Jungkook y Taehyung caminaban uno al lado del otro en dirección a la parada del autobús. Habían decidido que ese día al salir de clases irían a la sala de juegos que siempre frecuentaban.

Aunque claro, habían cosas que estaban confundiendo al mayor. ¿Por qué Taehyung caminaba con tanta lentitud? Parecía que el piso quemaba y su amigo solo podía soportar el ardor con la punta de sus dedos.

—¿Estás bien? —preguntó empezando a desesperarse. ¡No iban a llegar nunca a la parada!

—¿Qué? Claro que estoy bien, ¿Acaso no lo ves?

Taehyung lo miró interrogante y Jungkook solo dejó el tema hasta ahí. Su amigo era un cabeza dura, y no tenía muchas ganas de cuestionar su actuar.

Por otro lado, Taehyung intentaba con todas sus fuerzas mantener su nueva postura. Había fracasado al no poder llamar la atención de Jungkook con un dulce aroma, pero no se sentía derrotado. Rendirse es de débiles.

Además, existían muchas maneras de ser un Omega, y un olor no era relevante, ¡Hasta ellos mismos usan neutralizadores para ocultar su fragancia! Dado ese caso, podía probar un poco con su manera de ser. Los Omegas son criaturas algo débiles y muy delicadas, y aunque él mismo no se consideraba de aquella manera, sus dotes de actuación eran cruciales en este reto.

Porque vamos, ¿qué Alfa se resistiría ante un sumiso e inofensivo Omega? Exacto, ninguno, ni siquiera su queridísimo amigo.

—Ok, esto no está funcionando —resopló Jungkook, y sin darle chance a Taehyung para que preguntara a qué se refería, tomó de la mano a su amigo y comenzó a caminar más rápido.

—¡O-oye! ¡Suéltame!

—¡Debemos llegar a esa parada antes de que anochezca!

Esto no estaba en sus planes. ¡Un Alfa nunca tomaría a un Omega de esa manera!

—¡Me estás lastimando!

Jungkook lo miró sin creerle ni un poco y siguió caminando como si nada. —No te estoy lastimando ni un pelo. No seas mentiroso.

«Lee Jongsuk y Lee Minho; denme sus poderes actorales ahora mismo» rogó, cerrando sus ojos con fuerza, y tan pronto se concentró ya estaba soltando las primeras lágrimas para comenzar después un enorme llanto lastimero.

Jungkook se detuvo, mirando a Taehyung con sorpresa y culpabilidad. ¿Sí lo estaba lastimando? Ahora se sentía como un tremendo idiota por ignorar las quejas de su amigo. —Taehyungie, no llores, por favor.

El chico se sobó con fuerza la muñeca, —Dios, denme un puto Óscar— para lograr que esta se pusiera roja, y lo miró con un enorme puchero en los labios.

—Eres un tonto, te dije que me estabas lastimando —balbuceó ofendido, y se dio media vuelta. Ya de espaldas, rodó los ojos e hizo una mueca con los labios. Qué tonto se veía en aquella momentos, iugh.

Unos brazos rodearon su cintura, y sintió su corazón latir acelerado. Jungkook posó su barbilla en el hombro de Taehyung, y lo miró desde ese lugar. Tan cerca, a pocos centímetros de sus labios, pero tan lejano al mismo tiempo.

—Lo lamento, ¿Sí? Soy el peor mejor amigo del mundo.

Taehyung lo miró unos instantes, y sonrió de lado. —No lo eres —concedió, ignorando como sus ánimos bajaban al escuchar ese nombre. "Mejores amigos" eso eran.

Jungkook se separó de él, y secó sus lágrimas con suavidad, luego tomó su mano y besó el lugar de su muñeca que estaba más marcado. —Listo. Un beso lo cura todo. ¿Te sientes mejor?

El menor asintió lento, y fijó su vista en su muñeca, sintiendo su corazón cálido. Los besos lo curan todo, más si te llegan directo al alma.

💜

—¡Gané! —exclamó Taehyung alegre, mirando con burla a Jungkook.

—Ganaste porque el baile me aburrió. ¿Por qué escogiste uno de chicas? Siempre competimos con alguna de Big Bang.

Taehyung sonrió soberbio. —Estás siendo un mal perdedor. Y en todo caso, ¿Qué tiene de malo "Me gustas tú"? Esa canción tiene una letra muy bonita.

«Vamos, entiende la indirecta, ¡Me gustas tú!» pensó, pestañeando con inocencia.

—No es que sea mala... solo que prefiero algo más movido, más agresivo —dijo y sonrió de lado—. Pero lo hiciste bien. ¡Yo elijo el siguiente juego!

Taehyung miró a Jungkook ir hacia otro juego, y sintió la vena de su frente hincharse. Había bailado lo más dulce y bonito que pudo, incluso se atrevió a hacer aegyo para estar en sintonía con la canción, pero nada de eso llamó la atención del contrario.

Unos vitoreos llamaron su atención, y miró como una chica, —Omega, claro está— llamaba la atención de todos al bailar "What Is Love?". Apretó sus puños y se giró de ahí antes de armar una pataleta. —Malditos Omegas, todos tiernos y delicados... —masculló entre dientes enfadado—. Yo me veía más lindo.

Llegó hasta Jungkook, y miró el juego de encestar. Era su favorito, y siempre le ganaba al contrario. El juego era de dos en dos, y justo él y Jungkook eran los próximos en pasar luego de la pareja que lo estaba haciendo en aquel momento.

Era un Omega y un Alfa, y Taehyung miró curioso como el más bajito de ellos no tenía la fuerza suficiente ni para lanzar la pelota. Eso le pareció estúpido, y rodó los ojos al ver esa situación, más luego recordó de su nueva idea y miró con más precisión al Omega para poder analizar sus movimientos.

