03// "Unidad"

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El Doctor Kim y los demás enfermeros habían tranquilizado a al paciente 2414 para evitar que agrediera a más personas, algunos enfermeros resultaron heridos de gravedad, sin embargo, el joven de cabello azul había sido sedado llevándolo hacía su habitación.

—¡Muchas gracias!... realmente han hecho un gran trabajo— Habló con ánimos el doctor hacia los enfermeros.
Los seis que ayudaron a calmar a V tenían uno que otros rasguños y mordeduras, de igual forma asintieron para después salir de ahí. Namjoon suspiro intranquilo al ver que no existía un progreso en su paciente Kim Taehyung.

No sabía cómo presentarle a Yoongi sin que este causará alguna molestia o irritación en Taehyung, tampoco sabía si despertaría como V o simplemente como Vante hasta pensaba que en estos momentos Tata sería el indicado.

—Descanse Doctor Kim— Dijo la enfermera al ver a su jefe de pie junto a la cama de Taehyung.

El paliazul fue sedado y le habían puesto la camisa de fuerza para prevenir cualquier ataque.

—Vamos señorita Lee... Ayúdeme a quitarle esa camisa— Ante el pedido la enfermera dudo y se quedó en silencio unos segundos.

—Pe-pero Doctor es el paciente 2414— Respondió algo temerosa hasta que sintió la mano del Doctor en el hombro logrando tranquilizarla.

—Él ha sufrido mucho no es su culpa el haberse convertido en lo que es ahora... por eso debemos ayudarlo— Esa voz tan suave y fresca como el viento llenó de calma a toda la habitación.

La señorita Lee simplemente sonrió sin mostrar los dientes y fue hacia el paciente para quitarle la camisa de fuerza con ayuda del psiquiatra Kim Namjoon.

Ellos sabían que su paciente despertaría en dos horas así que salieron del lugar.

—Buenas noches, Doctor Kim— Se despidió alegre la enfermera.

A pasos lentos y con muchos pensamientos en su cabeza Kim Namjoon ingreso a su oficina la cual resultaba ser su habitación pues pasaba la noche ahí desde la muerte de su novio y exigiéndose cada día buscar la manera de aliviar el dolor mental de sus pacientes.

—Me haces mucha falta— Expresó con mucha nostalgia hacía la foto de su novio fallecido.

— Kim Seokjin espero tener la suerte de encontrarnos en otra vida — Habló completamente triste y con el nudo en su garganta tan amargo.

No podía culpar a Kim Taehyung por haberlo matado, Namjoon sabía que ese joven solo fue desafortunado al igual que él solo con la única diferencia de que alguien lo ayudó a no caer en el abismo. El doctor sonrió ampliamente como si una luz divina lo hubiera encontrado, sabía que tenía mucha suerte, era alguien afortunado pues tuvo a su madre cuando más lo necesitaba, ella lo salvo, lo cuidó y derrotó con al demonio que estaba a punto de acabar con el pequeño Kim Namjoon.

De tanto pensar el doctor se quedó dormido en su escritorio no sin antes dar la orden de que el paciente Min Yoongi sea trasladado junto a su nuevo compañero de habitación.

El día siguiente fue todo un caos, se lograba sentir un ambiente lleno de dolor con destellos de alegría, horas antes el paciente Min Yoongi estaba siendo llevado a su nueva habitación.

—¿Por qué iré a la sección D? — Preguntó confundido Yoongi hacía el enfermero.

Ambos caminaban tranquilos por los pasillos, el pálido colaboró sin resistirse, sin embargo, exigía una explicación.

—Mi condición no ha empeorado ni siquiera saben que tengo.... no entiendo ¿Por qué me llevan a la sección D? — Yoongi hablo dejando en claro que merecía una respuesta pues su voz fue más firme que antes.

Un suspiro por parte del enfermero lo dijo todo, pero pudo articular una simple oración.

—El doctor Kim lo ordenó— La expresión en el rostro de Yoongi fue indescifrable, ya que solo significaba una cosa.

¿Había empeorado? Se preguntó a sí mismo, en tan solo dos días había llegado a la demencia y psicosis.

¿Quizá esto no es real? Seguía preguntándose ya que la sección D se encuentran los pacientes con cadena perpetua mental y física en aquel lugar, pero Yoongi no se alteró y siguió caminando.

—Esta es tu habitación, a las siete es la cena y a las ocho vas al salón por tu medicina — El enfermero informó lo demás y se alejó.

