「01」 first day of bionic academy

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capítulo uno:
first day of bionic academy

▬▬ ❝ – Si te hace sentir mejor, eres mas tolerable de lo que dicen de ti. ❞ ▬▬

    

      

      ADAM, BREE, CHASE, Y LEO venían llegando en el famoso hidra túnel a la nueva Academia Biónica. Cuando las puertas del hidra túnel se abrieron, ellos fueron recibidos por Davenport.

— Bienvenidos a la Academia Biónica Davenport.

— Excelente.— Bree se bajó emocionada.

— Whoa, una ventana.— Adam señaló emocionado la enorme ventana.

— Vaya, el hidra túnel es asombroso.— le comentó Chase a Davenport—. Viajamos de tierra firme a la mitad del océano en 30 segundos.

— Si. Y mi almuerzo pasó de mi estómago al piso en menos de tres.— comentó Leo mientras se bajaba.

— Y ¿que les parece?

— Tiene hermosa vista, mucho espacio. ¿Vamos a vivir en el sótano otra vez?— preguntó Bree a Davenport.

— No.— rió como si eso fuera absurdo—. Aquí se llama bajo el nivel del mar. Por cierto, el hidra túnel los llevará a toda la isla a cualquier hora. Éste, es uno de los salones principales, y esta...— caminaron a otra área— ...es el salón de entrenamiento, donde los chicos podrán entrenar sus destrezas y volverse héroes biónicos.

— No pudo lograr que Chase lo fuera, ¿ellos que pueden esperar?— Adam puso su mano en el hombro de Chase.

— Chicos, hablo enserio. Tienen un papel importante como maestros.

— Descuida, super D, será sencillo. Y exactamente, que enseñaré yo?— preguntó Leo acercándose a Davenport.

— Nada. Tú eres estudiante.

— ¿Perdón?— no hace falta decir que la respuesta lo indignó bastante—. Pero ¿porque? Me diste un traje de misión, y me dijiste que era parte del equipo.

— Si, él dice muchas cosas. Por cierto, sigo esperando mi fiesta de dulces dieciséis.— le dijo Bree a Davenport.

Bree se fue de la sala seguida de Chase.
Adam se quedó con Leo y Davenport.

— Leo, eres parte del equipo. Pero tienes un brazo biónico apenas hace seis meses. Aun tienes mucho que aprender.— explicó Davenport.

— Muy bien, es la última vez que salvo tu vida.— se cruzó de brazos—. Porfavor, super D, estoy listo. Díselo, Adam.— se volteó a ver al mencionado.

— Leo, ¿no escuchaste? Ahora soy maestro. Dime señor Adam.

    

   

— Oye, ¿que es el día de orientación?— le preguntó S-3 a Adam.

— Oh, una forma elegante de decir que el señor Davenport va a hablar mucho.

— Ya te oí.— Davenport apareció—. Y así es. Hola, Leo.— se acercó a saludar.

— No me digas “Hola, Leo”. Parezco una abeja biónica.— se quejó por su uniforme.

— Oye, ¿y que significan los diferentes colores?— preguntó Bree.

— El señor Davenport y yo evaluamos los poderes de cada chico y el color representa su nivel de dominio. Verás, rojo para experto hasta el amarillo para principiante.— explicó Chase mostrando una tableta.

— ¿Soy principiante?— preguntó Leo indignado.

— Descuida, también yo.— un niño se acercó a ellos.

Leo se volteó a ver, pero al no ver a nadie bajó su mirada encontrándose con el pequeño niño, quién alzó su mano saludando.

— ¿Estoy en el mismo nivel que él?— señaló al niño. Davenport hizo un sonido de afirmación—. Es enano.

— Soy un niño, ¿cual es tu excusa?— se alejó de ellos.

Leo lo señaló indignado para luego irse de la misma manera. Luego, un niño algo robustito se acercó a Bree, Chase, y Davenport.

— Oh, ¿que onda, guapa?— el niño se dirigió a Bree.

— ¿Que necesitas?

— Si, eh, tengo un problemita con mi uniforme. ¿Como decirlo? Necesito un poco mas de espacio en el área de carga.— señaló su... trasero.

— ¿Estás seguro de eso? Porque andar ajustado es lo de hoy.— hizo un mini baile extraño que causó que se le rompiera el pantalón—. ¿Saben que? Mejor iniciamos.— se cubrió la parte de atrás.

