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El ambiente en la sala de reuniones era cada vez más tenso. Los empresarios alemanes, ansiosos por cerrar el acuerdo con BT, miraban impacientes el reloj. La ausencia de Beaumont, comenzaba a generar una impresión negativa.

La reunión de hoy buscaba marcar un hito para la empresa. Estaba a punto de sellarse un acuerdo estratégico con una importante empresa alemana, ampliando así su presencia en Europa, llevándose los avances en nanotecnología. Además, la comitiva de Innovación y Desarrollo Sostenible de Nueva Zelanda, confirmó que visitarán las instalaciones en el transcurso de la semana. Dando inicio al proyecto que le brindaría una nueva era tecnológica a ese país.

Todo esto era fruto del trabajo de Emma, la nueva accionista activa de la empresa. Ante la penosa situación, tomó las riendas y con una sonrisa profesional, se dirigió a los alemanes;

"Entiendo que la puntualidad sea fundamental, especialmente en negocios como estos. Lamentamos profundamente este inconveniente y les aseguro que estamos trabajando para solucionarlo lo antes posible. Mientras tanto, ¿les parece si revisamos los detalles finales del contrato?"

La propuesta fue bien recibida. Mientras los presentes se inclinaban sobre los documentos, Emma se excusó un momento. Su teléfono vibraba insistentemente en el bolsillo.

Era el abogado Natsuki.

Una sonrisa irónica curvó sus labios. Sabía exactamente por qué la llamaba y se preparó mentalmente para fingir que ella no era la culpable de la ausencia del CEO.

—¡Hola! ¿lograste?...

—Emma, escucha— el hombre la interrumpió. —Vince fue atacado anoche en el loft.

—¿Qué?— logró balbucear.

—Lo asaltaron y recibió un disparo. Está en el hospital.

—¡Oh dios mío! ¿Cómo se encuentra? ¿Fue grave?— se llevó una mano al pecho, fingiendo consternación, mientras sus ojos brillaban con una fría satisfacción.

Hubo un silencio por parte de Iván —le dañaron el hígado, pero recibió un trasplante. Ahora está estable y bajo observación.

«Ay qué milagro» pensó con ironía.

—¿Dónde está? Necesito verlo.

—En el Health Center, pero la reunión…

—La tendré que posponer, llegaré enseguida.

Colgó el teléfono con desdén. "Esto es solo el comienzo Beaumont, ni imaginas lo que te espera" habló con frialdad y regresó a la sala de reuniones.

Los presentes quedaron consternados ante la noticia, pero los alemanes, no podían esperar más o se retrasarían sus propios proyectos. Emma, con una firma audaz selló su traición, sabiendo que llegado el momento debía enfrentarse a Oscar Bürem.

[...]

Vincent yacía en la cama del hospital, inmerso en sus pensamientos tras ser examinado por los enfermeros. Sus ojos se fijaban en la ventana, donde el sol de la mañana se filtraba. La conversación con el castaño resonaba en su mente, aquella que tuvieron después de su primera noche juntos. Sabía que él la había cagado y Azriel no tenía la culpa de nada. Recordó el toque suave de su mano al levantar el mentón del muchacho, buscando una conexión que parecía desvanecerse.

Se cruzaron en los pasillos de la empresa y el CEO aprovechó el momento para acercarse.

—Hola, ¿podemos hablar? Por favor— su voz cargada de arrepentimiento.

—¿Vas a echarme a la calle como lo hiciste anoche?— El joven se cruzó de brazos con evidente enojo. El color azul marino de su uniforme hacía resaltar sus ojos, viéndolo más atractivo a pesar de su ira.

El rubio soltó un suspiro y negó con la cabeza. —Actué como un idiota, lo siento. Hablemos— señaló una sala y el otro lo siguió sin ganas, sintiendo todo el derecho de estar enfadado. Entraron en una habitación de monitores, cerrando la puerta detrás de ellos.

—Lo que pasó anoche fue increíble— comenzó Beaumont, —pero me dejó muy confundido, y...