El pálido se quedó frente a esa puerta de metal que llevaba grabando el número 2414 en alguna especie de lápida, con una corriente eléctrica recorriéndole la espina dorsal, finalmente llevó la mano en dirección del picaporte de esa puerta.

Las manos y pies le sudaban por encima de la ropa, incluso su garganta se llenó de una pesadez amarga, cerro los ojos con fuerza no entendía por qué su cuerpo había reaccionado así si ni siquiera había visto un fantasma a los ojos.

No dudo más y abrió con fuerza, con una fuerza que hizo que cayera hacia adentro dejándolo de rodillas, su mirada estaba en el piso sintiendo la presencia de alguien más al ver unos zapatos blancos.

Min Yoongi apretó los puños como autodefensa y miedo por esa inmensa sombra que lo rodeaba.

¡Levante y mírame! — Exigió demandante el peliazul.

Su voz fuerte hizo que se creará un eco y Min Yoongi simplemente obedeció.
Se puso de pie dejando el temor en una caja muy al fondo del mar y miró a los ojos a ese peliazul quien ahora era Vante.

El mayor quedó fascinado mirando cada detalle de ese joven, sonrió de lado casi al punto de lucir sofocante para Vante quien se asqueaba al saber que le había gustado a ese tipo, Yoongi sentía la responsabilidad de curar a ese peliazul muy dentro de él algo le decía que debía protegerlo así que sonrió aún más y extendió su mano con intenciones de acariciar su mejilla, pero eso nunca pasó.

¡No me toques!... Eres repulsivo — Gritó Vante con todas sus fuerzas hasta quedarse sin aire y sujetando fuertemente la muñeca de Yoongi.

El pálido no decía nada y parecía que el dolor físico lo le afectaba hasta el punto que no sentir cuando Vante lo empujó contra la pared haciendo que su espalda chocará y su cabeza también.

—¿Quién eres? — Preguntó aún más alto el de cabello azul, ya que muy dentro de él alguien le pedía que pare.
Kim Taehyung desde el abismo le decía que no lastimara a Min Yoongi, así como también V pedía a gritos salir para cortarle el cuello a ese decrépito y abrumador pálido.

A las tres personalidades Min Yoongi les causó solo asco y repulsión su presencia, sin embargo, a Min Yoongi no le importa morir ahora mismo su culpa lo abordaba, su culpa salió a relucir con acciones suicidas.

Ellos querían recordar, Kim Taehyung y Min Yoongi querían recordar para poder pedirse disculpas, pero ellos ya no eran los mismos.

El pequeño Yoongi quería disculparse con toda su alma a con el pequeño Taehyung.

—¿Quién carajos eres?... ¿Por qué este cobarde quiere salir? ... ¡Dime! — Volvió a gritar Vante, pero ahora llevando una mano al cuello de Yoongi.

Existía una delgada línea de transición para que V se apoderará del cuerpo de Taehyung y a este punto Yoongi se quedaba sin aire, su respiración cada vez era débil sin ganas de liberarse solo con esa sensación de arrepentimiento inundándole todo el cuerpo.

El ambiente era tenso, con una brisa inquietante y perturbadora, ninguna de las tres personalidades conocía a Min Yoongi, sin embargo, la cordura se apoderó de Vante dejando ese impulso y las ganas que tenía V en salir para realizar una masacre.

El paliazul lo dejó libre viendo como ese pálido dio un gran respiro aún con la cara completamente roja por el intento de asfixia.

Actualmente Yoongi se había perdido.

—Eres lo más hermoso que he visto en toda mi miserable vida— Habló el pálido muy sincero y con mucha admiración hacia Vante.

Físicamente era una persona a la cual se le considera atractivo, con una nariz muy perfilada, ojos grandes y llamativamente azules, labios rojos con una piel muy lisa.

—Déjame cuidarte por favor—Dijo casi en un ruego muy doloroso lleno de una inmensa culpa.

A Vante esas palabras le causaron asco y le dio ganas de vomitar al escuchar el nombre de ese tipo, ese nombre que el cobarde de Kim Taehyung venía gritando desde el abismo.

—Mi nombre es Min Yoongi y jugaremos en la nieve todo el día—Se presentó alegre y muy eufórico al saber que tenía un amigo de nuevo sin saber que se trataba del mismo pequeño de ojos y cabellos azules.

Ese nombre había sido la clave para desmoronar a una persona y crear un caos interno.

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