Minutos después...

Todos los alumnos estaban reunidos en el área de entrenamiento, dónde Davenport daría los respectivos anuncios.

— Hola, y bienvenidos a la primera Academia Biónica Davenport del mundo.

Todos aplaudieron.

— ¿Cuando podré asfixiar a alguien?— preguntó el mismo niño que se había burlado de Leo.

— Oye, aquí no asfixiamos, super ratón.— contestó Leo.

— Leo tiene razón. Ya no son soldados, son estudiantes. Si, se que ha sido difícil, y que algunos aun se ajustan al mundo exterior, pero los vamos a ayudar. Miren--...

— Se los dije.— le dijo Adam a S-3 y S-2 mientras Davenport seguía hablando.

— ...Estas instalaciones son para que entrenen sus poderes en un espacio seguro y se desarrollen como los héroes que ven junto a mi.— señaló al trío Davenport—. Pero primero lo primero. Nos desharemos de los números de soldados y les daremos nombres que sean cool. S-12, ahora serás Donald Junior. Tú eres Donald III, Donna, Donaldella, Donaldina...— fue señalando a los soldados de uno a uno mientras los “nombraba”.

— Aguarde, ¿Enserio piensa nombrarnos a todos con variantes de su nombre?— preguntó incrédula la peli negra, que estaba al lado de S-3.

— Si, yo no quiero ser un Donald. Ya me puse un nombre. Espiral.— comentó el niño orgulloso.

— Ese no es un nombre. ¿Porque quieres que te llamen Espiral?

— Porque puedo hacer esto.— dijo para luego dar vueltas como un trompo a una increíble velocidad.

— Excelente, serás Espiral.— aceptó impresionado—. Ni siquiera sabía que podías hacer eso. Sabes, olvida el amarillo, ya pasaste al verde.

— ¡Si!

— Oh, porfavor. Solo giró.— se quejó Leo.

— Señor Davenport, quisiera cambiar mi nombre de S-3 a Sebastian.

— ¿Enserio? Porque siempre te vi cara de Julio.

Le peli negra alzó una ceja ante el comentario de Davenport.

— Como te vas a llamar, S-2?— preguntó Sebastián mirando a su hermana.

— Si soy sincera, no lo se. Solo sé que quiero un nombre que no sea muy común... No, no pienso llevar una variante de Donald.— la peli negra interrumpió a Davenport al ver que le iba a sugerir otra variante de su nombre.

— ¿Nombres poco común?— preguntó Chase—. Pues están Aisha, Emelda, Evie, Ashina, Geshi, Yamila, Daira, Viena, Maryury-

— Espera- cual fue el último?

— Maryury.

— No, antes de ese.

— ¿Viena?— cuestionó confundido.

— Si, ese me gusta.

— Te queda bien.— comentó Sebastián.

— Viena será.

   

   

— Porfavor, Super D.

— Leo, no estás listo para ser maestro, así que no te quejes y empieza a conocer a tus compañeros.

— No tengo que. Todos se llaman Donald.— Davenport se volteó a ver a Leo—. Ademas, no encajo en ningún grupo. Ya todos formaron sus grupos. Mira. Adam enseña a los hermanos biónicos.

Leo los señaló, y ambos se voltearon a ver a Adam y sus alumnos golpeándose los hombros de forma juguetona mientras reían. Hasta que empezaron a pelearse y Adam trataba de detenerlos.

»— Bree es la lider de las chicas alfas.

Se voltearon a ver a Bree, quién dio una patada algo violenta a uno de los muñecos de entrenamiento, rompiendo la cabeza del muñeco.

— Pueden usarlo para repeler un ataque.— indicó Bree— ...O para vengarte de un chico que arruine tu graduación. No es que sea amarga.

— Y Chase...— fueron a donde Chase estaba enseñando— ...Sigue siendo Chase.

— ¿Que consigues cuando mezclas un chiste con una pregunta retórica?

Todos los alumnos se rieron al entender a Chase.

— Los demás se están escondiendo porque temen que les hables otra vez.

— Pues entonces hay que encontrarlos y hablarles.— Davenport abrazó a Leo por los hombros y se lo llevó.

