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Taehyung tomó su mochila, y se calzó un par de zapatillas antes de salir de su casa. Últimamente las cosas no habían ido bien, y todo empezando por el hecho de que Jungkook lo había estado ignorando todos estos días desde lo sucedido aquella vez. Intentó una y otra vez hablar con él, pero el mayor pasaba de su persona, prefiriendo estar lejos.

Suspiró desganado, y bajó los pequeños escalones de la puerta de su casa para poder dirigirse al instituto, pero el sonido de la puerta de la casa de al lado siendo abierta llamó su atención, logrando que girara hacia ese lugar para mirar al responsable.

Miró a Jungkook con interés, sintiendo un cosquilleo en la boca por las ganas de querer hablarle, pero tenía miedo, miedo de que el contrario lo volviera a ignorar. Sin embargo, se armó de valor y abrió su boca para llamarlo. —¡Jungkook!

El recién nombrado lo miró, y alzó una ceja cuestionándolo, más Taehyung no dudó mucho en acercarse hasta él.

—¿Sucede algo? —preguntó el mayor sin muchos ánimos.

—Y-yo, mhm... —las palabras no salían de la boca de Taehyung. Quería decir tanto, pero no tenía las agallas para hacerlo—. ¿Cómo estás?

—Estoy bien —se encogió de hombros y bajó la mirada—. No ha sucedido nada.

Incómodo. Aquel momento era incómodo, y Taehyung se cuestionó cuándo las cosas entre Jungkook y él llegaron hasta esos extremos. No pudo evitar culparse, a él y a sus absurdas ideas, pero ya era tarde para arrepentirse de sus acciones.

—Me alegra mucho saber que estás bien, ya sabes... no hemos hablado últimamente.

El silencio se asentó entre ellos, volviendo la situación más incómoda. Taehyung iba a hablar de nuevo, para disculparse por lo que había pasado, pero sus palabras se vieron interrumpidas por el llamado de alguien más.

—¡Hey, Taehyung! ¡Jungkook!

—¿Bogum? —preguntó confundido el Beta, girándose en su lugar para mirar al recién llegado trotar hacia ellos con una brillante sonrisa plasmada en su rostro—. ¿Qué haces aquí?

—Me estoy quedando en casa de mi tía, y vive por aquí cerca, así que pensé en pasar por aquí e ir al instituto con ustedes. Tuve suerte de que no se hayan ido —sonrió a ambos, y fijó sus ojos en Taehyung—. Hoy luces bonito, cada día lo haces más.

Las mejillas del nombrado se calentaron, y se llevó un mechón de su cabello detrás de su oreja. —Uh, gracias, Bogum.

—Tengo cosas que hacer, y no puedo esperar por ustedes. Pueden seguir hablando, yo me adelantaré —avisó Jungkook, y Taehyung se giró a verlo, pero este ya había dado la vuelta, emprendiendo su camino hasta el instituto.

El semblante de Taehyung decayó notablemente, y mordió su labio con decepción. Otro día más sin resolver el problema con Jungkook.

—Sonará mal, pero estoy aliviado de que Jungkook se fuera —dijo Bogum, y Taehyung lo miró sin entender—. Últimamente estás muy triste, y me gustaría hablar a solas contigo. ¿Te parece bien perdernos la primera hora de clases? Dicen que soy bueno escuchando a los demás.

La bonita sonrisa en el rostro de Bogum logró que Taehyung aceptara.

💜

El vaso al frente de él se encontraba a la mitad, pero no quería mirar algo más que no fuese aquel objeto. Sentía mucha vergüenza, pero también se sentía aliviado de poder hablar de sus problemas con alguien más que no fuesen sus amigos.

No era que sus amigos no lo ayudarían, pero no tenía ganas de escuchar aquel "te lo dije" que de seguro con gusto le soltarían.

—Entonces... te gusta Jungkook —Taehyung asintió—. Y te comportas como un Omega para así llamar su atención —volvió a asentir—. Eso está muy mal.

—Lo sé —bufó, dejando caer su cabeza en la mesa de aquella cafetería a la cual lo había llevado Bogum—. Pero quería intentarlo, ¿Sabes? Quería llamar su atención, que solo tuviera ojos para mí... que me mirara como algo más que a su amigo de toda la vida —susurró al final, con tintes de tristeza en su voz.

