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CAPÍTULO 7

▬▬( ❝ THE WATTER FILLED MY LUNGS, I SCREAMED SO LOUD BUT NO ONE HEARD A THING ❞  )▬▬








Cuando el doctor Cullen terminó de examinar a Kaylee Newton, quien había llegada al hospital exactamente a las 4:42 de la mañana envuelta en una capa de sudor y lágrimas por un dolor increíblemente intenso qué sentía a lo largo de sus piernas qué se asemejaban a punzadas, los ojos dorados del doctor sintieron una profunda pena al ver los ojos de la joven que ansiaba una buena noticia, el hombre suspira y se quita los guantes antes de desecharlos.

"Kaylee", habló él, muchas veces a lo largo de su vida Carlisle Cullen había tenido que dar malas noticias, tensaba los hombros y raras veces mordía su lengua para ocultar que su empatia podía más que su profesionalismo. "He revisado tu historial clínico, el doctor que te atendió desde el momento del accidente hizo sus notas en tu expediente, no hay forma en la que tu pudieras sentir dolor alguno —dolor físico", aclaró él.

La joven se quedó en silencio, mirando con una súplica silenciosa a los ojos de Carlisle quien solo podía mirarla de regreso y hacerle saber de la manera más amable que no era posible.

"Pero yo lo sentí... Me hormiguean las piernas... Yo— tiene que creerme", pidió ella con ojos llorosos.

Carlisle negó con la cabeza ligeramente.

"Es un síntoma normal en pacientes con tu condición, o pacientes que llegan a perder una extremidad", explicó Carlisle atento y con calma. "Las lesiones que sufrió tu columna fueron severas, aunque tu recuperación después del accidente fue un milagro, pero me temo que la parálisis en tus piernas es irreversible".

Ella negó.

"Ese dolor que yo sentí no fue un sueño, tampoco lo imaginé, fue real!", espetó ella.

Carlisle suspiró una vez más.

"¿Puede cortarlas?", preguntó ella con crudeza, Camille Newton cubrió su boca con su mano al otro lado de la camilla, parecía horrorizada de los deseos de su hija, su esposo rodeo su cuerpo con su brazo antes de que la mujer saliera de la habitación con su esposo detrás de ella para consolarla, Kaylee casi se sintió mal por la reacción de su madre y el doctor Cullen ni siquiera miraba en dirección a de los Newton o de su hija, solo se mantuvo en silencio.

"Debes saber Kaylee qué esto no es lo apropiado. Es un milagro que estés viva, si yo accediera a lo que tu me pides, entonces el trauma sería mucho más grave para ti".

"¿Milagro?¿Es un milagro? Doctor Cullen no se ofenda, pero lo que usted llama milagro yo lo llamo castigo, de Dios, el universo, la vida, quien sea que este allá arriba!", señaló ella con frustración. "No hay noche en la que no me vaya a la cama pensando en que hubiera sido mejor no haber salido del agua ese día", confesó ella. "Usted ve un milagro, yo sólo veo una sentencia".

El doctor Cullen comprendió qué no había nada que pudiera hacer para que Kaylee Newton se dejara de sentir de esa forma, nunca iba atener un consuelo médico, él no podía ofrecerselo y tampoco su familia, entonces se puso de pie y se aseguró de tomar los objetos filoso qué yacian cerca de la camilla donde ella estaba, no necesitaba un accidente y la mente de Kaylee estaba siendo cruel con ella, Carlisle sabía que solo necesitaba un impulso para acabar con todo.

Cuando se alejó vio a los señores Newton, Camille tenía los ojos llorosos y la nariz roja de haber llorado, conoció a Camille cuando llegó al hospital por primera vez, era la unica enfermera que era amable sin intentar algo más con él, también Carlisle admiraba su fuerza y su gentileza para tratar con sus pacientes, se mostraba agotada todo el tiempo y poco después Carlisle se enteró que pasan mayor parte de su tiempo libre cuidando médicamente a su hija, quien en ese entonces no podía mover ninguna de sus extremidades y que con el tiempo poco a poco había comenzado a adquirir fuerza para usar sus manos y poder hacer más cosas por ella misma, pero el agotamiento en Camille era evidente.

"Carlisle", llamó ella en cuanto el doctor se acercó.

"Camille, yo sugeriría que Kaylee busque ayuda psicológica...", explicó Carlisle. "Es evidente que el trauma por el accidente está surgiendo después de todos estos años de haberlo reprimido. Necesita ayuda, y esa ayuda no se la pueden brindar ustedes..."

Alexander miró a su esposa y después al doctor Cullen, sabían que Kaylee no estaba bien, quizás nunca lo estuvo, pero por su propio bien el que ella fingiera era una suerte, era una suerte que Kaylee decidiera guardar todo su dolor para ella misma y que lo ocultara en las más dulces sonrisas, ahora Kaylee ni siquiera sonreía, parecía incapaz de hacerlo, era grosera, siempre estaba de mal humor y ellos solo podían ser pacientes.