— Como su maestro, yo programaré las actividades de hoy con la hora militar. Si pueden dirigir su atención al pizarrón virtual.— encendió una pantalla, mostrando los horarios que él había organizado. Un chico alzó su mano—. Donald III, las preguntas son hasta las 1100 horas.— el chico bajó su mano.

— Chase, es el primer día.— habló Viena.

— Si, no seas tan exigente.— añadió Sebastián.

— Yo no soy exigente con ellos. Si te hubieras molestado en ver el bloque magenta, habrías visto que programe 6 minutos y medio de esparcimiento... Travesuras, incluso.

— ¿6 minutos y medio para eso? ¿Que sigue? ¿Pausas cronometradas de dos minutos para ir al baño?— preguntó la peli negra con algo de sarcasmo.

Sebastián se acercó al pizarrón digital.

— Oh, okay, ahí está. Creo que no lo vi porque no tengo visión microscópica.

— Ja! Yo si.— se señaló a sí mismo—. Soy yo.

— Mira, solo digo que si yo mandará--

— Si, pero tú no mandas. ¿Okay?— Chase lo interrumpió—. Estás en mi clase, así que porque no te sientas y prestas atención?

— Tengo una mejor idea. ¿Porque no tomamos esos seis minutos ahora?— desordenó el horario del pizarrón virtual.

— ¿Que estás haciendo? Tocaste mis bloques. Nadie toca mis bloques.— dijo alterado para luego acercarse a ordenar nuevamente su horario.

— Oops. Lo siento. Creo que se me resbaló, igual que ahora.— le volvió a desordenar al tablero.

— Sebastián.— lo llamó la peli negra acercándose a él—. Ya déjalo.— Chase sonrió creyendo que ella se iba a poner de su lado—. Es mi turno.— revolvió aun mas el tablero borrando la sonrisa de Chase—. Ahora si fue suficiente.— sonrió satisfecha.

Sebastián también sonrió con satisfacción por lo que hizo su hermana. Viena recién se había dado cuenta de que disfrutaba fastidiar a Chase.

— Con que si! Ambos acaban de ganarse una detención.

— Excelente. Ni siquiera sé que es.— respondió Sebastián.

La peli negra hizo una mueca, pues ella si sabía lo que era, pero igual no es que lamentara lo que hizo.

    

   

El niño gordito que antes se había acercado a Davenport sugiriendo que debía arreglar los pantalones, y que también le había querido coquetear a Bree, se había acercado a una de las enormes pesas del área de entrenamiento pero Adam lo detuvo.

— Whoa, whoah, oye, con cuidado. Podrías hacerte daño. Cada una pesa unos 50 kilos.

— Es probable que no lo sepas, pero tengo algo llamado super fuerza.— levantó la pesa casi sin esfuerzo—. Oh, si. Siente la fuerza.— bajó la pesa.

— Asombroso. ¿Que mas puedes hacer?

— Pues, soy el único niño en la escuela que puede hacer esto.— empezó a levitar.

— Whoa.— soltó emocionado. él volvió a descender—. Oye, ¿puedes volar?

— Técnicamente, se llama levitar. Mira hacia arriba, yo ya lo hice.

— Como sea, nos divertiremos juntos. ¿Como te llamas?

— Aun no tengo nombre. Se me ocurre Theodore.

— Nah, necesitas algo mas sofisticado y distinguido. Un nombre complejo para un hombre complejo. Voy a llamarte Bob.

— Me gusta.— ambos hicieron un saludo con sus puños—. Espera, ¿como se escribe eso?— Adam soltó una pequeña risa por la pregunta.

— Tu y yo nos vamos a llevar muy bien.

    

   

— Y las 1400 horas saltaremos por la ventana para que nos coman los tiburones...— explicó Sebastián.

— Aunque preferiría hacer sushi con ellos.— susurró Viena, sabiendo que podría rebanarlos si quisiera.

— ...Porque eso es mejor que escuchar a-. Oh, miren, ahí está. Ya llegó.— dijo al ver llegar a Chase.

— ¿Que creés que estás haciendo?— preguntó Chase algo molesto.

— Mira, solo trato de hacerlos reír antes de que tú los duermas.

— Yo no los pongo a dormir. Los motivo a pensar con los ojos cerrados.

— Ajá. Repítelo hasta que te lo creas.— respondió la peli negra viendo sus uñas con aburrimiento.

— Si. O es que acaso también los motivas a roncar?— añadió Sebastián con burla.

— Ya basta. Te mostraré quién es el jefe.— Chase lo miró con seriedad.

— ¿Enserio? ¿Tienes tiempo suficiente para eso?— preguntó con burla.

— Yo le haré espacio.

— Oigan. Basta.— Bree llegó a intervenir entre ellos—. No puedes pelear con él; ahora eres maestro.— reprendió a Chase. Él suspiró cortamente.

— Puso a mi grupo en mi contra.— se quejó Chase como niño pequeño.

— Sebastián.— Bree se acercó a él—. No te gusta como Chase dirige al grupo, pero es de él, y si no puedes respetarlo busca uno diferente.— él asintió resignado—. Oigan, cuando empecé a hablar como una mamá?— se alejó entre preocupada y confundida por la forma en la que les había reprendido.

— Es cierto. Estar los dos en el mismo grupo no va a funcionar.

— Porfin coincidimos en algo.— concordó Chase.

— Entonces, me llevo la mitad de tu grupo y hago uno mío. Vamos, chicos.— algunos se levantaron para ir con Sebastián.

— ¿Que? Oye, vuelve aquí. No puedes hacerlo.

— Ya lo hice.— gritó ya que estaba algo lejos—. Viena, ¿vienes?

— Yendo.— respondió alzando un poco su voz mientras se acercaba a Chase—. Si te hace sentir mejor, eres mas tolerable de lo que pareces.— palmeó su hombro y se fue a alcanzar al grupo de Sebastián.

Chase quedó desconcertado hasta que el mismo chico de antes volvió a alzar su mano para preguntar.

— Oye tú, acaso crees que ya son las 1100 horas?— preguntó tratando de mantener la cordura.

El chico solo bajó su mano resignado.

    

   

— Buen trabajo.— felicitó Davenport levantándose del suelo algo adolorido—. Talvez mañana puedan golpear el blanco en lugar de a mi.

Los alumnos se vieron entre sí para luego irse. Leo entró a la sala y se acercó a Davenport.

— Oye, Super D., mira mi nuevo truco. Lo llamo la curva biónica.

Leo lanzó una esfera de energía que pasó enfrente de Davenport y luego lo rodeó dando una vuelta.

— Es fantástica, Leo.

— Lo se. Algunos dirían que es una destreza que solo un maestro puede-

— No.— lo interrumpió Davenport sabiendo a donde quería llegar—. Pero si aprendiste todo eso en un día, imagina todo lo que aprenderás como estudiante.

— Oye, Super D.— Espiral llegó donde ellos—. ¿quieres ver que aprendí?

— Oye, no le digas “Super D” mi Super D.— le reclamó Leo mirando al pequeño.

Espiral ignoró a Leo y empezó a girar como trompo yendo de un lado a otro, hasta que se detuvo en medio de Leo y Davenport.

— Whoa! Eso si que fue increíble.— expresó emocionado—. Acabas de pasar a otro color.

— ¡Si!— ambos chocaron los cinco.

— ¿Porque? Solo pulió el piso.— reclamó Leo.

— Gracias, señor Davenport. Trabajé todo el día en eso.— dijo sonriendo.

El señor Davenport miró a Leo con algo de superioridad al mismo tiempo que señalaba a Espiral mientras se iba, una forma decirle que viera lo que podía lograr si se lo proponía.

— Deja de presumir.— se volteó a ver a Espiral—. Haces que me vea mal.

— No estoy presumiendo. Mi destreza es algo natural, igual que tu habilidad de quejarte.

— Me estás haciendo perder la paciencia.

— Si me disculpas, voy a ir por mi color nuevo. Ya sabes, el que no conseguiste.— informó con algo de burla.

Espiral se dio la vuelta para irse.
Leo solo soltó un grito de frustración y golpeó con fuerza el muro, haciendo que todo el lugar temblará.

— Ohoh.

Una fisura se abrió dónde Leo había golpeado, y empezó a salir agua de la fisura mientras Espiral lo miraba con la boca abierta.

»— Eso no es bueno.

Leo trató de acercarse a la fisura para poder bloquear el paso del agua.

— Leo, no debiste hacer eso.— le reclamó Espiral.

— Ya lo se que no debí hacer eso. Deja de decir lo obvio y ayúdame a cubrir esto.

Espiral miró a su alrededor y vio un barril; fue por el barril y se lo pasó a Leo para que cubriera la fisura. Leo puso el barril en la fisura para que el agua dejará de salpicar con ayuda de Espiral.

»— Cuando golpeé el muro rompí una tubería.

— ¿Quién dice lo obvio ahora?

— ¿Que pasó?— preguntó Davenport llegando—. El edificio se sacudió.

— Uhh- bueno...— Leo empezó a tartamudear—. Fue Espiral.— lo señaló.

— ¿Fui yo?— se molestó ante la falsa acusación.

— Ves? Confesó. Estaba girando por la habitación y se estrelló contra el muro. Debió romper la tubería. Por suerte yo estaba aquí para poder controlarlo.

— Leo, eso no es una tubería. Hay una viga estructural detrás del muro. Su fuerza debió cuartear todos los cimientos del edificio. Es agua de mar lo que sale de ahí.

— ¿Agua de mar? ¿Agua de mar debajo de nosotros? ¿Nos vamos a ahogar con agua?— preguntó Leo alterado.

— Si, es agua de mar.— respondió también alterado.

— Señor Davenport, trato de decir--

— Ahora no, Espiral.— lo interrumpió Davenport—. Hay que arreglar esto rápido, o la presión del agua se acumulará y sacará toda la isla de sus cimientos. Ustedes, busquen lo forma de arreglar esto. Yo voy a ver si hay mas daños.— se fue a revisar.

— No puedo creer que me culpaste a mi.

— Sentí pánico. Si le hubiera dicho que yo lo hice, creería que no estoy listo para ser maestro.

— Y que crees, es cierto.— empujó el barril hacia abajo haciendo que Leo lo soltará para luego irse.

   

   

— Wow, radical. Sabes surfear, amiguito.— dijo Adam emocionado mientras flotaba encima de Bob como si fuera una tabla de surf.

— Adam, bájate de él, no es una tabla de surf.— lo regañó Bree llegando con ellos.

— Ya lo se. Las tablas no eructan cada vez que das una vuelta.— se bajó—. Fue asombroso.— chocó los puños con Bob.

— Oye, Breezy.— se acercó a Bree con la intención de coquetearle—. Ya tengo nombre. ¿Cual dijiste?— le preguntó a Adam.

— Bob.

— Soy Bob. No te encanta?

— Si. Em, voy a amarlo por ahí.— se retiró incómoda.

— Oye, Bob, ¿ quieres ir afuera y ver si puedes deslizarte en el agua como tabla de surf?

— Si. Pero, y si no funciona?

— No importa, yo respiro bajo el agua.

— Si, pero yo no.

— Bueno, ese es tu problema.

    

   

— Y la fuga?— preguntó Davenport llegando nuevamente.

— ¿Fuga? ¿cual fuga? Ya no hay fuga. El muro quedó como nuevo.— señaló el muro. Donde antes estaba la fisura, ahora había bastante cinta adhesiva cubriéndola.

— Señor Davenport, ¿ puedo decirle algo?— preguntó Espiral llegando.

— Ahora no, Espiral. Hay que limpiar tu desastre. Y por cierto, te voy a degradar de nuevo a amarillo. O el que esté debajo del amarillo. Sería vainilla?— le preguntó a Leo, pero no lo dejó responder—. Serás vainilla.— señaló a Espiral.

— Pero no es justo. Ni siquiera fue mi culpa.— protestó.

— Ya no quiero oirte. Estaba muy orgulloso. Talvez eres muy joven para esto.— mencionó con algo de decepción para luego irse.

— Super D, espera.— lo detuvo Leo.

— ¿ Que?

Leo miró a Espiral quien tenía la mirada agachada, entonces suspiró.

— No fue su culpa. Yo lo hice.— confesó.

— ¿Tú?— preguntó entre confundido y decepcionado.

— Me sentí tan frustrado que golpeé el muro.

— No puedo creerlo, Leo. No solo te atreviste a dañar mi nueva academia, si no que me mentiste y traicionaste mi confianza.

En eso, todo el lugar tembló.

— ¿Qué fue eso?— preguntó Espiral.

— Eh, no lo se.

— Señor Davenport!— lo llamó Bree, y los tres fueron corriendo a dónde la escucharon—. Miré.— señaló la ventana.

De repente todos los alumnos estaban ahí mismo, averiguando que era lo que estaba pasando.

— Toda la isla se hunde.

— ¿Que? ¿Como?— preguntó Chase desconcertado.

— Si verás, Chase, cuando el agua sube--

— Si, ya se que es hundir.— interrumpió a Sebastián con molestia.

— Leo golpeó el muro y rompió los cimientos.— explicó Davenport.

— ¿Que? ¿Tu hiciste esto?— preguntó Bree sin creerlo.

— Yo nunca creí que esto pasaría.— se defendió molesto.

— ¿Y que creías que iba a pasar?— preguntó Viena algo molesta.

Pero esa pregunta hizo que todos empezaran a discutir al mismo tiempo, salvo por ella que se sobaba la cien con ambas manos tratando de mantener la calma.

— Oigan!— Espiral llamó su atención—.  Solo cometió un error. Todos cometemos errores. Bueno, no tan grandes como ese. Ese fue un gran--

— Okay, ya entendieron.— lo interrumpió Leo al ver que ya no lo estaba defendiendo tan bien.

— En lugar de gritarle, hay que repararlo.

— Tiene razón.— concordó Viena.

— Talvez podamos levantar la isla hasta sus cimientos.— sugirió Sebastián—. Bueno, después de todo, tenemos kinesis molecular.— dijo refiriéndose a él y a Viena.

— Igual yo, amigo. Formate.— respondió Chase.

— Servirá. Pero no será suficiente. La isla es muy pesada.

— Descuide, todo mi grupo tiene kinesis molecular.— todos asintieron ante lo dicho por Sebastián.

— El mío igual.— mencionó Chase—. Si no tienen, finjan.— le susurró a su grupo—. Podemos unir nuestras habilidades y crear una fuerza gigante que pueda levantar la Isla. Vamos. Síganme.— ordenó; el grupo de Chase lo siguió.

— Ah, no, eso no. Mi grupo elevará la Isla.— respondió Sebastián—. Síganme.— ordenó igual.

Sebastián y su grupo también se dirigieron a la sala central, excepto la peli negra que se quedó atrás.

— Okay, esto ya es ridículo.— se quejó por como peleaban Chase y Sebastián.

— Bienvenida a mi mundo.— le respondió Bree, haciendo referencia a todas las peleas que tuvo que aguantar entre Adam y Chase.

Apenas Bree dijo eso, Viena, Leo, Espiral, Davenport, y Bree también siguieron a ambos grupos hacia la sala central.

En la sala central, el grupo de Chase estaba de un lado usando su kinesis molecular, y del otro lado estaba el grupo de Sebastián haciendo lo mismo.

— Vamos, chicos, lo haremos.— alentó Chase a su grupo.

El grupo de Chase logró levantar la Isla, pero fue demasiado porque la isla había perdido el balance y se inclinó demasiado, haciendo que Bree, Espiral, Leo, Davenport y Viena perdieran el equilibrio y chocarán con la pared.

— Nosotros igual.— dijo Sebastián com esfuerzo.

Y luego, ellos fueron lo que levantaron demasiado la Isla, inclinándola hacia el otro lado, y ahora mandándo a los chicos al otro lado.

— ¡Sebastián!— gritó Viena.

— ¡Basta!— pidió Bree.

— ¡Ya tuve suficiente con su pelea!— volvió a gritar la peli negra.

— Si no trabajan juntos, se destruirá la academia.— exclamó Davenport sujetándose de las paredes.

— Casi estamos totalmente sumergidos.— informó Bree asustada al ver por la ventana como se hundían.

Viena se acercó como pudo y se posicionó en medio de ambos grupos.

— Escuchen, ya me canse de su pelea. Así que a menos que quieran que todos terminemos en el fondo del mar, tendrán que dejar de lado sus diferencias para trabajar juntos y dejar de crear un desbalance.

— Ella tiene razón. Si juntamos nuestros grupos podremos repartir la fuerza equitativamente y subir toda la isla a la vez.— mencionó Sebastián.

— Buena idea.— concordó Chase—. Todos formen un círculo.

El grupo de Chase dejó de usar su kinesis molecular para formar un circulo alrededor del centro de la sala.

— No se queden ahí parados, hagan lo que él dice.— ordenó Sebastián a su grupo; ellos hicieron caso.

