartieron noches en el bosque con nosotros; Nathan Johnson y Jayden. Ver a Nathan me lleno de curiosidad ante observar cómo este tenía en su brazo una cabestrillo sosteniéndole la mano, inmovilizándola. Esto me dio a entender lo que Dwight nos comentó sobre qué Aliana había atacado a Nathan disparándole.

Papá al igual que yo observaba la extraña escena, esos tres hombre portaban armas y parecían observar el lugar con detenimiento. Escuche unas puertas cerrarse y una voz femenina que no reconocía me llevó a buscarla con curiosidad. Observe a una mujer adulta con un arma, esta quien también observaba el lugar me tapaba la vista de alguien más, hasta el momento en que se movió. Me removí un poco al observarla, al observarla allí con su cabello amarrado en una coleta, un mahón azul oscuro apretado, con una chaqueta negra y unos zapatos del mismo color. Mi mirada no podía despegarse de ella, de ver su rostro dañado, en cómo se veían rastros de la falta de sueño ante las ojeras que desde aquí eran visible. Note en su mejilla un color morado, mostrando un moretón, un moretón que se veía con claridad desde aquí. Aliana Johnson portaba también un arma, mientras que esta caminaba detrás de aquella mujer. Mi corazón latía fuertemente ante presenciarla aquí, justo aquí, estábamos cerca pero lejos a la vez, eso me mataba.

Lleve mi vista a papá, en cómo él observaba también lo mismo que yo, me miró y me hizo una señal que me quedara quieto ante ver cómo me removí, una rama crujió, fue audible para ellos. Me escondí nuevamente detrás del árbol, asomando mi vista y viendo en si como ellos caminaban en ronda por el lugar. Aunque me quedé quieto cuando vi a Dwight empezar a adentrarse hasta donde yo y papá estábamos escondidos. Mire a papá extrañado ante esto, me mantuve en silencio al igual que papá en el momento exacto que Dwight estaba parado en medio de nosotros. Sus ojos nos observaron, él nos había encontrado pero este tan solo dio pasos atrás como si no nos hubiese visto. Aguantaba mi respiraron para mantenerla regularmente y no estar agitado, papá y yo quedamos confundido ante la acción de Dwight quien volvió a la carretera aún lado de Aliana quien recostaba su peso en la puerta del camión en donde habían venido.

—Está despejado, no hay nada.—desde aquí la voz de Dwight era audible, pude ver cómo Jayden del otro lado contrario a este salía del bosque estando de acuerdo a lo que Dwight había dicho.—No se que viste pero aquí no hay nadie.—dijo este dirigiendo sus palabras a Nathan quien parecía mirar el lugar con más detenimiento, giré mi vista cerca de donde estaba al escuchar algunas hojas crujir pero no veía nada.

—Se que vi algo, vi a alguien, vi a personas caminando en esta misma dirección.—Nathan respondió lo que Dwight le había dicho, este miraba en la dirección que Jayden había venido, mientras que mi mirada se detuvo en Aliana, esta quien se había arrodillado en la calle y pude observar un conejo... un hermoso conejo blanco a su alrededor, era eso lo que se escabullía cerca de aquí.

—Si nos vieron debieron haber huido lejos, no hay nadie Nate.—miraba como en el rostro de Aliana se reflejaba una sonrisa mientras que escuche a Jayden dirigirse a Nathan pero tan solo veía y contemplaba cómo Aliana acariciaba el conejo con una gran sonrisa.

—Quizás fue el conejo lo que viste... —la voz de Aliana se escuchaba diferente, se escuchaba llena de frialdad y incluso ronca, se escuchaba totalmente diferente.—Hola pequeñín.—veía en su rostro golpeado una sonrisa, lo único que alumbraba ese triste semblante que tenía pero tan solo se borró en el momento en que Nate se acercó a ella con rapidez y resonó un disparo, mordí mis labios molesto al ver cómo en el rostro de Aliana salpicaron gotas sangrientas del conejo que su hermano mató delante de ella. Un inmenso silencio se formó, los tres que estaban ajenos a la situación bajaron la cabeza menos Dwight, este miraba con fulminación a Nathan al ver cómo Aliana tenía la boca abierta y sus manos temblorosas.—¿Cual es tu maldito problema?—pregunto ella, su sonrisa se había eliminado por completo, se levantó del suelo y miró a su hermano con molestia.

