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—Repítelo otra vez— Murmuró mirando su reflejo pálido por demás ante el espejo—No es bueno mezclar diferentes tipos de alcohol a tu edad, HoSeok— Alcanzó a pronunciar antes de correr al váter para largar todo lo que su estómago no estaba soportando.

Luego de lo que le pareció una eternidad, al parecer su sistema digestivo había decido que con lo que había desechado era suficiente.

Al menos por el momento...

Ya no existía Jung HoSeok, ahora solo era Hobi a secas porque hasta su apellido le había abandonado en la noche anterior.

Flashes de lo que había sucedido la noche anterior volvieron a su mente, recordando donde se encontraba y a pesar de su malestar general, estaba demasiado contento de que su plan hubiera salido mejor de lo que había pensado en un comienzo, y todo se lo debía a una persona en particular.

Suspiró ante el recuerdo de su hyung, ¡Realmente estaba agradecido con él por haberle ayudado a salir de tales aprietos!

Una sonrisa se posó en su rostro, sintiendo que, a pesar de su falta de salud momentánea, se encontraba en uno de los mejores días de su vida, comprendiendo que por fin los engranajes de su existencia comenzaban a correr en total sincronía el uno con el otro.

A fin de cuentas, la espera había valido, las noches en vela estaban dando sus frutos y el tiempo invertido, estaba volviéndole con creces.

Al parecer, ¡El universo había comprendido que Park JiMin era su media naranja, medio melón o la fruta que fuera de la mayor preferencia del rubio!

Tal vez, la verdulería entera sí hacía falta para la explicación de que habían nacido para estar completamente juntos por siempre.

HoSeok suspiró.

La vida le estaba dando una nueva oportunidad en el amor, mejor dicho, de luchar por su amor, de poder expresar cuan enamorado estaba y de todo lo que estaba dispuesto a dar para que JiMin pudiera comprender que nadie le amaría como Jung HoSeok.

Con la poca fuerza que le quedaba, logró levantarse y decidió que una ducha sería lo más conveniente para volver a ser una persona relativamente decente, más teniendo en cuenta que el amor de su vida estaba rondando el lugar.

Con esa idea en mente, se sumergió en una larga ducha en la que sus adoloridos músculos le agradecieron.

Una vez que logró volver a la vida, salió de la regadera para luego tomar una toalla y envolverla en su cintura, para luego tomar otra más pequeña y utilizarla para su cabello.

Sin mayores demoras, salió del baño para dirigirse a la pequeña cocina que se encontraba en la cabaña y preparar suficiente café como para levantar a un regimiento.

Tarareó suavemente una canción mientras preparaba las tostadas, exprimía algo de jugo natural de naranja y ocupaba todo lo que a su entender le pareciera deliciosos de la heladera de la cabaña, hasta que el sonido de la cafetera indicó que la bebida estaba lista.

Una vez comprobó que estaba bien de endulzante y que su aroma era favorable, preparó tazas suficientes como para todos sus amigos, cargando todo en una gran bandeja a la que rezó a todos los dioses para no tirar en el camino.

Lentamente, se apresuró a la sala de estar donde el resto de los jóvenes se encontraban descansando.

Primero miró hacía TaeHyung que se había dormido apoyado en la entrepierna de su novio, quien no sabía por qué motivo, tenía una corbata atada en su cuello, y el otro extremo de la prenda se encontraba en manos del Kim. Negó al imaginarse en qué clase de "juego" se habían metido esos dos cuando todo el mundo se había distraído.

Continuó su mirada hasta posarse en NamJoon quien estaba aferrado a uno de los pies de ChanYeol como sí su vida dependiera de ello, mientras murmuraba cosas relacionadas a "Mi príncipe encantado" y besaba entre los dedos del Park.

Eso sí que definitivamente le había dado demasiado asco, pero nuevamente, ¡¿Quién era uno para juzgar?!

Por su parte, ChanYeol dormía con el ceño fruncido y los brazos cruzados, e inclusive, HoSeok creía que sus dientes crujían... Tragó grueso y se alejó de allí. No sabía cuál era el problema que ese sujeto tenía consigo, ni tampoco tenía ganas de averiguarlo.