—¿Estabas enojado conmigo o contigo mismo?— El de ojos avellana lo interrumpió, observándolo fijamente.

—Conmigo mismo— admitió —no debí tratarte así, solo querías ayudarme— el castaño desvió la mirada, sintiéndose vulnerable. —¿Qué puedo hacer para que me perdones? No me gusta verte enojado y mucho menos si soy el culpable— agregó, tomándolo del mentón para que lo mirara.

—Me hiciste sentir como si fuera alguien desechable, te di lo que querías y luego todo lo bonito, se esfumó— su voz tembló levemente.

—No puedes culparme— murmuró, pero se arrepintió al instante al ver la expresión de dolor en el rostro del muchacho.

Lo apartó de un manotazo y se alejó. —Búscame cuando en verdad lo sientas— y salió de la habitación, dejándolo desconcertado.

Volviendo al presente, una punzada de preocupación lo invadió y se preguntaba "¿Quién se lo habrá llevado y por qué? ¿Estará asustado? ¿Herido? ¿Pensará en mí?"

Un golpecito en su mano lo hizo reaccionar. Era la doctora Grayson, le sonrió con dulzura y quiso saber si algo lo aquejaba.

Suspiró —la cabeza me late y la herida me punza — hizo una mueca — pero estoy bien, solo un poco exhausto.

—Lo mejor será que descanses unas horas, Vince.

—Lo haré después. Primero tengo que hablar con la detective…

—Entiendo tu inquietud, pero acabas de recibir un trasplante y las primeras horas son claves, necesitas reposo— del bolsillo de su bata blanca sacó una jeringa y se aproximó al suero de la intravenosa —te pondré un calmante, así dormirás.

—¡Espera! — suplicó —tengo que hablar con la detective. Es urgente.

—Yo autorizo los procedimientos y, en tu estado, no puedo permitir que…

—No fue un simple robo — la miró con desesperación.

La mujer lo miró sin entender.

—Estuve con alguien más en el loft. Un hombre.

Ella lo escuchó atenta y el rubio le confesó todo.

“Su nombre es Azriel, lo conocí hace un año en la empresa. Una cosa llevó a la otra y acordamos vernos en secreto cada noche. Al principio estaba confundido, pero ahora sé que lo necesito y él a mí. Sé que no es correcto, pero no puedo evitar sentirlo.
Y ahora lo secuestraron, no sé quién o por qué,  pero tengo que averiguarlo. Tiene una hermana que espera por él y no puedo perder tiempo.

Sí algo le pasa, no voy a perdonarme, ni siquiera pude ayudarlo. Tengo que encontrarlo, saber que está vivo.
Por favor Anne, nadie más debe saberlo, prométemelo”

Finalizó con lágrimas en los ojos y recibió un cálido abrazo, como si su madre estuviera allí con él.

La doctora lo miró con comprensión. —Haré todo lo que esté a mi alcance para ayudarlos, tienes mi palabra.

También le habló sobre Ruby, para que la atendiera, y luego se retiró, prometiendo que buscaría a la detective.

Se frotó el rostro con frustración. Una opresión crecía en su pecho. Si bien estaba aliviado de que sus amigos lo entendieran, no por eso dejaba de sentir miedo; las cosas cambiarían a partir de ese momento.

La puerta se abrió lentamente, revelando a una mujer de cabello azabache y expresión seria, acompañada por un hombre de igual semblante. Ambos lucían sus placas de oficiales colgadas al cuello.

—Señor Beaumont— se aproximó hacia la cama y estrechó su mano— soy la detective González y él es mi compañero, Bennett. Escucharemos su versión de los hechos.

Tragó saliva, preparándose para lo que venía. Cada palabra contaba, y el destino de Azriel dependía de ello.

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Holiis ayer cumplió un año esta bella historia♡ les juro que tenia ganas de actualizar en el aniversario pero no me gustaba como quedaba :( hasta que despeies de mil arreglos lo solucionee.
Tengo pensado hacer un extra mega especial de su primera noche juntos 😏😏😔 besitosss

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