—¡Nini, no puedo con esto! —se quejó el chico, y abultó sus labios.

El contrario sonrió, se acercó y se posó detrás del bajito, colocando una de sus manos en la cadera del chico y la otra tomando un balón, ayudándolo a encestar. —¿Ves lo fácil que es, Soosie?

El tal "Soosie" sonrió en grande y se giró para poder darle un pequeño beso al tal "Nini", —un sobrenombre que, a opinión de Taehyung, le quedaba demasiado pequeño a ese moreno de un metro y algo.

¿Pero quién era él para juzgar?

—Es nuestro turno, Tae —avisó Jungkook, y Taehyung quitó la mirada de la bonita pareja que se iban tomados de la mano.

Asintió y se colocó en su lugar. El conteo empezó desde el tres y siguió en descendencia hasta el uno, dando inicio al juego. Jungkook tomaba las pelotas con rapidez y las lanzaba una a una hacia la cesta, logrando meter algunas y otras pegándolas contra el juego.

Taehyung tomó una pelota, y la lanzó sin muchas fuerzas hasta la malla, y de esa forma tiró unas cuatro más.

—¿Qué te sucede? ¿Por qué no juegas?

—Sí estoy jugando —respondió Taehyung, y volvió a lanzar otra pelota, fallando nuevamente—. ¿No lo ves?

Jungkook dejó de jugar y lo miró sin entender. —¿Pero por qué así? Lastima mi orgullo decir esto, pero eres el mejor jugando esto, ¡Hasta con los ojos cerrados!

El menor miró su tablero, y se avergonzó un poco al no tener ni un punto, cuando antes superaba su récord con facilidad.

—Es que aún me duele la muñeca, por eso no puedo jugar bien —se excusó y miró a Jungkook con súplica—. ¿Me ayudas a encestar?

—Estás loco, ¡Eres mi rival! No puedo ayudarte a jugar —negó varias veces y continuó jugando. Miró de reojo a Taehyung, quien tenía su mirada fija en el balón entre sus manos, y suspiró derrotado—. Está bien, lo haré.

Taehyung sonrió en grande, y se quedó al frente de la máquina. Estaba esperando a que Jungkook tomara su cintura como lo hizo aquel muchacho con su pareja y tomara sus manos para encestar. ¡Su corazón estaba muy emocionado por eso! Pero en vez de sentir las fuertes manos de Jungkook en sí, lo que sintió fue un empujón en su cadera, echándolo a un lado.

—Juega en mi lado, allá tienes ventaja en los puntos, yo empezaré de cero.

¿Y la calidez de Jungkook posado en su espalda? ¿Y sus manos sobre las suyas? ¿Una encestada y luego un tierno beso? ¿La boda, los hijos? ¿¡Dónde estaba su escena romántica!? ¿¡Por qué nada estaba saliendo bien!?

Con la vena en su frente a punto de reventar nuevamente, se colocó en el puesto contrario y comenzó a encestar cada una de las pelotas que tomaba, mirando fijamente a Jungkook y queriendo hacerle entender que era un imbécil por completo.

💜

—Me gustó este día, debemos salir nuevamente —dijo Taehyung al tiempo en que estiraba los brazos. Iban caminando uno al lado del otro de regreso a sus casas, y ya estaban a nada de llegar—. ¿Te gustaría jugar videojuegos?

—Otro día —respondió el mayor sin muchos ánimos.

Taehyung lo miró y tomó su brazo para que no siguiera caminando. —¿Te sientes mal? ¿Sucede algo?

—No es nada.

—Sí es algo, venga, dímelo.

Jungkook hizo una mueca con los labios, y metió sus manos dentro de sus bolsillos. —¿No te vas a molestar si te lo digo? —Taehyung negó y el contrario respiró hondo—. Hoy no ha sido muy... divertido, que digamos.

—¿Qué? Pero si bailamos y jugamos como siempre, ¿Por qué hoy no fue igual para ti?

—No ha sido igual porque tú no has sido igual —declaró, logrando que Taehyung enmudeciera—. Caminabas más lento de lo normal, me obligaste a bailar algo de chicas, en el juego de encestar no jugaste nada, y luego me llevaste a juegos absurdos como los de pescar un peluche o tiro al arco. Lo divertido de salir contigo es competir, sentir la adrenalina por ver quién es mejor que el otro, pero hoy solo sentía que debía protegerte porque todo te lastimaba o todo era muy "fuerte" para ti.

—¿Y qué si quiero ser protegido? ¡Soy tu mejor amigo! ¡Debes velar por mi!

—¡Pero tú no eres así, Taehyung! Eres fuerte, y no necesitas de nadie más que no seas tú mismo, y eso es algo que me gusta de ti, pero ahora no sé si tendré que vivir con el miedo constante de que algo te dañará.

Taehyung apretó su mandíbula con molestia. —No te preocupes por mi. Seguiré siendo yo quien resuelva mis asuntos, y nunca te molestaré para que seas mi apoyo.

—Tae, no me refería a eso.

—Nos vemos mañana.

Se dio media vuelta, y caminó el tramo que faltaba para llegar a su casa. Abrió la puerta y fue directamente a su cuarto, ignorando los llamados de su madre.

¿Qué acaso siempre debía ser igual? ¡Él también podía llegar a ser vulnerable! Pero no, eso para Jungkook constituía un fastidio, una preocupación constante.

—Si fuese un Omega no estaría cuestionando mi actuar, incluso estaría feliz de protegerme siempre —bufó molesto, y se lanzó en su cama para descansar—. Si fuese un Omega sí se habría divertido.

Sus labios temblaron levemente, pero no se permitió llorar. Bien, no era delicado, pero estaba decidido a probar todas sus opciones antes de rendirse.