Los señores Newton habían accedido a buscar ayuda para Kaylee, y aquella mañana de Lunes fue llevada por su padre al consultorio de la Dra. Cullen, la señora Cullen tenía un pequeño consultorio en la ciudad y lo mejor para algunos es que las consultas no tenían mayor costo e incluso a veces ninguno, los colores eran cálidos, Kaylee dejó de sentir el frío cuando su padre empujó su silla al interior del pequeño local, la recepcionista miró a ambos con una sonrisa que Kaylee no regresó y sólo miró por la ventana.

Kaylee estaba pasando por mucho, eso Esme Cullen lo sabía, cuando Kaylee pasó los primeros 30 minutos en silencio mirando la lluvia esperando que la doctora se cansara y le dijera que se marchara, se sorprendió cuando no fue así.

"¿Te gusta el clima lluvioso?", preguntó Esme con amabilidad.

"Algo".

"¿Qué es? ¿El asfalto mojado? ¿El olor a tierra mojada? ¿La calma que te produce?", preguntó una vez más.

"Un poco de todo, quizás", espetó Kaylee. "Creo que es cuando me siento más calmada.."

"La lluvia tiene ese efecto en las personas, ¿sabias que reduce la ansiedad y el estrés? Aunque también la lluvia se asocia con la nostalgia, los recuerdos y las experiencias agradables...", explicó.

"Ah, es por eso que la lluvia me pone tan triste".

Esme asintió ligeramente con media sonrisa.

"Siempre me gustó la lluvia, incluso mucho antes del accidente", dijo Kaylee mirando las gotas resbalar por el vidrio.

"¿Has salido a la lluvia después de tu accidente?", preguntó ella con calma, Kaylee negó.

"No me gusta ahora estar bajo la lluvia, la última vez que fue así terminé en medio de la carretera porque el viento era tan fuerte que me tiró de la silla", recordó ella.

"No hablo de que salgas en medio de una lluvia torrencial Kaylee", explicó ella. "En muchas culturas la lluvia es símbolo de purificación, esto debido a que se le asociaba con el deseo de purificar el alma y las heridas emocionales".

Kaylee se quedó en silencio.

"¿Has vuelto a la playa?", preguntó la doctora Cullen, Kaylee tenso sus hombros y se quedó en silencio. "¿Cómo te has sentido después de ello?"

"Estancada", dijo ella en una simple palabra.

"Debio ser muy duro para ti el adaptarte a una silla de ruedas".

Kaylee asintió.

"Supongo que también debe ser muy duro lo mucho que las cosas han cambiado, lo poco que las personas a tu alrededor comprenden sobre la situación que atraviesas en este momento".

"No creo que alguien pueda comprenderme, al menos no alguien que si pueda usar ambas piernas", señaló Kaylee golpeando su puño repetidamente contra el mango de la silla. "A veces miro al cielo y —... ¿Doctora Cullen—... Usted cree en Dios?", pregunta Kaylee mirándola.

Esme asiente ligeramente con la cabeza.

"Nunca he sido una mala persona, yo—yo nunca le he hecho daño a nadie...", comenzó a decir Kaylee con ojos llorosos, ¿Por qué Dios eligió que mi destino sería esto? ", preguntó. "A veces miro al cielo en las noches y le pregunto si hice algo mal... Si lo que hice fue tan grave para merecer esto... Y él nunca responde...".

Esme con voz cálida y empatica comienza a hablarle mientras le ofrece una caja con pañuelos.

"Kaylee, entiendo que estés cuestionándote y buscando respuestas sobre por qué te ha tocado vivir esta situación tan difícil, es natural tu frustración", comenta con comprensión mientras ve a Kaylee limpiando por debajo de sus ojos. "En momentos así, la fe y la espiritualidad pueden ser un gran consuelo, pero también una fuente inmensa de cuestionamientos. Dime, ¿qué es lo que buscas encontrar en Dios en estos momentos?".

Kaylee se detuvo a pensar, suspiró y miró al cielo gris.

"Supongo que una razón, un simple explicación. Mi madre siempre dice que los planes de Dios son perfectos qué todo pasa por algo, entonces solo necesito algo que me haga sentir que esto...", señala Kaylee poniendo ambos manos en sus piernas. "Tiene un propósito, que no fue al azar o solo mala suerte, saber que todo esto es parte de su plan..."

"Tu búsqueda de significado en medio de tu sufrimiento es una lucha muy humana, no siempre encontrarás respuestas claras y quizás puedas encontrar consuelo en la idea de que no estás sola en este camino".

"¿Cree que es normal? El sentirme enojada con.... Él...", preguntó. "Es que a veces me siento culpable por enojarme con Dios... Por permitir que esto me sucediera..."

"Tus sentimientos encontrados no te tienen porque hacer sentir culpable, puedes sentir con libertad, eso no debe de cuestionar tu fe ni tus lazos".