Continuó por su inspección encontrando que Baek y SeokJin estaban durmiendo, apoyando su cabeza el uno en el otro. Inconscientemente, una pequeña sonrisa se formó en su rostro ante la presencia del castaño mayor. HoSeok valoraba ampliamente su amistad y el consuelo que le había brindado en el poco tiempo de conocerse...

En realidad, comprendió que existen momentos en donde se presentan ciertas conexiones en las que el tiempo físico no tiene nada que decir cuando las almas resuenan en consonancia, en donde el conocimiento de un algo superior e inexplicable comienza a tirar de tu pecho hacía una persona en concreto, como sí aquella fabula del famoso hilo rojo que conecta los destinos de los sujetos.

Bien, HoSeok creía en ello, creía que el universo le había conectado con maravillosas personas de las cuales, no en el plano romántico ni sentimental, sino que estaba seguro de que Byun y él habían estado destinados a conocerse y formar una amistad duradera.

Con esa idea en mente, movió suavemente al mayor, logrando que este abriera sus ojos.

—Buen día hyung— Le extendió una de las humeantes tazas— Ten.

Baek asintió mientras tomaba de buena gana la ofrenda, para luego bostezar al enderezar su cuerpo—No te hubieras molestado, Hobi.

El pelirrojo negó—Descuida, no es molestia alguna—Le sonrió.

—Ahg— Se quejó un cuerpo cercano a ellos— ¿Qué es ese aroma a gloria que estoy sintiendo? — SeokJin aspiró la fragancia del humeante café, y sin siquiera abrir sus ojos, extendió sus manos para que le acercaran una taza— ¡Ah, el elixir de los dioses!

—Hyung, ¡Ten cuidado de no quemarte! — Advirtió Byun.

—No hace falta que grites— Se quejó por lo bajo.

—Pero sí no estoy gritando— habló con burla—Lo que sucede es que tienes una resaca para tratarla de usted, hyung— bromeó.

—Shh, pequeño saltamontes—Le calló— No estropees este momento de profunda introspección— Murmuró con suavidad— Necesitamos aprovechar este momento de paz y tranquilidad antes de qu—

— ¡JEON! — El grito proveniente de alguien a su costado les distrajo— ¡¿Quién es esa chica con la que estás abrazándote?! —Los tres desviaron su atención hacia el objeto proveniente de tales improperios, encontrándose con un TaeHyung que se había levantado de golpe de su lugar de reposo, quien todavía ni siquiera había abierto sus ojos— ¡No me importa que sea tu prima! —Tiró de la corbata en sus manos, haciendo que su novio también sintiera el movimiento— ¡Mis abuelos eran primos, así que no me vengas con esos jueg— Terminó su amenaza en sueños para volver a dormir plácidamente, mientras JungKook ni siquiera se inmutaba ante tal espectáculo.

—Ehhh...— HoSeok no sabía ni que responder al respecto.

—Ni te molestes en preguntar— Habló SeokJin encogiéndose de hombros.

—Con el tiempo te acostumbras...— agregó Baek de la misma manera.

El pelirrojo asintió para luego caer en cuenta sobre algo puntual...

— ¿Dónde está JiMinnie?

En ese preciso momento, ambos mayores se apresuraron a atragantarse con su café para tener que evitar responder a sus interrogantes.

Un joven sintió como la calidez del sol comenzaba a abrazar su desnudo cuerpo por fuera de las finas sabanas que apenas y le envolvían.

Sin siquiera moverse, la fragancia masculina que tanto le atraía le hizo saber dónde se encontraba, eso, además del fuerte brazo que se encontraba aferrándole al pecho de su acompañante quien todavía parecía dormir serenamente.

Con gran timidez y miedo de que todo no fuera más que un sueño, JiMin abrió uno de sus ojos y admiró embobado al pelinegro que descansaba a pocos centímetros.

Min YoonGi era sencillamente perfecto para él y para todos sus sentidos.

Sus mejillas se sonrojaron al notar la belleza que se cernía a pocos centímetros de su boca. Sus parpados cerrados, sus finas pestañas, el terso brillo natural de su piel, el tenue sonrojo sobre sus pómulos y los sus labios hinchados que eran la viva imagen de todo lo que había sucedido hacía solo unas pocas horas entre ellos.

El rubio contuvo un grito de alegría al comprender que uno de los sueños que siempre había atesorado bajo siete llaves en lo profundo de su corazón, se había hecho realidad.

Al parecer, ellos eran una realidad...