Bogum movió el pequeño tenedor con el cual estaba probando su trozo de pastel, y rió bajito. —Ya lo hace, Taehyung.

—¿Uh? —la ceja de Taehyung se arqueó confundido.

—La atención de Jungkook siempre ha sido tuya, siempre ha tenido ojos solo para ti, incluso te ve más que un amigo de años, solo que no lo ves, no lo ven. Y es gracioso, porque todos lo notamos, pero no ustedes.

Taehyung tragó saliva, y su frente se arrugó sin querer hacerlo. No era cierto, Bogum mentía en aquel momento para hacerlo sentir bien, pero él sabía que eran puras falacias y no caería en ellas. Si eso fuese verdadero, Jungkook habría hecho algún tipo de movimiento para acercarse, romper la barrera de amigos, pero no, se mantuvo igual.

—No mientas, no a mí —susurró, y miró por la ventana de su costado—. ¿Crees que alguien a quien le guste me rechazaría? Porque eso fue lo que hizo Jungkook conmigo.

—Eso de verdad no lo entiendo, y creo que solo él te puede responder porqué hizo eso, pero lo que te dije es verdadero, Taehyung —Bogum se sentó derecho en su silla, y tomó la mano del menor por sobre la mesa para llamar su atención—. Jungkook es muy popular, Taehyung, siempre lo ha sido, y desde que se presentó como un Alfa lo es aún más. Además de que es el presidente del club de esgrima, forma parte del consejo estudiantil y ayuda a cualquiera que se lo pida. Es el chico perfecto a ojos de muchos, ¿Crees que no han habido Omegas que se han acercado a él para emparejarse?

Una ácida sensación de asentó en su pecho, y desvió la mirada con disgusto, pero Bogum tomó su barbilla para atraer su mirada nuevamente. »Demasiados, Tae. Los he visto, desde pequeñas cartas hasta declaraciones en personas, todas las he presenciado, pero también he presenciado su respuesta a cada una de ellas; "ya tengo a alguien".

—¿Q-qué?

—Para Jungkook no existe nadie más importante que tú. Daría su vida por ti, y estoy seguro de que rechaza a todas esas personas porque él ya te tiene a ti, incluso si no son más que amigos. Por eso te digo que no era necesario todos esos sacrificios, porque buscabas tener algo que siempre fue tuyo.

Taehyung sentía su cabeza doler, sin lograr entender toda la información que estaba recibiendo. ¿De verdad Jungkook...?

Su corazón latió acelerado de solo pensarlo, y una llamarada de ilusión lo atravesó por completo. Miró a Bogum, y respiró hondo. —¿Estás completamente seguro?

—Cien porciento seguro, bonito —le guiñó un ojo.

—Creí que te gustaba... —Taehyung rascó su nuca con timidez, y Bogum dejó ir una suave risa.

—Me gustas, Taehyung —confesó sin temor—. Y tenía la esperanza de lograr algo contigo, pero tu corazón es de alguien más, y no soy capaz de separar a dos almas gemelas, así que ve y aclara las cosas, porque ese Alfa es tuyo desde que se conocieron.

Taehyung sonrió sin mostrar los dientes, y afianzó el agarre de sus manos. —Eres un chico increíble, Bogum.

💜

—No lo consigo por ningún lado.

—Y a mí no me responde el teléfono —dijo Bogum, enseñando la pantalla de su móvil en donde se podía ver la llamada perdida.

Taehyung bufó frustrado, y se cruzó de brazos, intentando pensar en dónde podría encontrarse Jungkook. Luego de salir de la cafetería, ambos habían vuelto a sus clases normales, y ya al finalizar el día estaban en la búsqueda de Jungkook, ya que este no había aparecido ni a la hora del almuerzo.

—Yo también lo llamé, pero tampoco atiende —su tono de voz detonaba fastidio, y miró a todos lados a ver si encontraba al mayor.

—Uh, creo que lo encontré...

—¿Qué? ¿En dónde? ¿Dónde lo vis- oh...

A lo lejos de ellos, en las escaleras que daban hacia el tercer piso se encontraba Jungkook, apoyado en una pared y tomando la mano de una joven pelinegra, con una enorme sonrisa en el rostro y riendo de las cosas que la chica soltaba. Taehyung no tuvo que ser adivino para saber en qué categoría se encontraba ella, porque incluso a la lejanía podía oler su dulce y atrayente aroma a rosas.

Vestía un bonito vestido azul casual, de esos ceñidos levemente al cuerpo y que reafirmaba su delgada figura, y unos tenis blancos, dándole una apariencia juvenil y alegre. Su brillante cabello llegaba a su estrecha cintura, y estaba decorado con broches. Era preciosa, Taehyung tenía que admitirlo, ella era sumamente hermosa. Nunca la había visto en el instituto, y podía asegurarlo porque nunca podría olvidarla.

Lucía como un ángel, incluso lo deslumbró a él.

Vio en cámara lenta cómo ambos reían a enormes carcajadas, pensando en lo bien que sonaban juntas, y luego Jungkook tiró de su mano para atraerla en un afectuoso abrazo, siendo correspondido con la misma intensidad.

—Taehyung... —llamó Bogum en un susurro, preocupado por la forma en que el chico había quedado paralizado al ver la imagen—. Quizás se conozcan de antes, no debes pensar cosas que no son.

—Crecí al lado de Jungkook, conozco a todos lo que él conoce —murmuró y bajó la cabeza, luchando con el fuerte deseo de romper a llorar ahí mismo—. S-supongo que alguien por fin llamó su atención.

—Taehyung, espera u- ¡Hey!

Bogum intentó tomar del brazo al menor, pero este ya había escapado de su alcance, corriendo con rapidez para salir de ese lugar. Las lágrimas corrían por sus mejillas sin permiso alguno, y nublaban su vista a cada paso.

Pero debía irse de ahí, porque ver a Jungkook con alguien más solo rompía aún más su débil corazón.

—T-tonto, tonto —se recriminó a sí mismo, esquivando a las personas que se encontraba en el camino—. ¿Cómo un simple Beta iba a ganarle a un Omega? Mierda, soy un idiota.

Y se sentía aún más tonto por dejarse llenar de esperanzas por lo que le había dicho Bogum. ¡Él sabía que Jungkook no le hacía caso! ¡Pero fue un jodido imbécil que aún soñaba con algo imposible! Salió del instituto, e ignoró las miradas curiosas sobre él, tomando camino hacia su casa, su lugar seguro.

Caminó lo más rápido que podía, y cada cierto tiempo limpiaba sus ojos para poder ver bien, dejando ir sensibles sollozos que salían directamente de su lastimado corazón. Se abrazó a sí en busca de apoyo, y lloró aún más por sentirse tan solo y abandonado en aquel momento.

Sabía que en algún momento sucedería, que la atención de Jungkook fuese llamada por alguien que valiera la pena, y en sus narices se dio cuenta que aquella chica tan preciosa lo había logrado. Negó entre lágrimas, y pudo ver a su casa a lo lejos, así que apresuró el paso para poder llegar al fin.

Agradeció que sus padres lleguen tarde del trabajo, porque no quería dar explicación de un corazón roto. Así que una vez entró a su hogar, corrió escaleras arriba para entrar en su habitación. Dejándose caer en la cama y enterrando su rostro en las almohadas.

En este punto, en la soledad de su cuarto, su llanto se incrementó, y abrazó sus piernas quedando en posición fetal. ¿Acaso no lo había intentado lo suficiente? ¿Algo de lo que hizo no dio frutos? Porque él había dado todo de si, pero era insuficiente para lograr el amor de su amigo.

Amigo, amigo. ¿Podrían seguir siéndolo? ¿Podría dejar de lado su malestar y seguir como antes? Sabía que no, y eso lo hizo sentir aún peor.

Toques en la puerta de su casa lo alarmaron, pero se aferró más a sí mismo y los ignoró. No había nadie en esa casa, no quería ver a nadie. Los toques siguieron, y Taehyung los ignoró olímpicamente hasta que se dejaron de escuchar.

Sorbió su nariz, y secó sus ojos con el dorso del abrigo que usaba aquel día, pero de nada sirvió ya que volvió a lagrimear tristemente. —De aquí n-nadie me saca hasta dentro de dos semanas. Mi corazón murió, estoy de luto —susurró entre suaves sollozos, y estuvo a punto de reír por su tontería, pero le ganó el llanto.

El sonido en la ventana lo asustó, y se sentó correctamente para mirar el lugar, abriendo los ojos con sorpresa cuando miró a Jungkook entrar por ahí. Secó rápidamente sus lágrimas y lo miró sin entender, y sin poder decir nada por el shock momentáneo que tenía en aquel momento.

—Te vi correr y me asusté, ahora te veo llorando y estoy más preocupado —dijo Jungkook una vez estuvo dentro, y se acercó hasta la cama en donde aún se encontraba Taehyung—. ¿Sucedió algo? ¿Qué tienes?

El labio inferior de Taehyung tembló, y bajó la mirada. —E-estoy bien.

—Yo quería hablar contigo de algo importante, pero no puedo hacerlo si te encuentras así, Taehyungie...

Taehyung apretó sus labios, y abrazó sus piernas contra su pecho, mirando a Jungkook con una sonrisa rota. —Ya lo sé.

Sabía que Jungkook vendría a contarle sobre aquella chica, pero no quería escucharlo, no quería lastimarse más.

El rostro de Jungkook cambió por la sorpresa. —¿Lo sabes? —Taehyung asintió, y Jungkook hizo una mueca—. No pareces muy feliz al respecto... —susurró al final, sintiéndose desconcertado.

—Lo siento —se sintió realmente mal por no poder ser feliz al igual que Jungkook—. Lamento no sentirme feliz por ello. Me enteré hoy a penas y fue una noticia impactante. Yo... prometo que pronto estaré bien.

Los ojitos de Taehyung no dejaban de soltar pequeñas gotitas, y cubrió su rostro con ambas manos avergonzado. »S-soy un pésimo amigo, lo siento.

Los hombros de Jungkook cayeron, y dejó salir un suspiro desanimado. —Yo soy el que lo siente, Tae. Pensé que reaccionarías diferente, pero ahora me doy cuenta de que no es algo que te haya caído bien.

—¿Qué? Oh, por favor, no te sientas mal por mi —pidió Taehyung, sintiéndose terrible por causar aquella expresión en Jungkook. Estaba siendo el peor de los amigos del mundo—. Sabía que algo así podría pasar... solo que me tomó desprevenido igualmente.

Jungkook asintió levemente, y bajó la cabeza. —¿Cómo te enteraste?

—Lo vi yo mismo —hizo una mueca con los labios—. Tu manera de actuar... fue muy clara.

Ambos se sumergieron en un tenso silencio, cada uno ensimismado en sus pensamientos. El aura era sumamente triste, y se podía notar en sus rostros lo avergonzados y tristes que se sentían; uno por haber causado tanto dolor en el contrario, y el otro por no poder estar bien con la felicidad de su amigo.

—¿Seguiremos siendo amigos? No te quiero perder, Tae, no podría —murmuró Jungkook sin ver al contrario a los ojos.

Taehyung asintió, secando sus mojadas mejillas. —¿Podría tener un tiempo a solas? Quisiera poder canalizar toda esta nueva información.

—Sí, no te preocupes —dijo de inmediato—. Es lo menos que puedo hacer por ti.

Se quedaron en su sitio, sin ganas de separarse por el momento. No sabían cómo sería su relación a partir de aquel momento, así que querían aprovechar ese instante en el que podían estar juntos.

—Es bonita —murmuró Taehyung, llamando la atención de Jungkook—. La chica con la que sales, es bonita. La miré hoy.

El mayor lo miró confundido, y ladeó su cabeza sin entender. —¿La chica? —vio a Taehyung asentir—. ¿Hablas de la del vestido azul?

—Uh, sí. La miré de lejos, pero puedo asegurar que es bonita, no es necesario tenerla cerca para saberlo —se encogió de hombros.

—Oh, mierda... —jadeó Jungkook, y se levantó de la cama con las manos en sus cabellos—. Jodida mierda.

—¿Qué? ¿Por qué dices eso?

—¿Era de eso que estabas hablando? ¿De mi supuesta novia? —preguntó incrédulo.

—Sí —susurró Taehyung, cohibido por las acciones de Jungkook—. Te dije que los miré hoy, se veían bien juntos y se nota que te gusta.

Jungkook rió sin poder creerlo, y Taehyung ya había arrugado su frente con disgusto. ¿Acaso se estaba burlando de él?

—Era Jieun, Lee Jieun —dijo con diversión—. Mi prima, la conoces, la que jugaba con nosotros de pequeños.

Taehyung se levantó de la cama, parándose al frente de Jungkook. —¿Jieun? —el chico asintió frenético—. ¿La misma que comía mocos? ¿Que olía a mayonesa rancia? ¿¡Esa chica tan preciosa era la fea Lee Jieun!?

—¡Sí, Taehyung! Era Jieun —Jungkook rió con ganas—. La cambiaron de escuela a mitad de año y me buscó. ¡Tenía muchísimo tiempo sin verla! Créeme que yo tampoco la reconocí hasta que me enseñó la marca debajo de su barbilla de cuando se cayó mientras escapábamos de ella en el parque.

La cara de Taehyung detonaba incredulidad pura, logrando que Jungkook riera aún más por ello. Conoció a Jieun cuando todos tenían entre siete y ocho años, ya que la chica vivía cerca en ese entonces. Era un niña regordeta, con cara grasosa y olor extraño, —a mayonesa rancia— que le gustaba jugar de manera ruda.

A Taehyung y a Jungkook les caía bien, pero era algo encimosa por lo que la mayoría de veces terminaban huyendo de ella. Sin embargo, su familia se mudó de vecindario y no la volvieron a ver más, ni siquiera en reuniones familiares.

—Está tan cambiada —dijo sin poder creerlo—. Te juro que nunca se me pasó por la cabeza que podría ser tu prima.

Jungkook rió una última vez antes de dejar en su rostro una sonrisa simple. Taehyung lo miró curioso, más nunca espero que el mayor tomara su rostro para juntar sus frentes. »¿Q-qué haces?

—Pensé que estabas así de triste por saber de mis sentimientos, pero la verdad es que estabas así porque pensabas que estaba con alguien más.

Taehyung intentó alejarse, pero Jungkook apresó su cintura con su brazo izquierdo, mientras que el otro lo tenía en su nuca, evitando que sus frentes dejaran de estar juntas. —¿Sentimientos? ¿De qué hablas?

—Mis sentimientos hacia ti, Taehyung. Me gustas, pensé que te habías dado cuenta.

El menor abrió los ojos, y como pudo se alejó rápido de Jungkook, mirándolo incrédulo. —No mientas. ¿Crees que es divertido jugar conmigo? Sé que mientes, imbécil.

—¿Qué? No, Taehyung, estoy siendo sincero —respondió Jungkook—. Me gustas, siempre lo has hecho.

Taehyung rodó los ojos y esquivó cada uno de los acercamientos de Jungkook para con él.

—Crees que voy a caer tan fácil, pero no es así. ¡Rechazaste todos y cada uno de mis acercamientos hacia ti! ¡Y ahora piensas que te creeré!

Jungkook jadeó. —¿¡Todos tus cambios eran por mi!?

—Eres un imbécil... —masculló con enfado—. ¡Claro que eran por ti! ¿¡Por quién más serían!?

—¡Por otro Alfa! ¡Pensé que te gustaba alguien más! ¡Pensé que te gustaba Bogum! —sus respiraciones estaban aceleradas, y sus ojos estaban clavados en el contrario—. Pensé que te gustaba otro Alfa, y por eso cambiabas tanto. Incluso llegué a pensar que me utilizabas a mi para saber si tus métodos estaban funcionando —dijo más calmado, haciéndole entender su posición a Taehyung.

—Siempre fuiste tú, Jungkook —murmuró Tae.

El mayor suspiró, y se dejó caer en la cama, seguido de Taehyung quien tomó asiento a su lado. —Por eso estaba en contra de tus cambios, porque me molestaba verte cambiar por alguien más. Quería decirte que no necesitas un aroma dulce, porque tú ya eres dulce, y no sé cómo explicarlo, pero en ti hay cierto olor que puedo reconocer como tuyo, y me llena de emoción saber que solo yo puedo percibirlo por todo el tiempo que he estado a tu lado.

»Quería decirte que no es necesario que seas delicado, o que requieras protección, porque eres un chico fuerte que sabe luchar por sus cosas, y te admiro por eso, porque sé que podrás salir adelante en cualquier circunstancia, pero eres lo suficientemente sensible como para tener el corazón más noble, y me derrites con cada acción.

»Quería decirte que no era necesario cambiar tu forma de vestir, porque mientras usabas ropas anchas, y no sobresalías, podías estar seguro de que en una habitación llena de personas yo te vería solo a ti. Y moría de celos, ver como los demás se tomaban el atrevimiento de admirarte cuando antes no lo hicieron, como si el antiguo Taehyung no fuese la criatura más preciosa del mundo. Sin embargo te gustó vestir de esa forma, y ahora tengo que tragarme las ganas de cubrirte entero para que nadie te vea demás. Por eso te colocaba mi chaqueta, para taparte de sus miradas.

»Quería decirte que eres precioso sin maquillaje, y que no necesitas de cosméticos, pero si a ti te gustan entonces lo aceptaré, por eso te compré aquellos productos, para poder admirarte de cerca, porque sí, Taehyung, con maquillaje luces como un ser irreal.

Las lágrimas corrían por las mejillas del menor, y Jungkook las secó con suavidad. »Aquel día que te fuiste con Bogum, me sentí tan enfadado y celoso de ver cómo alguien más te tenía. Luego me sentí terrible y vine a verte en la noche, ya que no podía dormir de pensar que otra persona te robaría de mi lado, pero tú lo habías dicho, solo éramos almas gemelas, casi hermanos, y sufrí un poco más, pero soy tan posesivo y celoso que no dudé mucho en llenarte con mi aroma. Ese día te marqué como mío y te pido disculpas por eso, ya que lo hice sin tu consentimiento.

»Luego ese día, Dios, Taehyung. ¿Sabes lo mucho que me provocaste? Tuve que luchar con mi lobo para no atacarte en ese mismo instante. Fui fuerte y no caí ante ti, porque no me iba a perdonar nunca el tocarte sin que supieras de mis sentimientos hacia ti. Por eso escapé, y subí a tu habitación para intentar calmarme, pero entonces vi que solo estabas imitando a un Omega en celo y me sentí triste, frustrado, porque nuevamente estabas actuando como alguien que no eres tú. Y me pregunté cuán importante era ese Alfa para que tú hicieras tal cosa.

—Ese Alfa eras tú, tonto —sollozó Taehyung.

Jungkook negó, besando la roja nariz del menor. —Yo nunca te pedí que cambiaras, bonito, porque tú me gustas tal cual como eres. Por eso hoy, cuando te vi cerca de Bogum me sentí celoso, y me fui de ahí para no verlos, pero hablé con Jieun, y me dijo que dejara de ser un cobarde idiota y afrontara lo que sentía por ti desde niños, porque si me tardaba más podían llevarte de mi lado.

—Pero eres un Alfa, tú necesitas un Omega a tu lado, por eso intent-

—¿Y qué hay de lo que yo quiero? —interrumpió—. Porque yo quiero a mi lado a Kim Taehyung, el Beta que se ha robado mi corazón y que ha logrado que mi lobo no sienta ni el mínimo interés por un Omega.

Taehyung se aferró a Jungkook en un abrazo, y sollozó más. —S-soy un idiota.

—Ambos lo somos —sonrió y se separó de Taehyung, tomando su rostro con ambas manos—. Me gustas muchísimo, y no hay nada de ti que a mi lobo no lo vuelva loco. Aúlla por ti, y estaría dispuesto a pelear si se atreven a robarte de mi lado. Eres suyo, justo ahora lo está diciendo —dejó escapar una risa avergonzada—. Espero que no te moleste tener un Alfa tonto y posesivo perdidamente enamorado de ti.

—Solo si a ti no te molesta tener a un Beta tonto que pensaba que siendo Omega iba a llamar tu atención perdidamente enamorado de ti.

Ambos sonrieron, y de manera suave unieron sus labios en un delicado beso con sabor a gloria que logró aliviar sus sensibles corazones y los hizo latir con fuerza a un mismo son. Sus labios se movían con inexperiencia, compartiendo el primer beso de ambos, pero esto les importó poco, puesto que aquel beso era perfecto, y lo recordarían con muchísimo aprecio.

Se separaron a duras penas, y sonrieron cómplices. —¿Es demasiado pronto para decir te amo?

Taehyung rió por la expresión de cachorrito de Jungkook, y dejó un corto beso en sus labios. —Te amo, Alfa tonto.

—Créeme, yo también lo hago, Beta de mi corazón.

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