La doctora Cullen le daba a Kaylee la confianza de hablar de algo que ella había mantenido en completo secreto durante los últimos tres años, las horas se pasaron volando en esa habitación donde el mundo afuera solo se purgaba de dolor con la lluvia que caía sobre la pequeña Forks, Esme Cullen había hecho sus respectivas anotaciones en su cuaderno, Kaylee Newton era una chica extremadamente sensible que se vio obligada a guardar su dolor para si misma, era suyo después de todo, nadie lo compartía, entonces toda la tristeza que pudo almacenar en su cuerpo durante tres años comenzaba a manifestarse poco a poco hasta que Kaylee no pudo contenerla más y explotó dentro de ella como una bomba de tiempo, entonces cuando la tristeza fue insuficiente, llegó el enojo y todas esas emociones tristes se convirtieron en momentos en los que Kaylee solo quería gritar y pelear con quien se pusiera en su camino, alguien debía pagar por su dolor comprimido, alguien debía de soportar los momentos de ira en los que Kaylee ya ni siquiera se reconocía.

Al terminar la sesión, el señor Newton se puso de pie al ver a su hija salir con la doctora Cullen empujando su silla, ya no respiraba ese aire tan tenso que tenía junto a su hija, Kaylee se notaba más tranquila y con eso él agradeció a la doctora y ambos salieron del lugar en dirección al auto.

"¿Podemos pasar por helado camino a casa?", preguntó ella con timidez, no olvidaba como había tratado a su padre camino a ese lugar, lo grosera que había sido, las acciones que había cometido cuando él intentaba aligerar el ambiente.

Los ojos cansado de Alexander la miraron con el más puro y genuino amor que un padre podría tener hacía su hija.

"Yo estaba pensado en una hamburguesa con papas..."

"¿Podemos tener helado después?"

"Cuenta con ello..."

Quizás tomaría tiempo antes de que Kaylee volviera a estar bien, pero Kaylee no sabía cómo estar bien después de ese accidente, la única forma en la que ella sabía que estaría bien sería si volvía a caminar, pero los doctores habían sido muy claros, entonces Kaylee nunca volveria a estar bien, pero estaría mejor y eso por alguna razón lo era todo.

El martes llegó más pronto de lo que ella hubiera querido, Kaylee no se atrevía a volver a la mesa de sus amigos con su hermano, se sentía como una intrusa y la vergüenza por haber actuado mal con ellos la seguía constantemente y le recordaba que debía de quedarse sola, así era mejor para ellos, pero en medio de su inoportuna soledad Jasper Hale había encontrado la excusa para acercarse más a ella, entonces él se volvió su nuevo compañero de mesa, en clases y en el almuerzo, por alguna razón que Kaylee desconocía la presencia de Jasper la tranquilizaba lo suficiente y no la hacia sentir mal por ser una maldita con sus amigos.

" Mis papás me hicieron ir a terapia", explicó ella el porqué de su ausencia el día anterior cuando él preguntó".

Jasper abrió ligeramente los ojos y prestó total atención a ella.

" Luces sorprendido. ¿Tu mamá no te dijo que es mi terapeuta? ", preguntó, desde el momento en el que supo, moría por preguntarle a Jasper, él negó.

" Esme es muy reservada y nosotros jamas preguntamos. Ella respeta la privacidad de sus pacientes y nosotros la suya", respondió con completa honestidad. "Me alegra que hayas aceptado ir a terapia.."., dijo él apretando su mano gentilmente.

"Si, yo también. Creo, no se a donde me llevara pero espero sea a un mejor lugar que este...".

Jasper asiente ligeramente, había algo en su interior que comenzaba a incendiarse con el cálido calor que la mano de Kaylee le compartía, a Jasper le gustó tomar su mano, le gustó que ella no la apartará.

" Por cierto, te traje algo—... ", habló él soltando su mano un momento antes de tomar su mochila, la mochila qué normalmente llevaba cruzada la puso sobre su regazo y sacó de ahí un vinilo de tapa negra Your song/Elton John.

"Debes estar bromeando...", murmuró ella sorprendida viendo como él le daba el vinilo. "Esta firmado..."

"Dijiste que nunca pudiste conseguirlo..."

"¿Dónde lo conseguiste?"

"Lo compré hace mucho tiempo, lo vi en una tienda de antigüedades y se lo quite de las manos a una ancianita qué nos golpeó a mi y a Emmett con su bastón", recordó él haciéndola reír.

"Te prometo que cuando lo escuche te lo devolveré", prometió ella con una cálida sonrisa.

Jasper negó.

"Es tuyo ahora..."

"Pero Jasper... Es una copia original, firmada... Fuiste golpeado por una ancianita..."

"Entonces supongo que por fin valió la pena la paliza...", respondió con una dulce sonrisa.

Lo que Jasper Hale no haría por verla sonreír.

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