Y otro hecho completamente cierto, era que había un nuevo sentimiento que amenazaba con hacer que su corazón saliera volando de su pecho.

Nuevamente, los brazos a su alrededor volvieron a apretarle, reafirmando su último pensamiento; despertar al lado de esa persona especial debería de encontrarse dentro de las siete maravillas del mundo.

Dentro de la calidez que se encontraba envuelto, todas las dudas sobre el futuro, sobre sí lo que sea que tuvieran fuera a llegar a buen puerto, quedaban por fuera de la muralla que su calor formaba.

JiMin podía sentirse completamente seguro...

Al parecer el contacto con su cuerpo había callado todas las dudas e incertidumbres sobre su futuro, sobre lo que pudo ser y jamás sucedió, sobre lo que estaba transcurriendo entre ellos y sobre lo que no podía ser negado ni tapado.

Su cuerpo y su mente entraban en resonancia, tomando en cuenta la gran necesidad de su persona, dejándose guiar por los tirones que su corazón sentía en su dirección. El rubio no tenía poder de poder negarse ante los designios y más fuertes deseos de su alma de poder vibrar en la misma sintonía con su ser especial.

La resonancia de dos almas que hacía tiempo se habían encontrado y que, luego de tanta espera y sufrimiento, al parecer estaban listas para converger en un universo nuevo, completamente distinto, y listo para reclamar como suyo.

En ese preciso momento, sintió como el mayor se movió, su respiración cambió y al parecer, se había desesperado. JiMin fingió todavía estar durmiendo, tal vez, por el hecho de no saber qué hacer al respecto...

O tal vez, porque los vestigios de la primera y última vez en que se había despertado entre sus brazos, asaltaron su mente, generando un pequeño malestar en su vientre.

Trató de acallar rápidamente a su traicionera mente, sin embargo, el poder de los pensamientos podía desarmar a cualquier hombre en un abrir y cerrar de sus ojos.

Más cuando involucraban a la persona que podía poner tu mundo de patas para arriba.

Más, sí se trataba de la persona que, así como tenía el poder de proveer un universo de colores, reinos donde los pegasos volaban y los arcoíris abundaban, así también, podía convertirlo en un abismo primordial.

Tan era así era el dominio que Min YoonGi tenía sobre sí, aquel poder de brindarle todo al corresponder su amor, pero, con la misma intensidad de poder destruir todo a su paso de no hacerlo.

Nuevamente, para su gran sorpresa, el pelinegro depositó un suave beso en su cabeza, para luego depositar una suave caricia en sus mejillas.

Con ese simple gesto, su mundo volvió a ser el paraíso en el que tanto miedo tenía de acostumbrarse a habitar.

¿Cómo se hacía para sobrevivir fuera de la tierra prometida, cuando ya sus labios habían probado el elixir de su boca, cuando su cuerpo había sido reclamado hasta el lugar más recóndito, y donde, bajo ningún aspecto, podía negar la necesidad de pertenecerle?

De todas formas, la ansiedad que tanto trataba de ocultar seguía haciendo mella sobre sí.

Sus inseguridades sobre como continuar con su vida diaria sin tenerle en sus días, luego de haber tenido una pizca de lo que sería tener a la persona que tanto había amado a lo largo de su vida a su lado, aquel que era el padre de su hijo, y para qué negarlo, tenía su corazón en sus manos.

Esta vez, ¿Cuánto tardaría Min YoonGi en volver a romper su corazón?

Solo restaba tomar todo lo que el destino le ofreciera y atesorar esos momentos en las noches largas donde ya no tuviera su calor para resguardarlo, le quedaba el consuelo de que lo vivido había sido absolutamente real y que, por un efímero momento, su amor había sido correspondido.

—JiMin...— El susurro proveniente de sus labios hizo que su corazón latiera, sin embargo, trató de acallar todos sus pensamientos y continuar con su papel— Yo... — ¿Acaso estaba nervioso? — Lo siento.

Sus palabras dejaban más dudas que aciertos, ¿A qué demonios se estaba refiriendo en este momento? ¡¿Lo sentía por el pasado o era algo más concerniente a su futuro?! ¿De qué se estaba disculpando exactamente? ¿Acaso era algo para preocuparse?

Antes de que sus ansiedades volvieran a ganar la batalla sobre su mente, y se impulsara a estallar con un sinfín de preguntas, la puerta sonó, rompiendo nuevamente la burbuja en la que estaban inmersos.

YoonGi suspiró, para luego quitar suavemente su brazo del menor, y poder levantarse de la cama. Con total parsimonia, tomó un pantalón deportivo del suelo y se lo colocó.

La puerta volvió a sonar con insistencia, a lo que el pelinegro bufó nuevamente antes de mirar su reloj. Tan solo una persona se le venía a la mente con ganas de estar frente a su puerta a las 10 de la mañana un domingo...

—Hobi— Saludó apenas y asomando su cabeza.

—Min YoonGi, ¿Hasta qué hora piensas dormir? — El pelirrojo intentó fisgonear por los costados de la puerta, dudando del motivo por el que su amigo no se aparataba de la puerta, ¿Dónde habían quedado sus modales?

— ¿Puedes hacer algo de silencio? —Pidió en voz baja, lo que menos quería era que la llegada del Jung despertara a JiMin.

—Pero sí ya estas despierto frente a mí—Se excusó —Por cierto, ¿No piensas dejarme pasar?

—Con ese mismo criterio te diría que venías a buscarme, ¿Verdad? — se cruzó de brazos—Pues bien, ya estoy aquí, no hace falta que entres.

HoSeok enarcó una ceja ante sus declaraciones— O-okay— Murmuró— De todas formas, ¿Has visto a JiMinnie? —Antes de que YoonGi siquiera supiera que estaba conteniendo la respiración o que se le hubiera ocurrido cualquier tipo de excusa al respecto, el pelirrojo continuó— ¡Qué estúpido que soy! — Se golpeó la cabeza suavemente— ¿Por qué tendrías que saber algo de su paradero? — Se respondió a sí mismo— No me hagas caso, la verdad es que hace un tiempo en que realmente no sé dónde tengo la cabeza...

Min asintió a sus dichos, sintiendo algo de culpa al respecto, sin embargo, todavía no era lo suficientemente valiente como para revelarle la verdad a su amigo.

Y es que, ¿Cómo iba a poder contarle algo de lo que todavía no estaba seguro de poder expresar en voz alta?

—Entiendo... — Murmuró a secas.

HoSeok asintió, — En fin— Suspiró —Te dejo esto, hermano— el menor le extendió un café— Seguiré con mi búsqueda...

Min asintió mientras miraba como su amigo se marchaba, sintiendo nuevamente que la culpa le embargaba, hasta que volteó a ver al objeto de sus preocupaciones y alegrías por igual.

Sin poder evitarlo, cruzó rápidamente la distancia entre la puerta hasta llegar a la cama, y así poder callar su necesidad de tocar al rubio.

—¿Qué se supone que haré contigo, bonito? — Murmuró entre labios.

Sí decidía quedárselo y conservarlo como se moría por hacer, demasiada gente sufriría en el proceso, incluido JiMin.

Pero sí decidía no elegirlo, también les destruiría a ambos.

Demasiadas preguntas sin respuesta se arremolinaban en torno a su fortuito destino, sin pensar que tal vez, tenían menos tiempo del que realmente pensaban, y que las decisiones que no se tomaban en un principio, la vida misma se encargaría de escoger por ellos.

HoSeok apuró su paso buscando al objeto de sus obsesio-amor, seguía sin aparecer en su campo de visión, hasta que de pronto unos gritos le llamaron la atención. Sin pensarlo dos veces, se acercó hasta donde se encontraba un grupo de niños.

—¡Bingo! — Exclamó para sí.

¿Quién mejor para preguntarle sobre la ubicación del rubio que a su propio hijo? Además, ¿Por qué no se le habría ocurrido de primera el buscar a JiMin donde estaría rondando Uri? ¿Qué mejor que ello?

Lo que el pelirrojo menos se esperaba encontrar era al pequeño Park trepado en la copa de un árbol aferrado a — ¡¿Rizos?! — Su desesperación comenzó a ir en creces cuando vio que una de las ramas de donde el niño se encontraba, comenzaba a doblarse —¡AY NO!

—¡Resiste, Uri! — Gritó uno de los infantes presentes— ¡B-Buscaré ayuda!

Mientras tanto, el menor asintió a sus dichos, tratando de no demostrar el miedo que sentía al estar prácticamente a varios metros de distancia del suelo, evitando mirar hacía el suelo para no tener vértigo.

Tragó grueso, definitivamente su padre iba a regañarle sí es que salía vivo.

Hola corazones!
He vuelto!
Tantas cosas sucedieron desde la última actualización que ufff...

Les contaré el chisme pues porque claro, que valga la pena la demora.

Pues resulta que hacía mucho tiempo que venía en una relación sentimental en la que me sentía atascada, física y emocional con todo en mi vida.

Estar en un punto fijo, dónde la meseta cada vez era más llana y que, tal vez, sí me quedaba, se haría un pozo.

Así que... Se fueron juntando muchas cosas...

Y también que conocí a alguien que sin que pase absolutamente nada, me pasó absolutamente todo.

Más que robarme el corazón, me hizo recordar que tenía uno, y que latía con gran intensidad.

Primero pensé que fueron drogas o el alcohol, les quise atribuir eso a lo que no podía explicar... Después me di con que había estado ovulando, así que me dije a mi misma que eso fue solamente algo del momento...

Me quise mentir, cuando desde ese momento que lo conocí, no paramos de hablar un segundo...

El me contó de su vida, de su hermosa gata y yo de mis días y de mi hijo de 4 patas.

A la semana, necesitaba saber sí lo que sentía era verdad o la euforia del momento...

Así que organice para volverlo a ver con otros amigos...

FUE A LA REUNION.

MARICA, QUE FUE!!!!!

Y estaba tan bonito, sus rulitos al aire, sus ojitos de Bambi que me tienen loca, ufff...

Y nuevamente, no pasó nada físicamente, pero no le hizo falta tocarme la piel para hipnotizarme el corazón.

A las 24 hs me separé.

No me separé por quien acababa de conocer, sino que me di cuenta que la vida que estaba llevando, no era la que quería.

Me di cuenta que no estaba viviendo, sino que tenía miedo de vivir.

Así que agarre mis cosas, mi perro y me fui del que había sido mi hogar y mi pareja durante mucho tiempo.

Uff... El proceso fue mágico, explosivo, doloroso y completamente caótico.

Fue como un huracán sin aviso previo, pero en donde supe moverme con la intensidad de las olas en el momento del suceso y en el que después me quedó recomponerme y volver a armarme de los destrozos.

Desde que me separé me siento tan bien.

Hermosa y con esas sonrisas que se contagian, con brillo en la mirada y con ganas de vivir de todo.

Desde que me separé, no les voy a mentir, prácticamente veo a esa persona especial todos los días.

Compartimos muchas charlas, películas, series... Dormimos juntos, abrazados y nos hacemos mimos...

Estamos sin que pase absolutamente nada en ese tipo de intimidad, pero les quiero decir que es tan hermoso...

Y se preguntarán, ¿Sabe de tus sentimientos?

¡Claro que si!

Su querida escritora es más ansiedad que persona, y siempre le dejé en claro mis intenciones y mis afectos.

¿Su respuesta?

Bueno...

Él es como un gato...

Y estoy aprendiendo a como quieren los gatos.

No le gusta que le apuren en general, puede ir y venir con libertad, pero tiene un corazón que te derrite.

Es un dulce cuando no lo miran, es tímido pero a veces su confianza vuelve y lo saca a la luz.

Estoy aprendiendo a manejar mis ansiedades y a poder quererlo como se lo merece, y él está aprendiendo a conocerme, mis formas de relacionarme, las maneras que me hacen sentir segura de recibir amor, y a saber cuándo la ansiedad me está por comer...

Tiene sus formas, como con una simple seña de abrirme los brazos y permitirme quedar aferrada en él.

Uff...

Ustedes dirán, ¡Se conocen hace años!

Tal vez mi alma lo haya reconocido, pero físicamente hace un poco más de dos meses en que nos vimos.

Así que vamos lento, despacio...

Y aunque me dijo "por el momento, te quiero como una amiga", sé que vamos a terminar estando juntos...

Así que nuevamente, estoy aprendiendo a darle sus espacios, y a que deje de tener miedo, xq dos almas rotas se reconocen cuando se ven, y yo lo sé.

Por el momento, me ayuda en la inspiración, me ayuda a calmarme y me anima a salir al mundo exterior.

¿Qué pasará en la nueva actualización?

Xoxoxoxoxo

Su escritora.

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