—No vi un maldito conejo.—le respondió este pero en ese preciso momento fui testigo de cómo Aliana llevo su puño cerrado con fuerza al hombro de Nathan, tanto que este gimió fuertemente, retorciéndose de dolor. Este se distanció de Aliana, me levante un poco de mi postura al ver cómo su arma apuntó directamente a Aliana, tanto que Dwight alzó su arma también y se acercó a Nate.—Tócame otra vez y te voy a dejar el mismo boquete pero más grande.—Aliana tan solo ignoro las palabras de su hermano, pude ver en su rostro tristeza, ella observaba al conejo. Vi cómo abrió la puerta del camión y de ahí saco un bulto.

—Nathan, basta, ya es suficiente.—Dwight interfirió en la escama que estos dos hermanos crearon, tan solo dirigí mi mirada a cómo Aliana tan solo empezó a caminar.—Aliana, quédate cerca.—ella ignoro las palabras de Dwight quien pareció querer seguirle el paso pero Nathan lo detuvo con un toque delicado.

—¿Vas a ir a darle comida a tu amigo el huérfano en la gasolinera?—pregunto este, esa pregunta había cesado mis dudas.—Jayden, ve con ella.—note como aquel chico de cabello castaño no tardó en asentir, caminando lentamente detrás de Aliana quien caminaba más lejos que él, cada vez más dejaba de verla y tan solo sentí a papá tocar mi hombro.

—Mierda... —susurro mi papá en el momento en que escuchamos los gruñidos de los caminantes, la cosa no podía ponerse peor, este saco su machete y con cuidado caminando hacia el caminante pero no había visto lo mismo que yo.—Maldición.—papá maldijo ante ver cómo varios caminantes nos acecharon por el bosque, no podía empeorar la situación.

—¡Papá!—eleve mi voz ante observar cómo este combatía con caminantes pero mi impulso fue sacar mi arma y dispararle al caminante que estuvo apunto de morderle, este empujó a los caminantes y me observo, mire atrás notando la presencia de Nathan mirándonos con una sonrisa hasta que su arma se alzó y este abrió fuego.

—Pensé que no había nadie pero yo no estaba tan loco como creen.—dijo este con una sonrisa inmensa en su rostro, una sonrisa malévola, no tarde en dominarlo con la mirada pero tan solo escuchar los gruñidos de los caminantes me alarmaban más que su semblante.

—¡Carl, corre!—papá me grito fuertemente erizando mi piel, aunque al sentir como las balas caían en mis pies no tarde en darme una vuelta leve y abrir fuego hacia Nathan, quien venia con dos hombres más atrás de él, incluyendo a Dwight.

Seguía el rastro de papá por el bosque, corría detrás de él con velocidad mientras sentía los pasos de aquellos hombres detrás de mi. Delante de mi la presencia de un caminante me asusto, mi primer impulso no fue matarlo, lo empujé para no perder el rastro de papá quien abría fuego a ciegas para los que nos estaban siguiendo. Me intentaba cubrir por los árboles cuando Nathan y los demás aún nos disparaban, sentía la adrenalina recorrer por mis venas y calentar mi cuerpo. Me detuve en seco un momento para observar en cómo ellos nos alcanzaban, me cubrí detrás de un árbol asomando mi vista pero en ese momento una bala roso un trozo de árbol. No podía cubrirme aquí, seguí corriendo al mismo ritmo de antes pero en ese instante me percaté en cómo había perdido el rastro de mi papá, dejándome atemorizado sin su presencia. No tarde en esconderme detrás de un árbol cuando escuche pasos cerca pero me sentía preocupado por mi papá al escuchar a lo lejos muchas balas resonar.

Aguantaba mi respiración, escuche un silbido, un silbido que describía a los salvadores. Veía a varios caminantes vagabundeando el lugar, el bosque en donde me mantenía oculta ante escuchar la risa de aquel joven, a quien pude reconocer como a Nathan. No me movía de mi lugar pero dejé de escuchar unos pasos, en ese preciso momento me asomé, no veía nada ni a nadie. Tenía mi arma en manos y caminé con lentitud, observando todo a mi alrededor pero Nathan me había atacado de espalda. Caí fuertemente al suelo, dejando de sentir mi arma, me arrastre por el suelo con rapidez buscando mi arma pero una patada en mi estomago me hizo gemir adolorido. Nuevamente recibí una patada ahí, no tarde en querer incorporarme pero el dolor que sentí en mi abdomen era más fuerte. Giré mi cuerpo observando cómo Nathan me veía con una sonrisa en su rostro él me apuntaba con su arma y no podía dejar de pensar en mi papá, aún escuchaba disparos.

—Es nada más y nada menos que Carl Grimes.—este me nombro con alegría, mientras que me retorcía aún en el suelo por el dolor en mi abdomen pero el golpe fue más fuerte cuando su pie impactó con fuerza mi boca. Gemí sintiendo un gran dolor, un dolor inmenso, incluso sentí como mi boca empezaba a saber amarga ante el líquido sangriento que me provocó ese golpe.

—Púdrete.—dije, escupiendo la sangre mientras escuchaba los gruñidos de caminante acercarse a nosotros.

—¿Acechando a mi hermana detrás de unos arbustos? Eso solo lo haría un cobarde.—dijo este burlón, mientras que buscaba con mi vista mi arma y estaba justamente aún lado de sus pies.—Te ves más rudo sin un ojo, no creo que eres el típico idiota que hace esas cosas, me sorprende saber que si había visto algo en medio de la carretera.—comentó él ante que aquellas personas que lo acompañaba no creían en que él había visto algo.

—Habla de cobardía quien intenta intimidar a sus hermanas porque sabe que son mejores que él.—le respondí, notando como este cambio su semblante de burla a una llena de seriedad.—No van a ganar, no esta vez, así que mátame ahora o luego pero perderán.—note como Nathan tan solo me miraba mientras me apuntaba con su arma.

—Cuando te conocí me caías bien pero cuando supe que eran el enemigo, yo dije que me encargaría de ti, de matarte lentamente y dolorosamente.—me levante con cuidado y escupiendo la sangre en el suelo. Este me miró con burla.—Vaya, veo que aguantas algunos golpes más pero no estoy accesible para pelear.—este miro su brazo inmóvil, mientras que su brazo derecho el cual estaba libre de heridas era el cual me apuntaba.—Creo que Aliana estará contenta de verte pero lastima que te encontrara sin otro ojo, a ver si te acepta ciego.—este se rió de mí apariencia mientras que observe a unos caminantes estar acercándote a él pero unos pasos nos acecharon.

—Ciego o no, me importa más su vida que la tuya.—mire fijamente cómo Aliana a su lado le apuntaba, este se quedó inmóvil bajando su arma y dejando de apuntarme.—Lo vas a dejar ir.—dijo ella, mirando con gran enfado a su hermano mientras que yo la miraba a ella, veía su rostro más dañado de lo que podía ver. Sus labios rotos y su mejilla raspada.

—¿Qué no es al revés? El caballero salva a la dama en a puros, que marica saliste Carl.—me quedé observando seriamente cómo este se burlaba de mi pero en ese instante note como él con un rápido movimiento agarro con fuerza el brazo de Aliana, acercándola hasta a él y empujándola al suelo con brusquedad.

No tarde en correr hacia él, doblándome y agarrando mi arma para luego darle un empujón, este grito en mi oído ante el tacto que mi brazo hizo con su hombro, alertando a los caminantes. Empezó un terrible forcejeo entre ambos cuando los caminantes se acercaron a nosotros, tenia mi arma en manos y lo sostenía a él. No pensé en absolutamente nada, tan solo con la dureza que tuve lo empujé hacia los caminantes, viendo cómo este y esos viscosos monstruos se enredaron y cayeron, deslizándose por el fangoso suelo del bosque y yéndose cuesta abajo. No tarde en ver la cantidad de caminantes que empezaba acorralarlo pero en ese instante nuevamente sentí un leve empujón que esta vez no me había tumbado al suelo. Giré mi cuerpo con rapidez para cerrar mi puño ante el cansancio de que me golpearan y dirigirlo hasta la mejilla de Jayden, quien había venido en defensa de Nathan. Este no tardó en devolverme un golpe que había esquivado, me acerqué a su cuerpo y lo abracé empujándolo con brusquedad ante el tronco de un árbol, haciendo que ambos cayéramos en el suelo.