— Está empezando a salir agua del hidra túnel.— informó Bree alarmada.

— Rápido.— los apresuró Davenport.

— Entonces, a mi cuenta.— indicó Chase—. Tres, dos, uno, ¡ahora!

Todos apuntaron al centro del lugar y empezaron a usar su kinesis molecular para levantar la isla.

— Ya sube.— informó Viena con una sonrisa.

La isla iba subiendo de a poco, hasta que finalmente se logró estabilizar.

— Si, lo hicieron. La isla volvió a sus cimientos.

— Lo logramos.— Viena se acercó emocionada a Sebastián para chocar los cinco.

— Bien hecho.— felicitó Sebastián a Chase.

— Si, igual tú.

— Oigan, que les parece? Todo terminó bien.— trató de safarse de un posible castigo—. Esto no va a terminar bien.— dijo al ver a Davenport negar con la cabeza.

— Estoy muy decepcionado de ti, Leo. Pero aceptaste tu responsabilidad, y no culpaste a Espiral. Hoy aprendiste una lección muy valiosa.— Davenport puso una mano en el hombro de Leo—. Para un estudiante.— le remarcó de forma divertida para luego irse.

— Oye.— se sentó a un lado de Espiral—. Gracias por defenderme. No tenías que hacerlo.

— Si, pues alguien tenía que hacerlo. Te equivocaste a lo grande. Bueno la verdad es que--

— Okay.— lo interrumpió nuevamente—. Así que, ¿amigos?— le extendió su mano para que la estrechara.

— Si.— ambos estrecharon sus manos—. Pero no creas que no presumire cada vez que pueda.

— Y no creas que no entrenare 24/7 para hacerte ver como el enano que eres.— Leo se cruzó de brazos.

— ¿Enano? Vas a girar hasta tierra firme.

— Uh, esas son piruetas.— se burló Leo bailando como bailarina.

— No son piruetas.— se quejó molesto.

— Acéptalo, eres una bailarina biónica.

— ¿Qué tal si bailo sobre tu cara?— ambos empezaron una persecución.

  

   

— Y espero que ésta experiencia les enseñé a los dos a no estar el uno contra el otro, sino a trabajar juntos.— Bree terminó se sermonear a Chase y Sebastián.

— ¿Me repites otra vez porque estoy yo aquí?— preguntó Viena sentada a un sillón al lado de Sebastián.

— Porque tu no hiciste nada al respecto, los dejaste seguir con su rivalidad.

La peli negra asintió entendiendo.

— Seamos sinceros, fastidiar a tu hermano es divertido, no te hagas la que no lo ha hecho.— comentó Viena ganándose una mirada de Chase y Bree.

— Ese no es el punto, ¿bien?— se puso detras de Chase—. Chase, hay algo que quieras decirle a Sebastián?

Chase suspiró.

— Podemos darle una tregua, siempre y cuando aprenda a respetar mi autoridad como maestro.— aceptó Chase.

— ¿Y Sebastián, Viena?— se dirigió a los mencionados.

Ambos se miraron para luego asentir.

— Aceptamos la tregua, pero solo si él deja de actuar como un dictador biónico.— respondió Sebastián.

— Solo hago eso porque sé lo que deben hacer y cuando deben hacerlo.— se defendió molesto.

Viena alzó una ceja en su dirección, y ahí Chase entendió sus propias palabras.

»— Okay, ya entendí.

— Y para aclarar, esto también va para ti, Viena, tendrás que respetar a Chase, lo que significa no sacarlo de quicio.

La peli negra bufo pero terminó aceptando.

— De acuerdo.

— Excelente. Les traeré unos bocadillos. Agh, ¿que está pasandome?— se preguntó al darse cuenta de que otra vez estaba actuando como una mamá—. No tardo en llevarlos al entrenamiento de football.— se fue espantada por su propia actitud.

— Es muy linda.— sonrió Sebastián. Viena le dio un leve golpe en su hombro.

— Oye, oye, es mi hermana.— se le activó su modo de hermano celoso.

— Lo se, lo se. ¿Puedes hablarle bien de mi?

— ¿Enserio?— lo miró incrédula.

— No hay tregua.— Chase se levantó para irse.

— Me enojaría porque rompiste la tregua, pero eso significa que podré seguir fastidiando a Chase.

Sebastián solo negó divertido ante lo dicho por su hermana.


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