𝗦𝗜𝖷

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Felix abrazó su almohada y suspiró, para luego mirar por su ventana. Extrañaba a YoungHoon, como también a sus hyungs. Por alguna razón se sentía mal, entendía que sus hyungs querían cuidarlo con respecto a YoungHoon, pero él había sido el único que había estado junto a él antes y después que su celo llegara.

No se sentía mal con respecto a querer madurar y crecer de algún modo, pero en cierta parte ya comenzaba a extrañar a sus hyungs. Se levantó de su cama y salió de su habitación, caminando hacia la habitación de JeongIn. El mayor lo miró un poco confundido desde su escritorio, haciendo que el menor se acercara y apoyara su mejilla en el hombro del mayor. JeongIn sonrió, hace tiempo que el menor no se comportaba de esa forma tan tierna.

— ¿Qué sucede Lix? —Acarició la mejilla del híbrido, haciendo que el menor suspirará

— Lo extraño hyung —Murmuró, haciendo que JeongIn frunciendo el ceño

— Pero Lix, estoy aquí —Sonrió hacia el híbrido, el cual ahora tenía los ojos cerrados.

Felix asintió, y se alejó del mayor, para luego abrazarlo y que el mayor dejara que se sentara sobre sus piernas. JeongIn acarició la cabeza del menor y suspiró

— Dime Lix, ¿Qué sucede? —Felix comenzó a ronronear, haciendo que el mayor comenzara a preocuparse un poco por lo que quizás podría pasar con el menor.

Felix sonrió al sentir al mayor acariciarlo, quizás necesitaba eso. Le gustaba estar así con el mayor, extrañaba eso, pero la forma que había intentado crecer estaba jugando mucho con sus sentimientos y su culpabilidad. Quizás no debía sentirse así, pero no podía controlarlo.

— Lix, está todo bien, dime que te sucede —Felix negó con su cabeza, para luego comenzar a mover su colita y reír al hacer que esta pasara por sobre el rostro del mayor. El mayor también rió.

De algún modo a Felix le gustaba oír reír al mayor y a JeongIn le tranquilizaba oír al menor reír y saber que al menos por ese momento no se sentía tan mal porque sabía que había algo en el corazón de Felix que no lo dejaba tranquilo y lo sabía por la cantidad de veces que había desaparecido durante horas. JeongIn adoraba a Felix, pero le dolía que el menor no confiara lo suficiente en él como para contarle lo que le sucedía, o al menos lo que le dolía.

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