Niki movía sus pies con apuro mientras esperaba que la campana sonara para poder salir del salón e ir en busca de su bonito omega. Esa mañana había tenido una charla con su papá HyunJin y éste le había dicho que un buen regalo para un omega eran las flores, por lo que en cuanto llegó a su escuela tomó algunas que había encontrado y las había guardado para que no se marchitaran.

En cuanto la campana sonó, el pequeño gran alfa salió corriendo de su salón con una amplia sonrisa.

SuNoo continuaba sentado en su pupitre esperando por el bonito alfa que siempre venía a buscarlo para ir al patio de recreo. El omega movía levemente su cabeza hacia los lados mientras jugaba con sus manos.

Niki logró llegar a la puerta de salón del omega —aunque casi se cae en el camino— y se detuvo con fuerza para adentrarse y sonreír al ver a SuNoo sentado en su lugar de siempre, quién en cuanto lo vio le sonrió.

— Hola Niki —Saludó el mayor mientras se levantaba de su lugar.

— Te traje algo —Soltó con rapidez.

— ¿En serio? ¿Para mí? —Preguntó mientras sus ojos brillaban por la sorpresa.

Niki sacó las flores que tenía en el bolsillo de su chaqueta y se las extendió al mayor, sonriendo. El omega tomó las flores y dió pequeños saltitos en su lugar, para luego abrazar al más alto.

— Son muy lindas —Habló SuNoo, para luego depositar un beso sobre la mejilla del alfa.