【𝙲𝙰𝙿Í𝚃𝚄𝙻𝙾 𝟶𝟿】

𝐬á𝐛𝐚𝐝𝐨, 𝟐𝟕 𝐝𝐞 𝐞𝐧𝐞𝐫𝐨 𝐝𝐞 𝟐𝟎𝟐𝟒

𝓓afne

𝐄𝐋 𝐕𝐎𝐋𝐔𝐌𝐄𝐍 𝐄𝐍𝐒𝐎𝐑𝐃𝐄𝐂𝐄𝐃𝐎𝐑 𝐃𝐄 𝐋𝐀 𝐌Ú𝐒𝐈𝐂𝐀 𝐂𝐑𝐄𝐀𝐁𝐀 𝐔𝐍𝐀 𝐁𝐀𝐑𝐑𝐄𝐑𝐀 𝐄𝐍𝐓𝐑𝐄 𝐉𝐔𝐀𝐍𝐈 𝐘 𝐘𝐎, frustrando cualquier intento de comunicación. Sus labios se movían, pero las palabras se desvanecían en el caos sónico que nos rodeaba. Incluso intentó acercarse a mi oído para susurrarme algo, pero, aun así, las palabras se perdieron en la sinfonía estridente de la fiesta.

Juani, notando la futilidad de nuestro intento de charla, decidió tomar medidas. Con determinación, agarró mi mano y me condujo a través de la densa multitud, en busca de un refugio más tranquilo. Necesitábamos un lugar donde las palabras pudieran ser escuchadas sobre el rugir de la música, un rincón donde nuestras voces pudieran entrelazarse sin ser ahogadas por el ruido ensordecedor de la pista de baile. 

─ ¿Dafne? ─preguntó con un poco de inseguridad, casi queriéndose asegurarse de que yo era la chica con la que había estado interactuado. Asentí con una pequeña sonrisa─. Me parece re loco que nos hayamos conocido en Twitter y ahora estemos acá los dos, en esta fiesta. 

─ Sí, re loco ─respondí, dejando escapar una risa─, la vida da vueltas. 

Juani expresó su asombro ante la casualidad. Coincidencias como estas siempre me han parecido increíbles; situaciones únicas en las que el destino parece tomar el control y guiarnos hacia encuentros sorprendentes. 

Ambos seguimos hablando un poco más sobre nuestras vidas, compartiendo anécdotas y risas que aumentaban la conexión entre nosotros. Le expliqué que estábamos celebrando el cumpleaños de mi mejor amiga, quien cumplía 19 años. 

─ Ah, sí, la que me tiró que parezco un elfo malo ─recordó Juani, soltando una risa. 

─ Así es Melanie ─respondí entre risas─. No te lo tomes muy en serio, ella es igual o quizás más bromista que vos. 

─ ¿Más que yo? Eso es imposible ─soltó Juani. 

Nuestra conversación continuó fluyendo, casi parecía que nos conocíamos de toda la vida. La conexión que estaba surgiendo era algo especial. Juani demostraba tener un sentido del humor único; cada una de sus ocurrencias me hacía reír a carcajadas. Físicamente, Juani destacaba bastante. Su altura superaba la mía y sus ojos tan claros como el mar eran imposibles de ignorar. Su cabello, con un montón de rizos rebeldes, me hacían sentirme tentada a pasar mis dedos entre ellos. 

Poco después Juani y yo nos abrimos paso a través de la multitud. Sentía la energía de la música vibrar en el aire, mezclándose con las risas y los murmullos de la gente que disfrutaba de la fiesta. Cada paso me acercaba un poco más a la barra y, al mismo tiempo, sentía cómo la noche avanzaba rápidamente. 

La idea que me propuso Juani, la de tomar otra copa, me tentaba, pero también sabía que era necesario moderarme si no quería que la velada se volviera un borrón. Sabía que esta sería mi última copa si no quería acabar la noche en un estado lamentable. 

─ ¿Qué te parece si te muestro a mis amigos? ─propuso Juani. 

Inicialmente, me pareció algo emocionante. Sin embargo, una sensación de precaución se apoderó de mí. La idea de encontrarme sola en medio de un grupo desconocido en mi estado actual no era la mejor opción, tampoco quería hacer el ridículo. Por eso, decidí ir en búsqueda de Melanie. 

─ Espérame acá, vuelvo en unos minutitos ─le dije a Juani, dejándolo solo en la barra. 

Navegar entre la multitud era todo un desafío, pero la emoción y la curiosidad se mezclaban con cada paso que daba. Entre luces parpadeantes y la música vibrante, mi búsqueda avanzaba, esquivando hábilmente a quienes se movían al ritmo de la fiesta. 

Me llevó un tiempo ubicar a Melanie, Isadora y Emilia en medio de la animada multitud, pero su entusiasmo al verme fue evidente. Sus miradas escrutadoras reflejaban muchas preguntas que no pude evitar abordar, pues el tema de mis posibles "romances" esa noche seguía siendo un tema de interés entre ellas. 

─ ¿Con Juani? ¿Cómo quieren que pase algo entre nosotros si recién nos conocemos?

Melanie soltó una risa cómplice, seguida por un suspiro de Isadora. 

─ Ay, amiga... no pasa nada por eso ─me animó la rubia. 

Emilia, con su tono sereno y maternal, intentó tranquilizarme. 

─ Daf, aflojá un poco. ¿Qué tal si sigues disfrutando de la fiesta con Melanie? ─sugirió Emilia─. Pero cortala con las copas, no necesitás más para pasarla bien. 

Sonreí ante su intento de calmarme, consciente de que, como siempre, Emilia estaba desempañando el papel de la voz sensata del grupo. 

─ Y ya nos contarán cómo termina la noche ─dijo Isadora─. Son casi las cuatro y media de la mañana, no aguanto más. Mañana tenemos que hacer muchas cosas. 

Después de despedirme de Isadora y Emilia con un abrazo sincero, ambas prometieron avisarnos cuando llegaran a casa. Cuando me quedé a solas con Melanie, compartí emocionada la propuesta de Juani. 

─ ¿Te copás y venís conmigo? ─le pregunté. 

Melanie se lo pensó un poco, pero finalmente asintió. Ambas avanzamos entre la multitud con agilidad, tratando de no perdernos en el mar de personas que seguían bailando y disfrutando de la fiesta. 

Cuando llegamos donde estaba Juani, su sonrisa nos recibió con calidez.

─ Pasaron 17 minutos, ya pensaba que no volvías. Estaba a punto de tuitearlo ─comentó con un tono bromista, y puedo afirmar que su expresión relajada hizo sentir a Melanie bienvenida. 

─ Perdón ─dije, riendo un poco─. Estaba despidiéndome de mis amigas. 

La interacción entre Juani y Melanie al saludarse con dos besos fue divertida y un tanto peculiar. Al separarse, mi mejor amiga no pudo evitar poner una cara rara, como si estuviera imitando a un elfo, lo que desató una carcajada general. 

En ese momento, el cosquilleo de nervios y la emoción se intensificó. La atmosfera del lugar, cargada de risas y conversaciones, sumada a la música que resonaba en el ambiente, contribuía a la sensación de anticipación.  

Juani comenzó a caminar hacia la zona VIP, y ese cosquilleó de nervios y emoción se intensificó mientras nos acercábamos para conocer a sus amigos. 

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