❝ THE LANGUAGE OF FLOWERS ❞
▰▰▰ el vizconde

Y las divagaciones sobre lo afortunada que era al ser bendecida con tan maravillosa familia podrian haber seguido por horas, y la historia de Jaqueline casi podria haberse borrado de su memoria, de no ser por dos voces discutiendo en la lejania

— ¡Anthony va a matarte!

— A ti tambien te matara, tu vestido tambien se ensucio Hyacinth

— ¡Tu fuiste quien me empujo!

— ¡Y tu la seguiste!

Las dos voces infantiles discutian sin parar, hechandose la culpa el uno al otro sin dejar de repetir amenazas sobre las consecuencias de sus actos, y sobre como un tal Anthony las efectuaria.

Emma se puso de pie, dejando el libro junto a la fuente, y se encamino siguiendo el sonido de la disputa.

Llego hasta la parte del terreno mas alejada de su residencia, donde pudo darle imagen a esas incesantes voces, que descubrio pertenecian a dos niños vecinos a su hogar.

— ¿Todo esta bien niños?

Ambos Bridgerton se sobresaltaron al oir la voz desconocida hacer presencia de forma casi fantasmal.

— Uhmm si señorita - comento la niña con las mejillas rosadas al percatarse que probablemente ella se acerco al escuchar su tonta pelea—

— Lamento si la molestamos, no era nuestra intencion —hablo el niño a su lado— En realidad no estariamos peleando si mi tonta hermana no hubiese ensuciado nuestras prendas

— ¡Como te atreves! —golpeo su brazo de forma inofensiva pero mostrandole su peor expresion de molestia—

—Tal vez si me contaran el por que de su  pelea, podria ayudarlos —ofrecio Emma con una sonrisa divertida al verlos discutir, encontrandoles cierto parecido con Jackson y Camille—

— No buscamos importunarla

— No lo hacen, de hecho me estoy ofreciendo

— El problema es que estabamos jugando una carrera y al ver que yo estaba por ganar — la niña freno el relato por unos segundos para burlarse de su hermano, quien rodo los ojos fastidiado y la obligo a proseguir — Gregory me empujo al suelo para tomar ventaja, cuando cai tome su pie y el perdio el equilibrio

— Asi que ambos ensuciamos nuestra ropa — Emma se asomo un poco por sobre la cerca que los separaba para visualizar sus sucias prendas— y tememos que nuestro hermano mayor nos asesine por comportarnos de forma inmadura -termino el niño mencionando lo ultimo con un poco de rencor-

— No son inmaduros, son niños y solo jugando —nego la rubia al ver la desconformidad en el rostro de ambos—

— Bueno, Anthony no piensa de esa forma —menciono la castaña abrumada—

La cobriza siente algo de lastima al ver su descontento.

— Ahora ¿por que no me dejan ayudarles a quitar esas manchas? —sugirio tratando de mejorar el ambiente y ambos la miraron anhelantes—

— ¡Te convertirias en mi nueva heroina! —comento la niña y la princesa rio dulcemente —

— Ahora debemos pensar en como podremos hacerlos pasar hasta aqui sin que nadie los vea —inquirio pensativa viendo la cerca que los separaba— A todo esto, aun no conozco sus nombres

—Que descortes de nuestra parte, yo soy Gregory y ella mi hermana Hyacinth Bridgerton —menciono formalmente y Emma rio un poco, estaba equivocada, en algunos aspectos sus hermanos no se parecian ni un poco a esos dos—

—Yo soy Emma — tan solo Emma, sin necesidades de ningun titulo por ahora—

—Es un placer

— El placer es todo mio —replico cortésmente y nuevamente miro la barrera que los separaba— ¿Que dicen si los ayudo a trepar por aqui y luego llevamos a lavar esas manchas? Me supongo que no tardaran mas de diez minutos en estar listas

— Fantastico

Emma fue en busca de un pequeño tronco, que estaba junto a la pila de maderas que los leñadores estuvieron cortando horas atras para los fuegos de sus hogares, y lo coloco junto a la cerca.

— Bien ¿Quien es el primero? -alzo los brazos hacia ellos para ayudarlos a trepar pero cuando Gregory estaba dispuesto a comenzar a escalar el pequeño obstaculo, una voz ya conocida para ambos se hizo presente—

— ¡Gregory! ¿Que se supone que haces?

Hyacinth tiro de sus prendas para bajarlo de alli, intentando vagamente de ocultar sus intenciones cuando su hermano llego hasta ellos.

Emma, al verse sorprendida por la inoportuna aparicion, resbalo del pequeño tronco y casi cae, de no ser porque una mano tomo la suya evitandolo.

Cuando se vio recompuesta y pudo tocar el suelo sin ningun rasguño, observo al hombre que aun se aferraba a su mano, evitandole un buen golpe, y le sonrio en agradecimiento.

El ignoro ese gesto y una vez se aseguro de que la chica no caeria, la solto desinteresadamente.

— ¿Ahora podrian explicarme que intentaban hacer? —y su mirada inconsientemente se poso en su ropas sucias, negando con desaprobación al verlos— No puedo creer que ensuciaran sus prendas, ¡les dije que no jugaran descuidadamente!

Ambos bajaron la cabeza un tanto cohibidos y Emma fruncio el ceño, el estaba siendo un poco duro con ellos.

— Lo lamentamos hermano, Emma se ofrecio a ayudarnos a quitar las manchas, no debes preocuparte por ello

La mirada frigida del Bridgerton se dirigio rapidamente hacia ella.

— Supongo que usted es Emma —lo dijo mas como una afirmacion que como una pregunta, pero de igual forma la recien nombrada asintio educadamente—

—Lamento haber importunado a sus hermanos señor Bridgerton.. —comenzo, mas el no la dejo terminar-

—Vizconde, Vizconde Anthony Bridgerton —corrigio de mala forma y la rubia lo miro incredula ante su falta de cortesia—

— Vizconde Bridgerton —replico con sarcasmo escondido— no tiene que preocuparse por su ropa, esas manchas no son la gran cosa, nuestra lavandera las exterminara rapidamente

—No tiene que ocuparse de ello —respondio un tanto irritado— estoy seguro de que nuestras criadas se encargaran de forma rapida de lavar ambas vestimentas, no requerimos de sus servicios en lo absoluto.

—Disculpe si herí su orgullo al ofrecer mi ayuda; simplemente intentaba ser amable—replicó con molestia—

— No requerimos de su amabilidad, señorita, y le agradecería que mantuviera distancia de mis hermanos, ya que su comportamiento podría resultar perjudicial para ambos —expresó, tomando a sus hermanos por los brazos para llevarlos de vuelta al interior. Estos evitaron quejarse y observaron a la joven con una expresión de silenciosas disculpas y miradas arrepentidas —

— ¡Que tenga una bonita tarde Vizconde Bridgerton! —mencionó elevando el tono con un toque de sarcasmo, asegurándose de que fuera escuchada a pesar de la distancia que los separaba—

No habia compartido mas que una efímera conversación con el vizconde pero esperaba no tener que cruzar nunca mas una palabra con el por el resto de su estadia en Londres.