Mi arma había caído aún lado de mi, no tarde en recogerla con mi mano pero esto me ocasionó que Jayden me diera un fuerte golpe en mi mejilla, sintiendo nuevamente un inmenso dolor ahí. Me levante con rapidez del suelo, él me miraba, le sonreí y con mis manos le pedí más. Guardando mi arma en el momento en que este lo hizo, solo sería cuerpo a cuerpo. Sin rastros de Nathan cerca, no podía observar dónde estaba Aliana así que solo éramos Jayden y yo. Este no tardó en lanzarme un golpe, uno que no pude esquivar pero yo con rapidez se lo devolví, sintiendo ya incomodidad en mis nudillos. Escupí en su camisa la sangre que aún mi boca botaba, haciendo que este con rapidez y brusquedad se acercara a mi, empujándome al suelo. Caí, sintiendo como mi sombrero se salió de mi cabeza y en ese instante quería que todo se detuviera, los golpes de Jayden vinieron fuertes pero eso había acabado en el preciso momento que este cayó inconsciente a mi lado ante un terrible golpe en la cabeza; papá.

—Con mi hijo no.—dijo este mientras que podía ver su camisa sudada y llena de sangre, incluso tierra, papá estrechó su mano levantándome del suelo.—¿Estás bien?—pregunto él, llevando sus manos a mi rostro ensangrentado, asentí quedándome quieto cuando detrás de él pude observar a Aliana mirarnos.—Aliana... —susurro papá quien se intentó acercar a ella pero esta retrocedió, alzó su arma y sentí cómo piel se erizó cuando nos apunto, parpadeé en el momento en que el disparo resonó cerca de mi oído. Cuando papá y yo miramos atrás, observamos a un salvador con un hoyuelo en la frente.

—Tienen que irse.—pidió ella, la mire detenidamente.—Por favor, por mi.—veía en su rostro el miedo, en cómo ella nos apuntaba pero sus manos temblaban.

—Aliana, vámonos.—ella me miró fijamente, di un esfuerzo en acercarme pero ella con sus manos temblorosas me apuntaba, tenía miedo y pude notarlo en su forma que miraba a todas partes.

—Aliana eres más que esto, volvamos a casa.—ella bajaba su arma ante las palabras de papá ante ver cómo él se acercaba a ella con cuidado.—Te vamos a proteger, lo haremos como siempre pero debemos irnos ahora.—ella miraba a papá mientras que sus ojos se humedecían, miraba nuevamente a todas partes mientras sus labios temblaban.

—No pueden protegerme, no pueden ayudarme.—le respondió ella a mi papá, mi piel estremeció cuando sus ojos verdosos me miraron con detenimiento, cuando esos ojos apagados que derramaban lágrimas me miraban.—Si confían en mi váyanse, váyanse ahora por favor... deben confiar en mi. No voy a tener piedad cuando vengan los demás y no quiero hacerlo, no quiero hacerlo.—sollozo ella, negué ante su petición pero ella me asintió, no podía irme sin ella y tan solo note como ella volvió apuntarlos.—Tres... —ella empezó a contar con sus ojos cerrados y negué, sentía ansias de empujarla y hacerla entrar en razón, pero ella tan solo seguía contando; realmente nos amenazaba.

—¡Ey!—el grito de un salvador a lo lejos nos alarmó, con el orgullo que sentí en esos momentos no tarde en darle un empujón para que con todo y cansancio emprendiéramos camino, así lo hicimos hasta que Aliana se borró de nuestra vista, de mis pensamientos por ese día completo ante el enojo de su decisión.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro