Once

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

- ¿No tienes amigos ángeles?

Su dura mirada me dió la respuesta.
No creo que siquiera tenga amigos.

- ¿Conocido? - negó - ¿Alguien que te hayas cruzado alguna vez?

- No. - gruñó - Los encuentros entre ángeles y demonios nunca son bonitos.

Bien, no sabremos dónde ir por este tipo tan asocial.

- Entonces tendremos que esperar a que mis ojos cambien de color. - suspiré y me dejé caer en el suelo.

Duke vino corriendo hacia nosotros y ladró emocionado lamiendo mi mejilla.
Le acaricié suavemente y sonreí.

- ¿Qué día es hoy? - pregunté alarmada y me levanté de repente.

- Domingo. - Corbyn frunció el ceño - ¿Qué pasa con eso?

- Oh mierda. Vamos. - corrí fuera de la casa con la rapidez.

- ¿Qué hora es? - cuestioné en cuanto Corbyn se colocó a mí lado aún confuso.

Duke se sentó a mis pies.

- Las doce en punto.

Mierda, mierda, mierda. Debo darme prisa.

Saqué el papel de mi bota (dónde lo había guardado por si acaso) y lo desdoblé lo más rápido que pude.
Cogí aire cerrando mis ojos y cuando los volví a abrir dije:

- Daniel Seavey.

Miré a mi alrededor para comprobar si algo pasaba.
Nada.

- Daniel Seavey, Daniel Seavey, Daniel Seavey. - repetí apresurada.

- ¿Qué mierda estás...? - el rubio se calló por un momento mirando el suelo - Oh Satanás...

Dirigí mis ojos donde reposaban los suyos y abrí la boca espantada.

Duke se retorcía en la tierra con espasmos que parecían dolorosos. Sollozaba y cada vez se hacía más grande.

- ¡Duke! - exclamé intentando acercarme para poder ayudarle.
Corbyn me detuvo apartándome.

- ¡¿Qué haces?! - exclamé removiéndome agitada - ¡Tengo que ayudarle!

- No necesita ayuda. - susurró sin despegar la mirada de mí pobre perro - Solo espera un poco.

- ¡Tú solo quieres que muera! - sollocé pegándole para que me librara de su agarre.

Él no se inmutó y se limitó a observar el terrible espectáculo.

Seguí llorando rendida a luchar y me mordí el labio mirando a Duke.

Poco a poco el pelo se iba retirando de su piel y su forma cambiaba completamente.

¿Qué diablos está pasando?

Cerré los ojos y apoyé mi frente en el hombro de Corbyn. No podía aguantar más.

Tiempo más tarde el rubio me removió y alcé la cabeza.

Ahogué un grito y Corbyn me soltó.

Un chico se estaba irguiendo delante de nosotros con lentitud.
Duke había desaparecido, solo estaba él.

Era castaño* con ojos azules como el cielo. Observaba todo confuso y con las cejas juntas. Tenía finos rasgos, muy delicados y unos labios grandes y carnosos.
Era atractivo, pero estaba completamente desnudo.

Me tapé los ojos con un leve sonrojó en las mejillas.

- ¿Isis? - preguntó suavemente con una dulce voz.

Sentí un cosquilleo en la nuca, como si ya le conociera.

Dejé una rendija entre mis dedos solo para ver su cara.

- ¿Duke? - pregunté en un susurro.

Él asintió rápidamente e intentó acercarse, pero mi otra mano en alto le detuvo.

- ¿Cómo...? ¿Qué? ¿Eres humano?

- Es un ángel. - contestó Corbyn por él - Protector, para ser exactos. Puede cambiar de forma.

- Sí. - susurró... Duke de vuelta - Mi verdadero nombre es Daniel. Dios, antes de dejarte en la casa de la señora Marais, me mandó como tú cuidador, para que nunca estuvieras sola y te protegiera.

- Por eso no pude matarle. - comprendió ahora Corbyn.

Mi cuerpo temblaba de asombro. Duke era un ángel. Siempre había sido un ángel.
Y si lo pensaba bien, él me avisó de que un demonio merodeaba por mí casa.

- ¿Siempre fuiste consciente de todo lo que veías o hacías? - pregunté delicadamente.

El castaño volvió a asentir.

- ¡¿Me viste desnuda?! - me escandalicé recordando todas las veces que le dejé entrar mientras me duchaba o cambiaba.

- Emm... Yo no... No quise... Sí. - suspiró - Lo siento.

El rubio rió sonoramente mientras yo bajaba la mirada con una mueca confusa mientras mi mente analizaba todo.

- Puedo explicarte todo. - comentó Daniel preocupado.

Asentí soltando un suspiro.

- Pero antes... - me volví a sonrojar cuando mi mirada bajó de su cara - Tenemos que buscarte ropa.

(...)

- Los Ángeles protectores, protegen a sus humanos con su vida. - me miró directamente a los ojos con esa frase y pude ver un resplandor blanco en su mirada - Tienen dos formas; la de apariencia humana y la que Dios le otorga. Yo soy un perro, como ya sabes. - asentí removiéndome en el sofá para poder prestarle más atención.

Corbyn seguía de pie. Escuchando todo y con los brazos cruzados.
Había conseguido ropa para Daniel, el cual ahora llevaba un lindo jersey azul y unos pantalones cortos negros.
Se veía muy tierno.

- Nuestro dueño es la persona que Dios nos asigna, y también es la persona que puede controlar nuestras transformaciones. Por ello al decir mi nombre cambié de forma. Ese es el ritual de inicio, un domingo a media noche debes decir el nombre de tu ángel guardián. Las demás veces es más normal.

- Osea que si digo Duke te transformas. - dije rápido y esperé a que algo pasara.

Daniel sonrió divertido y negó con la cabeza.

- Debes desearlo de verdad.

- Vale. - suspiré cerrando los ojos y pensé en mi lindo perrito - Duke.

Al abrirlos allí estaba, sacando la lengua con la cabeza ladeada.
Acaricié su lomo con una sonrisa y él movió la cola feliz.

Corbyn rió y le miré confundida.

- ¿Sabes? Si le tocas así en su otra forma también moverá su cola.

Aparté la mano sonrojada y le miré mal.

- Daniel Seavey. - pedí con un hilo de voz.

Está vez no apareció desnudo, seguía con la misma ropa que le habíamos otorgado.

- Bien, ahora necesitas saber otras cosas. - se aclaró la garganta e ignoró lo anterior dicho por el rubio - En mi forma de perro me pueden ver los humanos pero no puedo tocar ángeles o demonios. En mi forma de ángel puedo relacionarme con ellos, pero con humanos no. ¿Entendiste?

Asentí.

Iba a viajar con dos chicos invisibles. Genial.

- Eh tú, perro. - le llamó Corbyn mostrándole el mapa y alcé una ceja ocultando una risa. - ¿Nos ayudas con esto?

Daniel asintió incorporándose.

Supongo que así empieza nuestra huida.

🐾🐾🐾

* Daniel es castaño en esta historia. Ahre.

ES UN PERRO. ES UN PERRO.

No saben lo gracioso que era leer los comentarios de: Amo a ese perro.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro