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— ¡Por favor papá, te lo suplico! — si había algo a lo que JiMin no podía resistirse era a los pucheros que le daba su hijo, ya que por un lado le recordaba tanto a YoonGi de niño,  y por otro que era su bebé. JiMin había pocas cosas a las que podía negarse, las cuales generalmente tenían que ver con la salud del niño. Pero con este pedido... Era su salud mental la que estaba en juego. 

— Pero cariño... — ¿Cómo podía encontrar las palabras correctas? — mañana hay escuela... — el rubio observó como el puchero de su hijo se acentuaba y el nudo en su estómago se formaba — además... — "Piensa rápido, piensa rápido JiMin" — además no sabemos si YoonGi tiene alguna otra ocupación. ¡Recién lo conoces! No podemos exigirle que se quede a dormir en casa.

Padre e hijo se encontraban cuchicheando en la cocina mientras un pelinegro regresaba del baño.

— Per—

— ¡Sería abusarnos de su confianza jovencito! — JiMin rogaba que su hijo no le pidiera una vez más aquello porque sabía que terminaría accediendo a lo que el pequeño quería.

— ¿Qué sucede? — Min había logrado escuchar algo de lo que habían estado hablando y su pecho se llenó de calor al escuchar como el menor pedía por él.

— Nad—

— ¡Papá dice que sí quiere quedarse a dormir esta noche! — interrumpió Uri con una gran sonrisa en su rostro, bajo la indignación de JiMin que le miraba sin poder creer que su hijo hubiera mentido tan descaradamente. ¿En qué momento había aprendido esas cosas y de quién? Quizás no debería dejar que su pequeño pasara tanto tiempo con sus amigos, porque se les estaba pegando lo manipulador.

El rubio sintió la penetrante mirada del mayor, lo que le hizo sonrojar fuertemente. ¡Y con un demonio! ¿Cuántos años tenía para andar dando esos espectáculos? 

— ¿Es verdad, JiMin? — YoonGi ya sabía la respuesta a aquello pero no quería perder la oportunidad de "torturar" al rubio. Después de todo, todavía se merecía un escarmiento, además... JiMin se veía demasiado lindo con las mejillas abultadas y sonrojadas, y ni hablar de la mirada esperanzada de su niño. 

El rubio tosió ligeramente, tratando de recuperar la voz. ¿Por qué Min lo seguía poniendo tan incómodo

— Cl-claro. — YoonGi se cruzó de brazos mientras una sonrisa socarrona se formaba en su rostro. — Pero si no puedes, no hay problema. — forzó una sonrisa. Una cosa era dar la mano, otra era que le tomaran hasta el codo. No iba a dejarse humillar por él, o por lo menos no tanto. 

Uri miró indignado a su papá, ¿Cómo podía ser que dijera eso? Además, se había dado cuenta lo extraños que actuaban esos dos juntos. Nunca antes había visto a su papá tan... ¿Nervioso? con alguien más. Necesitaba tiempo para seguir investigando las reacciones de esos dos. 

De todas maneras, no podía juzgar a su papá. Uri también era muy feliz al lado del señor Min.

— ¡De acuerdo!

— ¡SIII! — el pequeño comenzó a saltar de la emoción y JiMin soltó el aire que no sabía que había estado conteniendo.

— Pero... — esta era una oportunidad de empezar a actuar como un adulto responsable. ¿Qué se suponía que hacían ellos? — estamos en días de escuela, por lo que cuando tu papá diga que es hora de dormir, lo haremos. — el rubio asintió, era una especie de tácita tregua entre ambos —Si quieres, el fin de semana podemos hacer algo especial, sí JiMin lo aprueba. 

¡Esto era mejor de lo que el pequeño había esperado! 

Ilusionado miró hacía JiMin, quién fingió pensarlo un rato solo para mantener el suspenso.

— ¡Trato hecho! 

— ¡Genial! — el niño se lanzó a sus brazos — ¡Gracias papá, te amo! — El corazón del pelinegro mayor se ablandó al escuchar aquello y ver esa escena tan conmovedora. Solamente esperaba que su hijo también tuviera un lugar en su corazón para él y que algún día pudiera ganarse su cariño. 

— ¡Y yo a ti bebé! — su mirada se conectó con la de Min, quien parecía perdido en sus pensamientos. 

— Considerando que hoy es una noche especial, ¿Qué tal si pedimos hamburguesas?

— ¿Triple cheddar & bacon? — mencionaron ambos pelinegros ilusionados. JiMin sonrió. ¿En cuántas otras cosas más se parecerán aquellos dos? — ¡Si, triple queso para ambos!

— Y sin aderezos ni cebollas. — tanto YoonGi como Uri hicieron muecas de asco al respecto, mientras que el rubio solo negaba con diversión. 

— Iré a pedirlo por teléfono chicos, vuelvo en un segundo. — sin más, dejó que ambos se quedaran un instante solos.

 Min sentía que todo aquello era irreal. Había estado a nada de pelear con JiMin para conseguir la tenencia de su hijo y ahora, ¿Compartían una noche en familia? ¡Por amor al Valhalla! YoonGi se dio un ligero golpe en la frente. ¿Cómo pudo ser tan débil ante aquel ser de rubios cabellos y labios abultados? Estaba seguro que  JiMin era un hechicero, porque no encontraba otra explicación para el poder que ejercía sobre sí.

— Oiga... Si quiere...— YoonGi sintió que tiraban de su manga — si quiere puede irse a su casa... no tiene porque quedarse con nosotros. — el pequeño le miraba de manera afligida. 

Lección de padre número 2, tus emociones impactan en tus hijos tanto como para bien o mal. Si está en tu poder, no los preocupes innecesariamente. 

— Además, — el menor continúo. — no sé nada respecto a usted... No sé si tiene una familia, hijos que le esperen llegar a su casa... No me gustaría estar robándole el padre a otro niño — un leve deje de dolor se filtro sobre sus palabras, — no sé si realmente quiere quedarse con papá y conmigo. Descuide, estamos acostumbrados a ser solo nosotros dos. — Uri se encogió de hombros, fingiendo que no le importaba.

Decir que ese día había sido una completa montaña rusa quedaba corto para todo lo que YoonGi sentía. Actualmente tenía 27 años pero se sentía como de 80 años y sin posibilidad de jubilarse anticipadamente. 

— Hey, — Min puso su mano sobre la cabeza del niño — ¡Tranquilo pequeño! Ten por seguro que no hay ningún otro lugar en donde quisiera estar ahora. — Contra cualquier otro pronostico, Uri le dio un tímido abrazo al mayor quien le correspondió de igual manera.

JiMin regresó silenciosamente y se encontró con una escena que le llegaba al alma. Una furtiva lágrima rodó por su rostro, y decidió no interrumpirlos, ya demasiado había alejado a esos dos.

— Entonces, ¿Goku o Vegeta? — preguntó animado el pelinegro mayor.

Uri se lo pensó unos instantes para luego responder — ¡Vegeta!   — la respuesta de su hijo le sorprendió de sobremanera. Es decir, no había muchos niños que eligieran al príncipe Saiyajin. Siempre se quedaban con Goku... JiMin reía divertido con el intercambio de preguntas y respuestas de ambos, interviniendo de vez en cuando pero dándoles el espacio que ambos se merecían. 

 — ¿Por qué?  — YoonGi tenía curiosidad de la respuesta del menor.

 Uri se cruzó de brazos mientras sonreía con autosuficiencia.  — Es muy simple pequeño saltamentes —

 — Saltamontes — corrigió JiMin.

 — Eso, eso.  — hizo un ademán  — no me corrijas, papi.  — pidió "en silencio", a lo que el rubio se tapó la boca para tratar de parecer serio ante los pedidos de su hijo.  — Como decía, Vegeta se quedó sin sus padres, sin su planeta y amigos. ¡Y siempre tuvo que entrenar mucho para poder proteger a los que amaba! Quería mucho a su familia y siempre estuvo para ellos, en cambio Goku pareciera ser un busca- buscaplatos- busca...  — JiMin casi se atraganta para evitar reírse de los dichos de su hijo. Estos momentos eran los más difíciles de ser padre.  — ¡Busca problemas! ¡Si!  — sonrió ante su triunfo  — se merecía más protagonismo. 

YoonGi se quedó anonadado con todo el análisis que había hecho su hijo y no encontraba fallas en su lógica. Quizás su amado Goku no esta tan genial después de todo, porque su hijo tenía razón que pareciera ser mejor ir a pelear por ahí o pasársela muerto que con su esposa e hijos. 

 — ¡Me toca!  — mencionó animado el niño.  — ¿Sasuke o Naruto?

 — ¡Ja! ¡Muy simple! Sasuke  — esta vez fue el mayor quien cruzó sus brazos en respuesta. 

 — Señor Min... ¿El emo vengador?   — En tan solo 24 horas su hijo ya tenía la confianza como para gastarle bromas. 

 — ¿Qué son esas formas de hablar? Además, te aseguro que ni siquiera sabes lo que significan esas palabras. — JiMin le regaño.

 — Lo siento papá, pero es lo que tío Kook me dijo que era.

JiMin suspiró,  — pues entonces JungKookie y yo tendremos una charla. 

 — ¿Vas a retarlo?  — el niño sonaba preocupado, no quería que su papá y su adorado tío pelearan. ¿Con quién vería anime sino?

 — No cielo, ¡Claro que no! Pero tu tío Kook debe aprender que tienes solo 6 años y hay ciertas cosas con las que debe tener cuidado.

 — ¡El tío Kook es bueno! Me enseña a ver cual es mi camino ninja.

 YoonGi no podía evitar que una mueca se formara en su rostro al escuchar como SU hijo hablaba animadamente de otro tipo, y más si era en su cara. 

 — ¿Y cuál es tu camino ninja, pequeño?  

 — ¡MATAR GIGANTES! 

Una vena se formó en su sien. Jungkook se las vería con él por estar mostrándole un anime como Shingeki no kyojin a un niño tan pequeño. ¡Por el amor a Levy! 

 — Bien... podemos dejar ese sueño para más adelante, así como cuando seas mayor de edad.

 — ¿Cuándo sea grande puedo tener a un titán adentro, papá? ¡Por favooor!  — Definitivamente JungKook estaba afectando a su hijo.

Trataría de dejarlo con Jin más tiempo. No, espera. Terminaría viendo novelas como "La Rosa de la Guadalupe", "Thalia" o "Lo que la vida me Robó".
Hasta JiMin se había enganchado con esta última. Había amado y odiado a Monserrat por igual, pero JiMin sabía que amaba a "Alejandro", ese latino sí que le había robado sus cuantos suspiros.

No mejor no, descartemos a Jin.

¿Qué tal con ChanYeol? 

JiMin recordó la vez que había dejado a su hijo una tarde con su amigo y como cuando volvió se dio con que no estaban en su hogar, sino que Channie no había tenido mejor idea que ir a la plaza a buscar a alguna chica que pudiera ayudar a cambiarle los pañales al niño, ya que el no quería hacer el trabajo sucio. 

¿Lo peor de todo?

Su hijo tenía 3 años y ya no usaba pañales desde el año. Uri sabía perfectamente como ir al baño, pero ChanYeol no perdió la oportunidad de usar a su bebé como un imán para hombres y mujeres, y contar como su ex pareja le había dejado solo para criar al pequeño.

Desde ese momento, el rubio nunca más le dejó a su pequeño a cargo.

¿Baek?

¡Diablos! Uri volvería cantando Luis Miguel, Alejandro Sanz y Camila. Y ni hablar de esa chica que tocaba cumbia que parecía toda una resentida. JiMin todavía recordaba cuando su hijo estuvo semanas cantando a vivo pulmón "Fuera mentiroso, fuera vanidoso".

Definitivamente necesitaba contratar a un niñero como la gente.  

 —¡De acuerdo, es hora de ir a dormir! 

 — ¡Pero- pero no tengo sueño!  — mencionó entre medio de un bostezo. 

 — Ajam,  — JiMin lo tomó en brazos y el pequeño acomodó su cabeza en el espacio del cuello del mayor. 

 — Es- otro bostezo — es en serio papi.  — el niño se refregó su cansada vista. 

 — Claro bebé, ¿Qué te parece si le leemos a YoonGi un cuento para dormir? Creo que el sí tiene sueño. — era una mentira piadosa a la que YoonGi se unió fingiendo un bostezo. Se notaba que su niño estaba muerto de sueño pero no quería ceder. 

— Esta bien papi, llevemos al señor Min a contarle sobre la guerra de las galaxias. —

Los tres se dirigieron a la habitación del menor y Min se llenó de ternura al observar las diferentes fotos de Uri colgadas en la pared, desde su nacimiento hasta cuando le salió su primer diente, una en donde se había quitado el pañal y JiMin corría para atraparlo, otra en la que su primer diente se le había caído y tenía una ventanita en la sonrisa. 

Oh, pero había encontrado su favorita. 

En esa imagen se podía ver a Padre e hijo vestidos como elfos de navidad. Sus sonrisas eran de lo más hermoso que YoonGi alguna vez pudo contemplar. Sin pensarlo demasiado, tomó la foto entre sus manos y se quedó un instante admirándola.

— Y así fue como Anakin Skywalker se convirtió en Darth Vader... — pronunció el rubio. YoonGi se extrañó, ¿En qué momento le había contado 3 películas al niño?

— Papi — Uri se removió hacia un costado, manteniendo sus ojitos cerrados — sé que te adelantaste toda la historia — bostezó. — eso es hacer trampa, pero está bien porque el Señor Min tiene sueño. 

JiMin sonrió con ternura al ver a su pequeño actuar de esa manera, — Dulces sueños amor, te amo. — Park besó la frente de su niño para luego dar un paso atrás y mirar hacía el pelinegro. YoonGi se acercó inseguro hasta la cama donde se encontraba Uri y una tácita pregunta se instauró en el ambiente. — Adelante, — le animó JiMin.

Con muchos nervios, se acercó hacía el pelinegro menor y besó su frente tímidamente. 

— Te amo papi — mencionó entre sueños.

 YoonGi jamás se había sentido tan feliz y tan miserable a la vez. 


Hola bebés! Cómo les trataron sus vacaciones? Desde mi parte les juro que a mí me cansan más las vacaciones que la rutina 🤣

Lamento toda la demora! Este será un anticipo de todas las actualizaciones que voy a hacer esta semana! (Capítulo sin revisar y faltan las etiquetas, i know. Lo siento!)Los amo profundamente!Gracias por tanto amor, tanta euforia y como esta historia crece con ustedes! Les amo ❤️

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